Capitulo 5
Momentos después
-Escuchen bien gentuza, si no consiguen sacar la espada antes del atardecer deberán pagar 10 veces mas impuestos que de costumbre- Dijo un guardia del reino bastante delgado, el cual estaba acompañado por otro guardia pero mas gordo.
-¡Son unos malditos!- Le grito uno de los aldeanos al guardia.
-Sin agua no tendremos ni una sola botella de cerveza, ¡Mucho menos 10, que injusto!- Grito otro de los aldeanos.
-Ese es su castigo, no solo insultaron a un Caballero Sacro también dicen ser amigos de los 7 Pecados Capitales- Les dijo el gordo a los aldeanos.
-Maldición... Si Mead no hubiese dicho esa estupidez- Se quejo uno de los aldeanos.
De repente llego Mead corriendo a donde estaba la espada, la tomo del mango y trato de sacarla, dejando sorprendidos a los aldeanos y a los guardias.
-¡No Mead!- Le grito una señora al ver lo que trataba de hacer el niño.
-¿Otra vez tu? no sera nada divertido si solo es este niño- Dijo el guardia flaco al ver el esfuerzo que hacia Mead para sacar la espada.
-El impuesto aumentara 20 veces- Le dijo el gordo a Mead.
-¡No puedes sacar esa espada y lo sabes!- Grito uno de los aldeanos.
-¡No empeores mas las cosas niño tonto!- Le grito otro.
-¡Ya es suficiente!- Grito el jefe de la aldea, todos los aldeanos se sorprendieron de que el jefe levantara la voz.
-¿Acaso fue Mead quien hirió nuestro orgullo como destiladores? No, las acciones de ese pequeño solo expresaban el sentir publico- Les dijo el jefe a los aldeanos, dejándolos bastante apenados por como habían tratado a Mead.
Mead aun se esforzaba por sacar la espada, hasta que una aldeana se le acerco para ayudarle, eso sorprendió al niño.
-¿Que haces?- pregunto Mead al ver lo que la señora quería hacer.
-El jefe tiene razón hijo, esto no es tu culpa- Le dijo la aldeana a Mead mientras otros 2 niños se acercaban a ayudar.
Los hombres de la aldea vieron el esfuerzo que hacían la señora y los niños y decidieron ayudar.
Los guardias solo se burlaban del inútil esfuerzo que hacían los aldeanos.
Los hombre apartaron a la señora y a los niños, excepto a Mead, tomaron una soga y la enredaron en el mango de la espada para después tirar de ella e intentar sacarla.
-Jajajaja ni siquiera se esta moviendo- Dijo uno de los guardias al ver que la espada seguía igual.
-Sentémonos a disfrutar mas de esta basura barata- Dijo el gordo, mientras el y su compañero se sentaban en un pozo que se encontraba tapado y bebían un tarro de cerveza.
Los aldeanos seguían dando su máximo esfuerzo para sacar la espada.
-Maldición... ¡Sal!- Grito Mead mientras tiraba con todas sus fuerzas.
-Jajajajaja mira, están desesperados- Dijo el guardia flaco.
-¡Brindo por los idiotas!- Dijo con jubilo el gordo, y justo cuando iba a brindar con su compañero cierto pelirrosa le quito los tarros de cerveza para ambos.
-Gente tan despreciable como ustedes no se merece esto- Dijo Natsu mientras caminaba hacia la espada con los tarros de cerveza en su mano.
Los aldeanos seguían intentando sacar a espada, hasta que la soga se rompió y todos se fueron de espaldas.
Natsu caminaba tranquilamente entre los aldeanos que estaban en el suelo y le dio un trago a la cerveza.
-Vaya, si que esta buena- Dijo el pelirrosa para después dejar los tarros en el suelo, y llegar a donde estaba la espada.
-¿Veinte veces mas? me parece algo exagerado- Dijo el hijo de Igneel mientras tomaba el mango de la espada y dar una sonrisa desafiante.
-¡Estoy encendido!- Grito el pelirrosa para después sacar la espada del suelo, dejando sorprendidos a los aldeanos y a los guardias.
