Prologo
"¿¡Como es que todo termino asi!?" Se pregunto mentalmente un chico rubio y ojos verdes, el cual se encontraba flotando en una especie de portal, este no es otro que el Pecado de la Ira, Meliodas.
"Parecía que todo se iba a solucionar, que al vencer a mi padre y recuperar mis emociones todo iría a mejor... Pero estaba equivocado" Penso Meliodas con tristeza mientras recordaba lo que había sucedido.
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Flashback
-Se acabo padre, ya recupere mi cuerpo y mis emociones, perdiste- Le dijo Meliodas a su padre que estaba de rodillas en el suelo.
-Tal vez me hayas derrotado hijo mio, pero estas equivocado en algo, esto aun no termina- Dijo el Rey Demonio con burla, cosa que molesto a los Pecados Capitales.
Justo cuando se preparaban para darle el golpe final una gran energía apareció, esa energía era bastante conocida por Meliodas y Elizabeth.
-No... ¿¡Porque esta ella aquí!?- Pregunto alarmado el rubio ante esa energía, eso dejo sorprendidos a los demás Pecados, nunca habían visto a su capitán tan alterado.
-Te lo dije hijo mio... Esto aun no termina- Dijo el Rey Demonio para después desaparecer en partículas negras.
-Meliodas ¿Que hacemos?- Le pregunto Elizabeth al rubio.
-Pelearemos, aun debo romper tu maldicion Elizabeth, y para eso debo vencer a...- Trataba de decir Meliodas pero fue interrumpido por una voz femenina.
-Me tienes que vencer a mi- Dijo la voz, los Pecados voltearon a donde se escuchaba la voz y se sorprendieron al ver que ahí se encontraba la dueña de esa gran energía, que era ni mas ni menos que la Suprema Deidad.
-Suprema Deidad- Dijo Meliodas con seriedad.
-Quien diría que te convertirías en el nuevo Rey Demonio y así romperías tu maldición, pero no dejare que rompas la maldición de Elizabeth tan fácilmente- Le dijo la Suprema Deidad al rubio.
-¡Ya veras que podre romper la maldición de Elizabeth!- Le grito el rubio a la suprema deidad, el se iba a lanzar a atacar pero sintió que alguien ponía una mano en su hombro, era Ban.
-Oye capi, no dejaremos que hagas esto tu solo, te ayudaremos- Le dijo el peliblanco a su capitán.
Meliodas volteo a ver a los demás y vio en sus miradas que en verdad querían pelear junto a el, incluso Elizabeth estaba dispuesta a pelear, eso lo hizo sonreír.
-¡Pecados Capitales, a la carga!- Le ordeno el rubio a los demás, que rápidamente se lanzaron a la batalla para romper la maldición de su amiga, ellos tenían confianza en que podrían vencer a la Suprema Deidad.
Lamentablemente, esa confianza fue aplastada de manera brutal, la Suprema Deidad fue acabando con cada uno de los Pecados, primero fue Escanor, después fue Diane, le siguio King, el siguiente fue Gowther, y después fue Ban.
Meliodas, Merlin y Elizabeth aun seguían en pie, pero estaban bastante heridos y agotados, Elizabeth en ese momento tomo una decisión y se acerco a Merlin para pedirle algo, la petición de la peliplateada sorprendió a Merlin, pero al ver tanta decisión en los ojos de la peliplateada supo que lo decía enserio, por lo cual empezó a preparar un hechizo para lograr ese pedido.
Meliodas no le estaba prestando atención a las chicas, el estaba tratando de encontrar una manera de vencer a la Deidad Suprema.
-¿Que pasa Rey Demonio Meliodas, eso es todo?- Dijo con burla la Deidad Suprema.
-¡CÁLLATE!- Le grito el rubio a la Deidad Suprema, estaba bastante molesto por ver como caían sus compañeros de tantos años.
Antes de que el rubio se lanzara a atacar fue jalado por Elizabeth hacia un extraño circulo mágico.
