Capítulo 14

(Capítulo largo)

Soltó un suspiro, necesitaba relajarse, sino le rompería la nariz a alguien. Alzó la vista para ver seriamente a esos idiotas que tiene por amigos. Volvió a suspirar, bien ahora o nunca – Miren, en serio quiero que se comporten por una vez en su vida. Aunque sea un poco, idiotas. No hace mucho se acaba de presentar como Omega y está algo nervioso con las personas a su alrededor. Además de que tampoco está acostumbrado a estar rodeado de tantos Alfas en un mismo lugar –

- ¿Es ese chico que tiene un tatuaje igual al tuyo? - Cuestionó el de ojos ámbar señalando hacia un costado de la cabeza. Cuando él más alto asintió parecía aliviado y emocionado - ¡Al fin conoceremos al protegido de Draken! - Empujó algo brusco a su compañero de al lado.

- Me pregunto si será bueno luchando - Cuestionó cierto rubio cenizo, jugando con un chupetín en su boca. Draken se dió una palmada en la cabeza, claramente no habían escuchado ninguna palabra suya en todo el rato que les estuvo hablando. Ni modo a lo que el destino diga - ¡¡Ven!! - llamó.

Esperaron un par de segundos, una curiosa cabellera de colores pálidos empezó a asomarse mientras subía por los escalones del templo. Parecía ser de su misma edad, cuando estuvo al lado de su amigo más alto todos se le quedaron viendo con curiosidad.

El menor estaba algo nervioso, no le gustaba mucho que esas miradas estuvieran sobre su persona. Además, todos eran Alfas... Se sintió como una presa ante ellos. Por instinto retrocedió un poco hasta estar detrás de la espalda de Draken, esto era muy incómodo.

- Par de imbéciles ¿¡Qué les he dicho?! ¡Comportense como humanos civilizados! - El rubio gruñó, todos notaron lo protector que se había vuelto su amigo en tan solo unos segundos, curioso.

El niño de cabellos rubios pálidos jugaba con su paleta en su boca, se levantó para bajar un par de gradas y colocarse al frente de su mejor amigo tatuado. - ¿Cuál es tu nombre? - cuestionó casi rodeando a su amigo como si no estuviera, solo para mirar al invitado.

El Omega alertó sus sentidos al sentir como su espacio personal era invadido por aquél Alfa, su mirada era muy oscura y dominante que lo hacía bajar la cabeza de manera sumisa. No respondió a su interrogante, Draken empujo un poco al enano al ver lo tenso que se puso, cuando miro a Draken a los ojos este le asintió - Mitsuya, Takashi Mitsuya -

- Oh~ Eres un Omega muy bonito - El enano recibió un golpe en la cabeza de parte del más alto - ¡Ken-chin! - Se empezó a quejar, Mitsuya miró atónito aquella interacción.

- ¡Puedes tomarte las cosas en serio por una vez en tu vida! - le gritó.

El más bajo hizo un puchero - Pero es la verdad, tienes un amigo muy bonito, seguro tendrá muchos pretendientes, Ken-chin. Y yo que pensaba que nadie se interesaría en ti por siempre tener esa cara de ogro amargado ¿Seguro que no lo amenazaste? - Empezó a imitar la cara del más alto para molestarlo, consiguiéndolo con éxito. Draken empezó a perseguir al menor por todo él lugar.

- Discúlpalos, siempre son así siempre - El Omega se sorprendió por la repentina voz cerca suyo, cerca suyo había dos personas - Mi nombre es Baji Keisuke, este de aquí es Kazutora. Será un placer ser tu amigo, solo no te enamores de mi ¿Si? - Sonrió de manera altanera y burlona.

Mitsuya entrecerró los ojos, el contrario se puso nervioso al ver aquella mirada tan afilada observándolo - No eres mi tipo y tu aroma me parece repugnante - Todas esas palabras fueron como flechas clavadas en su pecho, pero lo que más lo avergonzó y molesto fue la risa de sus amigos.

- Te la hicieron, Baji - Kazutora se burló de su amigo - Me caes bien ¿Mitsuya, no? - Mencionó sonriéndole al de cabellos lilas quien asintió.

- ¡Silencio, Pah! - Le gritó al tipo de atrás que se reía a carcajada limpia, y sus risas solo empeoraron con los gritos molestos del Alfa de ojos brillantes. Baji no dudó ni un segundo más en saltar encima de él, iniciando así una pequeña e inofensiva disputa. Kazutora se rio nervioso pero fue a animar a su amigo, se ve divertido.

Estos sujetos, no parecían ser tan malos, a pesar de la pinta que traían. Parecen ser buenos chicos. Miró con atención la divertida escena que veían sus ojos. Estaba algo acostumbrado al ruido debido a sus hermanas, pero incluso ellas eran más tranquilas que esos chicos - Me pregunto si a Hakkai le haría bien conocer más gente - Se puso a pensar, pero negó de inmediato, ese niño era como un cachorrito. Debería asegurarse primero sobre esta gente antes de presentarlos.

- ¿Quién es Hakkai? - Mitsuya se sobresaltó cuando alguien habló cerca suyo, era el enano de antes. Miró a sus costados, los tres jóvenes se habían alejado sin darse cuenta - No me presenté adecuadamente, soy Manjiro sano, pero dime Mikey - Sus ojos parecían sonreír.

- ¿Y Draken? - Cuestionó rápidamente al notar la falta de presencia del más alto, le advirtió que no lo dejara solo.