-Imposible- Dijo uno de los aldeanos al ver lo que hizo el pelirrosa.
-Solo un Caballero Sacro podría hacer eso- Dijo otro de los aldeanos.
-¿Como es que un chico como tu?- Se preguntaba uno de los guardias, hasta que de repente un temblor se sintió por toda Bernia.
-¿Que es ese sonido?- Pregunto el otro guardia al escuchar algo raro para el, para después el y su compañero salir volando del pozo donde estaban sentados, producto de una gran corriente de agua.
Los aldeanos se alegraron bastante al ver que el agua había regresado.
Natsu se acerco a ambos guardias con una sonrisa burlesca y con la espada es su mano.
-No se les olvide esto- Les dijo Natsu a ambos guardias para después dejar caer la espada al suelo, los guardias se asustaron ante la presencia del pelirrosa y rápidamente tomaron la espada y se fueron de ahí.
Meliodas y Elizabeth presenciaron lo que había hecho Natsu y quedaron sorprendidos.
"Así que este es parte del poder de Natsu" Penso Meliodas.
"Que impresionante, Natsu-san es bastante fuerte" Penso Elizabeth maravillada ante lo que había hecho Natsu.
Mead se acerco al pelirrosa.
-Espera, dime la verdad ¿Tu eres...- Trataba de preguntar Mead pero fue interrumpido por el pelirrosa.
-¿Yo? Pues yo solo soy un simple mago al que no le gustan las injusticias- Le dijo Natsu con una sonrisa.
-No hablo de eso- Le dijo Mead al pelirrosa.
-Suficiente de mi, ¿No tienes otra cosa que hacer?- Le pregunto Natsu mientras veía a los demás aldeanos de Bernia, Mead volteo a verlos.
-Querido Mead, nos equivocamos ¿Podrías perdonarnos algún día?- Le pregunto el jefe de la aldea a Mead.
-Pero... ¿Porque tendría que perdonarlos? Recuerden que no soy uno de ustedes- Dijo Mead con cierta tristeza.
Pero fue empujado por Natsu, el cual lo incitaba a ir con los aldeanos.
-Oye ¿Pero que haces? Es inutil, no entiendo por que...- Decia Mead hasta que los aldeanos empezaron a llamarlo, Mead trataba de contener las lagrimas que se formaban en sus ojos hasta que no lo soporto y se lanzo a abrazar al jefe de la aldea.
Esto era observado por Natsu, Meliodas, Elizabeth y Hawk, los cuales tenían una sonrisa al ver esa escena.
-Puedes mentir todo lo que quieras, pero jamas podrás engañar a tu corazón- Dijo Natsu con una sonrisa.
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En la noche
-Amm, no estoy segura de poder hacer esto, es la primera vez que lo hago y mi corazón late muy fuerte- Dijo Elizabeth bastante sonrojada.
Ella estaba bastante nerviosa ya que ella nunca había hecho un trabajo como el de ser mesera.
-Aja ya veo, primera vez, haber vuelve a decir eso- Dijo Meliodas con una cara chibi.
-Ya deja de molestarla así pervertido- Le dijo Hawk al rubio.
-Solo la pondrás mas nerviosa idiota- Le dijo Natsu.
-Ya, solo concéntrate en servir mesas, no te preocupes por la información, tu solo relájate, poco a poco vas a aprender- Le dijo Meliodas a la peliplateada.
-¡Entendido! ¡Prometo relajarme!- Le respondió Elizabeth al rubio.
"No esta para nada relajada" Penso Natsu con una gota de sudor en la nuca.
Natsu, Meliodas y Hawk solo se dedicaron a ver como lo hacia Elizabeth, vieron como derramo la cerveza sobre uno de los clientes, como no sabia para quien eran los pedidos ademas de como se tropezó y tiro una tarta encima del rostro de otro cliente.
-Ah, parece que habrá muchas sobras hoy- Dijo Hawk al ver como se desempeñaba Elizabeth.
