T.3.16
El joven heredero del Electorado Glasya-Labolas y hermano menor del Gran Rey Asmodeus Falbium, Zephydor Glasya-Labolas, era conocido en el Inframundo por su peculiar séquito. Era de sobra conocido que desde pequeño, a Zephydor le encantaban los cuentos y leyendas sobre criaturas mágicas de todos los panteones del Globo, siendo él mismo, paradójicamente, un ser sobrenatural como esas criaturas que él admiraba. Es por eso que, al contrario que los séquitos de Rías Gremory o Sona Sitri -compuestos por humanos con habilidades extraordinarias o compañeras del Consejo Estudiantil respectivamente- el de demonio peliazul estaba compuesto por criaturas mitológicas.
Con esos cuentos y leyendas en la mente, el joven Zephydor, una vez que recibiera su set de Evil Pieces cumplidos los 200 años, se lanzó a la búsqueda de ciertas criaturas que él deseaba que estuviera en su séquito: para su puesto de Reina, se marchó a la región del Ática en Grecia para capturar a la criatura que le fascinó desde su niñez: la Mantícora, un animal con cabeza humana, cuerpo de león, cola de escorpión, alas de dragón y coraza protectora, del tamaño de un caballo grande. Sin muchos problemas, Zephydor logró reencarnarla en su Reina, aún si el ejemplar que encontró era macho.
Para sus dos alfiles Zephydor quería criaturas con gran capacidad mágica y para ello se fijó en dos seres sobrenaturales con dichas capacidades: la Banshee irlandesa y el Wendigo de las tribus de América del Norte. La primera era un espíritu femenino del folclore irlandés que se dice vaticina la muerte de algún ser querido siendo mensajeras de Arawn, dios celta del Inframundo, y poseían poderes psíquicos y una estridente voz que le servía de arma. En cuanto al Wendigo, éste es un espíritu malévolo de la mitología algonquiana de la región de los Grandes Lagos y de Nueva Escocia, y se relacionaba con el canibalismo principalmente -Zephydor tenía que alimentarlo con carne humana si quería ser su Alfil- y poseía control sobre la sangre y la carne.
Una vez obtenidos sus dos alfiles, Zephydor buscó entonces a dos candidatos para ser sus Caballos. Debían ser ágiles, habilidosos con armas mano a mano y de reflejos rápidos. Sólo encontró a dos criaturas en sus viejos cuentos que tuvieran tales caracteristicas: los Oni japoneses, armados con sus kanabō, fuertes y resistentes con un gran tamaño -casi 5 metros de alto y una tonelada- ; y, por otro lado, armado con un macuahuitl y rápido y ágil como un jaguar, el guerrero jaguar mesoamericano u Ocelotl: un jaguar antropomorfo de casi 3 metros de altos. Estos dos serían sus Caballeros: la agilidad y rapidez del Ocelotl se complementaban perfectamente con la fuerza y resistencia del Oni.
Teniendo ya a su Reina, a sus Alfiles y Caballos, solamente le faltaban las Torres, que sobresalían por su fuerza y resistencia sobrenatural. Aunque ya tenía al Oni como alguien resistente y fuerte, necesitaba a criaturas mitológicas más resistentes aún. Eligió entonces a dos criaturas que cumplían de sobra esos requisitos: el Minotauro y el Gigante de Hielo, de los panteones nórdicos y griegos respectivamente. El Minotauro, mitad humano mitad toro, encerrado en el laberinto de Cnossos, aún muerto por Teseo, Zeus quiso tener más como guardianes de sitios sagrados del panteón, como los Oráculos o templos de Anatolia o Grecia continental; por otro lado, los gigantes de hielo es una sub-raza de gigantes o Jotum, denominados Jotumþurrís. Zephydor pidió permiso a Laufey, el líder de los gigantes de Hielo por uno de estos gigantes mientras que secuestraba un minotauro de Pineia Grecia.
Una vez tuvo a sus piezas importantes del set, le quedaban los ocho peones por ocupar. Estas piezas fueron las que más le costó buscar un ocupante para cada una debido a la habilidad que los peones contaban en el set de Evil Pieces: su versatilidad. Pueden ser fuertes, agiles, resistentes, habilidosos en la magia o en el combate cuerpo a cuerpo o puede tengan todas esas habilidades. Para reforzar sus habilidades está la llamada "Promoción": un peón puede promocionar a Reina, Caballo, Alfil o Torre dependiendo de lo que se especialicen, siempre y cuando estén en territorio enemigo. Tras varios años, Zephydor logra al fin encontrar 8 peones para su sequito.
Los elegidos son: un Wyvern de fuego del territorio dragón del Inframundo, un Hellhound mascota de Hades, un hombre lobo salvaje de los bosques de Turingia, una gárgola de los cielos de Paris, un Tanuki bonachón de Kioto, una bruja irlandesa de nombre Cuasach con la capacidad de invocar ejércitos de esqueletos y el más poderoso de todos y que le ocupó a Zephydor los dos peones restantes: un escorpión mágico del desierto del Sahara. Con estos seis peones, el séquito del joven Glasya-Labolas estaba completo y por fin puede hacer algo que le encantaba: participar el La Liga Infernal de Rating Games.
Es con este séquito que ha compuesto en menos de diez años con el que se consigue situar en entre los cinco primeros puestos de La LIga Infernal, justo por encima del Marqués Phoenix y por debajo de la Princesa Sitri.
