T.4.24.

Han pasado varios días desde los acontecimientos sucedidos en la Rumanía Sobrenatural. Desde aquel momento en el que vieron salir del castillo de Cluj-Napoca a Georg sosteniendo el Cáliz del Sephiroth Graal, supieron que Valerie Tepes había muerto a manos de los comunistas que encerraron el castillo en la Dimension Lost. Fue un durísimo golpe para la Alianza Sobrenatural, pues habían perdido a su principal as bajo la manga en los conflictos que depararía el futuro, porque sí, sabían que el futuro traería conflictos a gran escala, para los cuales debían estar vigilantes. 

Pero ahora no era ese momento, no. Ahora era el momento de despedir como se merecía a Valerie Țepeș. Toda la Alianza le debía su existencia a ella, aquella mestiza dhampir que Issei Hyōdō y Asia habían reclutado hace ya más de dos años, portadora del Santo Grial y ayuda desinteresada a la Facción Abrahámica a traer de vuelta a Yeshua Ben Yosef, así como a auxiliar a los abrahámicos en su pelea contra Marte en Grecia. Pero desde que fue secuestrada por los demonios abrahámicos y forzada a resucitar a Lilith, su estado de salud decayó rápidamente, obligando a Grigory a devolverla a los vampiros. Sería en su propia tierra donde sería asesinada al extraerle su Sacred Gear para ateos fines. 

Toda la Alianza se había reunido en Sión para dar un último adiós a Valerie: Yeshua y su Madre, los Arcángeles, los Cadres, Issei y las chicas, así como Akeno y Abhainn; los dioses egipcios junto con Sayf, los griegos con Andrestea, los nórdicos con Rossweise y Erik, los celtas junto con Eileen y Sir Arthur Pendragón con Lucille, así como Melqart y Tannit. Los dragones también asistieron, Tiamat y Tannin, Apophis y Ladón. Todos estaban congregados en torno a la tumba donde enterrarían a Valerie, cuyo cuerpo fue rescatado y preparado cuidadosamente para enterrarlo. 

Cada miembro de la Alianza quiso dar su granito de arena en la preparación del funeral: Anubis y varios sacerdotes se encargaron de momificar el cadáver de Valerie, extrayendo los órganos de la dhampir; los griegos la vistieron con un sudario blanco purísimo y le colocaron una moneda de oro en la boca, para que su alma pagase a Caronte; los nórdicos tallaron un drakar de piedra para que le sirviera como ataúd, aunque el mismo fuera de fabricación fenicia envuelto en telas moradas; los celtas tomaron las cosas personales de Valerie (su ropa, libros que tenía en Grigory, incluso las mantas con las que Elmenhilde la tapaba de noche) y las quemaron en una pila funeraria, tomando luego las cenizas y, vertiéndolas en una vasija de riquísima decoración, las colocaron al lado del cuerpo de Valerie. Y por último, los abrahámicos se encargaron de enterrarla en un pequeño recoveco que los fieles abrahámicos del Mundo Sobrenatural tallaron a pocos kilómetros del Monte Sión en una de sus estribaciones. 

Una vez estuvo preparado el cuerpo en el ataúd, los dioses de la Alianza, los abrahámicos, Issei y las chicas, los dos nephilims, Yeshua y su Madre, así como los dragones de la Alianza, todos asistieron a la misa que se daría en Jerusalén, más concretamente en el Templo de Salomón al lado del Palacio donde se había firmo la adhesión a la Alianza. Sería el Arcángel San Miguel el que dirigiría la misa, ayudado por su As Irina y su Reina Andrews como acólitos. Los Yeshua y su Madre, junto con los Arcángeles y los humanos reencarnados Xenovia e Igor se sentarían en la primera banca a la derecha, mientras que los Cadres y los dos nephilims se sentarían a la izquierda en la primera banca. Issei y las chicas, salvo Adnigkukuda que se quedó fuera por su animadversión a objetos, rituales o edificios abrahámicos, en la bancada izquierda en segunda fila, mientras que los descendientes de los magos de Earthland (Sayf, Andrestea, Erik, Eileen y Lucille) detrás suya.

