T.4.18.

Stonehenge, el monumento megalítico más emblemático de las islas británicas, incluso más famoso que los monumentos megalíticos de Carnac en Francia o los dólmenes y menhires que se encuentran diseminados desde el sur de España hasta Escandinavia. El uso de estas estructuras, en especial el de Stonehenge, no está del todo claro: para algunos eran tumbas dedicadas a los jefes tribales, para otros eran puntos que marcaban la frontera entre una tribu y otra, incluso dicen que podrían servir como observatorios astronómicos para contemplar la puesta y salida del sol durante los solsticios de verano e invierno en el caso concreto de Stonehenge. Pero eso es lo que sabían, o intuían, los humanos sobre los megalitos.

Para los seres sobrenaturales, Stonehenge no era un conjunto de piedras apiladas en mitad de la campiña inglesa sin ningún motivo aparente, no. Para los seres sobrenaturales Stonehenge era, como el Valle de los Reyes en Egipto, el Muro de las Lamentaciones en Israel o el volcán Hekla en Islandia, una puerta para entrar a los dominios del panteón celta. Y como en Islandia, en donde Kokabiel, Baraquiel, Tamiel y Abhainn necesitaron de la valquiria Rossweise y su marido humano Erik Grattson para acceder a Asgard, Azazel y compañía necesitaban a alguien que les abriera esa "puerta" para acceder al Panteón Celta y así poder negociar la adhesión de los dioses celtas en la Alianza Sobrenatural, al igual que hicieron los otros Cadres en Asgard. 

Es por eso que Issei marchó hacia Escocia para pedir ayuda a una anciana ermitaña de la que Sir Arthur Pendragón, el descendiente del caudillo britano-romano Uther Pendragón, les había hablado: Eileen Marbhe. Pero las sospechas de Draig Goch estuvieron acertadas: la "portera" del Panteón Celta resultó ser una Neo-Dragon-Slayer, al igual que Sayf Al-Tiniyn en Egipto. Tras una durísima pelea contra el autoproclamado "Tercer Dragón Celestial" Crom Cruach, que también había sido una divinidad celta irlandesa, la Diosa Dragona Ophis tuvo que intervenir y sanar a Issei y a Eileen para llevarlos nuevamente hacia la Mansión Pendragón en el condado de Berkshire. 

Es justo en este momento en el que todos están ya listos para dirigirse en un viaje de poco más de una hora desde la mansión Pendragón en el condado de Berkshire hasta el complejo arqueológico megalítico de Stonehenge, en el condado de Wiltshire. Pero había un problema: no podían llegar y entrar a plena luz del día con todos los turistas y guías andando por el recinto. Así que decidieron quedarse en la mansión y esperar hasta la noche para marchar hacia Stonehenge. La cena se la pasaron preguntándoles a Issei y a Eileen cómo es que Ophis los había traído desde Escocia. La respuesta que les dio Issei alarmó a todos: Crom Cruach ha estado a punto de matar al actual Sekiryūtei si no fuera por la intervención de la Diosa Dragona del Infinito. 

Terminaron de cenar y, ante la ausencia del chófer que llevó a Issei a Escocia, pues éste había sido asesinado en cuanto llegó Crom Cruach, Lucille Wand se ofreció para conducir la limusina que trasladó a Azazel y compañía a la Mansión Pendragón. Dicho y hecho: Azazel, Namtaga, Penemuel, Sahariel, Issei, Eileen, Raynare, Asia y Lucille Wand se subieron a la lujosa limusina mientras que Sir Arthur Pendragón se quedaría cuidando de la Mansión. Azazel esperaba que la nueva Neo-Dragon-Slayer tuviera contactos con los dioses celtas para así poder facilitar la negociación con el anciano Dagda y los demás celtas.

Tras un viaje en limusina de poco más de una hora, en el que la pobre de Eileen vomitó unas cinco veces,puesto que la anciana tenía cinotosis, al fin llegaron al conjunto megalítico. Aparcaron en el estacionamiento reservado para los turistas y se dirigieron al conjunto de piedras dispuestas en un círculo. Los abrahámicos contemplaron Stonehenge asombrados, admirando el esfuerzo que debieron hacer los humanos que lo erigieron. Namtaga veía todo asombrada también, puesto que jamás había salido de su burdel, todo esto le parecía extraño y asombroso a partes iguales. Los nativos -vease Lucille y Eileen- guiaron a los abrahámicos y a Namtaga hasta el medio del círculo, justo por donde se podía ver el sol salir y ponerse en los solsticios de invierno y verano.