-Elizabeth ¿Que es esto?- Pregunto Meliodas con ansiedad.
-Esto capitán... Es un hechizo para enviarlo a otra dimensión- Le respondió Merlin al rubio.
-¿¡Que!? ¿¡Porque quieres enviarme a otra dimensión!?- Pregunto Meliodas tratando de salir del circulo mágico, pero estaba tan cansado que apenas se podía mantener de pie.
La Suprema Deidad solo veía esto con aburrimiento, no importaba que hicieran, ninguno sobreviviría, así que empezó a cargar un ataque para acabar con los tres.
Elizabeth se dio cuenta de esto y decidió hablar con Meliodas.
-Meliodas, hago esto porque quiero que empieces una nueva vida- Le dijo Elizabeth al rubio con algunas lagrimas en sus ojos.
-¡Pero podemos empezar de nuevo juntos!- Dijo con desesperación el rubio, a lo que la peliplateada negó con la cabeza.
-No Meliodas, mi maldición aun estaría presente, y eso solo te haría sufrir mas, yo ya no quiero que sufras por mi- Le dijo Elizabeth.
Eso hizo que el rubio se frustrara, ella tenia razón.
-Meliodas... Prométeme que seras feliz- Le dijo Elizabeth al rubio.
-¿A que te refieres Elizabeth?- Le pregunto el rubio a Elizabeth temiendo por su respuesta.
Elizabeth sonrió y con lagrimas en sus ojos respondió.
-Me refiero a que encuentre el amor Meliodas... olvídate de mi y enamorate de alguien mas- Le dijo Elizabeth.
-¡No me hagas prometer eso!- Le dijo Meliodas al borde del llanto.
La Suprema Deidad tenia su ataque casi listo, pero el hechizo de Merlin también estaba casi completo, tenían poco tiempo.
-Por favor... Prometemelo- Le dijo casi suplicando la peliplateada a Meliodas, eso desarmo por completo al demonio, por lo cual dio un suspiro de resignación.
-Esta bien, lo prometo... Elizabeth- Dijo Meliodas ya resignado.
-El hechizo esta listo, hermana- Le dijo Merlin a Elizabeth.
En ese momento la Suprema Deidad lanzo su ataque.
-¡Activalo ya, Merlin!- Le grito la peliplateada alarmada.
La pelinegra rapidamente activo el hechizo, el circulo empezo a brillar y Meliodas empezaba a desaparecer.
-Meliodas... Te amo- Es lo ultimo que el rubio alcanzo a escuchar de la peliplateada, Meliodas vio con impotencia como el ataque llegaba directo a Merlin y Elizabeth y el aparecía en una especie de portal.
-¡Elizabeth!- Grito el rubio mientras empezaba a ser llevado por la fuerza del portal.
Fin del Flashback
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El rubio dio un suspiro, iba a ser difícil cumplir lo que le prometió a Elizabeth.
En ese momento una luz bastante fuerte lo cegó, se cubrió los ojos para que no le afectara tanto la luz, al momento que la luz se disipo, pudo ver el cielo nocturno ademas de que sentía el viento golpear su rostro, en ese momento se percato de algo, estaba cayendo a una gran velocidad hacia el suelo.
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En el suelo
En un pequeño parque, se podía ver una nave espacial encima de este, de dicha nave descendía un hombre de cabello verde con una armadura que parecía un esqueleto y una capa, junto a este hombre había dos hombres de traje negro, ellos se encontraban rodeando a unos chicos, estos eran un joven de pelo naranja, ojos color marrón, con una playera roja y un bóxer, el se encontraba protegiendo a una chica de pelo largo rosa, ojos verdes, vestía una ropa bastante extraña, pero lo mas curioso era su cola.
-Muévete terrícola, ustedes no deben interferir en nuestros asuntos- Dijo el hombre de armadura.
-¡Ni lo sueñes, como quieres que mire y no haga nada!- Grito el pelinaranja.
-Solo lo diré una vez mas: Muévete- Dijo el peliverde de armadura de forma seria.
