Capitulo 3

-Ayuda, por favor ¡Auxilio! –Gritó Namjoon acercándose a todos. – ¡Lo tiene encerrado en su castillo! ¡Jimin! ¡No perdamos tiempo!

-¿Quién tiene encerrado a Jimin? –Preguntó Jong In rodando los ojos.

-¡Una bestia! ¡Una terrible y monstruosa bestia! –Exclamó Namjoon acercándose a él.

Todos comenzaron a reír sin creerle.

-¿Es grande? –Preguntó uno riendo.

-¡Gigantesca! ¡Con colmillos largos y afilados! –Volvió a gritar el peli castaño. -¿Me ayudarán?

-Está bien, anciano... te sacaremos de esto. –Dijo Jong In levantando una ceja. Dos hombres sujetaron a Namjoon.

-¿En serio? ¡Oh muchas gracias! –Agradeció Namjoon mirándolo. En ese instante los hombres lo lanzaron fuera y este cayó en la nieve.

-Es un viejo loco. –Comentó un tipo.

-Con que es un viejo loco... un viejo loco... tengo un plan Il Hoon. –Señaló Jong In acercándose a él para susurrarle el plan.

-¡Eres muy listo, Jong In! –Opinó Il Hoon emocionado.

Namjoon se acercó a la fuente central del lugar.

-¡Alguien ayúdeme! –Gritó perdiendo esperanzas.

En el castillo, Jimin sollozaba sobre la cama limpiándose las lágrimas hasta que un sonido lo hizo salir de sus pensamientos.

-¿Quién es? –Preguntó este levantándose.

-La señora Kim. –Respondió ésta afuera.

Jimin abrió la puerta y quedó sorprendido al ver una tetera caminando seguida por una tacita. El rubio retrocedió y chocó con un armario.

-¡Oh, cuidado! –Dijo el armario mirándolo.

-No es posible... -Susurró Jimin impactado por todo.

-Eso ya lo sabemos, pero las cosas son así. –Soltó el armario de forma divertida.

-Te dije que era bonito mamá. –Comentó Jungkook la tacita.

- Está bien Kookie, ya lo vi... cuidado con ese té. –Murmuró la tetera viendo al pequeño.

-Gracias... -Dijo Jimin bebiendo un poco de este.

-¿Quieres verme hacer un truco? –Dijo Jungkook, en ese momento hizo muchas burbujas.

-¡Kookie! –Exclamó la tetera retándolo. –Eso que hiciste fue muy valiente mi niño...

-Pero perdí a mi padre... mis sueños, todo. –Murmuró Jimin observándolos.

- Ánimo mi niño, todo saldrá bien... ya verás. –Expresó la señora Kim. -¡La cena no está en la mesa aún! Kookie, andando.

-Adiós. –Dijo la tacita siguiendo a su madre.

Cuando estos estuvieron fuera de la habitación el armario se dirigió hacia el rubio.

-¿Cómo te vestiré para la cena? –Preguntó el armario abriendo sus puertas. -¡Aquí hay algo! Con ésto te veras precioso.

-Muchas gracias, pero no bajaré a cenar. –Informó Jimin.

-¡Oh no, tienes que bajar! –Dijo el armario.

La puerta se abrió y Hoseok entró carraspeando.

-La cena está servida. –Dijo este sonriente.

Abajo, en la sala, la bestia caminaba de un lado a otro perdiendo la paciencia.

-¿Por qué tarda tanto? –Gruñó mirando el fuego. –Le dije que bajara... ¡Por qué no ha llegado!

-Trate de ser paciente señor... el chico perdió a su padre y su libertad, todo en un día... -Murmuró la señora Kim.

-Amo, ¿No ha pensado que el doncel puede romper el hechizo? –Interrogó Taehyung.

-¡CLARO QUE SÍ! –Gritó la bestia. –No soy idiota...

-Bien, así que tú te enamoras de él; él se enamora de ti y pum, se rompe el hechizo. –Dijo Taehyung sonriente.

-No es tan fácil, Tae, todo eso lleva tiempo. –Comentó la señora Kim. -Además... es hombre.

-Pero la rosa empieza a marchitarse... -Murmuró el candelabro.

