8.

Kokabiel estaba esperando a que los reclutas nuevos llegasen. Había escuchado que el Sekiryūtei había conseguido romper la barrera hecha por Penemuel y que había roto la gran roca de las afueras de Grigory. Para no mentir, estaba ansioso de enfrentarse con el Sekiryūtei de este siglo. Se veía que era poderoso con un poco de entrenamiento, ¿a qué nivel llegaría en una situación de vida o muerte, como las que el mismo Cadre y General Supremo de Grigory había vivido en la Gran Guerra? Le gustaría saberlo sin duda algunas.

Pasaron varios minutos cuando el Sekiryūtei de esta época, la portadora del Twilight Healing, Raynare y su grupo habían llegado a la sala donde Kokabiel se encontraban.
El Cadre estaba sentado en un trono de madera de caoba, en el respaldo de este estaba tallada una estrella de cinco puntas. Detrás del trono ondeaba la bandera de Grigory junto a un retrato suyo.
Kokabiel se percató de la presencia del grupo, así que se levantó del trono y les habló.

-Por fin llegasteis, Sekiryūtei, compañía. Os he estado esperando. He escuchado los grandes logros del Sekiryūtei. Quiero que me des una buena batalla, Hyōdō Issei, Emperador Dragón Rojo de Grigory. -animó el Cadre de las estrellas mientras se levantaba de su trono.

-¿Dónde lucharemos Kokabiel-sama? -preguntó respetuosamente el joven castaño al Cadre de ojos rojos.

-Aquí no. Lucharemos en un lugar para que todo Grigory nos observe. -respondió el ángel caído creando un círculo mágico en el suelo en el cual entraron los dos, Kokabiel e Issei.

Inmediatamente después, aparecieran en medio de un gran estadio. Era como el coliseo romano pero casi 20 veces más largo y ancho. Tenía capacidad como para 100.000 espectadores y pantallas que retrasmitian a todos los hogares de Grigory. En las gradas estaban todos los ángeles caídos que habían podido venir al no trabajar hoy. En un extremo del estadio estaba situado un palco de honor donde los demás Cadres se sentaban a ver el combate.

Todos los espectadores desde sus casas o los de las gradas animaban a su general supremo: él nunca había perdido una batalla, ni siquiera cuando se enfrentó a Padre cara a cara. Aunque en verdad lo único que pasó es que sobrevivió a un golpe de Padre. Golpe que casi noquea a Draig.

-¿Ves Sekiryūtei? Todo Grigory me anima a mí, el General Supremo de Grigory, Kokabiel. ¿Tú quién eres para ellos? Un simple humano reencarnado en ángel caído y el Sekiryūtei de esta época. Quiero que me des un buen combate. Si consigues vencerme, tendrás mi aprobación. ¿Entendido? -animó con arrogancia el Cadre al castaño.

-Por supuesto que te daré lo que quieres, mi General. -respondió Issei invoncando su Boosted Gear. -¡Vamos Draig! ¡Démosle lo qué quiere!

-[Wrth gwrs, Aibō!] -rugió lleno de convicción el dragón galés. (¡Por supuesto, Aibō!)

-[Boosts, Boost, Boost, Boost!] -dió cinco aumentos a Issei.

Issei corrió hacia el Cadre para golpearlo con su puño derecho, pero Kokabiel ni siquiera se apartó. Simplemente lo detenio con su mano.

-Te falta fuerza Sekiryūtei. ¡Hasta mi hijo golpea más fuerte! -contraatacó el Cadre dándole un golpe en todo el vientre del castaño mandándolo a volar al otro extremo del coliseo.

-¡Golpea fuerte, maldita sea! Ya sé porque está en el Top 10... -se quejó Issei mientras se levantaba del muro. -Draig, dame 10 aumentos. Intentaré sorprenderle. -ordenó el castaño al dragón rojo.