Después de eso Elizabeth se quedo parada cerca de los afiches de búsqueda, se le veía bastante apenada, hasta que Mead se le acerco.
-Oye, jamas habías servido mesas ¿Verdad?- Le dijo Mead a Elizabeth con algo de burla, ella se sobresalto ante lo dicho por Mead.
-Hasta un ciego lo notaria, tu eres malisima- Termino de decir el castaño.
-Ya basta Mead, no empieces a hablar así, debes aprender de lo sucedido, si intentas engañar terminaras en el "Bosque del Sueño Albo"- Le dijo una señora al castaño, a lo cual este se asusto y sorprendió a la peliplateada.
-¿El "Bosque del Sueño Albo"?- Pregunto Elizabeth con algo de interés.
-Es un bosque siniestro al que nadie se acerca- Le respondio Mead a Elizabeth mientras procedía a disculparse con la señora por su comportamiento.
Elizabeth miro por la ventana, su animo estaba bastante decaído.
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En otro lugar.
-Recibimos un reporte de los soldados en Bernia, un chico no identificado... saco su espada, señor Gilthunder- Le dijo un soldado al identificado como Gilthunder.
Gilthunder abrió los ojos y vio su espada sobre la mesa.
-Debió ser... solo casualidad- Le dijo el soldado a Gilthunder.
-¿La casualidad le permitiría a un chico sacar una espada sagrada?- Pregunto Gilthunder mientras subía las escaleras de su base y era seguido por el soldado.
-No... señor- Contesto con nervios el soldado.
-Dame el rango y distancia hacia la aldea Bernia, se exacto- Le dijo Gilthunder al soldado mientras llegaba a la entrada de la base.
-Si señor, se encuentra a las 4 en punto, a 16 kilómetros de aquí- Le respondió el soldado.
-Tu lanza caballero, ¿Me permites usarla?- Le pregunto Gilthunder a otro caballero que se encontraba ahí.
-Claro, tenga- Dijo el caballero dándole su lanza a Gilthunder.
Gil tomo la lanza y dio unos paso al frente.
-Este angulo bastara- Dijo Gil para después cargar la lanza con magia eléctrica, eso dejo sorprendidos a los soldados.
Una vez que la lanza estaba cargada, Gilthunder la lanzo con todas sus fuerzas con dirección a Bernia, haciendo que la lanza se pierda en el cielo.
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Regresando al Boar Hat
Natsu y Meliodas habían sentido un gran poder mágico que se acercaba rápidamente a Bernia.
-Oigan ustedes dos, deberían ir a buscar a Elizabeth ¿No creen?- Les dijo Hawk al pelirrosa y al rubio.
Natsu solo asintió y salio de la taberna, mientras Meliodas se quedaba pensando.
-Ve a hacerla sentir mejor- Le dijo el cerdo a Meliodas.
-Mmmm, voy al baño- Fue la respuesta que dio el rubio para retirarse.
-Ash, pero que pésimo jefe, la responsabilidad de este lugar siempre recae sobre mi- Dijo Hawk al ver lo irresponsable que era Meliodas.
Afuera de la taberna se encontraba Elizabeth, ella estaba viendo las estrellas y se le veía triste, de repente oyó unos pasos atrás de ella y se dio cuenta de que eran Natsu y Meliodas.
-Hola señor Meliodas, Natsu-san- Saludo la peliplateada a ambos.
-Hola- Saludaron al unisono los chicos mientras veían el cielo y parecían buscar algo.
-Lo siento, se que todavía estoy en turno pero cuando vi a Mead y los aldeanos me recordaron mucho a mi padre- Dijo Elizabeth con tristeza.
-Entiendo- Contesto Meliodas mientras aun veía el cielo.
-Por favor, no se enoje- Le dijo Elizabeth al rubio.
-¿Aquí estaré bien?- Pregunto Meliodas mientras seguia buscando en el cielo.
-No deberia, este no es momento para sentir nostalgia- Dijo Elizabeth sin darse cuenta de lo que hacían el rubio y el pelirrosa.
-Mas a la izquierda- Le dijo Natsu al rubio.