Una vez estuvieron en el medio del conjunto megalítico, Eileen se colocó en el centro, rodeada por los abrahámicos y Lucille, los cuales se agarraron de las manos según les había contado la Neo-Dragon-Slayer. La descendiente de Wendy Marvell, sin su báculo, miró a las estrellas arriba y pronunció en voz alta el hechizo que les abriría la puerta a los dominios del Panteón Celta en el Mundo Sobrenatural.

Tha an t-àm ann dùsgadh, a Ceilteach, airson an Dagda èirigh a-rithist. Tha an t-àm ann an teine-teine ​​​​a lasadh gus ar slighe mar Belenus a lasadh. Aon latha thig an t-adhar a-mach agus bidh e comasach dhuinn Lugh a mheas na ghlòrachas. Aon latha borb agus uaibhreach bheir Epona caradh bho Èirinn chun an Eilbheis! —terminó el hechizo Eileen casi como si rugiese, creando un círculo mágico de color verde intenso con un trisquel celta dorado en el centro del mismo. Y de un momento a otro ya estaban en el Mundo Sobrenatural, más concretamente en los dominios de Dagda. (Es el momento de despertar, celtas, para que Dagda resurja nuevamente. Es el momento de encender la hoguera para que como Beleno nos alumbre el camino. Un día el cielo se despejará y podremos admirar a Lugh en todo su esplendor. ¡Llegará el fiero y orgulloso día en el que Epona cabalgará desde Irlanda hasta Helvecia!)

El paisaje que pudieron ver los abrahámicos y los nativos cuando la intensa luz verde brillante se disipó fue el de uno idílico y bucólico: una gran pradera o campiña de un color verde súper intenso que se expandía allá donde la vista alcanzaba. El paisaje era salpicado por alguna que otra aldea al estilo celta, donde podían ver a niños jugando con espadas de madera, mujeres limpiando la ropa a la orilla del río Támesis y hombres jóvenes y adultos comerciando entre las aldeas o marchando en carros de una aldea a otra. Pero había una particularidad: todos eran pelirrojos o rubios y vestían, a la usanza de los celtas, pantalones largos de colores vivos, que identificaban de qué región provenían. Ya estaban oficialmente en los dominios del Panteón Celta. Solamente quedaba buscar a los dioses celtas. 

—Seguidme abrahámicos, yo sé dónde están Dagda y los suyos. —habló esta vez Lucille a los invitados abrahámicos, quienes se sorprendieron por la declaración de la dama de llaves de la Mansión Pendragón. 

Y es que Lucille Wand, la dama de llaves de la Mansión Pendragón, tenía una habilidad única: era capaz de detectar auras de seres sobrenaturales, tanto dioses, dragones o los propios ángeles abrahámicos. El motivo del porqué es su otro manojo de llaves, pues éste no era un manojo de llaves cualquiera, sino uno muy especial que le fue entregado por su madre en su lecho de muerte, y esta a su vez lo recibió de la abuela de Lucille, así por generaciones hasta hace cinco mil años, en el la primera portadora de las 12 Llaves del Zodiaco, Lucy Heartfilia, se la entregó a su hija Luna en su lecho de muerte. Con este llavero, a parte de poder invocar a los doce Espíritus Celestiales (Acuario, Piscis, Aries, Tauro, Gemini, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Sagitario y Capricornio), Lucille era capaz de distinguir entre humanos y seres sobrenaturales, por eso supo de la llegada de los abrahámicos y del portador de Dragón de Gales. 