-Es inútil... es tan bello y yo... ¡Mírenme! –Gritó él observándolos.

-Debes ayudarlo a ver algo más que eso... -Explicó la tetera sonriente.

-No sé como... -Susurró la bestia apartando la mirada.

-¡Puede empezar poniéndose más presentable! –Exclamó ella bajando de un mueble. –Debe ser un caballero.

-Sí, y cuando te hable debes sonreír cortésmente. –Agregó Taehyung. – A ver tu sonrisa.

La bestia sonrió asustando a los dos presentes.

-Impresiónalo con tu ingenio –Aconsejó el candelabro.

- Pero se tierno. –Agregó la tetera.

La bestia estaba apunto de alegar cuando ellos dijeron a la vez.

-Y deberás controlar tu genio. –Dijeron.

La puerta se abrió y Hoseok entró temeroso.

-¿Y? ¿Dónde está? –Preguntó entre dientes la bestia.

-¿Quién? Ahh hahaha el chico... si... el chico... bueno él... es que... él no vendrá... -Soltó Hoseok cerrando los ojos.

Un fuerte gruñido se escuchó por todo el castillo y la bestia corrió a la habitación donde el rubio se encontraba y golpeó la puerta.

-¡TE DIJE QUE BAJARÁS A CENAR! –Gritó él.

-No tengo hambre. –Respondió Jimin desde adentro.

-¡O BAJAS O ROMPO LA PUERTA! –Exclamó la bestia furioso.

-Amo... tal vez me equivoque, pero creo que no es el mejor modo de ganar su afecto. –Dijo Taehyung algo temeroso.

-Trate de ser un caballero. –Recomendó Hoseok.

-Pero se esta poniendo tan DÍFICIL. –Dijo él remarcando esa palabra.

-Trate... -Insistió la señora Kim.

-¿Quieres bajar a cenar? –Preguntó él enojado.

-No. –Respondió Jimin desde adentro.

La bestia apuntó la puerta molesto.

-Suave, gentil. –Dijo Hoseok.

-Seria un gran placer que me acompañaras a cenar... por favor. –Dijo entre dientes él.

-No, gracias. –Respondió Jimin de la misma forma.

-¡NO PUEDES QUEDARTE AHÍ PARA SIEMPRE! –Gruñó él molesto.

-¡Si puedo! –Gritó el rubio

-¡ENTONCES MUÉRETE DE HAMBRE! –Gritó él. –SI NO QUIERE CENAR CONMIGO, NO PODRÁ CENAR NAAAADA.

La bestia se alejó azotando una puerta haciendo temblar el castillo.

-Nada resulta bien... -Murmuró la tetera.

- Taehyung, vigila la puerta y avísame en seguida si hay algún cambio. –Dijo Hoseok alejándose.

-¡Cuente conmigo! –Exclamó el candelabro caminando de un lado a otro.

Mientras tanto, la bestia abrió las puertas de una habitación completamente destrozada.

-Él me rechazó... además... no estoy seguro de que funcione... es un chico... ¡¿QUÉ ESTÁ ESPERANDO QUE HAGA?! ¿SUPLICAR? –Gritó el mirando la rosa bajo el cristal que brillaba. Tomó un espejo y dijo:

-Quiero verlo. –En ese momento el espejo comenzó a cambiar mostrando la imagen del armario y él.

-El amo no es tan malo cuando se le conoce... -Dijo el armario al rubio. -¿Por qué no le das una oportunidad?

-No quiero conocerlo, no quiero tener nada que ver con él. –Respondió Jimin cruzándose de brazos.

La bestia negó y dejó el espejo a un lado.

-Me estoy engañando... no me verá jamás de otra forma... siempre seré un monstruo... -Dijo éste entristeciéndose.

Otro pétalo cayó de la rosa a la pequeña mesita.

-Es inútil... -Susurró el tocándose la frente.

En la noche, Jimin moría de hambre así que abrió la puerta de su habitación y miró con cuidado que él no estuviera ahí. El rubio caminó en silencio por el pasillo y Taehyung no lo notó ya que estaba coqueteando con un plumero.

-¡Oh no, salió de la habitación! –Dijo el candelabro asustado a los minutos después.