Pero el partido de esta semana contra Sairaorg se ha saldado con una derrota aplastante 2-1 (esto es, que al final del partido solamente ha quedado él en pie contra Sairaorg y su Reina, Kuisha Abaddon) En cualquier otro partido que perdiera no pasaría nada, pero Zephydor estaba convencido de que el partido estaba amañado desde el principio debido a la falta de actitud de su séquito en el combate. Es por eso que, cuando su hermano mayor y Gran Rey Asmodeus Falbium le propuso entretener a los Grandes Reyes durante el ritual de resurrección de Lilith, no lo dudó ni un segundo y aceptó sin pensarlo, pues solamente tendría que enfrentarse a cuatro ángeles caídas sin más, no le servirían ni de entrenamiento para su séquito.
El escenario escogido sería una dimensión artificial de bolsillo creada por Sirzechs, la cual estaba ambientado, a petición de Zephydor, en un laboratorio abandonado y un parque exterior a éste. Las normas eran sencillas: Zephydor tenía una hora para derrotar a las ángeles de Grigory para sus posteriores ejecuciones públicas. La base del Glasya-Labolas era el laboratorio y la base de las chicas era la fuente en el parque exterior. La narradora del partida sería Serafall esta vez.
Una vez fueron trasladadas las chicas a esta dimensión de bolsillo, Serafall habló desde un círculo mágico en el cielo de dicha dimensión. Las chicas atendieron a las instrucciones, así como Zephydor, que había sido trasladado al despacho más importante del laboratorio abandonado. Una vez ambos contrincantes estuvieron en sus puestos, la Gran Reina Leviatán inició el partido del Rating Game.
–¡Bienvenidos a este partido amistoso entre el joven Elector Glasya-Labolas, Zephydor, y las ángeles caídas que acompañaban al Sekiryūtei en la invasión de nuestro noble suelo! –dio la bienvenida Serafall a su público, los soldados y sirvientes del Palacio de los Grandes Reyes del Infierno, los cuales habían parado sus labores para ver el partido.
–El escenario escogido es un laboratorio abandonado y sus alrededores. Fue escogido por el joven Glasya-Labolas, por lo que él será el local de este partido con las ventajas que eso. Las normas son claras: ¡tenéis una hora para derrotar a todos los miembros del equipo contrario o directamente eliminar al Rey de cada equipo, el Elector Glasya-Labolas o la hija de Baraquiel! –arenga Serafall a ambos equipos, cuyos miembros respondieron a eso último de distintas maneras: los de Zephydor con seguridad, Akeno y las chicas con cierto miedo ¿Todos iban a ir a por Akeno?
Mientras que Glasya-Labolas trazaba la estrategia a seguir en este Rating Game, Akeno sacó valor de su interior y, como la ángel caída de mayor rango entre las cuatro, intentó trazar a su vez una estrategia con sus hermanas de Grigory. Usando un mapa que se les fue dado al inicio del partido, Akeno inició su estrategia.
–Veamos Ray-chan, Kala-chan, Mitelt-chan, nosotras estamos aquí.–dijo señalando con el dedo su base, un parque a las afueras del laboratorio abandonado con una fuente en el centro. –Si queremos tomar ventaja a pesar de nuestra inferioridad numérica, tendremos que asegurar nuestra posición aquí y avanzar hacia la planta baja del laboratorio.
–Así es Akeno-chan, pero debemos tener en cuenta cuál es el séquito de Glasya-Labolas. Ante el desconocimiento, debemos tener extrema precaución. –sugirió la de ojos amatista a la nieta de Elohim.
–Sea lo que sea a lo que nos enfrentemos, que Padre nos acompañe... –susurró Mitelt santiguándose alzando el vuelo para reconocer el terreno.
–Inshallah. –dijo Kalawarner haciendo lo mismo que su amiga rubia de ojos azules.
Mientras que ambas ángeles caídas sobrevolaban la zona, en el bando contrario Zephydor había acabado de trazar su estrategia, pidió a su alfil y a su peón, Banshee y la bruja irlandesa, que le acompañasen al sótano del laboratorio. No eligió este escenario porque le gustase la ciencia, que también, sino porque el día anterior, o Satán sabe cuándo, había estado en esta dimensión llevando a cabo experimentos que en comparación harían a la Unidad 731 unos niños inocentes. Cuando llegó al sótano, los tres demonios vieron en un tubo de liquido verde a un ser monstruoso, sin ojos y sin caja torácica.
–¿Qué es eso Zephy? –preguntó la Banshee extrañamente asustada. Ella no era de asustarse, sino más bien de todo lo contrario.
–Eso, mi querida dama, es nuestra as bajo la manga. –dijo Zephydor sonriendo para sí contemplando a su creación, "Guardián".
–Maldito loco... susurró la bruja de nombre Cuasach riendo incrédula por lo que su Rey y amante había hecho en sus ratos libres
De vuelta con las chicas, Kalawarner y Mitelt sobrevolaban el edificio con sable y bardiche de luz en mano en busca de algún enemigo al que neutralizar. No encontraban ninguno cerca, pero pudieron oír la voz de Serafall narrando todo el rato lo que estaban haciendo y lo que escucharon a continuación no se lo esperaban:
–¡Los dos Peones de la hija de Baraquiel se adentran en territorio enemigo! Promoción disponible en sesenta segundos. –narró la Gran Reina Leviatán a los espectadores.
–¿Promoción? ¿Cómo en el ajedrez? –preguntó la de pelo azul a la rubia menor la cual asintió.
–Así es Kala-achot. Los demonios basan sus partidos en partidas de ajedrez. Cuando los peones alcanzan territorio enemigo pueden promover a cualquier pieza excepto el Rey. –explicó Mitelt a su amiga peliazul, la cual sonrió confiada.
–Cuando esté listo promoveré a Torre y tú lo harás a Caballo, ¿entendido? –Mitelt asintió ante lo dicho por la de pelo azul –Mi fuerza y tu agilidad exponenciadas por la Promoción nos servirá de utilidad.