Lucille les guio entonces por la tierra de los catuvelaunos, la tribu celta que vivía en los alrededores de Stonehenge. Atravesaron también las tierras de los trinovantes y de los icenos, terminando en las costa de Britania, en la tierra de los cantiacos, donde tomaron una precaria embarcación para cruzar el Mar de la Mancha por el tramo más corto. Tras el viaje de poco menos de media hora, en el que Eileen vomitó dos veces debido a su cinetosis, arribaron a la tierra de los mórinos, en lo que en el Mundo Humano es Bélgica. Se dirigieron al sur, atravesando las tierras de los atrebates, belóvacos, parisios y al fin llegaron a la tierra de los carnutos, en la actual Francia. ¿Porqué les había llevado desde Stonehenge hasta Francia, más concretamente Orleans? Porque la región más importante y sagrada para los celtas era esta, donde estaba el oppidum capital de los celtas: Cénabo. Y por fin llegaron a la dicha capital tras un viaje de casi 12 horas, amaneciendo estaba cuando vieron en la cima de una colina a la capital celta de Cénabo.

Ante la imponente vista del oppidum fortificado de Cénabo, Lucille les dijo que aquí se encontraban los dioses celtas con los cuales los abrahámicos deberían entablar negociaciones para su posible adhesión a la Alianza. Eileen y Lucille fueron las primeras en abrir el paso, justo por delante de Azazel y sus hermanas Cadres, mientras que Namtaga, Issei, Raynare y Asia iban detrás del grupo. Cuando fueron a atravesar la primera muralla del oppidum, de las tres que tenía, dos guardias celtas galos se acercaron a preguntar el motivo de su visita, a lo que fue Eileen la que les respondió en galo que venían a ver a Dagda y que sus invitados eran altos mandos de la Facción Abrahámica. Los guardias le dejaron pasar y, es más, los escoltaron hasta el recinto interior del oppidum, donde residían los dioses celtas. 

Eileen junto con los demás fueron subiendo la empinada cuesta de la capital celta llamando la atención de los habitantes celtas galos de la ciudad, quienes nunca habían visto a gentes tan llamativas como Issei o Namtaga, a lo que los hombres y las mujeres celtas de la ciudad recibían miradas dignas de la diosa Morrigan por parte del Gobernador Azazel y de Raynare y Asia. Cuando atravesaron el segundo portón del oppidum, más guardias se unieron a la comitiva presidida por Eileen y Lucille. Al fin llegaron al recinto interior donde vivían los dioses celtas y Lucille y Eileen, al igual que hicieron Rossweise y Erik, se adelantaron para avisar a Dagda y los suyos de que los abrahámicos ya estaban allí. Entretanto, Namtaga se puso al lado de Azazel y las Cadres, mientras que Issei juntó a Raynare y Asia en sus brazos. 

—Creo que todo saldrá a pedir de boca Gobernador. —resaltó Issei animando los ánimos de los abrahámicos y de Namtaga. 

—Eso esperamos Hyōdō-kun... —dijo Penemuel sin darse cuenta del tono cariñoso con el que le había nombrado. 

—Ni lo dudes Hyōdō, los dioses celtas nunca se llevaron mal con Padre, al contrario de los nórdicos. —intentó tranquilizar Azazel a los presentes, sin dejar de abrazar a Namtaga por la cadera, señalando a los hombres celtas de que esa despampanante pelirroja estaba ya con alguien más. 

No pasó mucho tiempo más, quizás unos quince minutos, en los que Issei, el Gobernador y los demás abrahámicos hablaban amenamente de lo que harían una vez estas negociaciones acabasen. Pasó un cuarto de hora cuando Eileen y Lucille salieron de la cabaña principal del recinto interior, llamando a los abrahámicos a que pasasen. Entraron en la cabaña principal y ahí pudieron ver a los principales dioses celtas sentados en una mesa con forma de U invertida: el anciano Dagda la presidía, a sus lados Lugh y Beleno. Cernunos, Taranis y Camulos a la derecha, mientras que a la izquierda estaban las diosas Danu, Epona, Eriu, Brigid, Morrigan y el afeminado Aengus. 

Los dioses celtas vieron a los abrahámicos entrar a la cabaña principal del recinto. Azazel, Sahariel y Penemuel fueron los primeros en entrar, seguidos de Issei, Namtaga, Raynare y Asia, mientras que Eileen y Lucille quedaron a ambos lados de la puerta como porteras. Brigid encendió un fuego en su caldero y lo colocó en el centro de la mesa con forma de U para que sirviese como luz para los abrahámicos. El primero en hablar no fue ninguno de los invitados, sino el propio dios Dagda, el cual parecía bastante contento de ver a los abrahámicos. 

