Capitulo veinticuatro
Shiom agarró a Marian sin dudarlo un segundo y la colocó en su espalda. Sacó la espalda y apuntó al Lunael que había estado detrás de ella. Marian sonrió, se sentía protegida, aunque no lo necesitara. Era lindo que la reacción de Shiom haya sido esa.
—¿Por qué te haces por mí? —preguntó el que estaba al frente de Shiom—. Chicos, no se dejen engañar, él está usurpando mi puesto.
—¿Será que te callas y muestras tu verdadero rostro?
—Miren, ni siquiera sé de qué habla ese mentiroso. —Laure comenzó a reírse mientras el Lunael dos hablaba—. Tu cállate, ni siquiera das para ver quien es tu verdadero capitán.
La risa se intensificó en ella e hizo que los demás chicos la acompañaran. Todos los del escuadrón de Lunael lo habían entendido desde el inicio. El dragón de la luz estaba involucrado en muchas cosas, pero al final, no era un mentiroso.
—Quien lo diría, el chico no era un mentiroso. —Nicolea sacó su espada, pero su capitán hizo un movimiento con la mano—. Ash, quería ver si podía usar tus habilidades.
—Es mi presa. —La voz de Lunael demostraba su enojo—. Y yo soy su presa.
—Y bueno, al parecer mi plan fue dañado, quien lo diría. —La voz del Lunael que no era Lunael sonó, tenía un tono más macabro y grueso—. Quién lo diría, encontrar al verdadero usurpador en un pueblo en medio de la nada.
—¿Qué haces aquí? —Lunael comenzó a caminar desenvainando su espada. Le hizo una seña con la cabeza a Shiom para que se moviera, cosa que hizo de inmediato junto con Marian—. Pensé que te habíamos matado.
—Casi lo hacen, pero no pudieron. —Este hombre también comenzó a caminar, pero con cada paso parecía más alto—. Cuatro contra uno y no lograron matarme, ¿qué te hace pensar que podrás hacerlo? Los otros dos pilares fueron un buen juguete. Faltas tú.
La piel de aquel ser, que con cada paso iba creciendo un par de centímetros, comenzó a rasgarse. Era como si se quebrara. Su verdadero color, un azul tan oscuro que parecía negro comenzó a mostrarse. Se puso la mano en el cabello y lo jaló, y como si hubiese sido una máscara todo salió por arriba, dejando ver un rostro: era plano, solo tenía dos orificios debajo de los tres ojos y una boca. El resto era como un espejo. Donde se reflejaba todo, incluso la luz.
—Ah, eres un Darefe, serás una presa simple —bufó Nicolea.
—No, no es un Darefe, no es nadie de la raza "espejo". —Lunael se colocó en guardia, todas las espadas que había creado se colocaron en posición para ser disparadas—. ¿Qué eres?
—Cierto, cierto. —El ser extendió su brazo derecho, musculoso y lleno de cicatrices. El brazo de él eran dos piernas de Shiom—. Ustedes lucharon contra los nobles esa vez y confundieron a esos niñatos con uno de sangre de la realeza. —Abrió y cerró el puño, haciendo que un mazo se manifestara allí. Uno grande, con rastros de varios choques de armas—. Soy un emisario de Gui Land, y soy parte de los guardianes de la realeza. Pero sí, soy de la raza espejo. Se nota que ustedes no aprendieron nada de esos nobles.
—Que raro, nunca vimos tu verdadera forma. Solo eres un cambia formas. —Lunael bufó—. ¿Estás tan debilitado que te tocó sacar tu verdadera...?
Antes que Lunael siquiera pudiera terminar de preguntar, todas las espadas creadas con Hus kha trataron de bloquear algo, pero se quebraron en miles de pedazos. Si el capitán Knox no hubiera dado dos pasos atrás, aquel martillo le hubiera destrozado la cabeza por completo.
Lunael se dio cuenta de algo. Él había luchado contra ese ser, los cuatro pilares lo habían hecho, y juraban que era un príncipe de la realeza. Prats no fue lastimado por él, pero Cecilia, Dutla y él mismo lograron salir por suerte. Esa vez solo tenía un escudo y una espada, ahora parecía que tenía su verdadera arma. Esto no iba a ser para nada fácil.
Lunael se lanzó hacia adelante, dos espadas aparecieron a cada uno de sus lados mientras se movió, fue un solo parpadeo, lanzó un corte con la espada que tenía en la mano, mientras las otras dos se dispararon hacia las zonas en que aquel ser no podía cubrir por el tamaño del martillo, la primera espada impactó con el martillo, la fuerza fue un poco mayor dado que a ultimo segundo le inyectó de su fuerza del alma a su arma principal, haciendo que aquel ser se desestabilizara. Las otras dos espadas de Hus Kha chocaron contra el cuerpo de aquel sujeto, vientre y pierna derecha, las cuales penetraron un poco la piel, pero se volvieron a destruir como si nada.