En la cocina, la señora Kim hacía dormir a Jungkook.

-Pero no tengo sueño, mamá... -Dijo Jungkook quedándose dormido.

-¡Cocino y cocino y nadie come! –Alegó el horno molesto echando humo.

-Deja de quejarte ha sido una noche larga para todos. –Dijo la tetera molesta.

-El chico es muy obstinado... el amo dijo por favor. –Murmuró Hoseok.

-Si el amo no aprende controlar su mal genio jamás podrán romper el h...-En ese instante Jimin entró a la cocina mirando todo.

-Jovencito, me alegra que haya salido... yo soy Hoseok el encargado de la casa. –Dijo el reloj respetuosamente. El candelabro sujetó la mano del rubio.

-Y yo... soy Taehyung, Monsieur. –Dijo éste besándole la mano.

-¿Qué podemos hacer para mejorar su estancia? –Preguntó el Reloj mirándolo.

-Quisiera comer algo. –Explicó Jimin sonriéndoles.

-¡Ya escucharon! ¡Saquen la vajilla y los cubiertos! –Exclamó la señora Kim.

-Guarden silencio... -Dijo Hoseok poniéndose nervioso.

-No pienso dejar con hambre a este muchachito. –La señora Kim le sacó la lengua y siguió moviendo todo con los demás.

-¡Bien! Denle agua y pan. –Dijo el reloj.

- Hoseok, me sorprende tu comportamiento... él no es un prisionero, es nuestro invitado. –Comentó Taehyung. –Hay que darle la bienvenida, sígame por favor.

Jimin lo siguió divertido a un gran salón donde Taehyung le daba la bienvenida con una canción. Éste cantaba junto a otros, plumeros, teteras, ollas y pronto todos habían armado un gran show con mucha comida y luces.

Hoseok no los apoyaba pero terminó cantando con ellos y Jimin probaba cada plato que le servían, estaba satisfecho disfrutando del show.

-¡Bravo! ¡Fue maravilloso! –Exclamó Jimin emocionado.

-Gracias, gracias. –Dijo Hoseok sonriéndole. –Ahora todos... es muy tarde... a dormir.

-Oh no es posible que pueda dormir, nunca había estado en un castillo encantado. –Informó el rubio dando aplausos.

-¿Encantado? Hahahaha, ¿Quién le ha dicho que el castillo está encantado? –El reloj miró mal a Taehyung.

-Yo solo me di cuenta. –Respondió Jimin levantando una ceja. –Me gustaría conocerlo si es que puedo.

-¡Pero por supuesto que puedes! –Aseguró Taehyung acercándose a él.

-Un segundo, no creo que sea una buena idea. –Soltó el reloj molesto.

-Tal vez tú quieras llevarme, seguro conoces muy bien este castillo. –Comentó Jimin sonriéndole.

-Oh en realidad yo... si es cierto. –Respondió Hoseok alagado y egocéntrico.

Todos caminaban por el castillo mientras que el reloj hablaba y hablaba contando la historia y el arte de todo lo que los rodeaba. En un momento el reloj perdió de vista al muchacho y lo encontró mirando una escalera que se dirigía al ala oeste.

-¿Qué hay arriba? –Preguntó él mirando la escalera.

-Oh nada, nada interesante... polvo y muebles viejos... -Murmuró Hoseok nervioso.

-Ahh... así que es el ala oeste. –Soltó Jimin totalmente curioso.

-¡Que tonto eres! –Exclamó Taehyung al reloj.

-¿Qué está ocultando ahí? –Preguntó Jimin recordando a la bestia.

-¿Ocultando? El amo no oculta nada. –Respondió Taehyung.

-Entonces no está prohibida. –Dijo Jimin subiendo la escalera.

-Tal vez al Monsieur le gustaría ver nuestras estatuas que son del siglo x... - Hoseok notó que Jimin no le prestaba atención y seguía subiendo.

-¡Tal vez la biblioteca! –Exclamó Taehyung.

-¡Tienen biblioteca! –Dijo Jimin emocionado.

-Si si, con muchos libros, montañas de libros... sígame. – Taehyung comenzó a caminar con Hoseok más tranquilos porque Jimin los seguía, pero éste esperó a que ellos siguieran caminando y subió la escalera sin que lo notaran.