Los dioses paganos también asistieron a la ceremonia al Templo de Salomón, donde se sentaron detrás de los descendientes de los magos de Earthland y del Sekiryūtei actual y sus chicas. Por orden de importancia, Odín, Frigg, Zeus, Hera, Ra, Melqart, Tannin y Dagda se sentaron en la segunda banca de la derecha. El resto de dioses fueron rellenando los huecos de las bancadas al azar. Namtaga también estaba junto con su hija Adnigkukuda afuera del Templo. Las campanas del templo repicaron y los shofar de algunos rabinos sonaron, al igual que algunos fieles se subieron a los minaretes a llamar a los presentes a la oración. La ceremonia estaba a punto de comenzar. 

San Miguel acompañado por Irina y Andrews Clarke entró por el pasillo central del templo. El órgano que habían colocado en una esquina era tocado por Donasheek. Los abrahámicos se levantaron protocolariamente mientras que los paganos se quedaron sentados sin saber muy bien qué hacer. Una vez llegó al altar Miguel, el Arcángel inició la misa aclarando que la misa sería por el alma de Valerie, la cual les había dejado trágicamente hacía varios días. Comenzó la ceremonia con el acto penitencial, pidiendo perdón a Dios por los pecados que hubieran cometido los asistentes (salvos lo Arcángeles, Yeshua y su Madre). A continuación cantaron los abrahámicos el "Gloria", para pasar a San Miguel pronunciando la oración "colecta". Ya iban por la mitad de la misa cuando pasaron a la lectura de la liturgia: la primera se encargó de leerla Azazel (un fragmento de una carta de San Pablo a los Romanos), mientras que el Evangelio del día lo leyó San Miguel en calidad de sacerdote (versículos 18 al 22 del Evangelio de San Mateo).

Tras las lecturas, San Miguel dio la homilía del día, profundizando lo que decía la carta a los Romanos de San Pablo: ya no había distinción entre abrahámicos y gentiles, pues todos habían asistido a la misa por el alma Valerie. Aunque no comulgasen con los ideales abrahámicos, el hecho era esa: todos estaban en harmonía como el Padre Celestial siempre quiso. Una vez terminada la homilía, San Miguel con ayuda de Irina y el Reverendo Padre Andrews preparó la Santísima Eucaristía mientras que los abrahámicos rezaban el Credo de rodillas, sin mirar a San Miguel preparar la Sagrada Forma mientras recitaba la oración sobre las ofrendas. Cuando estuvo lista ya, los abrahámicos fueron los únicos que comulgaron (los caídos la recibían en las manos mientras que los puros la recibían directamente en la boca). Los dioses que no era abrahámicos simplemente observaban con respeto el rito cristiano abrahámico. 

Una vez terminó la misa con la despedida, San Miguel, Azazel, Ra, Zeus, Melqart, Thor y Lugh tomaron el féretro de Valerie y lo cargaron a cuestas desde el Templo de Salomón hasta la cavidad que habían escarbado para su descanso final. En la procesión las ángeles femeninas (Gabriel, Camael, Penemuel, Sahariel, Raynare, Kalawarner, Mitelt e incluso Akeno) iban entonando en voces melodiosas un canto fúnebre en latín, mientras que los demás dioses acompañaban a la procesión en silencio sepulcral. Issei también estaba en silencio, aún no podía creerse que Valerie hubiera sido asesinada a sangre fría por su Sacred Gear, era algo muy duro como para creer. Tras una hora la procesión llegó al fin al lugar donde sería depositada Valerie para su descanso eterno. Fue colocada suavemente por Issei, Asia, Raynare y Akeno, quienes se ofrecieron voluntarios, mientras que Irina y su padre incensaban el sepulcro. Terminado todo, cerraron el sepulcro y dio por concluido el funeral con una rápida oración por el alma de Valerie. 

Una vez terminó el funeral de Valerie, los abrahámicos regresaron a sus respectivos hogares en Grigory y en el Cielo, mientras que los dioses aliadas se marcharon a sus respectivas tierras. El ambiente en el Mundo Sobrenatural se había enrarecido en muy poco tiempo: una facción entera había caído en un caos absoluto tras la muerte de su líder Valerie, por lo que la Alianza tuvo que intervenir y proclamar a Marius como único sucesor a Valerie. También proporcionaron ingentes cantidades de dinero y material para la reconstrucción de las tierras arrasadas por la Komintern. Todo parecía que el ambiente presagiaba un desastre, un desastre de proporciones bíblicas, pero lo que nadie en la facción abrahámica se esperaba es que llegasen al Cielo y a Grigory dos cartas, una a Yeshua y otra a Baraquiel, y ambas procedían de Asia, más concretamente de Lhasa y Nagasaki. ¿Una nueva esperanza para la Alianza?