El de cabellos cenizos jugó con lo que quedaba de su paleta - Ah, le pedí que fuera a comprar Dorayakis, ya vendrá - Le resto importancia. Esta persona era absurdamente confiada, bueno eso pensaba Mitsuya al verlo tan relajado a su lado - Se ve que eres alguien cercano a Ken-chin, él ha hablado algunas veces de ti. Nos costó mucho a Baji y a mí convencerlo de traerte. Incluso tuvimos que hacer un trato - soltó una carcajada - Baji traía a su amigo y yo a Pah. No sabía que podría ser tan sobreprotector, es divertido molestarlo-

Mitsuya se rasco un lado de la cabeza algo avergonzado por la clara sobreprotección hacia su persona. Osea, no era secreto para nadie, ni para él, pero mientras no haga cosas estúpidas no tendría problemas con el comportamiento de parte de su Gemelo Dragón. Cuando volteo a ver a Mikey de nuevo noto como sus ojos se iluminaron de la nada, de pronto lo tenía demasiado cerca de él.

Por instinto cerró los ojos para auto protegerse y se quedó inmóvil al sentir su espacio personal invadido. El aroma y la presencia de este Alfa ya de por sí era muy imponente. Así que tuvo que esperar a que lo peor pasase - Oh, si tienes un tatuaje igual al de Ken-chin - Mikey miró con ligero asombro al tatuaje oculto por su cabello. Él Alfa se alejó de Mitsuya satisfecho de ver el tatuaje, pero notó el claro nerviosismo que él Omega tenía, frunció el ceño -... Lo siento, tenía curiosidad - Su mirada se suavizo un poco al ver lo que causó.

- ¿Eh? N-no es— No es nada - Aún no se acostumbraba a las reacciones que su cuerpo tenía cuando sentía una presencia mucho más imponente y peligrosa. Algunas veces, eso llegaba a molestarlo, ya que se sentía débil. Él no quería sentirse así, se supone que es él hermano mayor ¿Cómo podrá darles el ejemplo adecuado a sus hermanas?

Mikey observó la frustración en el rostro de Mitsuya por unos segundos, era muy expresivo. Luego miró como sus otros amigos se acercaban a Draken, quién había vuelto con bolsas llenas de comida. Baji lo ayudó con algunas, mientras Pah empezó a robar bocadillos junto a Kazutora.

- Seamos amigos - Aquella declaración sorprendió a Mitsuya, pero si se acaban de conocer. Mikey se colocó al frente de él - Eres alguien interesante. Además, los amigos de Ken-chin son mis amigos también. Eres alguien fuerte por lo que veo, por lo que nunca debes temer - Cerró sus ojos como si estos sonrieran - Si alguien te llega a molestar no dudes en confiar en nosotros. ¡Patearemos el trasero a cualquiera que nos pidas! Después de todo eres mío - Eso sonó mal

Está persona... Es muy absurda. Negó con la cabeza - Lo dudó - El de menor estatura lo miró confundido - No necesitarán protegerme por que seré más fuerte que todos ustedes, ya lo verán - La confianza que este Omega irradiaba le hizo sonreír, me gustaba su actitud.

Draken observó la interacción desde lejos y sonrió algo aliviado. - Te preocupas por nada - soltó Baji abriendo una lata de soda - Mikey no dañaría a nadie bajo tu cargo -

- Aún así los nervios ganan. Mitsuya es alguien centrado, debido a su responsabilidad en casa no tiene tiempo para divertirse con chicos de su edad por eso lo traje... - Baji observó al más alto, definitivamente Draken era único.

Movió un poco la lata para saber si aún había algo de su contenido - Ya veo por qué Mikey se aferró a ti... - Empezó a tomar lo que quedaba del contenido, mientras su mente pensaba en los recuerdos del pasado. Si alguien era capaz de detener a Mikey en ese estado, definitivamente sería este chico.

- ¿Mm? ¿Qué dijiste? - Arqueo la ceja confundido, estaba concentrado en otra cosa que no logro escuchar bien las palabras de Baji. Este apretó la lata vacía y solo negó con la cabeza, para luego lanzarla al tachó de basura, falló.

Frustrado por su intento fallido, trato de tomar otra lata de la bolsa - Deberías dejar de actuar como un anciano, por dios Draken, apenas tienes 12. Si sigues así, te aparecerán arrugas prematuras y te verás peor que un duende de 1000 años - ¿Eh? La bolsa estaba vacía, volvió a rebuscar pero definitivamente estaba vacía. Alzó la mirada solo para notar como cierto amigo robusto caminaba a paso lento lejos de ellos - ¡Oye, Pah! ¡Eso es mío! -

- ¡Ahora no, idiota! - en mencionado empezó a correr con la comida que restaba en sus manos. Tanta fue su prisa que botó accidentalmente el dulce de Kazutora.

El de ojos dorados gruñó - ¡Oye! ¡Esa era mi comida!

- ¡Imbécil vuelve aquí! - grito Baji persiguiendolo, Kazutora se le unió a los segundos.

Luego de procesar un rato y ver el desastre, Draken reaccionó - ¡Oye, Baji! ¿¡A qué mierda te refieres con lo de envejecer?! ¡Si alguien muriera primero serías tú por ser un idiota sin escrúpulos! - Empezó a perseguir a Keisuke, formando así una chistosa persecución entre esos cuatro bajo la atenta mirada de Mikey y Mitsuya, quienes reían por la escena y se les unían al juego al poco tiempo.

Éramos unos niños muy ingenuos. Quienes creían tener el control del mundo en sus manos. Niños creyéndose ser las personas más poderosas del mundo, cuando eran un cero a la izquierda, jugando a las pandillas como un simple y sencillo videojuego de peleas. Al comienzo eran risas y victorias, el compañerismo habitaba en cada persona que portará el uniforme. Pero, el camino comenzó a tornarse sangriento y sin dirección hacia un buen final. Lágrimas amargas fueron derramadas, sangre de los culpables bañaban los carriles, la inocencia se les fue arrebatada.

Esto ya no era un juego de niños queriendo ser la pandilla N°1 de Japón.

Tampoco se trata de sueños frustrados o honores perdidos, ya no se trata de seguir los pasos de un muerto. Este es él mundo real, todas sus acciones tienen consecuencias que siempre estarán como cadenas unidas a su alma. El daño estaba hecho, y no se puede revertir.