Jimin caminó por un sucio pasillo de colores oscuros con espejos trisados y paredes rotas. Al final de este había una puerta grande con algunos rasguños. El rubio abrió la puerta y entró encontrándose con un paisaje desolador. Una habitación muy rota, destrozada completamente.

Un cuadro llamo su atención y se acerco para tocarlo. Unos ojos negros y piel blanca destacaban al hombre del cuadro. Cuándo estaba a punto de ver todo el rostro una luz llamó su atención y se acercó a una rosa que estaba dentro de un vidrio y brillaba como si de una estrella se tratase.

-Que... linda... -Susurró Jimin intentando tocarla.

En ese momento una gran figura apareció frente a él. La bestia se puso rápido entre la rosa y él mirándolo.

-¿Por qué estás aquí? –Preguntó la bestia mirándolo.

-Perdón... -Respondió Jimin nervioso.

-Te dije que nunca vinieras aquí. –Dijo la bestia elevando su voz poco a poco. -¡Te das cuenta de lo que pudiste ocasionar! –Gritó él rompiendo un pedazo de madera.

-¡Basta! –Exclamó Jimin poniéndose a correr.

-¡FUERA! -Gritó la bestia persiguiéndolo y cerrando la puerta.

Jimin corrió hacia la entrada donde Taehyung y Hoseok lo observaron.

-¡A donde va, Monsieur! –Dijo Hoseok.

-¡Aunque lo prometí no puedo quedarme un segundo más! –Confesó el rubio abriendo la puerta donde un fuerte viento con nieve le chocó en el rostro.

Afuera, el caballo estaba amarrado a la entrada. Subió rápido en él y comenzó a cabalgar fuera del gran castillo siguiendo el puente saliendo por la gran muralla. A los pocos minutos unos lobos se acercaron asustando al caballo y a Jimin. Los dos comenzaron a huir de ellos, pero en una emboscada se vieron rodeados por ellos y el chico de ojos avellanos cayó a la nieve soltando un grito.

Él tomó una rama y golpeó a un lobo que estaba a punto de morder a su caballo. Éste atacó a Jimin rompiéndole la rama y otro fue directo a su cuello, pero algo lo levanto y gruñó en su cara. La bestia lanzó lejos al lobo y protegió al rubio de todos los lobos que intentaban lastimarlo. Todos saltaron sobre la bestia que los empujaba y mordía intentando protegerse. En un momento lanzó a uno de los animales contra un árbol asustando a la manada completa que huyó cuanto antes.

La bestia volteó y miró a Jimin. Sus ojos comenzaron a entrecerrarse y cayó al suelo inconsciente. El rubio sujetó al caballo y pensó unos segundos si irse o no.

Un poco después se acercó a la bestia que yacía sobre la nieve y lo cubrió con su ropa. Con ayuda del caballo lo llevaron de vuelta al castillo donde lo pusieron en su sillón favorito con ayuda de los muebles. La señora Kim vertió agua caliente y Jimin sumergió un pañuelo para ponerlo en las heridas de la bestia que había despertado hace muy poco.

-Espera, no hagas eso. –Dijo Jimin viendo como se lamía una herida. Él le gruñó y alejó su brazo. -¡No te muevas!

Jimin frunció el ceño y puso el pañuelo sobre la herida, causando un fuerte gruñido de él.

-¡ESO DUELE! –Gruñó él, en el rostro del rubio.

Todos los demás miraban asustados.

-¡Si te quedaras quieto no te dolería! –Exclamó Jimin.

-¡Si no te hubieras escapado no estaría lastimado! –Alegó la bestia.

-¡De no haberme asustado no habría escapado! –Recordó el rubio molesto.

La bestia no sabía como responderle a eso.

-¡Y tú no debiste ir al ala oeste! –Dijo la bestia creyendo que había triunfado la discusión.

-¡Y tú deberías controlar tu mal genio! –Respondió Jimin haciéndolo callar.

Los otros quedaron asombrados y se acercaron un poco más para ver todo mejor.

-Quédate quieto... -Ordenó el rubio sujetándole el brazo para seguir limpiando la herida. –Te arderá...

