T.3.17
Todo estaba oscuro. La oscuridad rodeaba todo lo que alcanzaba el ojo del joven castaño japonés. Pero algo estaba... fuera de lugar. La oscuridad no era cálida, como la que aparecía cuando Draig quería manifestarse ante su portador. Tampoco era acogedora como la que surgía en un sueño compartido con su Ray-chan por medio de Gran Rojo. No, no era nada de eso. Era fría, incómoda, pesada y con un aire de muerte y miedo, mucho miedo. Sea lo que sea se estaba ocultando en la oscuridad era malévolo, oscuro, sin una pizca de luz en su interior ni intenciones de redimirse.
Issei sabía que esto, lo que sea que fuera que estuviera pasando, lo había hecho Sirzechs Lucifer, o más bien Gremory. Los demonios miembros de la familia Gremory, Sirzechs, Rías, su padre Zeoticus... todos tenían la habilidad de sumergirse en el subconsciente de las personas, manipular sus sueños y temores y darles formas a su antojo. Manipular la psique humana es un arma muy poderosa, sobre todo si la víctima era débil de mente -como la súcubo Herzha- pero Issei no era debil de mente, o eso creía el castaño japonés.
Intentó comunicarse con su compañero de batallas dracónico, pero parecía que las comunicaciones entre ambos seres sobrenaturales estaban cortados de raíz. Tendría que recorrer este espacio oscuro para saber qué estaba pasando en su mente, pues si algo tenía en claro es que esto no era real, estaba todo en su mente. Sin duda era una jugada sucia la del Gremory entronizado, pero el castaño demostraría que él no era alguien al que debería subestimar ni un poco.
Con estos pensamientos en la cabeza echó a andar por ese espacio mental, con cautela de lo que pudiera ocurrir en cualquier momento. Con una katana de luz carmesí marchaba con pies de plomo por el espacio, viendo a todos lados, con el rabillo del ojo y siempre con la mano empuñando la katana listo para defenderse. Pero por nada del mundo se imaginó lo que verdaderamente pasó en su mente.
―[¿Cómo pudiste hacerme esto Yūma?] ―se escuchó en todo el espacio oscuro mental.
―[Me lo ordenó el Gobernador General Azazel. Si no neutralizábamos al Sekiryutei, los demonios se harían con él, y solamente Padre sabe qué harían con él.] ―se escuchó otra vez una voz femenina familiar para el castaño.
Esas voces... ¿son suya y de Raynare? ¿Qué estaba sucediendo que él no podía ver? Parece que Raynare estaba usando su seudónimo, Amano Yūma, pero algo estaba mal en esa conversación sentía el castaño al escuchar su propia voz.
―[¡Pero yo en verdad quería algo contigo! ¡Me hubiera dado igual que tú fueras una ángel caída de Grigory y yo un simple humano con un trasto mágico!] ―exclamó el otro Issei, haciendo que el castaño original sintiera un escalofrío. Algo no andaba bien con ese Issei.
―[La verdad que lo siento mucho Issei-san, rezaré a Padre para que no te pase nada con Gremory, sólo el Altísimo sabe de lo que es capaz esa víbora rastrera pelirroja. Adiós, Isse-san.] ―terminó de hablar Raynare acercándose al otro Issei dándole un beso en los labios mientras que le clavaba una daga de luz en las entrañas, dejándolo caer sobre un árbol del parque de Kuoh.
―[Yūma-chan... Yo... te quería...] ―dio un último aliento el castaño japonés mientras que la ángel caída se marchaba al despacho de Azazel que la misión había sido un éxito para Grigory.
En ese momento la oscuridad desapareció e Issei pudo ver como su contraparte moría desangrado en el suelo del parque de su ciudad, mismo parque donde Raynare le pidió que se uniera a las filas de Grigory. Pero esta vez algo salió mal: su actual novia había matado a su contraparte y pareció que su final estaba llegando. Y sería así si no fuera por una invitada inesperada e indeseada: Rías Gremory, la hermana pequeña de Sirzechs Gremory y actual Duquesa del Guizat de Gremory.