La puerta principal se abrió de par en par, mostrando a toda la gente invitada sentada en las mesas del salón de fiestas, disfrutando de aquella maravillosa velada. Varias cabezas giraron en su dirección, como si fueran una sola. Al parecer habían interrumpido la hora de la cena, ya que todos tenían carne cruda en sus platos manchados.

Cómo exhibición principal estaba el torso de una persona llena de agujas enormes, algunos de miembros fueron claramente arrancados y la falta de piel era notoria. De ahí vino la carne, Rindou se cubrió la boca al darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, era desagradable. Iba a vomitar.

El sonido de varios vasos romperse de golpe se escucharon por todo el lugar, pero eso no evitó que aquellos viejos amigos suyos dejarán de prestarles atención. Ran notó como varios meseros estaban corriendo para esconderse cómo conejos asustados. Su mirada se posó en una de las meseras que lo miraba aterrada, sus piernas temblaban como gelatinas. Le guiño el ojo un poco divertido.

- B-B-B-Boten... - La chica salió corriendo despavorida hacia otra habitación al igual que sus compañeros. Arqueó la ceja, había alguien muerto con enormes alfileres decorando su espalda como alas en el escenario principal, ¿Pero se asustan por su presencia? Tal vez deberían sentirse halagados.

Mikey no dijo ninguna palabra y su expresión no mostraba alguna reacción clara. Parecía ignorar el olor a carne pudriéndose y la cabeza magullada a tan solo unos metros de distancia. Analizaba cada rostro y cada rasgo familiar que conocía muy bien. Los pasos de alguien acercándose eran claros, aunque titubeantes. Pero el aroma a nervios estaba presente. Takashi Mitsuya, era quién estaba tratando de acercarse a él. La expresión del omega era una mezcla de sorpresa, incredulidad y alivio. Entrecerró los ojos.

- ¿Mikey? - Estaba muy cambiado, caminaba de manera vacilante ante la presencia de un viejo amigo. Sus instintos eran fuertes y estos lo querían ver más de cerca, quería asegurarse de que era él, pero fue bloqueado por una Katana. La molestia en su rostro era evidente, se tuvo que tragar un gruñido lleno de frustración.

- Mantén tu distancia, Omega - Era una advertencia que no daba segundas oportunidades. Mitsuya retrocedió unos cuantos pasos hacia atrás - Dile a tu mascota que se tranquilice o será el primero en ser partido a la mitad - Señaló ha Hakkai.

Todos se habían levantado en estado de alerta ante la idea de que uno de los suyos iba a ser lastimado. Algunos soltaban gruñidos como perros rabiosos. Pah apareció entre la multitud apaciguando las feromonas y el enojó. La mayoría abrió paso al novio de aquella ceremonia.

Pah se paró al frente de la multitud al lado de Mitsuya, quien sonrió o trató de hacerlo - Ha pasado mucho tiempo, Mikey – Trato de sonar amable, aunque pah le susurro algo al oído que hizo decaer su sonrisa.

- ¿Qué hacen aquí? ¿Qué se les ofrece? Para que sepan que están interrumpiendo una fiesta - Aquella visita claramente no le había gustado al protagonista de este maravilloso evento. Molestando claramente a Sanzu ante esa actitud hacia su rey.

Alzó su katana cómo advertencia - Cuida tu tono, maldito bastardo - Gruñó, quienes se creen ellos para mirar de esa manera tan arrogante a su Rey. No son nada, son basura inservible que necesita ser limpiada, y él se iba a encargar de eso.

- Sanzu - La suave y peligrosa voz de Mikey intervino. Era un tono tranquilo hasta podía sonar indiferente, pero Boten conocían a su Líder. Esto solo era una advertencia. Sanzu soltó un gruñido molesto, bajando su katana para no enfadar a su Rey. Esto no se quedará así.

Aclarándose la garganta. Kokonoi se paró al frente de sus compañeros como el representante. Mientras su vista trataba de buscar a cierto Omega de ojos claros - Seremos breves, ya que no queremos arruinar este momento tan especial. Simplemente les pedimos que nos entreguen a dos personas. Hanagaki Takemichi y a Kakucho Hitto - La tensión había habitado en el lugar desde que llegaron, pero digamos que era pasable nada nuevo a que no se hayan enfrentado antes. Aunque, esta vez tuvo que disimular el escalofrío que sintió al sentir como el ambiente cambiada a uno mucho más agresivo. Es como si se sintiera atrapado en un bosque rodeado de varios ojos brillantes y amenazantes, esto era nuevo.

Ante el inminente silencio Haruki Hayashida fue el primero en hablar, todo había cambiado con esa simple orden. - ¿Qué no quieren arruinar el momento? Podré ser un idiota en algunas ocasiones pero claramente ustedes no saben ni en dónde están parados - Su voz era sería, no mostraba ignorancia o sarcasmo. Mikey arqueo las cejas, algo sorprendido, jamás había escuchado ese tono en el Alfa antes - Hace un par de años su visita hubiera sido más que Bienvenida, pero ahora solo nos provoca náuseas. Asique sera mejor que se vayan, no tienen que reclamar en este lugar -

Una expresión risueña se asomó en el rostro de Kazutora al oír aquella respuesta de su viejo amigo, estaba orgulloso de su amigo. Su mirada se afilo al dirigirse hacia los intrusos - Ya escucharon, Bonten no es bienvenido y no se llevarán a nadie de aqui -

- No era una pregunta - Aclaro Kokonoi, provocando que la mirada de Kazutora se oscureciera - Nos llevaremos a esos dos quieran o no, nos han causado muchos problemas, asi que no podemos darnos el lujo de irnos con las manos vacías - Sus palabras eran claras y fuertes, era una sentencia sin posibilidad de negociación.