Siguieron ambas ángeles caídas revoloteando por los alrededores del edificio cuando una llamarada de fuego verde les rozó las alas de milagro. Desconcertadas bajaron a tierra y vieron ante ellas a una criatura que nunca habían visto en su larga vida: era un escorpión negro, con las alas membranosas del mismo color, rostro y abdomen blancos, con cuatro patas insectoides y las garras prendidas en fuego. El escorpión rugió y volvió a lanzar una llamarada de fuego verde por sus fauces, llamarada que esta vez lograron esquivar más holgadamente.
–¡Cuidado Kala-achot! ¡No sabemos cómo ataca a parte de ese fuego verde, ni siquiera sabemos sus debilidades! –advirtió Mitelt a su compañera, pero ella era muy cabezota y ya se había promovido a Torre.
–¡Promoción: Torre! –exclamó Kalawarner alzando su bardiche de luz azul oscuro al cielo mientras se cubría su cuerpo con una armadura de luz.
–¡La Peón de la Hija de Baraquiel ha promocionado a Torre! –narró apasionada Serafall viendo la armadura de luz de Kalawarner
–¡Veamos si soy capaz de resistir tus ataques, escorpioncito! –dijo Kalawarner con su bardiche agarrado por una mano gracias a la resistencia y fuerza de la promoción. El escorpión sólo soltó un leve rugido de incordio.
En ese momento Kalawarner empuñó su bardiche con fuerza, esperando el turno de su animalesco oponente, el cual se lanzó flotando con sus alas en dirección a la de pelo azul usando sus garras llameantes como sables, dando tajos a diestro y siniestro, tajos que Kalawarner esquivaba fácilmente, respondiendo con rápidos golpes al abdomen del escorpión, el cual comenzaba a resentirse de tantos golpes. Decidido con acabar con la molesta ángel, apuntó con su cola hacia el pecho de la caída y arrojó del orificio un liquido viscoso negro que se pegó a la armadura de luz de Kalawarner, la cual sólo tuvo que sumar dos más dos para darse cuenta qué era ese líquido.
–¡Mierda! ¿Alquitrán? Tengo que deshacerme de esto rápido! –exclamó dando rápidos tajos con su bardiche para evitar que el escorpión le prendiese fuego a lo gonzo. –¡Ya sé, la fuente! –fue lo único que pensó cuando alzó el vuelo para dirigirse a su base, con el peligro de que si esa cosa era un peón promocionase a cualquier otra pieza.
Así inició la persecución entre el escorpión oscuro y Kalawarner, la cual había deshecho la armadura para volar más rápido. Llamaradas de fuego verdoso eran repelidas por lanzas de luz azulada. Era una persecución rápida y peligrosa, Kalawarner no era la mejor estratega de Grigory -ese puesto lo tiene Penemuel- y este era una estrategia arriesgada, pero puede que funcionara.
Cuando avistó la fuente a lo lejos, cayó en picado hacia la fuente exclamando a Mitelt que distrajera al escorpión mientras que ella se lavaba de ese liquido negro viscoso inflamable. Mitelt se lanzó con arrojo sable en mano para enfrentarse al escorpión, el cual se enfrascó en un rápido duelo contra Mitelt, el cual estaba perdiendo por momentos. Lo que no sabían es que el escorpión había promovido a Caballo en cuanto entró en el territorio de las ángeles caídas.
Pero lo que ni Mitelt ni el propio escorpión -ni los espectadores- es que justo encima del escorpión apareció un círculo mágico enorme de color amarillo con el símbolo de la facción abrahámica, una estrella de David, y de éste un enorme torrente de agua aplastó al escorpión el cual quedó aplastado como un insecto moribundo en el suelo. De un sólido martillazo de luz de Kalawarner le aplastó la cabeza, haciéndolo desaparecer en un haz de luz.
–{¡El primer Peón de Glasya-Labolas ha sido eliminado! Sólo quedan 5 peones, 2 torres, 2 caballos, 2 alfiles y la Reina y Rey.} –informó Serafall a los combatientes y los espectadores.
–¡Aún quedan trece enemigos! –exclamó incrédula Kalawarner. –Y era solamente un peón... –dijo exasperada al pensar lo que le faltaba.
–Pero éste valía por dos Kala-achot. –dijo Asia, la culpable del hechizo. –Los peones que quedan serán más débiles. –dijo decidida Asia apretando los puños por no tener en la batalla a Issei, el más poderoso del grupo.
Mientras, la reacción de Zephydor fue bien distinta: golpeó la pared del laboratorio enfadado sin creerse que un par de míseras ángeles caídas han eliminado a su peón más fuerte. Rápidamente mandó a su otra peón, Cuasach, para enfrentarse a las ángeles caídas, pero no iría sola: le acompañarían una torre, el Minotauro, y un caballo, Ocelotl. Sólo esperaba por Satán que esos tres fueran lo suficientemente listos para acabar con esas molestas cuervas. DIcho y hecho.
Cuasach y las dos bestias animalescas marcharon a donde estarían las ángeles caídas, las cuales marchaban a su vez hacia territorio contrario, para poder usar la Promoción efectivamente. Sería en la planta baja del laboratorio donde los combatientes se encontraron. Mitelt desenvainó su sable de luz, Kalawarner su bardiche y Asia creó un círculo mágico de hechizos en su diestra y zurda. Cuasach alzó su bastón y se hizo una luz brillante, provocando que del suelo surgieran varias tumbas, de las cuales comenzaron a levantarse numerosos e incontables números de esqueletos, armados con arcos, espadas, lanzas y escudos. En eso Cuasach apuntó con el bastón a las ángeles caídas y susurró a sus soldados esqueletos: " Ionsaí", ataquen en irlandés, dando la orden de que dé inicio el combate.