La bestia lo miró de reojo y apretó los puños cuando sintió el pañuelo sobre la piel.

-Por cierto... gracias por salvar mi vida... -Murmuró Jimin limpiando el área.

La bestia se sorprendió y volteó a verlo.

-De nada... ¿Jimin? -Murmuró mirándolo inseguro por su nombre.

Jimin sonrió un poco más seguro.

-Si, Jimin... ¿Cómo puedo llamarte? –Interrogó el rubio mirándolo. Él se quedo un tiempo en silencio pensando si decirle o no su verdadero nombre.

- Yoongi... dime Yoongi. –Soltó la bestia avergonzado por decirle su verdadero nombre. Notó como los muebles y los demás lo miraban asombrados así que volteó sumamente avergonzado.

- Yoongi. –Repitió Jimin sonriente.

Mientras, en el pueblo, Jong In se reunía con cierta persona en un lugar secreto.

-No suelo abandonar el asilo a media noche... pero dijo que no sería gratis. –Murmuró el hombre de apariencia esquelética frente a Jong In y Il Hoon.

El fortachón tomó una bolsa y se la lanzó sobre la mesa, ésta estaba llena de monedas.

-Soy todo oído. –Dijo el hombre viendo el dinero.

-Sucede que, mi anhelo es casarme con Jimin, pero necesito que lo persuada. –Murmuró Jong In guiñándole un ojo.

-Lo rechazó como una mosca. –Dijo Il Hoon recibiendo un golpe.

-Todos saben que su padre está loco, llegó esta noche hablando sobre una bestia de un castillo. –Dijo Jong In rodando los ojos.

- Namjoon es inofensivo. –Respondió el hombre levantando una ceja.

-Si, pero Jimin haría cualquier cosa para impedir que fuera encerrado. –Comentó Jong In comenzando a molestarse.

-Hasta desposarse con él. –Dijo Il Hoon apuntando al fortachón.

-Así que quiere que encierre a su padre en el asilo si no le concede su mano... oh eso es despreciable... ¡Me encanta! –Exclamó el hombre sonriéndole macabramente.

En la cabaña, Namjoon se preparaba buscando cosas.

-No importa si no quieren ayudarme... iré yo solo y lo sacaré de ahí. –Dijo Namjoon saliendo.

Unos minutos después Jong In llegó a la cabaña y entró seguido por Il Hoon.

-¡Jimin, Namjoon! –Exclamó éste.

-Bueno, creo que no funcionará, adiós. –Dijo Il Hoon intentando salir.

-Tienen que regresar al pueblo... y cuando eso sea... estaremos listos. –Jong In lo sujetó del brazo. – Il Hoon, no te muevas de este lugar hasta que ellos regresen.

-Pero...pero...pero... ¡Rayos! –Dijo Il Hoon sobre la nieve viendo como Jong In se alejaba.

En el castillo, la bestia o mejor dicho, Yoongi, miraba junto a Hoseok y Taehyung a Jimin que caminaba sobre la nieve paseando a su caballo. El banquillo corría alrededor del rubio y jugaba con él.

-Nunca había sentido algo así por alguien... -Murmuró Yoongi mirando su gran brazo vendado. –Quiero hacer algo por él... ¿Pero qué?

-Bueno, hay tantas cosas... chocolates, flores, promesas que no intentas cumplir... -Enumeró Hoseok.

-Oh no no... tiene que ser algo muy especial, algo que deberás le interese. ¡Lo tengo! –Exclamó Taehyung.

En la tarde, Jimin caminaba al lado de Yoongi por un largo pasillo hacia una puerta.

- Jimin, hay algo que quiero mostrarte. –Dijo Yoongi mirándolo.

La bestia entreabrió la puerta pero la cerró pensando en una idea.

-Cierra los ojos. –Pidió Yoongi mirándolo. Jimin rodó los ojos divertido y los cerró.

Yoongi sonrió emocionado y abrió la puerta sujetándole las manos a Jimin. Lo guió con cuidado dentro de la gran habitación.

-¿Puedo abrirlos? –Preguntó el rubio curioso.

-No, todavía no... -Respondió Yoongi mirando alrededor.