Mitsuya tenía una expresión cansada en su rostro - ¿Qué es lo que quieren de Takemichi? ¿Qué es lo que quieren de nosotros? - La mente de Mitsuya era un torbellino de recuerdos, momentos felices y tristes lo confunden. La idea de la nueva Era mientras corrían sobre sus motocicletas, volvió a proyectarse una y otra vez. De cómo seis repentinamente se volvieron tres, perdidos sin rumbo. Sin nadie a quien seguir, varados en aquel camino - ¿No quieres pasar la tarde con nosotros como lo hubiéramos hecho en el pasado? - Cuestionó con una sonrisa. Draken hubiera querido darle otra oportunidad de estar juntos.

Lo malo de cuando una manada se separa de golpe o se forma muy joven, el lazo que los unía como una familia se distorsiona, dejando a muchos de los seguidores sin camino. Sin oportunidad de seguir de pie, de olvidar el pasado. Se sumen en la depresión, la ansiedad y el pánico. Entrando en una búsqueda constantemente de alguien a quien servir.

Nadie decía nada, algunos se sorprendieron por la propuesta de Mitsuya, pero nadie emitió ningún sonido esperando una respuesta. Takashi Mitsuya, era alguien que vivía en el pasado, siempre teniendo en mente de aquellos que perdió. Siempre ansioso de cumplir aquellos sueños frustrados de las personas que ya no están. Tanto Kazutora cómo Pah lo sabían, que el omega fue el más afectado del derrumbe de la manada.

Sinceramente no vendría mal un trago o dos, o eso pensaba Takeomi. Si la idea del Jefe era errónea. Entonces podía disfrutar de lo que siempre ha anhelado en aquella habitación rodeado de las fotos de sus amigos, pero eso ya dependía del Jefe. De él depende en si cagar más la poca relación con sus amigos o tratar de arreglarla. Además, si sucede lo segundo, el trataría de atrapar a su hermana y haría que los dos se sienten a tener una charla. No estaría mal resolver algunos malentendidos, caló el cigarro en su boca.

Mikey se enderezó, su espalda erguida desapareció, sus pasos se volvieron pesados y demandantes. Colocándose al frente de sus seguidores a tan solo unos metros de distancia de Mitsuya, al mencionado Dragón lo miró expectante. Este tenía los ojos llenos de esperanza y finita alegría. Qué repugnante.

Sorpresivamente tomó a Mitsuya de la nuca y lo agachó hacia su altura, teniendo un fuerte agarre que lastimaba al Omega. Su mirada ahora mostraba miedo y temor, varios gruñeron dispuestos a atacar. Incluso Kazutora, que estaba más cerca, estaba apunto de lanzarse encima de Mikey, pero Pah lo tomó del cuello de la camisa obligándolo a sentarse y alzó la mano, deteniendo al grupo de hacer cualquier movimiento. Hakkai, a diferencia de muchos no había movido ni un pelo, seguía esperando algún estímulo para moverse o alguna señal.

— Odio las actuaciones de gente tan falsa como tú - Escupio apretando más su agarre en el cuello— Lo único que quiero es me traigas a Hanagaki y al puto Traidor de Hitto, si los esconden todos ustedes pagarán por las consecuencias de sus acciones —

Era sorprendente, ante los evidentes lloriqueos del Omega, nadie se movía, si estaban molestos, pero todos estaban a las órdenes del Novio. Los miembros de Bonten sinceramente estaban sorprendidos. Ran hizo una mueca de disgusto, digamos que tuvo algo de empatía al ver cómo el Jefe intimidaba a aquel omega. Habían creído ingenuamente que este nunca le haría daño a sus viejos amigos ¿Nunca fueron tan cercanos o que? No lo sabe, pero él Jefe se estaba pasando un poco la mano con ese Omega.

Mikey volteo a mirar hacia Haruki, su mirada estaba vacía, pero se veía un gran enojo dentro de ella — Felicidades por tu Boda, Pah. Aunque, no sabía que él canibalismo estaba dentro del menú para este tipo de eventos — Soltó de manera brusca a Mitsuya, provocando que este cayera directo al suelo — La actuación nunca fue tu punto fuerte -

Yuzuha tuvo que sostener a Hakkai para evitar que se lanzará contra Mikey. Este volteó a mirarlos con superioridad eso solo le provocaba ganas de arrancarle esos estúpidos dientes que tiene ¿Quién se cree que es? No tiene ningún derecho, Chasqueo la lengua fastidiada por la situación.

— Has cambiado, Mikey. Creía que de los dos, tú serías al que mejor le iría bien en la vida - Soltó Kazutora de manera sarcástica. No podía creer que hubiera sido perdonado por este maldito, su trastornada mente al parecer si tenía razón en algo — Esta es la boda de Pah-chin y Mori-chan, ellos pueden decidir lo que se les venga la maldita gana sobre como hacerla. Tu nunca has estado aquí, y eres el menos indicado para hablar de la muerte. Así que ¿Qué te da el derecho a decir lo que está mal? —

La mirada oscura del Alfa posó sobre su persona - Me conviene decir lo que está mal o lo que está bien, Kazutora. Después de todo ustedes siguen siendo míos. - Sus ojos rojos brillaron. Los miembros de Bonten bajaron la cabeza en sumisión, mientras sus ojos brillaban del mismo color que su líder - Este es mi territorio, y ustedes se apodaron sin autorización de la pandilla de mi hermano. -

Volteó a mirarlos a todos, ante aquel silencio repentino - Lo se todo, Black Dragon. Ustedes fueron los malditos desgraciados que nos hicieron perder gran parte de nuestros negocios. Así que dejen de actuar como si fueran civiles normales, se les bajó el telón -

Lastima, Mochi y los Haitani tuvieron que agachar sus cabezas por instinto. Varias cuchillas de mano fueron clavadas en la pared detrás de ellos, dejando sorprendidos a aquel trío. Quienes trataron de buscar al responsable de que casi perdiera un ojo. Mikey siguió con la mirada la dirección en la que fue lanzado los cuchillos.