Entonces comenzó una cruenta batalla en la primera planta del laboratorio: los miles de esqueletos atacaban sin cesar a las ángeles caídas las cuales tenían que defenderse, no solo de los esqueletos, sino de las embestidas del minotauro y de los desenfrenados ataques del ocelotl. Mientras que Asia se defendía como medianamente podía de los esqueletos usando hechizos de diversos elementos, Mitelt y Kalawarner intentaban acabar con el principal problema que resultaba ser el minotauro. Mitelt se colocaba de tal manera que el minotauro embistiese contra ella y en el último momento salir volando para esquivarlo.
Así estuvieron bastante rato ambas ángeles de Grigory, tentando al minotauro y atacándole con lanzas de luz o a hachazo limpio. El minotauro, ya cansado por los golpes embistió una última vez a una desprevenida Mitelt. Ambos chocaron contra una pared, derrumbándose encima de ambos combatientes, cayendo eliminados los dos.
–{¡La Torre de Glasya-Labolas y el peón de la Hija de Baraquiel han sido eliminados! Quedan para Glasya-Labolas su Reina, dos alfiles, dos caballos, una torre y cinco peones; para la hija de Baraquiel, su Reina, su alfil y un peón. ¡Se pone interesante el partido!} –narró Serafall emocionada de que a Akeno sólo le quedaran cuatro "piezas".
–¡Mitelt no! –dijo Asia al ver cómo su amiga caída se desvanecía en un haz de luz. ¡Aggh! ¡Desapareced de mi vista! –exclamó Asia alzando su mano al techo creando de nuevo un circulo mágico dorado con el símbolo de la facción abrahámica.
Entonces salieron del suelo numerosos picos de hielo que dejaron inmovilizados a los esqueletos y al ocelotl, mientras que unas ramas de enredaderas dejaron inmovilizada a Cuasach, arrebatándole el bastón y entregándoselo a Asia, quien lo rompió con su rodilla y se dirigió a la bruja y le clavó una daga de luz verde en el corazón, eliminando a la peón de Zephydor. Mientras, el ocelotl era decapitado por Kalawarner.
–{¡El Caballo y el Peón de Glasya-Labolas han sido eliminados! ¿Estaremos ante el mejor Rating Game de la Temporada? ¡Yo estoy segura de que sí!} –dijo asombrada y ensimismada por el partido Serafall.
–¡Vamos chicas, estamos dando pelea antes de caer! ¡Deus Vult! ¡Elohim Ne'edar! ¡Allahu Akbar! –arengó la rubia dirigiéndose a la segunda planta a acabar con lo que quedaba del séquito de Zephydor.
Mientras tanto, Akeno y Raynare daban un rodeo a la dimensión de bolsillo investigando el dicho campo de batalla para poder dibujar mejor una estrategia contra Zephydor. Ambas iban conversando sobre lo que habían escuchado de Sirzechs, esos nombres que ni a Akeno ni a Issei le sonaban: Rasmiel, Ghadabel y Khadima. Raynare sintió un escalofrío cuando Akeno pronunció el nombre de Rasmiel. Akeno percibió que la de ojos amatistas no estaba cómoda con ese nombre, así que decidió no profundizar más en ese asunto.
Fue en eso cuando escucharon a Serafall informar que un peón de Akeno había caído junto a la Torre de Zephydor y, poco después cayeron otro peón de Zephydor y un Caballo. No sabían cómo estaban venciendo poco a poco, pero ese breve momento de euforia fue detenido de golpe cuando sintieron un rugido y poco después se veían esquivando por los pelos una llamarada de fuego ardiente procedente de las fauces de Wyvern de color rojo intenso.
–¡Cuidado, un Wyvern! –exclamó Akeno antes de desplegar sus alas de ángel caída y salir volando. Raynare hizo lo mismo.
–¡Tiene un maldito Wyvern en su séquito! ¿Qué clase de loco demente tiene un Wyvern como parte de su séquito? –dijo consternada Raynare invocando una lanza y sable de luz púrpura para defenderse del Wyvern, a la vez que Akeno lanzaba rayos divinos de las yemas de sus dedos en dirección al reptil.
Así comenzó un intenso combate entre el Wyvern y ambas ángeles caídas, las cuales atacaban al reptil revoloteando por encima de él como moscas alrededor de la carne en descomposición. El reptil a su vez se defendía dando coletazos, zarpazos, intentos de mordiscos y llamaradas de fuego a ambas ángeles de Grigory. La hija de Baraquiel intentó realizar de nuevo el ataque mágico que realizó en la Batalla contra el Marqués de Samigina, "Rayo de Yahvéh", pero la dimensión de bolsillo se lo impidió y, desprevenida debido al intentar realizar tal hechizo, recibió un zarpazo que la mandó revoleada hacia una pared del laboratorio, dejándola inconsciente, pero no eliminada del partido.
–¡Mierda Akeno! ¡¿Ahora cómo demonios te hago frente, lagartija de segunda?! –exclamó molesta la de ojos amatista yendo a proteger el cuerpo inconsciente de la Hija de Baraquiel.
–[Ich habe einen vorschlag für sie, Kollege, aber hören Sie gut zu.] –rugió Fafnir desde una gema morada en el pecho de Raynare, la cuál puso atención a lo que su compañero dragón le propusiera. (Te tengo una propuesta compañera, pero debes escucharme atentamente.)
–¿Cuál sería esa propuesta, Fafnir? Estoy interesada en estos momentos. –dijo sarcásticamente la pareja del Sekiryūtei.
–[Werde ein Neo-Drachentöter, genau wie dein Bräutigam.] –manifestó solemnemente el dragón en el interior del Sacred Gear artificial Dragon-Downfall. (Convertirte en un Neo-Dragon-Slayer, al igual que tu novio).
