T.2:18

En el mundo sobrenatural, los distintos panteones mitológicos tienen un espacio de territorio asignado. Normalmente coinciden con la máxima extensión que abarcaron sus versiones humanas. Por ejemplo, el Panteón sintoista ocupa el archipiélago japonés, el panteón nórdico, Escandinavia, las islas Feroe e Islandia o, en el caso de la mitología egipcia, el delta del río Nilo y su curso hasta la segunda catarata.

En el delta, la zona más próspera y habitada, había una ciudad que no era egipcia. Esta era Naucratis. Dicha ciudad era una colonia griega fundada por colonos de Mileto alrededor del siglo VIII antes del nacimiento de Yeshua. En esta colonia los griegos intercambiaban productos con los nativos egipcios y se establecían relaciones cordiales entre ambas etnias.

En el plano sobrenatural en cambio, cuando Zeus se estaba expandiendo por el Mediterráneo, al igual que los colonos griegos humanos, pidió permiso a los distintos dioses del Mediterráneo para fundar ciudades para comerciar -véase a Dragda en el caso de Massilia, o Endovélico en los casos de Emporion y Sagunto-. En el caso de Naucratis, Ra le dio una pequeña planicie en el delta, lugar donde se fundaría la dicha ciudad, Naucratis (en griego "Ναύκρατις, 'la que gobierna barcos').

Y a esa misma colonia se había dirigido Hermes cuando Zeus le comunicó que los demonios abrahámicos habían invadido el Tártaro, información que le había comunicado el mismísimo Hades. ¿Pero por qué Hermes se dirigió a Naucratis? ¿Acaso sabía de antemano que los Arcángeles y los Cadres estaban en Egipto? No, pero en situaciones de tal gravedad, su hermano, Apolo, suele hablar con el oráculo, el cual sí les dijo que los abrahámicos estaban en Egipto.

Y para allá que se dirigió Hermes, con sus botas aladas a la máxima velocidad que éstas le permitían. Tras unos 10 minutos desde que partió del Olimpo, cruzó el Mediterráneo desde Grecia hasta la desembocadura del río Nilo, donde se situaba la ciudad de Naucratis. Los habitantes de la colonia no se esperaban al dios del comercio, los mensajeros y de la astucia viniese al pequeño asentamiento.

Tampoco se lo esperaban los propios dioses egipcios ni sus más recientes aliados, los abrahámicos. Cuando vieron a Hermes llegar corriendo al palacio, el cual se encontraba en Menfis, es decir, Hermes había recorrido 255 km corriendo. Una distancia imposible de cruzar corriendo para un humano, pero tarea fácil para el dios griego.
Una vez estuvo en el palacio, dio la terrible noticia que Zeus le había comunicado "los demonios abrahámicos están invadiendo el Tártaro" dijo con pesar. Al escuchar lo que dijo el dios Hermes, los ahora aliados no dudaron en ayudar al panteón olímpico.

-Nosotros os ayudaremos, lo juro por Padre. -declaró el Arcángel Miguel con su diestra en el pecho.

-Y nosotros también os apoyaremos, lo prometo como líder de Khêmi. -manifestó Ra golpeando el suelo con su báculo.

-Ευχαριστώ ευχαριστώ πολύ. -dijo Hermes más tranquilo haciendo una reverencia a los presentes. -Ahora, si no os importa, acompañarme a la colonia. Allí partiremos a la Élade. -sugirió el dios del comercio a los Arcángeles, Cadres y a Ra.

-¿Y nosotros qué? -escuchó Hermes la voz de una joven con un tono de cierto amargor.

-¿Vosotras? -respondió el dios a la voz, dirigiendo su mirada a donde prevenía la voz, viendo a unas ángeles caídas sosteniendo a un joven castaño. -Veo que sois poderosas, aunque no habéis explotado todo vuestro potencial. También, ¿Es ese el Kόκκινος Δράκος, el que mató a Seth? -preguntó curioso Hermes a la angel caída pelinegra.

-Sí, el mismo. Es mi pareja. -respondió seriamente Raynare.

-Entonces venid también con nosotros. Si ese es el Kόκκινος Δράκος, nos será de gran utilidad en lo que se aproxima. -declaró el dios Hermes dirigiéndose hacia la puerta del palacio para irse de nuevo a Naucratis.

En ese momento, cuando estaban por salir del palacio, los demás dioses egipcios llegaron cansados de la gran batalla que se había llevado a cabo a unas decenas de kilómetros del palacio. Iban todos en comitiva, Sayf al frente, con Hathor a su lado y los demás -Osiris, Isis y Anubis- a los lados. Justo detrás de los dioses estaba Ramsés II, montado en su carro, triunfal de haber derrotado a los invasores y no haber muerto en el intento, como el mismo se esperaba. Detrás de él estaban los soldados que quedaban vivos de la batalla.
Justo entre Ramsés II y Sayf, la hermana de Raiser, la cual había sido capturada, estaba presa, con la cabeza gacha y con su honor hundido por haber perdido una batalla tan importante.