Un gruñido molesto salió por la garganta de Kazutora - ¡Mitsuya! ¡Los tenía! - El Alfa de ojos dorados había sido quien lanzó las cuchillas. El Omega de pelos plateados se levantó del suelo como si nada hubiera pasado - Me desviaste un tiro perfecto -

Koko noto como el actuar del Omega había cambiado, antes parecía alguien débil e ingenuo. Aquella aura era algo similar a la de una maternal si es que las llegaba a comparar, pero ahora desapareció. Tenía un porte limpio y una expresión hasta desinteresada, parecía divertirse de una manera tétrica ante las quejas del tal Hanemiya.

— Tenemos visitas, Tora. No hay que ser descorteses con ellos – Su tono era similar al que Mikey usaba para dar amenazas, pero esta tenía un toque dulzura y simpatía mal disfrazada – Además prometimos comportarnos bien –

– Tsk – Chasqueo la lengua, irritado. Se sentó de nuevo en el suelo observando cada movimiento de sus enemigos. Él no era como Mitsuya, le gustaba ir directo al punto. Entre los tres ex-Fundadores ellos se dividían así: Pah era el negociador; Mitsuya, el mediador y Kazutora, el sicario. Un trío que necesitaban del uno y del otro, y todos sus aliados lo sabían por lo que no se metían en los asuntos de esos tres, pero ganas de arrancar un par de cabezas había.

Mikey entrecerró los ojos – Definitivamente, draken estaría decepcionado por el camino que elegiste - Golpe bajo, todo el cuerpo de Mitsuya se había paralizado ante la mención de un simple nombre. Hakkai miró a su compañero y podía sentir a través del lazo una tremenda ira creciendo cada segundo.

Pero relajo su cuerpo, como si ese nombre ya no le afectara tanto. Sacó un cigarrillo de su bolsillo - Que curioso que hables de los muertos ahora, Mikey - Prendió su cigarrillo y guardó el encendedor de nuevo en su bolsillo – No parece ser algo que realmente te importe a diario –

Koko se puso más nervioso, no deberian estar provocando al enemigo en su territorio - A ver, ya dijimos que no queremos causar mas problemas, solo entreguenos lo que queremos y nos vamos - Trato de negociar, pero fue duramente ignorado.

– Black Dragons ahora es una de las organizaciones criminales más grandes y con enormes influencias dentro del mundo de la Mafia y bajo mundo. No se que es lo que realmente te cabrea Mikey, pero dudo que sea solo por la mercancía y terrenos que te robamos - Admitió Pah - Somos claramente enemigos, aunque recién conoces nuestras caras -

— Con una posición que realiza o supera a Bonten - Agregó Kazutora observando a los invitados - ¿A qué somos los mejores? - Varios gritos llenos de vitoreos indicaba que estaban de acuerdo, la mirada de kazutora se agudizó divertido por la situación.

La mirada de Mikey era indescifrable, pero soltó un suspiro. Actuando como si estuviera realmente decepcionado – A pesar de todo... Se ve que nunca les importaron los sacrificios que se dieron para que tengan este futuro. Todos ustedes mancharon el deseo Draken - Todos nuevamente callaron, como le gustaba matar el ambiente - Incluso el sacrificio de Baji fue en vano... No has aprendido nada en tu tiempo en prisión, Kazutora. Creí que cambiarias, que seguirías el ideal por el que Baji tanto sacrifico por ti, pero veo que jamas te importo tanto como solías decir -

Un rugido de Jaguar se hizo presente - ¡No te atrevas hablar de Baji-san de esa manera! - Peyan junto con Akkun tuvieron que sostener a Chifuyu de los brazos - Hablas tan seguro y orgulloso de tu vida cuando eres un jodido cobarde. Te atreves a acusarnos de deshonrar su memoria. Cuando tu, un líder de una mafia, nos echa en cara de haber seguido el "mal camino" ¡Fuiste tú el primero que se fue! -

— Sencillamente eres un hipócrita, Mikey. ¿Acaso pensaste en Emma o en Draken cuando te fuistes y creaste Kanto? Si ni siquiera pudiste pensar en ellos ¿Que me hace creer que pensaste en el deseo de Baji alguna vez? - Replicó Mitsuya tranquilamente, expulsando el humo del cigarro. Acariciando la cabeza de Kazutora para que este guardara sus dientes — Será mejor que se larguen ahora que estoy de buen humor y antes que el jefe vuelva de su meditación —

Sanzu gruño, ya lo tenía harto ese omega – Maldito insolente ¿¡Quién te crees que eres como para hablarle a mi Rey de esa manera?! – Mitsuya rodó los ojos, el perro empezó a ladrar.

El omega sonrió girando su cigarrillo sobre sus dedos — Takashi Mitsuya, ese es mi nombre por si lo olvidaste, Akashi. — mencionó el apellido que tanto odiaba a propósito, divirtiéndose ante aquella mirada llena de odio sobre su persona — Uno de los ejecutivos de Black Dragons. Teniendo bajo mi mando el mayor grupo de hackers y cibernautas expertos del mundo. Yo estoy a cargo cuando el jefe, y los mellizos, no se encuentran disponibles. Así que tengo todo el poder para que se larguen de nuestro territorio. No nos importa si descubrieron nuestras identidades, más bien nos cuestionamos el ¿Por qué tardaron tanto? siempre fuimos transparentes -

Eso es todo. Sanzu estaba irritadísimo. Esos imbéciles han estado arruinando la reputación de su rey sin remordimientos. No quieren darles al jodido traidor de Kakucho ni al lamebotas de Hanagaki. Solo siguen insultando a su Rey y eso no se va a quedar así.