-[Boosts, Boost, Boost, Boost, Boost, Boosts, Boost, Boost, Boost, Boost!] -aumentó Draig el poder de Issei.

En cuanto le proporcionó la energía suficiente, Issei desplegó sus alas de ángel caído y creo en sus manos dos jabalinas de luz roja y se las arrojó al Cadre, el cual solamente creó un mandoble de luz amarilla y las partió por la mitad.

-Necesitarás más que eso para hacerme algún rasguño, Sekiryūtei. -aconsejó Kokabiel a Issei. -Ahora observa como es una verdadera lanza de luz.

Entonces Kokabiel se alzó unos metros con sus diez alas negras desplegadas mientras en sus manos creaba una gran lanza de luz de casi 2 metros de largo y uno de grosor.

-¡Párala Hyōdō! -exigió Kolabiel al castaño. -¡Si la paras me sentiré orgulloso de ti! -exclamó el Cadre lanzándola a una altísima velocidad hacia el Sekiryūtei.

-¡Claro que la pararé, mi General! -juró Issei mientras alzaba el vuelo con sus alas de ángel caído.

-¡Vamos Draig! ¡Dame 15 aumentos! -ordenó Issei mientras se dirigía a la lanza.

-[Cadarn ie, Aibō.] -habló Draig a su portador. [Boosts, Boost, Boost, Boost, Boost, Boosts, Boost, Boost, Boost, Boost, Boosts, Boost, Boost, Boost, Boost!] -dio 15 aumentos Draig al castaño. (¡Claro que sí, Aibō!)

-¡Ahora! ¡Puño de Fuego Sagrado del dragón caído! -atacó Issei directamente a la lanza que le lanzó Kokabiel.

Su puño entonces se prendió en llamas amarillas muy brillantes que deslumbraron a los asistentes que estaban en las gradas, a Kokabiel y a los Cadres que estaban en el palco de honor.

-¡Increíble! ¿Ha mezclado el fuego de Draig y la luz de los ángeles? -preguntó ilusionada Penemuel, la experta en magia entre los Cadres. -¡Sólo nuestro hermano Uriel puede hacerlo! ¡Y ni siquiera lo hace con fuego de dragón, lo hace con fuego natural! -explicó a los demás Cadres sobre la habilidad única de Uriel.

Mientras, en la arena, Issei había golpeado la lanza y la había conseguido romper. Kokabiel estaba sorprendido, pero no se iba a quedar atrás.

-Nada mal chico. Has superado con creces mis pobres expectativas en ti... -alagó, a su manera, el Cadre de las estrellas. -Pero ahora es momento de enseñarte mi magia. -habló con un aire de superioridad. -¡RE: EQUIP! ¡Armadura negra del ángel caído! -nombró su primera técnica de su magia: Re:Equip. Una magia que le permitía almacenar armas y armaduras en un espacio mágico.

Cuando se colocó la armadura, en todo el escenario se sintió una gran presión. Presión que se sintió en todo Grigory. Incluso se sintió en la capital de los demonios, Lilith. La armadura era negra como sus alas, con decoración plateada y una estrella de cinco puntas, fabricada de oro sobre el pecho.

-¡Esa es la armadura que usó en la Gran Guerra! ¿Es que acaso lo quiere matar? -exclamó Raynare desde una de las gradas del escenario.

-No Raynare. Sólo lo quiere incitar a esforzarse más. -habló Donasheek. -Puede que sea exagerado, pero será útil para Hyōdō. -explicó relajadamente Donasheek mientras se acomodaba su sombrero.

Mientras tanto, en el palco de honor, los Cadres no podían salir de su asombro: ¿su hermano estaba usando su mejor armadura a un simple recluta? ¿Qué quiere lograr?
Todos estaban con los ojos muy abiertos a lo que iba a hacer Issei.

-¿¡Qué demonios es ese poder!? ¡Es tanto que me cuesta respirar! ¿Es este el poder de un Top 10? -empezó a preguntarse Issei de forma errática.