-¿Hay un demonio entre vosotros?. -preguntó Kokabiel al detectar el aura de Ravel, la hermana del demonio Phoenix.

-Sí. Pero es distinta al resto. Parece más pacífica. -dijo Sayf haciendo pasar al frente de un empujón a Ravel.

Ravel fue tirada al suelo del empujón del Neo-Dragon-Slayer. Ravel se levantó con dificultades, pues tenía las manos atadas a la espalda. Pero no pudo levantarse porque Ramsés II le puso el pie sobre la espalda, impidiendo cualquier amago de levantarse y atacar, aunque esto fuese prácticamente imposible debido a estar inmóvil.

-Esta era la generala del ejército que invadió el Khêmi, su majestad. -declaró el faraón humano con sus brazos cruzados y con mirada de superioridad.

-Ya veo... -dijo Ra con resignación. -¿Qué podremos hacer contigo, diablesa? -formuló Ra una pregunta retórica a Ravel.

Los Cadres y los Arcángeles, junto a las parejas de Issei, vieron como la diablesa, en vez de rebelarse e intentar escapar o atacar de forma suicida, como haría cualquier otro demonio, no hacía nada, es más, parecía estar en actitud pasiva. Parecía que no iba a hablar cuando pronunció con una voz temblorosa y miedosa algo que sorprendió a todo el mundo.

-¿Puedo hablar con Yeshua Ibn Mariy...? -preguntó Ravel con voz temblorosa con la cabeza agachada.

-¿Perdón? ¿Qué dijiste? -dudó con cierta sorpresa Kokabiel. -¿Puedes repetir lo que has dicho pero más alto y claro? -pidió con educación el el Ángel de las Estrellas.

-Que si puedo ir al Cielo, y hablar con Yeshua Ibn Mariy. -respondió Ravel levantando la cabeza.

-¿¡Qué!? ¿Por qué quieres hablar con Yeshua-aj? -preguntó escandalizado Azazel, preguntando lo que todos los Cadres se estaban preguntando en ese instante.

-Es una tradición en mi familia. Cada 1200 años, un Phoenix va al Cielo para entrevistarse con Elohim. -declaró Ravel, sorprendiendo a las ángeles caídas más jóvenes -Raynare, Kalawarner y Mitelt-. -Pero ahora que Elohim murió y que Yeshua a vuelto, es mi turno de hablar con él. -confesó la Phoenix con respeto a los Arcángeles y a los Cadres.

Todos los presentes se sorprendieron al escuchar lo que la diablesa Phoenix había dicho. Los Cadres y los dioses egipcios no cabian en su asombro, las jóvenes caídas abrieron los ojos sorprendidas. En cambio, los Arcángeles sabían perfectamente que lo dicho por Ravel era cierto, pues su padre, Lord Phoenix, descendiente directo de su hermano Phoenix, había visitado el Cielo en el año 814. Y ahora, a comienzos del siglo XXI, era momento de que otro Phoenix volviese al Cielo para entrevistarse con Ël, salvo que esta vez no sería con Padre.

-Adelante, joven Phoenix. Yeshua te esperará en el Cielo. -declaró el Arcángel Miguel haciendo un gesto de bendición. -Uriel-aj, Rafael-aj, acompañadla. -ordenó a sus hermanos arcángeles, los cuales asintieron.

-Pero... ¿Vas a confiar que esa diablesa no haga nada en el Cielo? -preguntó escéptica Penemuel a su hermano Miguel.

-Tú tranquila Penemuel-achot. Sé que no hará nada. Ahora, si me disculpan, hablaré con Yeshua. -declaró Miguel a los demás. -Ah, ahora que vamos a estar aparentemente mucho tiempo fuera, Uriel-aj, Rafael-aj, quedaros en el Cielo, protegiendo a Yeshua y el Trono de Padre. ¿Entendido? -ordenó el Arcángel Miguel a sus hermanos Arcángeles.

-Entendido. Vámonos al Cielo, diablesa Phoenix. -dijo Uriel mientras creaba unas esposas de luz y esposó a Ravel, provocando que esta gimiera un poco de dolor.

Entonces, Azazel, siguiendo el ejemplo de su hermano Miguel, ordenó también a sus hermanos, Shemhazai y Baraquiel, que regresaran a Grigory y gobernasen el territorio mientras que Kokabiel, Penemuel y él iban con la Arcángel Gabriel y Miguel a Grecia. Shemhazai y Baraquiel aceptaron y se fueron junto con sus hermanos Uriel y Rafael para pasarse por el Cielo y saludar a Yeshua.