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En la provincia china de Hunan en la República Popular China, la Sección Sobrenatural de la Komintern estaba también de luto. La muerte de la camarada francesa Jean había dejado a todos los miembros en shock. ¿Cómo era posible que la portadora de Blade Blacksmith hubiera sido asesinada? Aunque la noticia impactó en todos, la pudieron tolerar con el éxito que el camarada Georg había logrado en tierras vampíricas: conseguir para la Komintern el Santo Grial. Ahora, decía el Secretario General, serían capaces de hacer frente a cualquier dios de pacotilla, era el momento, manifestaba con aires de grandeza, que era el momento de que el proletariado internacional hablase frente a los dioses del Mundo Sobrenatural.  

Pero ahora era momento de, como con Valerie en la facción abrahámica, de despedir de Valerie. Debido a la naturaleza atea de los miembros de la Komintern no hicieron misa o ningún rito religioso en particular, solamente tomaron el cadáver de Jean, lo colocaron en un féretro, cubrieron el mismo con sendas banderas de la Komintern y una bandera comunista francesa y la llevaron a cuesta varios soldados mientras que los integrantes de la Sección Sobrenatural de la Komintern iban entonando la marcha fúnebre bolchevique "Vosotros, victimas caídas" (en ruso Вы жертвою пали -Vy Zhertvoyu pali-; en chino 你烈士工人 -Nǐ lièshì gōngrén-) en sus respectivos idiomas, ya sea chino, coreano, alemán, griego, italiano, español o japonés. 

Una vez enterraron a Jean en un lugar reservado del Cuartel General de la Komintern, justo al lado del sitio de Cristina, todos volvieron a sus habitaciones a descansar o a comer. Mientras, Guillermo y Sergio se quedaron en los sitios de Jean despidiéndose de la francesa y de la hermana de Sergio y pareja de Guillermo, acordándose cómo es que Guillermo entró en la Komintern y obtuvo su Sacred Gear artificial, "Tesoros de Tartessos". Una vez se sintieron listos regresaron al cuartel para entrenar hasta la extenuación, querían, o más bien se veían en la obligación de, vengar a las dos caídas de la Komintern, antes o después. 

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Pero en las sombras del Mundo Sobrenatural, lejos del Cuartel General de la Komintern o del Templo de Salomón en Jerusalén, se estaba llevando a cabo una reunión que marcaría el destino del Mundo Sobrenatural para siempre. A las orillas del Tigris en Mesopotamia, en un rico palacio con grandes estatuas de Lamasus, jardines que colgaban de las azoteas de las casas adyacentes, fuentes de agua artificiales, sirvientes que traían bandejas y bandejas de rica comida, varios seres sobrenaturales con cierto olor a azufre estaban deliberando con los únicos dioses mesopotámicos que quedaban vivos: Ishtar, Ereshkigal, su consorte Nergal y Enki. 

Ishtar, la madre de Lilith, que también estaba presente en la reunión. vestía un traje de sacerdotisa sumeria con adornos de oro y gemas e iba armada con un carcaj y flechas, simbolizando su estatus como diosa de la guerra y la caza. Había tenido a su hija Lilith con Adagi, un sacerdote sumerio de la ciudad de Uruk. Era por intercesión de ella por lo que esta reunión se estaba llevando a en su palacio en Nínive. Los demonios estaban encantados de poder tener relaciones diplomáticas independientes de los ángeles de Elohim y pensaron que Mesopotamia, la cuna donde nació Elohim, serían unos aliados magníficos. 

Ereshkigal y su consorte Nergal, los Señores del Irkalla o Inframundo Mesopotámico. Eran los padres de todas las Nugigs y Papnus del lado demoníaco del Inframundo Abrahámico. Ereshkigal era de piel oscura grisácea, ojos dorados brillantes y luminosos, traía un vestido negro que solo le tapaba los pechos y una corona, mientras que su marido Nergal tenía la apariencia de un humano normal y corriente pero tenía cuernos, sus ojos dorados como los de su esposa emitían un brillo intenso y estaba armado con un par de hachas doradas que emitían gran cantidad de energía sagrada mesopotámica acompañadas de una maza.   