Mitsuya solo sonrió, le estaba gustando como se estaba desarrollando esta situación — Así que, no esperes que sigamos bajando la cabeza en sumisión ante tus órdenes - Negó soltando una risita - Tu, ya no eres nuestro líder —

Sintió un hueco en el pecho ante aquellas palabras dichas con tanto orgullo. Su mirada observó a cada rostro conocido, pero a pesar de que siempre siempre estuvieron en su memoria, en esta situación ya no podía reconocer ninguna de las miradas que solía recordar, esas que siempre estaban llenas de alegría, ahora no eran más que recuerdos. Esto es su culpa.

— ¿Enserio? ¿Y quien es su líder? ¿El inutil de Hanagaki? Ese llorón que apenas podía dar un mísero golpe. No puedo creer lo bajo que han caído, si querían reemplazarme debieron buscar a alguien mejor. No sería un suertudo de mierda, si no fuera por mi ni siquiera sería alguien de renombre. Es tan inutil, que ni siquiera pudo cubrir la sombra de Baji - Koko miró sorprendido y hasta impactado por las palabras que Mikey estaba diciendo, apretando inconscientemente la mandíbula ¿No se supone que Hanagaki era su héroe? - hum, Draken sacrificó su vida por un bueno para nada. Pero que se puede esperar de un simple Omega llorón, que ni puede tener hijos, ni para eso sirve —

Sanzu sonrió victorioso ante las palabras de su Rey, sabía que eso había sido un golpe bajo para muchos. Según las fuentes, sabía que la mitad de ejecutivos importantes eran Omegas, su Rey los estaba dejando en su lugar.

...

¿Un simple Omega? Después de todo ¿Así es como los veía después de todo este tiempo? ¿Simples Omegas que solo servían como incubadora para traer cachorros a este mundo? A pesar de que él fuego de su cigarrillo empezó a quemarle los dedos, su sentido del tacto no estaba del todo coordinado con su cerebro.

¡Solo eres una maldita incubadora! ¿¡Dónde están mis cachorros?! ¿Cuando piensas darmelos?

¡¡Eres un inútil que ni limpiar sabes!!

¿¡Que te he dicho de coquetear con los vecinos?! ¿¡Ah?! ¿¡Acaso quieres revolcarte con ellos también?!

Si no aprendes a las buenas serás a las malas

Hakkai miró preocupado a Taka-chan, podía sentir un montón de sentimientos agrios venir de su pareja. — Ahora si te arranco la lengua — Las garras de Kazutora se afilaron de golpe – Debí matarte ese dia —

— Has caído muy bajo, Mikey - Una mirada llena de decepción era la que le daba a su viejo. Pah tomó a Mitsuya del brazo, este seguía perdido en una laguna de recuerdos.

— Vaya, así que menospreciando a los Omegas, creí que ese no era tu estilo, Manjiro. — Aquella voz desconocida alteró a muchos. Inmediatamente todos los invitados se inclinaron haciendo una reverencia, sorprendiendo a muchos.

— ¡¡¡Buen trabajo, Jefe!!! - Las voces sonaron en conjunto. Ran miró intrigado aquella actitud, los únicos que no bajaron la cabeza fueron solo cuatro personas. Así que esos eran todos los ejecutivos de más alto rango.

Apoyado en él barandal del segundo piso, se ubicaba aquel poseedor de esos únicos ojos azules. Con su cabello negro y corto, algo alborotado, pero le daba ese toque de inocencia y joventud eterna. El traje que llevaba en ese momento era uno elegante de color negro con detalles blancos curiosos que llegaban a resaltar su atractiva figura.

Ahí estaba, Hanagaki Takemichi, Jefe de la Mafia de los Black Dragon 's. Mikey miro cada mínimo detalle, quería asegurarse de que fuera real. Qué el que estaba viendo era el mismo Omega de brillante sonrisa. Definitivamente había cambiado, sus facciones eran mucho más maduras de lo que las fotos lo mostraban.

— Te llevaste a uno de mis siervos y has robado mercancía que valía millones - Su voz sonaba severa, contrario de sus pensamientos. Takemichi bajaba por las escaleras a paso calmado, la mayoría de invitados se arrodillaron cómo si estuvieran ante la presencia de alguien sumamente importante. Cómo un Rey.

Paso al lado de los únicos que seguían de pie — Gracias por recibir a mis invitados, Mitsuya — Agradeció al Dragón quién asintió con la cabeza expulsando el humo en sus labios, había vuelto a sus sentidos con la sola presencia de su jefe —Esa es una acusación muy grave ¿Lo sabes no?-

Sanzu chasqueó la lengua, ahora el bebé llorón se creía el dueño del mundo, patético. Takeomi notó la presencia de Senju cuando Hanagaki apareció, parecía ser su sombra.

— Vendrás con nosotros. Te has metido en asuntos de Bonten que no podemos dejar pasar y traerás al traidor contigo - No sonaba como una invitación ese diálogo.

Takemichi inclinó la cabeza — Pareces no conocer tu lugar aquí. Creí que Mitsuya había sido claro, tú no eres nadie para darnos órdenes — Señaló de manera calmada..

— Todo integrante de Bonten que se ha revelado contra su Rey, tiene que pagar con su vida. Ese es un asunto de Bonten en el qué Black Dragon 's se metió — aclaro Rindou tratando de negociar, sino venía Hanagaki entonces que les dieran a Kakuchou. Miraba de reojo a su hermano quien luchaba para no expresar su descontento, sabía lo importante que era Kakucho para él. Su traición lo afectó mucho.

— ¿Integrante de Bonten? ¿Kakucho? - Se empezó a reír Chifuyu, sin importarle en ambiente tenso. Takuya trató de contenerse un poco, pero falló obviamente. Akkun tuvo que darle un codazo al de ojos felinos para que dejara de reírse — ¿Es que acaso nunca lo supieron? Dios, y creí que eran más inteligentes ¡Seishu debería estar viendo esto!—

— Si fue fácil hacerlos corren en círculos con las pistas ¿En Serio pensaste que se darían cuenta? - Replicó Pah uniéndose a la burla. Mitsuya sonrió negando con la cabeza.