Lunael no se dio cuenta, pero aquel ser, justo cuando las dos espadas impactaron, la pierna izquierda de ese ser se movió a una increíble velocidad dándole un golpe en el costado. La patada fue algo que hizo que el peliblanco saliera rodando por el suelo un par de metros. El emisario de Gui land saltó con el martillo para caer dándole un golpe en la espalda a Lunael, pero este se movió girando hacia la derecha, el martillo impactó directamente al suelo.
Lunael, que estaba a la derecha, sintió la fuerza que llevaba ese martillo. La vibración lo hizo espabilar, aunque su mente estaba funcionando, su memoria muscular lo había obligado a levantarse, y aprovechar ese segundo de aturdimiento para convocar otras cinco espadas para lanzarlas. Todas golpearon, las cinco se enterraron en el brazo derecho de aquel ser, haciéndolo gritar. Soltó el martillo, Knox se movió acortando la distancia para dar otro golpe, pero lo que recibió fue un puño cerrado de aquel emisario en todo el pecho. No lo vio venir, fue demasiado rápido incluso para él. Chocó contra el suelo, gritó de dolor. Fue un impacto demasiado grande para su cuerpo.
Ambos habían sufrido daño, pero a comparativa el pilar estaba perdiendo y por mucho. Los dragones trataron de moverse, pero Lunael sonrió y se colocó de pie como pudo. Su cuerpo estaba procesando el impacto todavía, pero el emisario tampoco es que pudiera moverse en la mejor condición. Su brazo derecho se había vuelto inútil cuando las cinco espadas se insertaron en su brazo, aunque él se las sacó y rompió.
—Maldita sea, eres más duro de lo que pareces. —Lunael tenía su espada con el filo contra el suelo. Aunque su cuerpo estuviera sufriendo, su mente estaba tratando de estar en un estado de paz. Invocó tres espadas más a su lado, había usado demasiado Hus Kha con respecto al daño que estaba recibiendo. Si esto seguía, moriría.
—Y tu resistes más que una cucaracha.
El brazo izquierdo del emisario agarró su martillo y sin ningún signo de mover su mano, lanzó su arma hacía Lunael. Todos voltearon a ver como el gran capitán Knox detuvo el impacto por muy poco. Las tres espadas se rompieron y un escudo formado en segundos, también se partió en miles de pedazos.
—¡Rebts! —Lunael maldijo al darse cuenta que aquel ser había usado ese ataque como distracción y desaparecer—. ¿Por qué?
El peliblanco sin fuerzas en su cuerpo cayó contra el suelo. Su cuerpo estaba cansado. Su armadura, que nadie se fijó hasta que llegaron cerca de él, tenía varias abolladuras. Los impactos que hizo el ser con su pierna y brazo, fueron lo suficiente para crear abolladuras bastante profundas. Su respiración estaba llena de desastre, su conciencia estaba al filo de perderse.
—Así nunca lograrás tu cometido, príncipe. —Lunael volvió a escuchar la voz de Xerthus, y está vez él tenía razón, era demasiado débil—. Eres fuerte, pero todavía te falta mucho... Yo te daré lo que quieres y necesitas, solo debes encontrar la llave.
Lunael ignoró la voz. Miró como Nicolea y Laure se acercaban corriendo a darle un socorro.
—Debemos... —Trató de hablar, pero el dolor de su cuerpo fue demasiado grande. La adrenalina ya había desaparecido, el dolor comenzó a intensificar al máximo—, debemos... encontrar... a... los... pilares.
Cada palabra era una pausa de más de diez segundos. Shiom lo miraba desde lejos. Aquel hombre había demostrado muchas cosas, pero a la final, seguía preocupado por sus amigos. Era sincero.
---///---
Cecilia estaba tratando de acumular Hus kha, pero le era difícil. Los dos reyes habían escapado porque su Hus Kha se había vuelto inestable y las esposas creyeron que no había nadie allí, entonces se abrieron. Claro, eso era algo que ellos podían hacer, estaban muertos. Pero un humano cuando despierta la fuerza del alma le era muy difícil volver a apagarla. Lentamente se iba haciendo como una extensión del cuerpo, impidiendo cualquier otra cosa.
Hacer que las personas se olviden de lo que vieron o que, si acaso existe un pueblo, eliminar vidas, parar el flujo del agua, viento, crear ilusiones, muchas cosas se podía hacer con esta fuerza, pero eliminar la presencia de ella, era imposible. No había rastros de poder hacer esto. No existía un mecanismo. E incluso, desestabilizar el Hus Kha era algo completamente peligroso, dado que podía crear un estado de aturdimiento en el cuerpo de la persona, o incluso podía matarla.