-¡Contenplad chaverim! ¡Hoy será el día, y lo juro por Padre, que seré vencido por primera vez! -juró el Cadre ante la mirada incrédula de todo los ángeles caídos que miraban la lucha. -¡Sekiryūtei! ¡Entra en ese estado! ¡Lo quiero! -ordenó Kokabiel con su armadura y apuntando a Issei con su mandoble.

-Si eso desea, mi General, ¡eso es lo que te daré! -exclamó Issei entrando en su Balance Breaker.

[WELSH DRAGON, BALANCE BREAKER!]

Entonces Issei se cubrió el cuerpo, de pies a cabeza, con una armadura roja con gemas verdes, cuatro alas, dos de dragón y dos de ángel caído, las que ya tenía. Emanaba un poder inmenso, casi igualando el de Kokabiel en su poder base.

-¡Ven y atácame! ¡Ven y enorgullece a tu General y a tus superiores! -mandó el Cadre apuntando su mandoble a Issei.

Entonces, de repente, se vió como Issei, en menos de 5 segundos, se lanzó a atacar al Cadre mientras acumulaba 15 aumentos e invocaba una falcata dacia* en sus dos manos.

*La falcata dacia es una arma que usaban las tribus dacias en Rumanía antes de la llegada de los romanos*

* Imagen:

*Ahora que he explicado que es una falcata dacia, prosigo con la historia*

Issei se abalanzó dando un tajo descendiente con la falcata. El ataque hubiera, seguramente, dañado de gravedad a Kokabiel, si no fuera porque éste se cubrió rápidamente con un escudo hecho de luz que había invoncado segundos antes del tajo.
Issei entonces aprovechó la oportunidad para darle una patada en la rodilla para desestabilizar al Cadre pero éste saltó para atrás en pos de esquivarlo.

-Eres astuto Sekiryūtei. Pero yo he luchado más veces que tú. ¡Esto para mí no sería ni un entrenamiento! -exclamó mientras se abalanzaba con su mandoble en posición de hacer un corte horizontal a la altura del cuello de Issei. Issei se agachó justo a tiempo para que no le decapitase.

Issei, tomando ventaja de la provechosa situación, encendió ambos puños en llamas sagradas y pegó a Kokabiel en el bajo vientre, provocando que el Cadre escupiera sangre y saliva. El joven castaño no dudó un momento y le dio varios rodillazos seguidos en el mismo lugar para luego alejarse una distancia considerable de Kokabiel y dar su último ataque.

-Lo siento mi General, pero tengo que hacerlo para ganarte. ¡Rugido de Fuego Sacro del dragón caído! -mencionó su última técnica mientras le daba a esta unos cuantos Boosts, 10 para ser precisos.

El ataque dio de lleno a Kokabiel a lo que todos en el estadio contuvierion la respiración ¿cómo es que el ángel caído más fuerte y Top 10 de seres sobrenaturales había recibido un ataque tan simple? Seguramente estaba jugando con el pobre castaño.

Cuando al fin el humo resultado de la colisión se disipó, se pudo ver a Kokabiel protegiéndose con sus diez alas. Apartó el humo con un aleteo y habló a Issei.

-Vaya... Si ese ataque me hubiera alcanzado seguramente estuviera en muy mal estado. La verdad, ni siquiera el Leviatán original me había puesto en apuros, cosa que tú, joven Sekiryūtei, en cambio, sí has logrado. -alagó Kokabiel a Issei mientras daba suaves palmadas. Por eso mismo te otorgaré el más grande honor que puedo darte: he decidido otorgarte la medalla al mérito de Grigory. Acéptalo como mi aprobación. -declaró el Cadre ante la mirada incrédula de todos los ángeles caídos que estaban presenciando el combate.

-Será un honor, mi General, Kokabiel-sama. -dijo el castaño mientras desactivaba su armadura del Balance Breaker.

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PALABRAS: 1722.

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