-¿Y que si no lo hago?- Refuto el pelinaranja.
-Usare mi poder para moverte- Respondió inmediatamente el hombre de armadura.
"Que miedo, realmente quiero irme a casa" Penso el pelinaranja con temor.
Antes de que alguien realizara un movimiento algo paso.
Crash! (N/A: Que buenos efectos de sonido ¿No creen?)
Algo impacto contra el suelo generando una gran nube de polvo, todos se cubrieron los ojos para que el polvo no los afectara, y esperaban a que la nube se disipara para ver que había sido eso.
Una vez que la nube de polvo se disipo se podía ver a un chico de pelo rubio que le llegaba a los hombros, ojos verdes y veía el lugar como tratando de ubicar donde se encontraba.
-Sate Sate Sate ¿Alguno de ustedes podría decirme donde me encuentro?- Le pregunto Meliodas a las personas ahí presentes.
Ninguno de los presentes respondió, pero el hombre de la armadura podía sentir un gran poder de parte de ese chico, pero decidió ignorar la pregunta de Meliodas.
-Lala-sama, por favor deje de huir y regrese a casa- Le dijo el hombre de armadura a la pelirrosa, esto llamo la atención del rubio y presto atención.
-¡No quiero!- Respondio la pelirrosa.
-Exactamente, ella no quiere...- Trataba de decir el pelinaranja pero en ese momento su mente hizo click, aunque alguien mas expreso lo que el queria.
-¿Huyendo de casa?- Pregunto el rubio con curiosidad, esta situación si que era interesante.
-¡Ya tuve suficiente! ¡No se si soy sucesora o no, pero estoy cansada de los encuentros diarios de ese matrimonio arreglado- Dijo Lala con molestia.
-¡Pero Lala-sama, es lo que su padre desea!- Le replico el peliverde a Lala.
En ese momento el peliverde sintió que algo rozo su mejilla, busco en todas direcciones y vio que el rubio tenia una espada en su mano.
-Se que esto no es de mi incumbencia, pero... No permitiré que se lleven a esta chica solo por un matrimonio arreglado- Dijo Meliodas con seriedad, sorprendiendo a la pelirrosa de que este extraño la defendiera.
En eso los hombres de traje negro se lanzaron a atacar al rubio, pero este los esquivo con facilidad y con una patada los mando a volar con dirección a un árbol, la fuerza del golpe dejo a ambos hombres inconscientes.
El peliverde de armadura se lanzo al ataque con una espada de energía, Meliodas solo lo espero y dejo que lo golpeara, eso parecía, en el momento que la espada del peliverde hizo contacto con el rubio, el peliverde fue arrastrado unos metros hacia atrás.
-No puede ser... Estoy seguro que mi espada logro tocarte, pero fui yo quien recibio el golpe ¿Como fue posible?- Se dijo el peliverde
-¿¡Porque me ayudas!? ¡No sabes en el problema que estarás por ayudarme! ¡No quiero involucrarte en esto! ¡Ni siquiera se tu nombre!- Dijo la pelirrosa alarmada y con unas cuantas lagrimas en sus ojos, ella no quería causarle problemas a nadie.
Meliodas volteo a ver a la chica pelirrosa, ella le recordaba a Elizabeth, por lo cual dio una sonrisa.
El peliverde se lanzo nuevamente al ataque con su espada, choco espadas con el rubio, pero algo extraño sucedió, el movimiento de la espada del rubio genero un sonido parecido al de una campana y se sintió un gran poder.
-Pero... ¿¡Que demonios es este poder!?- Se pregunto el peliverde para después salir volando.
-Se me conoce como el Pecado de la Ira... ¡Soy Meliodas, El Dragón!-
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Y hasta aquí el prologo de esta historia, espero que sea de su agrado.
Dejen sus comentarios acerca de lo que les pareció el prologo, y sobre que esperan de la historia.
Y como aclaración, en esta historia Rito no le toco los pechos a Lala, el ya había salido de la bañera cuando Lala apareció.
Y sin mas que decir...
Sayonara!
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