-Hay gente sufriendo por la opresión de los Caballeros Sacros, y su princesa luce así, perderán toda esperanza, debo ser mas fuerte- Les dijo la peliplateada a ambos chicos.
-Pero... pudiste encontrar a este enano- Dijo Natsu llamando la atención de Elizabeth.
-Natsu tiene razón, si no quisieras ayudar a tu pueblo no me hubieses conocido y no tendrían salvación, tu lo lograste- Le dijo Meliodas a la peliplateada.
-¿Quieren decir que esto era mi destino?- Le pregunto Elizabeth a ambos.
-Es correcto- Dijo Meliodas, para despues poner una cara seria al igual que Natsu.
-Y yo también... enfrentare al mio- Dijo el rubio mientras miraba el cielo.
De repente se vio un gran brillo que venia a toda velocidad hacia Bernia, Natsu y Meliodas se hicieron a un lado y la atraparon, aunque no se esperaban que esto fuera una lanza y que los arrastrara a ambos.
-¡Señor Meliodas, Natsu-san!- Grito Elizabeth al ver como los dos chicos eran arrastrados por la lanza.
Tanto Natsu como Meliodas imprimían toda la fuerza que podían para detener la lanza, destruyeron algunas casas de la aldea hasta que al fin detuvieron la lanza.
Natsu la cargo con magia de fuego para que se combinara con la magia de electricidad y Meliodas la lanzo de regreso a la dirección de donde venia.
En su base, Gilthunder sintió un poder mágico que venia en su dirección, rápidamente la lanza que había lanzado regreso y se estrello en contra de la base causando una gran destrucción.
-¡Señor Gilthunder! ¿Esta bien?- Pregunto uno de los soldados, aunque quedo sorprendido de ver a Gilthunder sentado, la lanza que había lanzado estaba incrustada en la silla y Gilthunder la esquivo moviendo su cabeza a un lado, aunque tenia una herida en su mejilla.
-Sigues vivo como pensé... Capitán traidor, y parece que tienes compañía muy interesante- Dijo Gilthunder.
Regresando a Bernia, Natsu y Meliodas veían la dirección en la que arrojaron la lanza.
-¡Señor Meliodas, Natsu-san!- Grito Elizabeth llamando la atención de ambos.
-¡Hay que horror, hay que horror!- Grito Hawk con pánico al ver la destrucción que había en Bernia.
-¿Esa lanza era del caballero que ataco la aldea?- Pregunto Elizabeth con algo de miedo.
-Si, puede ser- Dijo Meliodas de forma simple.
-Creo que debemos abandonar la aldea tan rapido como podamos- Dijo Natsu, viendo el daño que le habían hecho a la aldea.
-¿Y si atacan este lugar de nuevo?- Pregunto la peliplateada.
-De hecho corre mas peligro si nos quedamos aquí- Dijo Meliodas.
-Seria bueno tener un lugar para esconderse- Le dijo Hawk al rubio.
-Por cierto- Dijo Elizabeth llamando la atención de todos.
-Hace rato Mead menciono que jamas iría al "Bosque del Sueño Albo", dijo que ni los Caballeros Sacros van ahí- Dijo Elizabeth recordando lo dicho por Mead.
-Ese bosque suena perfecto- Dijo Hawk con alegría.
-Pues iremos, pero no solo para escondernos, haremos lo que debemos hacer- Dice Meliodas bastante animado.
-¿Y que debemos hacer?- Pregunto Hawk.
-Entonces...- Trataba de decir la peliplateada solo para ser interrumpida por el rubio.
-Si, apuesto a que hay otro Pecado Capital ahí- Dijo Meliodas para alegrar a Elizabeth.
-Entonces que esperamos ¡Vamos a encontrar a otro Pecado!- Dijo Natsu con emocion para que despues se viera a la mama de Hawk tomar rumbo al bosque del sueño albo.
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Y bueno, hasta aquí el capitulo, espero que les guste.
Ya en el próximo capitulo, aparecerá Diane y veremos que tal se lleva con Natsu.
Y sin mas que decir...
Sayonara!
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