Entonces, cuando ya se habían ido, Issei se despertó poco a poco, abriendo sus ojos lentamente debido a la luz, notando que estaba sobre Raynare como un niño al que lleva su padre a la espalda. Confundido, preguntó a Raynare.

-¿Dónde estoy? -habló con cierta somnolencia el castaño.

-Afuera del palacio de Ra. Usaste demasiado poder en el combate y te acabaste desmayando. -explicó Raynare al castaño, el cual estaba a su espalda, siendo cargado por la ángel caída como si un saco de patatas fuese.

-Ah... ¿fue eso? Supongo que tendré que entrenar más. -suspiró resignado el castaño dejándose caer sobre el hombro de Raynare.

-Pues tendrás que entrenar duro, Kόκκινος Δράκος. -dijo de repente el dios Hermes.

Issei no se esperaba ver a otro dios más en tan poco tiempo. Ya había conocido a Marduk, a Hathor, a Ra, a Seth, y ahora al dios griego, el cual le estaba mirando con una combinación de respeto y soberbia. Respeto porque estaba ante el portador de Draig el cual había matado a un dios, y soberbia porque, aunque hubiese matado a un dios, seguía siendo humano, un simple humano bendecido por Ël para usar una Sacred Gear tan poderosa.

-No te tomes mis palabras como una amenaza, Kόκκινος Δράκος, sino más bien como una advertencia y un consejo para que mejores y des tu mejor esfuerzo. -Aclaró el dios griego a Issei, el cual estaba aún un poco cansado.

-Recuerda Issei, un gran poder conlleva una gran responsabilidad. -aconsejó Azazel a subordinado, el cual ya se había quedado dormido debido al cansancio.

-Bueno, supongo que podrá descansar en el trirreme. -habló con ternura Hermes, el cual ya se había puesto a andar hacia Naucratis. -Yo iré con mis botas, ustedes podéis ir en la embarcación. -dijo el dios griego a una cierta distancia del grupo.

Todos los presentes asintieron al dios griego, el cual ya se había ido. Así que, con Issei aún dormido, se dirigieron al puerto de la colonia griega, la cual se encontraba a 10 minutos si iban volando y a 30 si iban caminando. Debido al estado actual del castaño, optaron por ir a pie, relajadamente.
Tras más de media hora de caminata a las orillas del río Nilo, al fin habían llegado a la colonia de Naucratis.

La colonia en sí era una copia de la ciudad de sus colonos, Mileto: tenía una plaza, el ágora, donde todos los habitantes se acercaban para charlar, debatir, o comprar productos del día a día. Justo en el ágora había una estatua gigantesca en honor a Zeus, el rey del panteón griego. En los alrededores del ágora estaban situadas las casas de los habitantes, las cuales estaban encaladas en blanco con techos azules. Una carretera conectaba el ágora con el puerto de Naucratis, en el cual estaba un trirreme* esperando a los miembros de la facción abrahámica.

*El trirreme​ (en griego τριήρης/triếrês) era una nave de guerra inventada hacia el siglo VII a.C.*

Los invitados abrahámicos se quedaron un rato en el puerto hablando con el navegante de la nave, Istióforo. Este hombre había navegado naves desde que tenía 15 años, y ahora contaba con casi 70, por lo que era un experimentado marinero.

Por su parte, Ra y Sayf hablaban entre ellos a unos metros de los abrahámicos. Ambos discutían sobre quién iría con ellos a Grecia. Ra sostenía que tenía que ir él porque él era el líder del Khêmi, y tenía la potestad de decir cual era el futuro de la facción. Sayf, al contrario, defendía que debía ir él porque si iba Ra, Apophis aprovecharía la ocasión y atacaría Egipto. Pero tenía un fallo su argumento: si Ra se quedaba solo, podría ser derrotado fácilmente por el dragón, cosa que sabía Sayf. Pero se le ocurrió que podría ayudarle su hijo, Horus, dios de la guerra y de la caza. Ra al final aceptó la propuesta de Sayf y decidió quedarse en Egipto.

–¡Vamos a zarpar ya! –oyó Sayf y los abrahámicos decir a Istióforo

–¡Ya vamos! –respondió Azazel dirigiéndose hacia la nave.

________________________________________________________________________________

Palabras: 2074.

Y con este capítulo acaba el Arco en Egipto y empieza el Arco en Grecia. Advertir, queridos lectores, que com este Arco acaba la segunda temporada y pronto empezará la tercera.
Al final de esta temporada podréis leer unos O.V.A.s que tengo planeado (uno tendrá Lemon, así que no os preocupéis por eso).

Un saludo.

Atte.

E.S.Z.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top