―[Vaya, parece que el cuervo ha asesinado al Sekiryūtei... Creo será una buena adquisición para mi séquito. Veamos cuán poderoso eres.] ―susurró la pelirroja arrodillándose ante el cadáver de Issei alternativo sacando de un círculo mágico un estuche con piezas de ajedrez de color rojo carmesí brillante. ―[Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete... ¡ocho! ¿Tan poderoso es que me ha costado todos los peones? Tendré que entrenarte para que explotes todo tu potencial, mi querido dragoncito...] ―dijo eso último en un tono suave pero venenoso.
Pero lo que alertó a Issei es que eso último no parecía dirigirse a su contraparte, sino a él mismo, pues la pelirroja giró su rostro mirando hacia donde él estaba, a una distancia prudencial de lo que estaba sucediendo. Es más, esa última frase "Tendré que entrenarte para que explotes todo tu potencial" parecía ir también a él, no a su contraparte, la cual había recuperado el aliento pero estaba dormido.
Issei empuñó con fuerza su katana pero la oscuridad volvió a rodearlo todo y perdió de vista a la duquesa Gremory. El castaño, desconfiado por no poder acceder a su Sacred Gear, volvió a echar a andar, escuchando de fondo lo que parecía ser lo que le pasó a ese Issei alternativo: la duquesa Gremory lo reclutó forzosamente en contra de su voluntad, reencarnándolo en un demonio al servicio del Ducado Gremory, haciendo encargos a Rías: enviar cartas a otros demonios, neutralizando enemigos de Rías, reclutando impuestos del Guizat, entrenando en el uso de magia demoniaca y de su Sacred Gear, la Boosted Gear...
Pero todo cambió para este Issei-alternativo cuando conoció en Kuoh a una chica rubia: Asia Argento, una monja italiana que había venido a Japón por orden del Papa Benedicto XVI para que fundara un colegio femenino para jovenes niñas cristianas japonesas en Kuoh, lo que haría indirectamente la competencia a la Academia de Kuoh. Rías le ordenó matar a Asia por ser parte del bando del Cielo dentro de la facción abrahámica, pero Issei -el cual no pensaba hacerlo, ganándose una tortura como castigo- no se esperaba lo que verdaderamente pasó.
―[Bienvenida Asia. Acomódate, después iré a preguntarte cómo te ha ido en el viaje.] ―escuchó Issei la voz de un hombre mayor. Era el Padre Freed Sellzen, el sacerdote alemán que fue como un padre para Asia, literalmente.
―[Claro, deje que retire mis cosas a mi habitación Padre.] ―escuchó a Asia decir al sacerdote de Múnich.
Lo que el castaño no se esperaba es que Raynare también estuviera presente, sin usar su seudónimo, hablando con Asia y el Padre Freed. Al parecer el colegio de niñas era una tapadera: éste serviría como una base de Grigory en Kuoh, para hacer presión a la Duquesa Gremory a que abandonase Kuoh, pero le pelirroja era cabezota y mandó a un escuadrón de unas pocas decenas de demonios de su Guizat a saquear el colegio, matar a todo humano y ángel caído y secuestrar para reencarnar a Asia en su Alfil, pues descubrió que tenía un Sacred Gear muy valioso: Twilight Healing.
Tras el asalto demoníaco al colegio, Issei fue obligado a matar a su viejo amor platónico, Raynare, a sangre fría por orden de Rías. Si no fuera así torturaría a Asia y a Issei hasta matarlos si fuera necesario. Así que de un solo golpe seco atravesó el corazón de Raynare entre los escombros del colegio, haciéndola desaparecer en una explosión de plumas negras. Desde ese momento el Issei alternativo no fue el mismo: dejó de hablar, se encerró en sí mismo, entrenó hasta la extenuación, logrando derrotar en combate singular a Kokabiel y sus legiones, el cual había tomado Kuoh en represalias del asesinato de ángeles caídos y niñas inocentes en Kuoh.