Era una idea arriesgada cuanto menos. Ya tenía en su interior un dragón, ¿pero convertirse en parte en uno? Era ya demasiado para la ángel caída. Pero Fafnir tenía razón, el Wyvern era sorpresivamente muy poderoso y ni Akeno ni ella juntando fuerzas podían vencerlo. Si querían vencerlo, necesitaban realizar un sacrificio, y un sacrificio importante. Issei dió sus pulmones a Draig, ¿qué podría la de ojos amatistas ofrecer en sacrificio al dragón germano?
–Acepto Fafnir. ¿Qué te puedo ofrecer a cambio de poder? –dijo Raynare solemne a pesar de la situación en la que estaba.
–[Dein Bauch. Die Erde ist mit den Eingeweiden, also dem Magen, verbunden.] –dijo Fafnir tomando para sí el estómago de la ángel caída, desde el esofago hasta el duodeno, sustituyendo el ácido clorhídrico del órgano por ácido fluoroantimónico, un ácido capaz de corroer de todo. (Tu estómago. La tierra está relacionada con las entrañas, osea, el estómago)
–Me siento... rara... ¿Qué hago ahora Fafnir? –dijo Raynare agarrándose la tripa. Le había entrado un hambre insaciable de repente.
–[Essen. Essen sie alles, was aus stein oder ähnlichem material besteht.] –dijo Fafnir animando a Raynare a alimentarse de lo que quiera que viese que sea pétreo. (Come. Come todo lo que sea de material pétreo o similar.)
En ese momento, mientras que el wyvern aterrizaba y olfateaba el ambiente para encontrar a Raynare y Akeno -tenía un ojo con cataratas debido a tantos combates de entrenamiento-, Raynare engullía rocas y piedrecitas del suelo, así como trozos del edificio con rico contenido el calcio y minerales. Comía y comía sin para hasta que se sintió satisfecha y, en cierta manera, poderosa, más poderosa que un ángel promedio. Una vez comió, escondió a Akeno en unos arbustos y se lanzó de nuevo al combate contra el Wyvern de fuego.
–¡Es hora del segundo asalto, lagartija inmunda! –exclamó Raynare volviendo sus miembros anteriores y posteriores en roca dura.
–[Es ist an der zeit, dass sie Ihren platz kennen! Du stehst vor dem Drachenkönig von Deutschland, kleiner einarmiger drache!] –rugió el dragón dorado alertando al Wyvern, que hasta ese momento no sabía contra quién se estaba enfrentando. (¡Es hora de que conozcas tu lugar! ¡Estás ante el Rey Dragón de Germania, dragoncito manco!)
De un momento a otro, Raynare golpeó con su diestra el morro del dragón, con su diestra le agarró de los cuernos mientra seguía dándole golpes certeros en el hocico y, para rematar, le clavo una estalactita en el único ojo que tenía el wyvern sano, dejándolo completamente ciego, y provocando que cayese al suelo inmovilizado. Una vez en el suelo, esperando el golpe de gracia, invocó un tridente de luz y se lo clavó en el cráneo, haciéndolo desaparecer en un haz de luz.
–{¡Un Peón de Zephydor ha sido eliminado!} –exclamó Serafall enloquecida desde la Sala de los Tronos del Palacio de los Grandes Reyes. {La Reina de la Hija de Baraquiel nos ha deslumbrado con increible espectaculo esta noche!} –señaló la brillante pelea la Gran Reina Leviatán ante la incrédula mirada de los demás Grandes Reyes y espectadores de Palacio. ¿Una simple ángel caída había derrotado como si nada a un Wyvern? Sin duda el séquito de la hija de Baraquiel era asombroso y temible.
Una vez eliminaron al Wyvern, Raynare esperó a que Akeno se despertará del estado de inconsciencia en el que estaba. Pasaron unos 10 minutos y Serafall avisó que quedaba media hora para acabar el partido. Akeno se despertó al ratito de eso y se levantó para acompañar a Raynare hacia la entrada trasera del laboratorio, para llegar antes que Asia y las demás a la base de Zephydor, el despacho central en la segunda planta. Si el Rey enemigo llegaba a la base contraria, solamente tendría que esperar 10 minutos y la victoria sería automática, como una especie de "Capturar la Base Enemiga". Y en eso estaban cuando, llegando a la primera planta, se encontraron cara a cara con su nuevo enemigo: una Oni japonesa con un kanabō de metal junto con un perro de fuego, un Hellhound.
–¿Te encargas de tu compatriota y yo del perrito caliente? –dijo Raynare invocando una espada de luz mientras se cubría el cuerpo con su armadura.
–Que así sea. ¡Kami-sama no okokoro! –exclamó la hija de Baraquiel invocando una naginata de luz púrpura violáceo arrojándose con valor y coraje contra la corpulenta Oni.
Así comenzó un combate al unísono entre Akeno y la Oni por un lado y Raynare por otro lado: la Oni balanceaba su kanabō pesadamente, intentando golpear a Akeno, pero la hija de Baraquiel era ágil y cada vez que esquivaba el pesada arma de la Oni, ella hería levemente la piel roja de la demonio nipona. Tantas heridas y golpes secos fallidos estaban haciendo que la Oni se cansase poco a poco. Ensangrentada y asfixiándose de cansancio, fue a dar el golpe final a Akeno que se había quedado quieta a unos metros de la oni de piel roja. Cuando se lanzó contra la caída, la hija del Cadre, astutamente la respondió de la manera menos esperada pero por el público.
–Anata wa watashi no sofu no kami-sama-desu! –exclamó a todo pulmón Akeno lanzando rayos sagrados de sus dedos apuntando al arma de metal, lo que hizo que la Oni se chamuscara antes de decir un escueto "Nani" (¡Dios es mi Abuelo!)