—Allí vuelve alguien. —La reina del cielo murmuró en la mente de Cecilia, la cual dejó caer todo, incluso su cuerpo, controlando la respiración y entrando en un estado casi parecido al de una inconsciencia.
Prats, por otro lado, debía seguir el plan a la perfección. Tratar de llevar al límite a ese Lunael, demostrarle que no todo es debilidad y que los pilares eran más de lo que él quería mostrar. Pero, el plan sufrió un contratiempo, no esperaban que este Lunael volviera sin la forma de él.
—Quien lo diría, el dragón de la Luz vino hasta acá. —La voz sonó mientras abría la puerta. Prats no lo reconoció, Cecilia por otro lado, si le llegó la sensación nauseabunda del Hus kha maldito—. Puedo conseguir la llave a cambio de sus vidas.
El ser, que Prats notó que tenía el brazo derecho inutilizado, se acercó hasta el hombre y con su mano izquierda despegó las cadenas de la pared. La fuerza fue increíble, el pilar tragó en seco. Esa fuerza era por mucho la de él. Luego hizo lo mismo con Cecilia y arrastró a ambos mientras que estos trataban de revolcarse. Todo había salido mal, pero él estaba lastimado, podían beneficiarse de eso. Cuando salieron a la luz del sol, reconocieron donde estaban. Prats sonrió, su esposa había tenido razón. Estaban en Broks todavía, nunca se movieron de allí.
Los niños gritaron, e incluso los adultos corrieron al ver como este ser salía cerca del pozo el agua. Todo el plan había sido destruido. El emisario estaba bastante molesto. Había envenenado el agua justo para que mataran a Shiom o lo entregaran a la orden. Él mandó la carta de que habían encontrado al dragón de la luz antes de tiempo. Tomó la forma de uno de los pilares y tomó un par de caballeros de los lugares aledaños al pueblo. Todo comenzó a ir mal desde que hace semanas el chico había escapado, tuvo un error de cálculos con la princesa, pero fue buena idea mantener a los padres vivos, tendría la llave. Solo faltaría la espada, la cual solo faltarían un par de días para que llegara a Quebroks. A la final, las cosas podían sonreír para su pueblo.
Al llegar a la plaza, los caballeros y ambos dragones estaban allí. Lunael seguía tirado en el suelo, le estaban dando atención médica.
—Dragón, dame la llave y nadie saldrá herido. —Tiró a ambos padres de Shiom hacia adelanté y les colocó el pie en la espalda. El sol estaba en la parte alta del cielo. El suelo estaba caliente y la piel de ambos pilares, tanto Prats como Cecilia, estaban chocando contra aquel calor.
La verdad, si les ardía y les quemaba, pero ambos se mordieron el labio. Estaban esperando la abertura. Sabían que habría una.
—Dame la llave, y ninguno de los pilares saldría herido. —Volví a mencionar el ser mientras pisaba con más fuerza la espalda de ambos. Estos solaron un grito, pero seguían viendo a Shiom y negando con la cabeza. La carga del pie se levantó, iba a patearlos, esa era la abertura.
—¡Ahora! —Gritaron ambos al tiempo, el lobo salió desde abajo mordiendo el brazo herido del ser y el fénix cayó desde el cielo hacia los ojos del ser.
Prats y Cecilia giraron en el suelo. Se levantaron ambos por cada lado. El hombre cerró su puño, y lo envolvió en Hus Kha, en forma de manopla y lanzó un golpe contra la quijada del ser, el cual estaba tratando de quitarse al lobo y al fénix de encima. Recibió el golpe de lleno haciéndolo caminar hacia atrás, sin equilibrio.
—La reina del cielo ha hablado, y todos en contra de ella deben arrodillarse. —Las palabras de Cecilia hicieron que desde el cielo un trono de fuego cayera sobre el ser. Haciendo que este quedara aplastado por fuego que le comenzó a quemar y derretir la piel.
Lunael desde donde estaba movió su mano con la poca energía que había acumulado, diez espadas se formaron y se lanzaron sobre ese ser. Siendo insertados desde todos los lados de su espalda. Prats le sacó una de la espalda, una espada, e inyectando todo el Hus kha que tenía, de un tajo le cortó en el cuello, haciendo que la cabeza fuera arrancada y el suelo se llenara de sangre azul.
—¡Esto es lo que se siente estar vivo! —Prats mencionó mientras se acercaba a su esposa.
Tanto los caballeros, como los dos dragones y la princesa se quedaron con la boca abierta. Eso fue... Algo asombroso para todos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top