Nuestro protagonista castaño no podía creerse lo que estaba viendo: ¿eso ocurriría si hubiera sido asesinado y reencarnado por Gremory? No quería volverse una sombra de sí mismo, no. Quería vengarse de lo que le había hecho a sus seres queridos ese Issei alternativo, quería hacerle pagar por esas niñas inocentes, asesinadas y violadas por las tropas de Gremory, quería hacerle pagar por matar a Raynare, quería hacerle pagar por matar a Kokabiel, su principal figura paterna en Grigory. Quería justicia por algo que, en definitiva, no había pasado. Ese era el poder de Gremory: jugar con los miedos e inquietudes de sus víctimas.
Empuñó su katana de luz carmesí y, con toda la ira y tristeza acumulada, comenzó a dar tajos a diestro y siniestro a las supuestas paredes de la dimensión de oscuridad en la que estaba encerrado. Parecía que lo que hacía era en vano, pero, tras un rato de atacar a la dimensión, consiguió abrir lo que parecía ser un hueco entre las paredes. Desconfiado pero con sed de justicia y honor atravesó la pared y se encontró lo que parecía ser un paisaje infernal; lava y rocas fundidas por todas partes, un intenso olor a azufre y huevos putrefactos procedentes de volcanes en la lejanía invadía las fosas nasales del castaño. Estaba en el infierno, el verdadero infierno sin duda, uno donde se enfrentaría a sus peores temores.
Issei, con natural cautela al estar en un lugar desconocido y hostil, no dejó de empuñar su katana de luz, pero esta vez sí pudo contactar a su fiel compañero dragón, Draig Goch, el cual se notaba visiblemente nervioso al hablar con su portador.
―[Cymar byddwch yn ofalus...] ―dijo Draig con un tono nervioso pero certero. Él sabía que algo no estaba bien aquí. (Compañero, ten cuidado...)
―Claro que lo tengo Aibō, siempre tengo cuidado... Pero hay algo aquí que me inquieta... ―confesó el castaño al dragón de la Boosted Gear, el cual asintió con su cabeza en el interior de la Sacred Gear.
―[Marwolaeth, tristwch, anghyfannedd, tywyllwch... Gall hynny i gyd gael ei arogli yn awyr y lle hwn.] ―dijo el dragón galés susurrando para sí. Este lugar era sin duda horripilante, incluso para estándares dracónicos. ¡Cómo se notaba que había sido creado por el mismísimo Sirzechs Lucifer en persona! (Muerte, tristeza, desolación, oscuridad... Todo eso se huele en el aire de este sitio.)
Así, con el consejo que su amigo reptiliano le había dado, Issei comenzó a andar por el paisaje infernal en el que se encontraba: lagos y ríos de lava salpicaban todo el espacio, nubes de azufre y demás gases tóxicos flotaban en el aire y las rocas sólidas ardían mientras que en los bordes de ríos y lagos roca semifundida actuaba como la arena con el agua de la playa. El ambiente era infernal sin lugar a dudas, no había una pizca de vida en kilómetros a la redonda, un espacio estéril, incluso para las bacterias extremófilas.
Por estas razones, cuando detectaron una firma mágica a lo lejos, Issei y Draig se alarmaron. ¿Qué clase de monstruo puede soportar vivir aquí? Ellos estaban aquí porque habían sido introducidos a éste por Sirzechs, pero no se esperaban que alguien o algo viviera aquí de forma natural. Issei desplegó sus alas para dirigirse al lugar donde procedía esa intensa marca mágica. Fue entonces cuando Draig abrió los ojos de par en par, sus feromonas empezaron a inundar el ambiente, empezó a bramar y a rugir como si estuviera en celo. ¿Qué le estaba pasando al dragón? Había hallado a su rival, el Blanco, Albión.