Por último, Enki, el dios más anciano de la reunión pues era hijo de Annu, el dios más anciano de todo el Mundo Sobrenatural. Dios de las aguas del Tigris y del Éufrates, es conocedor de las magias más arcanas, dios también de la sabiduría entre otras cosas. De piel azulada por dominar en las aguas subterráneas, llevaba una armadura dorada y el agua fluía en un estado entre líquido y gaseoso alrededor suya. Su ancianidad imponía respeto entre los demonios, los cuales lo veían como un pariente lejano. 

Los demonios, más concretamente Lilith, el Sumo Sacerdote Satánico Dimits'i Seyit'ani, y los Cuatro Reyes del Inframundo Sirzechs, Ajuka, Serafall y Falbium, estaban comiendo y charlando amenamente con los dioses mesopotámicos. Lilith aún no había superado que el pelirrojo Gremory hubiera ejecutado a su nieto Rizevim por no aceptar las Evil Pieces, al igual que los antiguos Reyes del Inframundo Shalba, Katerea y Creuserey. La amena charla se detuvo cuando Enki, en un tono de voz que se podría asemejar a una cascada de agua, habló a los lilim. 

―Lilim, las aguas del Apsu me susurran las intenciones que tenéis. ¿Acaso las aguas del Apsu mentirían a su Amo y Señor? ―cuestionó el anciano dios mesopotámico a los demonios, los cuales sonrieron ampliamente. 

―Así es, Satán siempre sabe las intenciones de sus Hijos. ―expresó solemnemente el Sumo Sacerdote. ―Los ángeles de ese Annunaki y su hijo humano están haciendo alianzas con muchos panteones, demasiados diría yo. ―expresó consternación Dimits'i ante los dioses mesopotámicos. 

―Exacto, y no han dudado en quitarse del medio a quien se niegue a la adhesión de los panteones a esa Alianza. Mirad a Seth, asesinado por el portador del Dragón Celestial de la Dominación, o a la mitad de los Aesir quienes no han dudado en rebelarse contra Odín por tan nefasta decisión. ―explicó Sirzechs en un tono de voz calmado, demasiado calmado para una situación así. 

―Como comprenderás Madre, tus nietos Lilim están preocupados de que ellos sean el próximo objetivo de esos desalmados ángeles de Elohim. ―apeló al parentesco entre los demonios e Ishtar, la cual quedó pensativa por lo que le había dicho su hija. 

―Eso es lo de menos mocosa... ―dijo Enki levantándose de su asiento poco a poco. ―Si lo que Gremory ha contado es verdad, esos ángeles de ese Annunaki rebelde han incumplido la principal ley que mi Padre Annu decretó. ―pronunció en ese típico tono de voz como si fuera un torrente de agua. 

―"A cada Panteón su Dios, a cada Dios su Panteón" ―pronunciaron los mesopotámicos al unísono con Enki. 

―¿Qué propones entonces, viejo Enki? ―dijo Serafall respetuosamente ante el que ella consideraba un ídolo en el manejo del agua. 

―Cuidarnos las espaldas. Nunca sabemos cuándo podrán atacar esos aliados a cualquier panteón neutral... ―dictó Ishtar sacando unas tablillas cocidas con las firmas de los dioses mesopotámicos para que los demonios firmasen también. 

―La Soberanía de los Panteones deberá ser respetada. Que ese sea nuestro pacto secreto. ―dijo solemnemente Enki volviendo de nuevo a su dimensión del Apsu al mismo tiempo tiempo que Ereshkigal y Nergal regresaban al Irkalla. 

Así se fundó en Nínive, a las orillas del Tigris, el llamado "Pacto Soberano" entre los demonios abrahámicos y los dioses mesopotámicos. Ya se encargarían los demonios de buscar aliados en otros panteones... Siempre había panteones que tendrían cuentas con el fallecido Elohim y no dudarían en enfrentar a sus ángeles y sus aliados. Alianza Sobrenatural contra Pacto Soberano, sin duda los tambores de guerra empezarían a retumbar más pronto que tarde... 

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Palabras: 2752

Y con este acaba la Cuarta Temporada de mi fic "El Dragón Carmesí de Grigory". Espero os haya gustado esta temporada y nos vemos en los O.V.A.s. que se viene :D


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