–{La Torre de Glasya-Labolas... ha caído...} –fue lo único que pronunció Serafall al no poder procesar lo que había dicho la hija de Baraquiel. Sí, sabía que Baraquiel había sido creado a manos de Elohim en los principios de la facción abrahámica junto a los 72 Elegidos, pero que ella le llamase "Abuelo" le impactó. A ella y a todos los presentes obviamente.
Mientras tanto, Raynare estaba luchando contra el Hellhound o sabueso infernal, mascota del ahora dios aliado Hades. Este perro tenía un conjunto de habilidades curiosas: escupir fuego por su hocico, crear puntas de huesos de sus patas, agilidad y fuerza asombrosa y la capacidad de manipular las sombras para hacer copias de sí mismo, con sus consecuentes habilidades. Cabe decir que estaba siendo un combate parejo, más aún que el de Akeno y la Oni.
El perro manejaba con soltura las sombras de las esquinas de la planta del edificio, pero eran neutralizadas rápidamente por Raynare. Las llamaradas de fuego eran esquivadas o bloqueadas con muros de piedra de parte de Raynare y las puntas de hueso eran esquivadas volando por la ángel caída, la cual aprovechaba para arrojar lanzas de luz al can, el cual las bloqueaba cubriéndose con oscuridad que se tragaba la luz de la lanza. A Raynare lo quedaba otra que atacar al chucho con sus recién adquiridas habilidades de Neo-Dragon-Slayer.
–¡Lanza del Dragón de Roca: Guijarros Celestiales! –pronunció Raynare convirtiendo su brazo en una estalactita de piedra y arrojó desde éste una inmensidad de bolitas de piedra y rocas con trazas de luz púrpura. Este ataque hizo que el sabueso infernal quedara momentáneamente ciego.
–¡Puño del Dragón de Roca! –Raynare se lanzó a toda velocidad contra el perro golpeándolo en el hocico lanzándolo contra la pared para dar así el toque final para eliminarlo.
–¡Espada del Dragón de Roca! –fue el último ataque de Raynare, el cual consistió en transformar sus dos brazos en afiladas espadas pétreas y, saltando y cayendo en picado, se arrojó contra el peón de Zephydor clavandolo contra la pared, eliminándolo.
–{¡Un Peón de Zephydor ha sido eliminado!} –exclamó Serafall ante la eliminación del Hellhound. –{Al joven Glasya-Labolas solamente le queda su Reina, sus dos Alfiles, un Caballo y tres Peones mientras que a la hija de Baraquiel solamente le que su Reina, su Alfil y un Peón.} –anotó la pelinegra a los espectadores.
Mientras tanto, Zephydor estaba en su despacho escuchando constantemente como caían una tras otra sus piezas mientras que solamente había eliminado a una pieza de su rival. Se estaba quedando si piezas y quería reservar a su Reina como última oportunidad ante de su As bajo la manga. No tuvo otra sino mandar a todo lo que tenía de una si quería acabar con este bochornoso espectáculo.
–Ban, ve y acompaña a tus compañeros. No quiero fallos, ¿entendido? Si lo logras ya sabes lo que te espera a la noche. –arengó Zephydor a su Alfil Banshee, la cual asintió sonrojada a su Amo.
–Así se hará Zephy, no te fallaremos. –dijo antes de irse mediante un círculo mágico del despacho donde estaba Zephydor, el cual sacó de un cajón una especie de jeringuilla con un líquido verde brillante.
–Si mi As bajo la manga falla, siempre tengo este pequeño secreto de mi lado... jejeje –rió entre dientes guardándose la jeringuilla en un bolsillo interior de su chaleco.
En la planta segunda, mientras tanto, todo el grupo de Akeno se había reencontrado y de ahí decidieron marchar hacia el despacho que actuaba como base de los enemigos. Un viaje tranquilo si no fuera porque se encontraron con, literalmente, el resto del séquito de Zephydor: su Reina Mantícora, sus dos Alfiles, la Banshee y el Wendigo, su Torre Jotumþurrís y los tres peones restantes, la gárgola, el werewolf y el tanuki. Todos se prepararon a atacar en una batalla que decidiría el destino del Rating Game, ya si ganaban las abrahámicas o el séquito de Zephydor.
El primero en atacar fue el peón tanuki, lanzando bolas de fuegos a diestra y siniestra, las cuales eran contrarrestadas por un muro protector de roca de Raynare. Por su parte Kalawarner se lanzó a combatir mano con mano con el Jotumþurrís, hacha con hacha. Akeno por su parte lanzaba rayos divinos al werewolf, el cual fue impactado por uno en todo el pecho, eliminandolo el primero.
–{¡Un Peón de Zephydor ha sido eliminado en este combate campal!} –se escuchó a Serafall exclamar y de fondo a un Sirzechs quejándose de lo bien que luchaban las chicas del Portador del Dragón Rojo de Gales.
El combatió siguió un rato más: Kalawarner había logrado herir levemente al Jotumþurrís en el vientre con su bardiche logrando esquivar también sus hachazos de hielo que congelaban todo a su paso. En cuanto al Tanuki, éste ya había caído a manos de Asia con un ataque de hielo, una estaca directa al corazón del Youkai mapache. Solamente quedaba la gárgola como último peón, la cual tampoco tardó mucho en caer a mano de un rayo divino de Akeno mezclado con luz púrpura. Solamente quedaba el gigante de hielo, los dos alfiles y la mantícora.
De un momento a otro, Raynare voló para auxiliar a Kalawarner, la cual estaba comenzando a perder de nuevo el combate contra el Jotumþurrís. El gigante de hielo no pudo ver cómo fue inmovilizado de brazos y pies por enredaderas que salieron de un círculo mágico dorado con el escudo abrahámico. Era Asia que estaba a una distancia prudencial. Inmovilizado, fue apuñalado en el corazón por Raynare con su tridente de luz violeta.