-Espera aquí. – Yoongi soltó las diminutas manos del rubio y se acercó corriendo a abrir las cortinas del lugar.

-¿Ahora? –Curioseó el rubio emocionado.

-Ahora. –Respondió Yoongi mirándolo para ver su reacción.

Jimin abrió los ojos cuando éstos se toparon con millones de libros. Estantes estaban repletos de estos, un segundo piso igual y unos cómodos sillones se repartían por varios lugares.

-¡No puedo creerlo! –Exclamó Jimin dando saltos. –¡Nunca vi tantos libros!

Yoongi rió y se acercó a él.

-¿Te gusta? –Preguntó éste.

-¡Es maravilloso! –Chilló el rubio rodeándolo.

-¡Todo es tuyo! –Dijo Yoongi sorprendiéndolo a él y a si mismo.

-¡Muchísimas gracias! –Respondió Jimin sujetándole las manos.

La señora Kim, Taehyung, Hoseok y el plumero miraban la escena felices.

-Sabía que resultaría. –Dijo Taehyung.

-¿Qué cosa? –Preguntó Jungkook intentado mirar. –No veo nada.

-Vamos Kookie, hay cosas que hacer en la cocina. –Dijo la tetera.

-Pero de que están hablando... -Dijo la tacita siguiéndolos a todos.

Jimin había aceptado comer junto a Yoongi así que los dos estaban bien vestidos sentados frente a frente en una mesa con unos platos de sopa.

El rubio tomó una cuchara y comenzó a comer, notó que Yoongi comía como un verdadero animal y cuando este se dió cuenta de que lo observaban dejó de comer sumamente avergonzado.

Jimin miró hacia a otro lugar incómodo. La señora Kim le hizo una señal a su amo y éste miró la cuchara que tenía al lado, la tomó con sus grandes garras e intentaba comer, pero eso lo hacia ver muy gracioso.

Jimin aguantó la risa y tomó el plato con las manos llamando la atención de la bestia. Yoongi lo miró sorprendido y lo imitó. Los dos sonrieron y bebieron la sopa.

Más tarde los dos caminaban en el jardín cubierto de nieve. Jimin, cubierto por una capa de color rojo, llevaba en su mano una canasta con comida para aves y les lanzaba para que estos comieran.

Yoongi caminaba con cuidado para no asustar a los pajarillos así que Jimin le puso en las grandes manos un poco de comida. Él se agachó e intento darles de comer un poco pero los asustaba.

Jimin sonrió y lo miraba. El muchacho de ojos avellanos hizo que pusiera sus manos en la nieve lentamente y lo ayudo a atraer un pajarillo. Yoongi sonrió emocionado cuando el ave se posó en su mano comiendo. Jimin caminó detrás de un árbol y respiró profundo sintiendo su corazón acelerarse, pero cuando volteó para mirar, Yoongi estaba con muchos pajarillos encima que salieron volando cuando una bola de nieve le choco en el rostro.

Yoongi se sorprendió y vio a Jimin carcajearse, se agachó y armó una gran bola de nieve la cual le cayó encima cuando la levantó, por su poca experiencia.

Después, dentro del castillo los dos se sentaron sobre la alfombra frente a la chimenea y Jimin comenzó a leer en voz alta un libro.

En otro lugar del castillo Hoseok había llamado a una reunión y exclamó.

-Tenemos doce horas para crear el ambiente más romántico conocido por el hombre o bestia... - Hoseok rió solo por su chiste y soltó un suspiro. –Debo recordarles que si el último pétalo de la rosa cae, nos quedaremos así para siempre. ¡Todos a sus puestos!

La mayoría se alejo dejándolo solo.

-Relájate Hoseok, deja que la naturaleza siga su curso. –Dijo Taehyung sonriente.

-Además, se nota que hay una chispa entre ellos. –Murmuró la señora Kim.

-Pero no hace daño avivar un poco el fuego. –Comentó Hoseok guiñando un ojo. –Deben enamorarse esta noche si queremos ser humanos otra vez.

-¡Humanos otra vez! –Exclamaron los otros contentos. –Ser humano por fin otra vez.

Al parecer, todos los que vivían dentro del castillo tenían el mismo sueño, ser humanos otra vez. A las horas el castillo volvía a estar reluciente gracias al trabajo de todos.

