Hace diecinueve años en el reino dragón nació un heredero, sin embargo ese bebé no emitió ningún sonido cuando fue sacado del vientre de su madre. La respiración del bebé era débil y sus labios tenían poco color, debido a su anormal estado se decidió llamar a los mejores médicos y cuando ellos no pudieron hacer nada se llamó a los sabios.

«El pequeño príncipe, no tiene alma» —sentenció la inminencia de los grandes sabios, guardianes de la familia imperial.

La madre del bebé rompió en llanto al escucharlo e imploró al mayor de los sabios que salvará la vida de su hijo. La mujer estaba desesperada no solo por el hecho de que el emperador estaba cada día más débil y era poco probable que pudiera concebir un segundo hijo, lo que causaría una gran guerra, pero más le importaba el bienestar de la pequeña criatura que llevó en su vientre durante esos nueve meses.

—Existe una manera —respondió el sabio—, pero el precio es alto. El príncipe quedara desfigurado y deberá usar una máscara para ocultar la marca de maná que será anormal en su rostro, usaremos la magia de una perla dragón para revivirlo —explicó como usarían la magia para salvarle la vida al pequeño príncipe.

—Lo que sea, por favor salva su vida —accedió la madre desesperada por aquella esperanza.

Así fue como el sabio con ayuda de una perla dragón, una rara reliquia de la familia imperial, salvó la vida del único príncipe del imperio y quién se convirtió en el emperador. Ese día se salvó la vida de Slang, el emperador que se ocultaba detrás de un antifaz desde que era pequeño.

Un alma inestable y un cuerpo con una maldición hacían de aquel emperador único en su clase. Sin embargo, aquel no era el único secreto que se ocultaba detrás de su máscara.

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Drake

Al ingresar al salón de baile mi primer objetivo fue identificar a la supuesta chica que el emperador favorecía. La princesa del reino Horse, no fue difícil dar con ella, pues cuando el emperador hizo su aparición no apartó la mirada de una sola chica. Abby tenía el cabello rubio y ojos rojos, al verla tuve la leve sospecha de que su apariencia me recordaba a alguien, pero no estaba seguro a quién. Dejando de lado ese presentimiento, me concentré en lo que debía hacer para que el emperador pusiera atención en Kayda, no necesitaba que ella lo amará sino que él la amará a ella, ese sería el inicio de su derrota.

Era arriesgado y además tenía pocas opciones, el emperador ya parecía decidido a tomar a esa otra chica como esposa, pero entonces pensé en utilizar mi último recurso. Algo que no había intentando antes y que no tenía garantías de que funcionará, pero que de igual forma nos daría ventaja si lo conseguía.

Es por eso que tomé el riesgo al poseer el cuerpo del emperador Slang. Mi alma desplazó a la suya y entonces conseguí hacer mi voluntad, era extraño volver a tener un cuerpo material, pero a la vez era necesario y cómodo para la estrategia que tenía en mente.

—Princesa Galar, ¿me concedería está pieza? —pregunté en el cuerpo del emperador.

Ella aceptó, esa fue la primera vez que sentí plenamente la calidez que trasmitía su mano. Si bien había momentos en los que podía materializarme para ayudarla, lo cierto era que la sensación del tacto físico era muy diferente a solo sostenerla con la energía de mi alma.

—¿Sky? —preguntó levemente confundida.

—Solo confía en mí —respondí para guiar el baile por ella.

—¿Cómo lograste hacer eso?

—Todavía no estoy seguro, pero lo más probable es que pueda mantenerlo por poco tiempo —confesé conociendo los riesgos—. ¿Cómo supiste que era yo? —decidí preguntarle.

—Los ojos del emperador Slang son grises, pero los tuyos dorados, ahora mismo tu mirada es ámbar —pronunció girando a mi lado.

Apenas pude sostenerla por la sorpresa al saber cómo me había reconocido.

—Así que era el color de mis ojos, no tenía idea de que mi alma representará ese color.

—Supongo que tiene sentido, existe un viejo dicho que habla sobre que los ojos son el reflejo del alma —pronunció ella y sonrió nuevamente.

El baile continuó y podía escuchar como los rumores cambiaban rápidamente. Ahora nadie se atrevería a decir que el emperador favorecía a una chica extranjera, sus ojos estarían puestos en la princesa del ducado Galar y eso elevaría su reputación. Si pudiera hacer que el emperador se viera cómo un tonto sería aún mejor, pero todavía era muy pronto para eso, antes debía establecer el lugar de Kayda y luego reducir el poder de la familia imperial. La alta sociedad y bocas sueltas ayudarían a mis planes y es que después de tantos años seguían manteniendo algunas costumbres arcaicas cómo lo eran hacer correr los chismes rápidamente.