―[Yr Un Gwyn... ac mae ef gyda'ch merched.] ―dijo Draig a su portador de manera fría pero con ganas de enfrentarse a su rival. (El Blanco... y está con tus hembras.)
―¿El Blanco? ¿Albión está aquí? ―dijo Issei impactado por la noticia. ―Pero si no lo has notado despertar hasta ahora, ¿cómo va a ser el Blanco? ―dudó el castaño llegando casi ya a donde estaba la firma mágica.
―[Rwy'n siŵr ohono Aibō, mae Albion yn ildio hynny lle bynnag y mae'n mynd: marwolaeth, anghyfannedd, poen, tristwch...] ―manifestó Draig dejando fluir su magia por todo el cuerpo de Issei para dar más fuerzas a su portador en el combate que se avecinaba. (Estoy seguro de ello Aibō, Albión desprende eso a donde quiera que va: muerte, desolación, dolor, tristeza...)
―Vaya... ¿todos sus portadores del Blanco son así? ―preguntó Issei aterrizando a unos metros de donde procedía la firma mágica, un castillo en medio del panorama infernal.
―[Mae hynny'n iawn, maen nhw i gyd wedi bod fel hyn: cweryla, unig, tywyll ac anghyfannedd] ―dijo Draig seriamente poniéndole la armadura del Balance Breaker, suministrándole 50 Boosts en cada miembro. [Así es, todos han sido así: pendencieros, solitarios, oscuros y desolados.]
―Vaya... Es una pena... ¿Supongo que el mal busca al mal y el bien busca al bien, no? ―dedujo Issei entrando al castillo mirando los alrededores de la construcción, un castillo construido con piedra oscura purpurea hecha ladrillo, piedra que supuso era de esta dimensión también.
―[Mae hynny'n iawn Aibō, nawr ewch i ymladd Gwyn!] ―arengó el dragón de Gales a su portador, el cual empezó a correr hacia donde estaba la firma mágica, la sala del Trono en lo más alto del castillo. (¡Así es Aibō, ahora ve y lucha contra el Blanco!)
Tras varios minutos corriendo por dentro de la fortaleza, tiempo en el que tuvo que enfrentarse a esqueletos negros y criaturas amorfas de magma y llamas, al fin llegó a la sala del Trono, la cual estaba cerrada, pero de una potente patada con 15 Boots cargados en su pierna diestra la abrió de golpe y pudo contemplar algo que le impactó: en el Trono estaba sentado una copia de él, vestido con una capa negra, chaqueta del mismo color y botas oscuras. A los pies de este Issei alternativo estaban Raynare, Asia y Akeno, semidesnudas y con una correa para perros en sus cuellos -negro, verde y púrpura respectivamente-.
Issei cerró sus puños con indignación e ira. ¿Qué clase de persona era ese Issei? ¿Qué clase de persona trataría a las mujeres -sobrenaturales o humanas- como si fueran simples objetos de uso y disfrute? Él incluso cuando tenía momentos íntimos con Raynare o Asia siempre lo hacía pensando en ellas, no en su propio placer. Demonios, incluso con Akeno que él la ve como una hermana pequeña no se le ocurriría hacer esas cosas. Indignado, recriminó a su contraparte.
―¡Tú, Issei de pacotilla! ―exclamó el castaño protagonista al otro Issei alternativo. ¡Deja a las chicas en paz! ―apuntó Issei con su mano al otro castaño cargando con 25 Boosts un Dragon Shot procedente de su dedo. ―[Dragon Shot!]
El rayo de magia dracónico salió disparado directamente hacia el otro Issei procedente del Issei original. El alternativo simplemente se levantó del trono y puso su brazo en dirección al Dragon Shot y de su brazo surgió un guantelete blanco con gemas blancas y se escuchó de su interior "Divide" hasta que el rayo mágico se deshizo en nada a pocos centímetros del rostro del otro Issei.