-Y no hubo historia más romántica, pero triste... que Romeo y Julieta. –Murmuró Jimin apretando el libro contra su pecho.

Yoongi lo miraba atontado, como si causara un efecto extraordinario en él.

-¿Podrías leerlo de nuevo? –Preguntó Yoongi. La verdad es que Yoongi sólo quería verlo leer y estar atento a cada uno de sus rasgos.

-¿Por qué no me lo lees tú? –Interrogó el rubio entregándole el libro.

-Oh... am... esta bien... -Murmuró Yoongi nervioso. –Es que yo... yo... no puedo...

-¿No aprendiste a leer? –Curioseó el rubio sorprendido.

-¡Claro! Pero... fue hace mucho... -Admitió él avergonzado.

-Entonces yo te ayudaré. –Aseguró Jimin sonriéndole y sentándose a su lado.

Todo se veía brillante, los jardines estaban como nuevos, podados y las fuentes comenzaron a funcionar lanzando mucha agua con distintas figuras. En la noche, en un intento por mejorar las cosas, a Yoongi le daban una ducha limpiando todo su pelaje y él se movía de un lado a otro incómodo.

-¡Es la hora! –Gritó Taehyung entrando al baño.

-No sé si pueda hacerlo... -Murmuró Yoongi cerrando los ojos.

-¡Olvida la timidez! Hay que ser audaz, atrevido. –Aconsejó Taehyung.

-Audaz, atrevido... - Yoongi se levantó y sacudió el agua quedando todo esponjado.

-Habrá música y un gran festín y cuando el momento llegue, le confesarás tu amor. –Dijo Taehyung mirándolo.

-¡Sí! – Yoongi se miró al espejo mientras lo secaban. –S... no, no puedo...

-¿Quieres al doncel, no? –Preguntó Taehyung rodando los ojos.

-Más que a mi vida... -Murmuró él mientras le cortaban el cabello.

-Hualá... estás tan... tan... - Taehyung volteó.

-Ridículo. –Soltó Yoongi mirando las cintas que habían colocado en su cabello.

-No es la palabra que buscaba... tal vez otro peinado... -Pidió Taehyung al encargado.

-El muchacho aguarda. –Dijo Hoseok entrando a la habitación.

Todos se miraron nerviosos, en especial Yoongi. Jimin estaba mirándose en el espejo de la habitación.

*¿Por qué tanto alboroto?... es sólo una cena con un baile... tranquilo Jimin... todo saldrá bien... *-Pensó el rubio mordiéndose el labio inferior.

Estaba usando un traje color amarillo pastel con una cinta de color café que combinaba con sus ojos.

-Estás precioso muchacho, anda, ¡ve! –Dijo el armario emocionado.

Jimin asintió y salió de la habitación encaminándose a el gran salón donde bajó hasta la mitad de la escalera.

Yoongi apareció por una puerta con un traje azul y bajo a su lado donde se saludaron y sonrieron. Se sujetaron del brazo y se dirigieron a la mesa para cenar. Los dos comían y Yoongi había logrado controlar la cuchara sintiéndose mejor.

Jimin saltó de su asiento en el momento que empezó la música y sorprendió a Yoongi levantándolo para ir a bailar.

El mayor tragó saliva abochornado cuando Jimin puso las manos de él en su cintura comenzando a bailar. Los dos danzaban bajo el brillante candelabro del techo y las hermosas pinturas que estaban sobre este. En un momento el rubio apoyó su cabeza en el pecho de la bestia y éste miró a los demás emocionado, éstos lo felicitaron con señas y siguieron observando. A los minutos los dos salieron a un balcón bajo el cielo estrellado donde se sentaron y comenzaron a charlar.

- Jimin... ¿Eres feliz aquí conmigo? –Preguntó la bestia sujetando sus manos.

-Sí, por supuesto... -Respondió el rubio con un brillo en los ojos, pero este se apagó poco a poco.

-¿Qué sucede? –Pregunto Yoongi preocupado.

-Quisiera... ver a mi padre... -Murmuró Jimin apartando la mirada. –Lo extraño...

Yoongi sintió un nudo en su garganta y recordó el espejo.