–{¡La Torre y tres Peones de Zephydor han caído en este espectacular combate!} –no cabía en su asombro la Gran Reina Leviatán. Este era sin lugar a dudas el mejor partido de Rating Game de la Temporada, qué demonios, ¡del siglo!
Pero no había acabado. La Banshee y el Wendigo seguían e pie y la Mantícora seguía ahí, sin hacer nada aparentemente, esperando su momento para actuar. La primera en actuar fue la Banshee, la amante junto a Cuasach del joven Glasya-Labolas. Dio unos pasos al frente y se colocó los dedos en la frente, en la armadura que cubría su rostro. En eso, un aura azulada rodeó a Kalawarner y comenzó a levitar en toda la sala.
–¿Pero qué? ¿Qué está pasando...? ¡Aaagh! –fue lo único que se escuchó antes de que Kalawarner fuera defenestrada del edificio y eliminada del Rating Game en consecuencia.
–{¡La Peón de la hija de Baraquiel ha sido eliminada!} –se escuchó en la sala. –{¡El partido empieza ahora!} –exclamó Serafall animada de que por fin se eliminase a un miembro del equipo de Akeno.
Las chicas sin embargo estaban asustadas. ¿Qué clase de monstruo era aquél? Había arrojado a Kalawarner como a un muñeco de trapo. Y sea lo que sea tenía poderes psíquicos, pues se había llevado el dedo a la frente para realizar su magia. ¿Cómo podrían derrotar a esa cosa? Todas pusieron sus engranajes mentales a funcionar cuando la alfil habló.
–Olvidaos de derrotarme. Sé en lo que estáis pensando, preveo vuestros movimientos os he estado estudiando en esta pequeña escaramuza tan movida que habéis tenido. –dijo al alfil de Zephydor con las manos a la espalda moviendo las caderas como si estirara para hacer ejercicio.
–¿Qué eres? –fue lo único que salió de la boca de Raynare, quien apretaba los puños de ira.
–¡Es verdad, no me he presentado! –dijo alegre la alfil colocando sus manos en las mejillas. –Soy una Banshee, espíritu irlandés del inframundo, servidora de Arawn y alfil mutado de Zephy. –terminó diciendo haciendo un gesto de corazón en su pecho.
Y justo cuando terminó de decir eso, la Banshee volvió a colocar sus dedos en la frente e inmovilizó a todas las chicas en el sitio, dejando al Wendigo, el otro alfil, se acercara y olfateara a las chicas para, posteriormente, hacer un corte leve en las piernas para beber el líquido rojo. El Wendigo bebió de todas y aumentó exponencialmente de poder.Si antes equivalía a un ángel de 4 alas, ahora valdría igual que uno de 8. Ese era el peligro de ambos Alfiles: la Banshee los inmovilizaban y el Wendigo adquiría sus poderes a través de la sangre.
El combate ahora estaba claramente inclinado hacia Zephydor. En cualquier momento Akeno y las chicas perderían y serían ejecutadas frente a los Grandes Reyes y Zephy recompensaría debidamente a la Banshee. Todo como Satán querría. Pero todo empezó a torcerse. Lo que el Wendigo no había tenido en cuenta era el tipo de sangre de Raynare y de Akeno: era sangre celestial, más aun la de Akeno al ser hija directa de un Cadre y nieta de Elohim. De un momento a otro, el Wendigo vomitó sangre negra y cayó inconsciente en el suelo. La sangre angelical era un veneno para los demonios y ahora mismo lo habían comprobado.
–{¡El Alfil de Zephydor ha caído envenado!} –gritó con miedo Serafall al ver deshacerse un haz de luz al wendingo.
–¿Qué clase de monstruos sois? ¿Cómo habéis envenenado a Wendigo? –preguntó ida la Banshee al ver la mancha de sangre negra en el suelo.
–Míralo en nuestras mentes, si tan poderosa eres... –dijo Akeno desenvainando una Katana de luz púrpura dirigiéndose a paso lento hacia la alfil del Glasya-Labolas.
–No... no puede ser... ¡Esto no puede ser posible! ¡Eres la nieta de Él! –exclamó con miedo y sorprendida la Banshee.
–¡Hai! –fue lo que dijo antes de clavarle la katana en la frente rompiendo la el casco que tenía consigo, dejando ver así un bello rostro de una joven.
–Sólo queda esa cosa... –susurró Asia al ver a la mantícora rugir por lo bajo al ver cómo los dos Alfiles de Zephydor habían caído ante sus ojos, pero era su papel, ser la última baraja de su Amo.
–Una mantícora... –susurró Raynare viendo a la Reina del Séquito de Zephydor a los ojos. –Tened cuidado con su aguijón, tiene un veneno diez veces más potente que la Mamba Negra. –advirtió la ángel caída invocando su armadura dorada y cubriendo su piel en piedra gracias a su recién adquirida habilidad de Neo-Dragon-Slayer de Roca.
Asia invocó por su parte el circulo mágico dorado de hechizos en su zurda y en su diestra activó su Sacred Gear Twilight Healing, para sanar si sus amigas caídas lo necesitasen. Akeno por su parte alzó el vuelo y lanzaba rayos divinos a la mantícora, la cual se defendía con zarpazos, mordiscos y algún que otro ataque mágico de ácido que era rápidamente evitado por las ángeles caídas.