―Débil... patético... ¿Y tú te haces llamar Sekiryūtei? ―desafió el dopplegänger de Issei armándose con la armadura del Divine Dividing, la Sacred Gear que tenía encerrado a Albión, el dragón blanco de Inglaterra.
―[Read... Jo drager is swak. Wêr is Llewellyn?] ―rugió Albión desde su encierro haciendo enfurecer a Draig. (Rojo... Tu portador es débil. ¿Dónde es Llewellyn?)
―[Digon o sgwrsio Albion! Gadewch i ni ymladd fel gwrywod mewn brwydr sengl!] ―rugió igualmente el dragón rojo de Gales aumentando el poder de Issei mediante 150 Boosts que repartió de la siguiente manera: 25 para cada brazo, otros 25 para cada pierna y 50 para el torso. (¡Basta de cháchara Albión! ¡Peleemos como machos en batalla singular!)
Así dio inicio a una cruenta batalla entre Issei y su Dopplegänger que duró lo que parecían horas y horas. Su contraparte era todo lo contrario al castaño: en vez de ser el Sekiryūtei era el Hakuryūkō, usaba armas de oscuridad con PoD en lugar de Luz Sacra, era el Neo-Dragon-Slayer de Oscuridad al contrario de Issei, que era el Neo-Dragon-Slayer de Luz... Era, en resumidas cuentas, el reverso del castaño nipón.
La batalla en sí, pese a su larga duración, podía dividirse en tres fases: una primera etapa puramente física, en el que ambos castaños japoneses se repartían puñetazos, patadas, zarandeos e incluso llaves de artes marciales. Los potentes golpes de Issei debido a los Boosts eran debilitados con los Divide de Albión, a su vez que el poder que el dragón blanco inglés robaba era para el Dopplegänger. La batalla, que al principio estaba siendo pareja acababa por decantarse al Dopplegänger, el cual estaba por dar su golpe final cuando entre ambos combatientes se puso Raynare en posición protectora.
―¡Raynare no! ―dijo Issei pero ya era tarde: la ángel caída de Grigory caía inerte al cálido suelo de la sala del Trono.
―Débil... no puedes ligarte a una persona. Te hace dependiente de otras personas y no eres capaz de arriesgarte y explorar tus límites si hay alguien que te pone cortapisas continuamente "por tu seguridad". ―explicó el Issei alternativo al castaño original el cual estaba abrazado al cadáver de Raynare.
―No lo comprendes... Esas personas no te ponen límites, te los amplían día a día para superarte y poder protegerlas porque te importan y las amas. ―replicó Issei dejando el cadáver se Raynare en el suelo deshaciéndose en plumas negras que le cubrieron los ojos. ―Sé lo que pasaste en tu vida... ¡y es por eso que te juzgaré ante Dios y ante tus víctimas! ―exclamó Issei invocando una katana de luz carmesí y de un rápido movimiento le hizo una herida en la mejilla a su contraparte, la cual invocó a su vez otra Katana pero de oscuridad y PoD.
Katana de luz sacra contra katana de oscuridad potenciada por PoD. Chispazos de los golpes de las armas brillaban los rostros de ambos castaños, los cuales ninguno quería ceder en este duelo de esgrima. Issei atacaba sin dar tregua al Issei-Dopplegänger, el cual dividía el poder de su atacante, el cual respondía aumentando su poder. El duelo de espadas entre ambos castaños estaba siendo parejo, tan parejo que parecía que no avanzaba nada, solamente en el espacio, pues el duelo los estaba llevando a todos los rincones del palacio: la sala del Trono, los pasillos, el patio de armas hasta llevarlos a las puertas del Palacio.
―¡No sé qué te pasa, pero sea lo que sea te carcome por dentro! ―exclamó Issei deshaciendo su katana de luz carmesí destapándose el rostro apreciándose en sus ojos rastros de cansancio.