—¡Azazel viejo cuervo! —exclamó el anciano dios celta al Gobernador de Grigory. —¡Hace cuánto que no nos vemos! ¿Quizás mil quinientos años? —preguntó retorico Dagda sonriendo, a lo que Azazel sonrió también. 

—Quizás viejo, quizás... —dijo Azazel sonriendo complacido por la amabilidad del viejo dios celta. —¿Sabes a lo que venimos, no? —preguntó el Gobernador colocando sus manos en la cadera, con una mirada cómplice, siendo acompañado por sus hermanas Cadres. 

—Umh... Esa Alianza vuestra... —musitó el viejo dios celta con sus manos en la barbilla, pensándolo profundamente. —Los griegos de Massalia hablan mucho de esa Alianza... —recordó Dagda como en la Galia había una pequeña colonia griega que intercambiaban, desde que entraron en la Alianza, tintes purpuras y ricas mercancías con los celtas de la zona.  

—Ese es uno de los beneficios de la Alianza. Podréis uniros a los demás panteones que la conforman para comerciar, intercambiar ideas, costumbres, o simplemente pelear para que no perdáis fuelle. —salió al encuentro Penemuel, recibiendo miradas de aprobación por parte de Camulos y Lugh. 

—Yo siempre he querido visitar el Jardín de las Hespérides... —musitó el dios astado Cernunos sobándose la barba de chivo que tenía. 

—Todo eso lo veo muy bien: el comercio enriquece las arcas, los intercambios culturales nos hace más sabios, las peleas, aunque sean de entrenamiento, nos fortalecen en estos tiempos tan convulsos... —manifestó sabiamente Dagda a los invitados. —¿Pero no sería lo suyo saber la opinión de Draig Goch? Un Dragón Celestial que viene de nuestras tierras tendría más peso en nuestra decisión que la de todos nosotros juntos. —declaró Dagda señalando a Issei, a lo que los demás dioses celtas se asombraron. ¿Acaso Draig estaba ahí? ¿En el cuerpo de un chico joven tan extraño? 

[Gwyddoch eisoes nad oes gennyf farn, mater i'r Cadres a'r Archangels yw'r Gynghrair. Ond yr hyn y gallaf ei ddweud yw nad yw Crom Cruach yn mynd i fod yn hapus iawn am y newyddion.] —habló Draig desde la usual gema verde en el dorso de la mano de Issei, llamando la  atención de Beleno y de Lugh. ¿Qué pasaba ahora con Crom Cruach? (Ya sabéis que yo no tengo opinión, la Alianza es cosa de los Cadres y de los Arcángeles. Pero lo que sí puedo decir es que Crom Cruach no va a estar muy alegre por la noticia.)

—¿Qué le pasa ahora a esa lagartija negra? —preguntó Beleno insultando de paso a Crom Cruach. 

—Crom Cruach se enfrentó con el portador de Draig y conmigo derrotándonos penosamente. Si no hubiera sido por la intervención de la Diosa Dragona Ophis, no hubiéramos salido con vida de ahí. —dijo como si nada Eileen, abriendo los ojos como platos todos los demás dioses celtas. ¿Ophis? ¿La Diosa Dragona que si quisiera podría destruir la Tierra sin sudar? 

—Si ustedes fueron capaces de llamar la atención de la mismísima Ophis Ouroboros, es que algo está maquinando esa dragona... —infirió Dagda sobándose la barbilla ante lo dicho por Eileen y Draig. 

—¿Entonces, os unís a la Alianza? —preguntó cortésmente Azazel a Dagda y los demás dioses celtas, los cuales sonrieron ampliamente ante la propuesta del Gobernador de Grigory. 

—Ya estamos tardando... —dijo Dagda levantándose de su asiento a la vez que los demás dioses celtas.

╰───────────✧──────────────╮

Palabras: 2812

PD: Y con este capítulo se acaba este Arco de "Negociaciones a Dos Bandas". Espero os haya gustado :D

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top