Al ver las miradas confundidas de todo Bonten, Takemichi se apiadó un poco de ellos — Creo que hay un pequeño problema de datos ahí, Haitani. Kakucho nunca y jamás perteneció a Bonten, tampoco le perteneció a lo que fue Kanto Manji algún día. El siempre me perteneció, su lealtad siempre estuvo dirigida hacia mi —

— Kakucho es el tercero al mando de Black Dragon 's, y también fue tercero al mando en Bonten, Mmm curioso pero a la vez algo gracioso - Mitsuya se encogió de hombros.

Mikey no respondió, en cambio chasqueó los dedos. Provocando que inmediatamente miles de hombres uniformados aparecieran apuntando con sus armas hacia Black Dragon 's.

— Ala ¿Tan pronto nos iremos a las armas, Manjiro? — Su expresión denotaba sorpresa, pero ellos tampoco se quedaron de brazos cruzados. Los mismos invitados sacaron sus armas y apuntaron a los ejecutivos de Bonten, integrantes de la quinta división liderada por senju también se pusieron en alerta. Atentos ante algún pequeño movimiento — Lastima, quería seguir hablando —

— Te burlaste de Bonten. — Entrecerró sus ojos —Te burlaste del mensaje que alguna vez te confíe, arruinaste un futuro perfecto solo por tu egoísmo — algunos integrantes de Bonten miraron desconcertados a su Jefe ¿De qué está hablando? — Sino vienes por las buenas será por las malas —

—Hay más de 300 hombres afuera, esperando alguna señal, así que no tienen más alternativas - Koko habló está vez.

—¿Hablas de estos hombres? — Senju lanzó un montón de pedazos de piel con una marca similar al tatuaje que llevan los ejecutivos principales de Bonten, pero estos eran exclusivos para los de menor rango. — Ahora quedan 95 de ustedes contra 95 de nosotros, el juego está igualado —

Mochi miro con asco los pedazos de pieles en el suelo, debe admitir que tenía inmensas ganas de vomitar. Definitivamente, está organización no era como alguna otra que enfrentamos antes. Bueno, ninguna llegó al canibalismo y tampoco los tenía tan enjaulados. Si salieran ilesos sería por pura suerte y de que su su Jefe no seguiría metiendo la pata.

— Ay Manjiro, hablas como si ninguno de nosotros tuviera libre albedrío – Negó con la cabeza – ¿Qué sabrás tú del futuro "perfecto"? ¿Qué sabrás tú de los viajes en el tiempo? Nunca lo vivirás en carne propia, ni sufrirás por sus consecuencias. Así que no me hables como si fueras un experto en el tema —Alegó de manera desinteresada — Mira el lado bueno ¡Finalmente nos volvemos a ver! ¡Luego de 12 años! ¿No crees que es maravilloso? Es como esos reencuentros con tus compañeros de promoción ¿Verdad chicos? -

Su tono cambió a uno más animado y juvenil, como si de verdad estuviera emocionado, como si aún fuera ese adolescente sin preocupaciones. Muchos se pusieron de acuerdo y rieron en complicidad.

Arqueo la ceja — ¿Y? ¿Simplemente nos sentaremos a tomar vino y hablar del pasado? No me vengas con niñerias — A Ran si se le antojaba un buen vino de hecho. Toda esta tensión de viejos amantes y amigos, lo dejan seco — Estás acabando con mi paciencia —

—Lastima, sino querían irse, pensé que querrían disfrutar del resto del espectáculo. Bueno, ya que — Se encogió de hombros — Si guerra quieres, guerra tendrás. Pero de aquí No te llevarás a ninguno de mis cachorros — Sus ojos brillaron fuertemente teniendo un color dorado brillante. A Todos los de la fiesta también le brillaron los ojos.

Rojo con amarillo, sumisión contra respeto.

Las balas empezaron a llenar todo el lugar. Algunos que no usaban armas de fuego, así que tuvieron que improvisar pequeños refugios con las mesas para protegerse y reorganizar su ataque.

— Lamento, interrumpir tus votos Pah — El mencionado solo negó con la cabeza, sacando debajo de una de las mesas una metralleta vulcan. Koko casi se infarta al verlo ¿Todo este tiempo los estaban esperando? Joder han caido en su trampa, se los dije malditos. ¡No los provoquen! Pero claro nadie lo escucha.

— No te preocupes, esto le da algo de emoción a la noche — Pegado a su espalda se hallaba su preciada esposa, quién carga dos metralletas Mp40 en ambas manos. — Adoro las noches de bodas — Comentó su esposa, se había rasgado un poco la parte inferior de su vestido de fiesta, para mejor movilidad y se veía impresionante - Deberíamos tenerlas más a menudo. Lastima que no muchos creamos en el matrimonio – Su esposo asintió. Takemichi dejó a la pareja disfrutar de lo que quedaba de su noche.

Peyan se sintió algo ofendido al ver como sus amigos lo dejaban de lado, ya que se estaban divirtiendo sin él. El aún era bueno con los golpes y protegía a Hanagaki de cualquiera que trataba de acercarse a él.

—¡Kawaragi! ¡Tú ya te has divertido con más de 150! ¡Dejanos un poco! — Replicó Yuzuha con su ballesta, de paso lanzándole un par de flechas a su amante despreocupada. Quién esquivaba divertida.

— Solo te ayudo un poco, amor — Sonrió, guiñando un ojo de manera coqueta. Cuando volteo a ver a cierto cabello rosa detrás de una mesa, sonrió — ¡Ya vuelvo! ¡No esperes para dormir! — Yuzuha solamente bufó, dándose cuenta que ya no le quedaban muchas flechas, chasqueó la lengua frustrada.