La pelea estaba ya durando mucho -Serafall anunció que quedaban 15 minutos para terminar el ritual y con ello el partido- por lo que las chicas decidieron dar un ataque suicida para acabar con la Reina de Glasya-Labolas. La estrategia en sí era la siguiente: Asia intentaría inmovilizar las patas de la manticora y su peligroso aguijón, Akeno usaría su naginata púrpura para cortar los ligamentos e inmovilizar definitivamente y Raynare cortaría el aguijón y daría el golpe final a la bestia. Así planearon y así se hizo: en una serie de movimientos perfectos y sincronizados, la mantícora cayó al suelo y fue eliminada por Raynare de un lanzazo de luz en toda la sien.
–{Increíble...} –fue lo único que dijo Serafall al ver desaparecer la mantícora en un haz de luz. –{La Reina de Zephydor ha caído a diez minutos del final... ¿Podrá vencer a Zephydor en diez minutos y salir victoriosa la hija de Baraquiel?} –preguntó para sí en voz alta la Gran Reina Leviatán.
–Da igual que gane a Zephydor, nosotros nos hemos entretenido y ellas servirán de sacrificio a Satán cuando Lilith regrese. –dijo fríamente Ajuka a Serafall, la cual asintió. Las chicas esas junto al Sekiryūtei serán sacrificados a Satán cuando todo esto pase.
Mientras tanto, en la dimensión de bolsillo, Akeno, Asia y Raynare marchaban velozmente con todas sus fuerzas al despacho de Zephydor, dónde el joven Glasya-Labolas se encontraba esperandolas. Cuando llegaron, como si un villano genérico se tratase, estaba mirando el cielo con auroras boreales de la dimensión de bolsillo. Se giró al notar tres presencias angelicales y las miró con una mezcla de incredulidad, admiración y miedo.
–Ciertamente el partido de hoy ha sido espectacular... Habéis derrotado a mi séquito entero y solamente os he eliminado a dos de vosotras... las menos cercanas al Portador del Dragón de Gales ciertamente he de decir. –anotó Zephydor viendo a los ojos de las chicas, centrándose en los ojos púrpuras de Akeno, aún le sorprendía los antecedentes familiares de la de origen nipón: su abuelo era Elohim maldita sea, ¡normal que su sangre fuera un veneno para el Wendigo!
–¿Sabéis qué chicas? No me rendiré sin luchar, eso es obvio, pero no lucharé yo en persona obviamente, aún me queda un as bajo la manga... –fue lo único que dijo teletransportando a las chicas y a sí mismo al sótano del laboratorio, donde estaba ese "Guardián" escondido.
Llegaron todos al sótano y Zephydor se escondió tras un cristal protector, para ver cómo su Guardián hacía papilla a las chicas del Sekiryūtei antes de que fueran sacrificadas, así podía vengarse de cómo habían derrotado uno por uno a los miembros de su séquito, incluyendo a Cuasach y a su querida Ban, solamente él podía ver su bello rostro en las noches, ¡nadie más en el Infierno podía verlo!
–¡Demonio asqueroso, tramposo y embustero, dónde nos has traído! –gritó Raynare golpeando el cristal con sus puños convertidos en rocas.
–¡Quiero que conozcáis mi creación! ¡Sal Guardián del Infierno! –gritó a través de unos altavoces que conectaban esa sala tras el cristal con el sótano.
Todo quedó en silencio, tanto en la dimensión de bolsillo como en la Sala del Trono en el Palacio. ¿Qué era ese "Guardián" del que hablaba Zephydor? Falbium incluso se había despertado de su siesta. Los Grandes Reyes estuvieron más atentos aún cuando escucharon esa palabra. ¿Qué clase de monstruo había creado Zephydor? Estaban a punto de descubrirlo cuando de la oscuridad del sótano surgió una figura gigantesca, de cuatro metros de alto, sin ojos, con cuernos, boca grande, de color azul oscuro con trazas azul claro. Andaba lentamente haciendo ruidos guturales. Todos se dieron cuenta rápidamente: era ciego y se guiaba con el ruido, por eso salió con el grito de Zephydor.
La gigantesca criatura se paró delante de las chicas, no las podía ver, pero sí oír sus acelerados latidos y pesadas respiraciones. Tenían miedo ante esa criatura y ¡cómo para no tenerlo! El ser hizo entonces algo que no se esperó nadie, ni siquiera Zephydor el cual empezaba a temblar de miedo porque su plan había fallado estrepitosamente: el "Guardián" se arrodilló ante las chicas, no solamente ante Akeno, sino ante Asia, la cual extrañaba no sabía qué hacer. La criatura dio un leve gemido de dolor y su pecho se abrió, dejando ver a Asia muchas almas en pena de demonios, súcubos e íncubos en su interior. Esas almas eran el combustible de la criatura, pero parecían que no querían atacar a esas chicas. Entonces Asia supo qué hacer.
–Sed libres, aunque seáis almas pecadoras, os mereceis el perdón... Glória Patri, et Fílio et Spirítui Sancto: Sicut erat in princípio, et nunc et semper et in sǽcula sæculórum. Amen. –terminó de orar la rubia monja y las decenas y decenas de almas almacenadas salieron de la boca del "Guardián mientras el Twilight Healing hacía lo suyo en el hueco que la criatura había abierto de par en par.
–¡No no no no! ¡No puede ser! ¡Esas cuervas y esa humana me han derrotado! ¡Me rindo pero por Satán tendré mi venganza y no será un Rating Game la próxima vez! –dijo Zephydor desapareciendo en un haz de luz.
–{¡Y la victoria es para la hija de Baraquiel! ¡El partido ha quedado en 1-3!} –exclamó Serafall trayendo de vuelta a las chicas para que fueran preparando el sacrificio a Satán.
Pero en la esquina del Palacio, donde habían atado a Issei, este estaba con los ojos cerrados cuando los abrió de golpe y exclamó a todo pulmón un "¡Maldito seas Sirzechs Lucifer!"
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Palabras: 7117.
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