―¡Tú no sabes nada de mí! ¡Solamente respondo a Buchō y solamente ante Ella! ―vociferó el Issei Peón de Rías al Issei ángel caído, el cual estaba atento a lo que su contraparte dijera. ―¡Ella me salvó de la Muerte y por Ella acabaré contigo, cuervo de pacotilla! ―exclamó el dopplegänger de Issei saliendo volando con su armadura blanca con gemas azules.
―[Klear om foar it earst yn in ieu slein te wurden, Red?] ―rugió Albión dividiendo el poder de Issei a la vez que Draig proporcionaba el doble de Boosts que de "Divides" de Albión. (¿Estás preparado para ser derrotado por primera vez en un siglo, Rojo?)
―[Gwrandewch arnaf, Aibō, mae Albion yn mynd i berfformio ei ymosodiad olaf, [Half Dimension]. Does dim ffordd o'i gwmpas, rhowch y gorau iddi, dyma'r gorau y gallwch chi ei wneud.] ―dijo Draig en un tono que dejó impactado a Issei: estaba rindiéndose. ¿Cómo podía ser el Dragón de la Dominación, el Dragón Celestial, uno de los dragones más poderosos de la Tierra, estar rindiéndose? Eso no lo podía permitir de ninguna manera. (Escúchame, Albión va a realizar su ataque final, [Half Dimension]. No hay manera de evitarlo, ríndete, es lo mejor que puedes hacer.)
―¡¿Acaso te estás escuchando?! ¿Rendirse? ¡Un dragón nunca se rinde! ¡Por Dios y por las victimas del Demonio al que enfrentamos, debemos, no solo combatirlo, sino vencerlo! ―arengó el castaño a su compañero, el cual empezaba a animarse poco a poco. ―¿Acaso un dragón no debe defender a sus hembras? ¿Es que no has visto como tenía a Ray-chan, Asia-san y Akeno-One-san? ¿Qué clase de demonio es este? ¡Debemos destruirlo! ―terminó su arenga el castaño volviendo a tapar su rostro con su armadura alzando el vuelo para ponerse vis a vis con su demoníaca contraparte.
―Así que quieres morir... ¿Qué más dá? Desaparecerás de aquí y yo seguiré disfrutando de tus hembras, una y otra vez... ―dijo sombríamente el Issei Peón de Rías, alzando su brazo al frente.
―[Cyfaill, dwi'n gwybod sut i wrthsefyll ymosodiad Albion!] ―rugió Draig alegremente, pues ya sabía cómo contrarrestar el Half Dimension de su eterno rival. (¡Compañero, ya sé cómo contrarrestar el ataque de Albión!)
―¡Qué bien, pero dímelo rápido que el ataque está preparándose! ―exclamó Issei atacando a su contraparte con lanzas de luz carmesí para postergar el ataque lo máximo posible.
―[Iawn, dywedaf wrthych. Ydych chi'n cofio'r ymosodiad a wnaeth Kokabiel ym Mrwydr Fawr y Nefoedd?] ―sugirió a su portador. Pues claro que se acordó, ese ataque fue increíble a la vista, ¡cómo mató a miles de demonios de un solo certero golpe! (Bien, te lo diré. ¿Te acuerdas del ataque que realizó Kokabiel en la Gran Batalla del Cielo?)
―¿Quieres que lo emule a pequeña escala? ¡Pero no soy tan poderoso como Kokabiel-sama! ―se quejó Issei a su compañero, pero no se esperaba lo que le dijo Draig a continuación.