-Hay una manera... ven. – Yoongi se levantó y lo llevó a una habitación donde tomó el espejo. –Este espejo te enseñará lo que quieras...

Jimin tomó el espejo y se observó indeciso.

-Quiero ver a mi padre, por favor. –Pidió Jimin viendo un brillo en el espejo.

Éste comenzó a cambiar y mostró a Namjoon tirado en el piso del bosque, tosiendo y tiritando.

-¡Padre!... oh no... está enfermo y solo ahí en el bosque... -Informó el chico de ojos avellanos mirándolo.

Yoongi miró la rosa que estaba cada vez más marchita y lo miró.

-Debes ir por él. –Soltó Yoongi firmemente.

-¿Cómo dices? –Preguntó Jimin impresionado.

-Eres libre, ya no eres mi prisionero... -Murmuró Yoongi sintiendo un dolor en su corazón.

-Libre... ¿de verdad? –Soltó Jimin sujetándole la mano.

-Si... -Susurró Yoongi viendo sus manos juntas.

-¡Muchas gracias, Yoongi! –Agradeció el rubio intentando entregarle el espejo.

-No, llévatelo, así podrás verme siempre... y recordarme... –Explicó la bestia acariciándole el cabello.

-Gracias por entender que mi padre me necesita... - Jimin le acarició la mejilla y salió corriendo con el espejo.

-Oh amo, debo decir que todo va a la perfección. –Dijo Hoseok riendo.

-Lo dejé ir. –Murmuró Yoongi sin mirarlo.

-¿Qué cosa? ¡Por qué lo hizo! –Exclamó Hoseok.

-Era necesario. –Soltó Yoongi de espaldas.

-¿Por qué? –Gritó el reloj impactado.

-Porque... lo amo... -Susurró él mirando el cielo por la ventana.

Los demás se reunieron fuera de ese cuarto sorprendidos por la reacción de Yoongi.

-¿Él se marchará? –Preguntó Jungkook.

-Estuvimos tan cerca... -Opinó Taehyung triste.

-Después de tanto tiempo... al fin había sentido amor... -Dijo la tetera triste.

-¡Eso es! ¡Eso romperá el hechizo! –Gritó Taehyung buscando una esperanza.

-No... él también tiene que amarlo... -Explicó la señora Kim.

Yoongi veía como Jimin cabalgaba fuera del castillo para encontrar a Namjoon. La bestia dió un fuerte gruñido sufriendo la pérdida de su único amor.

Jimin gritaba el nombre de su padre por el bosque y lo encontró minutos después, inconsciente en la nieve.

-¡Papá! –Chilló Jimin bajando del caballo hacia él.

Lo llevó de vuelta a la casa donde lo cubrió con unas mantas. Il Hoon que seguía ahí muerto de frió fue a dar aviso a Jong In.

-¿Jimin? –Susurró Namjoon abriendo los ojos para encontrarse con el rostro del rubio.

-Tranquilo papá... aquí estoy. –Murmuró Jimin sonriéndole.

-Pensé que no volvería a verte.... –Confesó Namjoon dándole un abrazo.

-Te extrañé mucho. –Admitió Jimin mirándolo.

-Pero la bestia... ¿Cómo escapaste? –Interrogó el peli castaño asustado.

-No escapé papá, él me liberó... -Respondió Jimin sonriendo.

-¿Esa horrible bestia? – Namjoon no podía creerlo.

-Pero es diferente ahora... -Murmuró Jimin con los ojos brillantes.

En ese momento, el bolso donde traía el espejo se comenzó a mover y Jungkook salió sorprendiéndolos.

-Hola... -Saludó la tacita.

-Un polizón... -Dijo Jimin divertido.

-Hola amiguito... no creí volverte a ver. –Comentó Namjoon levantándolo.

- Jimin... ¿Por qué nos dejaste? ¿Ya no nos quieres? –Interrogó la tacita haciendo puchero.

-Oh, Kookie... claro que los quiero es qu... – Jimin no terminó la frase porque se escucharon unos golpes en la puerta. El hombre esquelético estaba ahí.

-¿A qué viene? –Preguntó Jimin cuando abrió la puerta.

-Vine por tu padre... –Dijo él. 

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