No tenía idea de cuanto tiempo podría permanecer en el cuerpo del emperador o si más tarde habría efectos secundarios para él o para mí. Era la primera vez que se me ocurría hacer algo semejante y de no ser por las circunstancias tal vez no me hubiera atrevido. Me alegraba haber probado a materializar mi alma, pero poseer otro cuerpo era completamente diferente, de cualquier modo con la nueva habilidad que tenía podía ayudar a Kayda más fácilmente y hacer de nuestros planes una realidad a corto plazo.

Con esos pensamientos sostuve su mano con mayor firmeza y me asegure de grabar aquel efímero momento con ella en mis memorias. Había pasado mucho desde la última vez que pude tocar a alguien y quería mantener aquella sensación de calidez en mis recuerdos por mucho tiempo.

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Mientras el baile continuaba el alma atrapada del emperador en su cuerpo era consciente de lo que sucedía a su alrededor. Slang sabía que estaba siendo controlado por alguien que daba preferencia a Kayda.
El emperador Slang, solo había visto a Kayda una vez durante el día anterior, sin embargo, sabía que esa chica era la hija del duque y su prometida desde que nació, pero no entendía porque o como se relacionaba con el control anormal de su cuerpo.
Aún así se propuso descubrirlo, aunque no hizo esfuerzo por recuperar el control de su propio cuerpo, de alguna forma él sabía que quién fuera que lo controlaba dejaría de hacerlo tarde o temprano.

Al amanecer del siguiente tal como el joven emperador pensó, volvió a obtener el control total de sus extremidades y su habla sin ningún problema. Fue entonces cuando llamó a las sombras, guardianes leales a él, los más ágiles y fuertes que existía en todo el imperio de Zhayna Zodiac.

—Vigilen a Kayda Galar, quiero saber todo lo que ella haga y si hay algo anormal repórtamelo solo a mí de inmediato —ordenó a las sombras del imperio.

—Sí, su majestad —respondió el líder de grupo de sombras que permanecía encapuchado con el rostro totalmente cubierto, se inclinó y desapareció a los pocos segundos como si de una sombra se tratara, tal y como indicaba su nombre.

Slang no tenía la intención de dañar a Kayda o atacarla, primero quería asegurarse de que era lo que estaba sucediéndole a su cuerpo y si tenía relación directa con ella.

Mientras tanto en la habitación de Kayda, ella junto a Drake festejaban el primer gran paso para tomar el trono.

—Descubrí que el tiempo estimado que tengo, antes de ser expulsado de su cuerpo es de doce horas —explicó Drake en su forma humana sentando a una esquina de la cama de Kayda.

—Es genial, ahora puedes revelar el secreto de la familia real, tomar el trono tu mismo y exiliarlos a todos del reino.

—No es tan sencillo como eso, además no puedo tener el trono, ese es tu puesto. Además, ¿olvidas que solo son una especie de fantasma?

—Temía que dijeras eso. ¿Entonces, cuál será el plan? —preguntó ella curiosa por lo vendría.

—Solo debes confiar en mí, haré parecer que el emperador te amé y esté tan loco por ti que te cederá el trono —explicó él.

—¿Y eso en qué me ayudará a ser la única gobernante? Realmente no quiero casarme con él.

—Lo sé, esta es solo una estrategia para hacer que la reputación de la familia imperial decaiga. Mientras este en el cuerpo del emperador conseguiré hacer que el ducado de Galar tenga más poder. Tú solo debes concéntrate en reunir aliados entre la nobleza y hacer lo mejor que puedas con la población, eso aumentara tu reputación en la política y diplomacia con los demás reinos.

—Pero, si hago eso siendo su prometida también aumentara la reputación del emperador —replicó Kayda.

—No te preocupes por eso. Cuando haya logrado colocar a tu padre en una posición en la que pueda protegerte por su cuenta, dejaré que el emperador elija a esa chica extrajera para la posición de emperatriz, esa será su ruina —pronunció Drake sabiendo como sería el final.

Cuando el emperador enamorado eligiera a otra chica para ser su esposa, sería el momento perfecto para revelar los poderes de Kayda. De ese modo, Drake planeaba hacer que los nobles se alzaran para derrocar al emperador y asegurar el trono para Kayda. En esencia ese seria su plan, pero seguía ignorando el hecho de que si funcionaba, dejaría a Kayda en medio de una nueva lucha por el poder. Drake había olvidado completamente el principal de sus deberes, aquel que había jurado cumplir, proteger la felicidad de Kayda. Él había olvidado que una vez en el trono, ella debería elegir a un consorte para seguir con el linaje real.

Continuará...