―[Rwy'n gwybod, dyna pam y byddaf yn rhoi'r nifer uchaf o Hwb y gallwch chi eu cynnal: Mil] ―dijo Draig decidido comenzando a suministrar los Boosts de la siguiente manera: 125 para cada brazo y pierna y 250 para el torso. (Lo sé, por eso te proporcionaré el máximo de Boosts que aguantas: Mil)
Dicho y hecho: una vez suministró los aumentos a Issei, el Issei Demoníaco estuvo preparado para lanzar su ataque definitivo, un ataque devastador que nadie podía resistir, solamente los Dioses Dragones: la Half Dimension. Este ataque dividía a la mitad todo lo que estuviera en el rango de dicho ataque, pedras, animales, personas... Lo mortal del ataque no era encoger los objetivos, sino como en los seres vivos el volumen originario no podía hacerse hueco en la mitad de tamaño, lo que les hacía explotar desde dentro.
―¿Preparado, cuervo de pacotilla? ―se atrevió a desafiar a su contraparte el Issei Demoníaco.
―Por supuesto, sucio demonio. ―respondió igualmente desafiante el Issei ángel de Grigory.
―[Half Dimension!] ―rugió Albión haciendo aparecer su espectro a las espaldas del Issei Demoníaco
―¡Rueda Celestial del Dragón Carmesí de Gales! ―exclamó Issei haciendo aparecer a sus espaldas cientos y cientos incluso miles de lanzas de luz carmesí ardiendo en Fuego Sacro y justo detrás el espectro de Draig.
De un segundo a otro ambos ataques colisionaron. La onda mágica de Albión avanzaba inexorablemente hacia su objetivo, el cual respondía con cientos de lanzas de luz encendidas en Fuego Sacro. Parecía que Albión ganaría, pero el Issei Peón de Rías no se esperaba lo que vio: esa onda mágica estaba poco a poco debilitándose con cada lanza que impactaba. Es como si esas lanzas estuvieran mermando el poder mágico de Albión, pero eso era prácticamente imposible.
―¡Imposible! ¿Cómo lo está haciendo? ―exclamó asustado el Issei Demoníaco, a lo cual el Issei de Grigory.
La onda mágica se deshizo entonces a pocos centímetros de un Issei de Grigory cansado pero contento. Había parado ese mortífero ataque del eterno rival de Draig. El dragón carmesí de Gales le proporcionó unos últimos aumentos para que pueda acabar de una vez por todas con ese demonio que se hacía pasar por él. El castaño de Grigory se acercó a su otro yo, el cual estaba de rodillas riendo maniacamente, cosa que le preocupó bien poco al de Grigory.
―¿Unas últimas palabras, sucio demonio? ―declaró el Sekiryūtei de Grigory con una katana de luz carmesí ardiendo en Fuego Sacro.
―¡Jajajajaja, da igual lo que hagas! ¡Tú y tus chicas seréis sacrificados por Sirzechs-sama y los demás Maōs a Satán para dar la bienvenida a la Emperatriz Lilith! ―fue lo único que dijo antes de ser decapitado de un certero tajo del castaño de Grigory.
Fue en ese mismo momento cuando pudo ver de reojo a los fantasmas de las víctimas del Issei que acaba de matar: Asia, Akeno, Raynare, el Padre Freed, las niñas del colegio de monjas de Kuoh. Todos estaban ahí para agradecerle el haber matado a ese monstruo. El espiritu de Raynare se acercó y le abrazó amorosamente, por fin se había cumplido sus oraciones. Por su parte el Padre Freed se le acercó y le bendijo haciendo la señal de la Cruz sobre el castaño, el cual se había arrodillado de respeto ante el sacerdote alemán. Si rescataba a Valerie, le pediria que resucitase a ese cura católico de Múnich.
Pero todo desapareció de un segundo a otro. Había despertado y estaba atado a la pared viendo como Valerie sufría por el ritual de resurrección de Lilith, al cual le faltaban no más de diez minutos.
―¡Maldito seas Sirzechs Lucifer! ―vociferó Issei intentando librarse de las cadenas al ver el panorama de la Sala del Trono de los Grandes Reyes del Infierno.
Pero él y sus chicas serían testigos del inicio de una era: el regreso de la Emperatriz Oscura, Lilith.
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Palabras: 4215
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