— 95. Nos sobra gente, mi tiempo en escena terminó — Apoyó su ballesta sobre su hombro, por lo menos fue una buena práctica para probar las mejoras de su bebé. Le dió una patada a su atacante al ver como trataba inútilmente de darle una emboscada — Mm, ahora que recuerdo, creo que deje la estufa de la casa prendida —

Sanzu recargó su arma, que era un revólver calibre 32 de 4.5mm, no la usaba mucha ya que prefería 100 veces su Katana. Pero los insectos eran demasiado escurridizos, lo peor es que no le ha dado a ninguno. Solo le quedaba un cartucho — Deberías vigilar tus cosas Haru-nii~ — En menos de un suspiro, tenía a su lado a la mocosa esa con su katana en sus asquerosas manos — Juguemos a las escondidas —

Ella empezó a correr hacia afuera, Sanzu trató de dispararle en la espalda. Calculó mal, se había quedado sin ninguna jodida bala, maldita mocosa. No tuvo más remedio que seguirla, que bueno que siempre tenía un par de cuchillas guardadas.

—¡Sanzu! ¡Espera, No puedes— ¡Agh! Olvídalo — se quejó, escondiéndose nuevamente tras una columna, no sabe cuánto tiempo durará esté escondite — No me pagan lo suficiente para estas cosas — Soltó un suspiro rendido.

A pesar de la lluvia de balas y ataques con armas blancas, lo que ha notado es que no los mataban. Bueno, si les han rozado alguno de sus ataques y algunos tienen heridas graves, pero el hecho era claro.

— Simplemente seguimos órdenes —Koko se sobresaltó, al darse vuelta se topó con Takashi Mitsuya. Casi todo su cabello estaba hacia un costado, resaltando un tatuaje de dragón en la sien derecha — Qué no haya muertos no significa que no haya heridos —

El Alfa de cabellos teñidos frunció el ceño — ¿De qué trata todo esto? Está claro que nos guiaron hasta aquí desde un inicio ¿No sé supone que la velada iba a ser tranquila? -

— Lo es — Señaló a ambos líderes de las dos grandes organizaciones criminales de todo Japón. Se habían encontrado cara a cara— ¿Has escuchado de los relojes de arena? -

Koko arqueo la ceja confundido, pero Mitsuya continuó — Somos enemigos, hasta que nuestro líder decida cuando parar, este momento es solo una reunión de presentación, para que ambos bandos se conozcan. — Una sonrisa tranquila y hasta cariñosa adornaba su rostro — Nos queda aún un largo y corto camino, Hajime. Así que vete preparando, por qué la persona que buscas hace tiempo que dejó este lugar—

Hanagaki tenía esa sonrisa calmada en su rostro, estaba siendo apuntado por el arma que Manjiro siempre traía encima – No es la primera vez que me apuntas con un arma, algo me dice que tampoco será la última vez. – Camino hasta que su pecho tocó la boca del cañón – Si pierdes esta oportunidad de dispararme, creeme que ahora que nos reencontramos no te dejare en paz nuevamente –

Mikey lo miró con desinterés – Eres un asco para amenazas – Bajo el cañón – Además ¿De que me serviría matarte ahora? De momento no me sirves muerto, si quiero a tu marioneta necesito que respires –

No pudo evitar reírse – Eres un cobarde, Manjiro – Hablo limpiándose las lágrimas que caían por la risa – Ninguna de tus versiones tuvo tal "Consideración" Pero, perdiste tu oportunidad – Dio unas cuantas palmadas antes, que el lunar sea invadido por bombas de gas. Imposibilitando a sus enemigos de ver hacia donde iban – Nos vemos pronto, Alfa -

Cuando el humo se dispersó, ya no hubo ninguna señal de los presentes. Todos se habían ido, frunció el ceño antes de divisar una carta dorada en el suelo. Al abrirla, noto que era la misma invitación hace meses atrás también le había llegado, con que asi son las cosas.

Se levantó, ya que se había arrodillado para recoger la tarjeta, y miró a sus seguidores— Vámonos, no tenemos nada que hacer aquí — Algunos miraron sorprendidos a Mikey, normalmente este nunca dejaba dar su brazo a torcer. Pero si se marcha sin el traidor de Bonten o Hanagaki, esto podría darle un mal perfil de su racha de no sé toleran traidores en Bonten — Se fueron, no hay rastros de que haya alguien por los alrededores, perdemos nuestro tiempo — Mikey no era tonto, sabía lo que pasaba por la cabeza de sus miembros, pero ahora debían formar un plan. Dentro del auto apretó la invitación con demasiada fuerza, estaba demasiado irritado por la situación.

— Todo esto es un juego para ti, takemitchy. — gruño, después de todo, fue en vano. Y ese jodido omega se las pagara. Pagará por cada muerte que sus descuidadas acciones causaron.

[...]

Kakucho acomodo el retrovisor, viendo como un dormido Souta se acomodaba en los asientos traseros. Este abrazaba una botella de tequila vacía como si su vida dependiera de ello, tuvo suerte que tuviera el alcohol suficiente en sus venas como para que sea sencillo convencerlo de llevarlo a casa. Bueno, luego de uno que otro soborno de su parte, pero la cosa es que logró sacarlo de allí. El que si opuso algo de resistencia fue Inui, a veces era un dolor de cabeza cuando estaba en ese modo, actualmente también se encontraba dormido en el asiento del copiloto.

Al final, el rubio se resignó en venir luego de que vomitara en más de dos ocasiones seguidas solo por el olor a pescado de la cocina durante su trayecto al auto. Soltó un suspiro resignado, solo esperaba que las cosas terminaran calmadas y lo menos alborotadas posibles. Aunque lo dudaba.

Conocía lo suficiente de Bonten al igual que de Black Dragon 's. Pero estaba seguro de una cosa, el caballo y el Alfil empezaron a moverse para Black Dragon 's, dejando espacio para que la torre pudiera moverse. Algo le dice que las cosas solo van a empeorar, ya sea de buena o mala manera. Si es que la buena suerte seguía dando la cara por ellos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top