15
Si en algún momento se hubieran tomado la molestia de comunicarle que las delicias del matrimonio recaían en el lecho matrimonial y no fuera de él, Namjoon podía decir que se hubiera casado hace mucho tiempo.
Él había mantenido intimidad con otras personas, pero nada como lo que estaba sintiendo en ese momento.
Si el besar los labios de su esposo fue grandioso, pero no era nada comparado con probar partes de Seokjin a las cuales nadie había tenido acceso.
Beso, su cuello tocó su cintura y sus pezones y ahora lo miraba en la cama desnudo, con sus piernas juntas por vergüenza, su brillante cabello esparcido por la almohada y sus mejillas rojas.
En ese instante estaba muy deseoso de consumar su matrimonio y entonces dejo de ver la perfecta imagen de Seokjin, entonces rápidamente termino de quitarse la ropa que aún quedaba en su cuerpo.
Cuando estuvo libre de cualquier tela en su cuerpo, notó cómo Seokjin miraba su entrepierna y luego desviaba la mirada. Por alguna razón, el comportamiento virginal de Seokjin causó que lo deseara de una manera en la cual nunca había deseado a nadie.
Pero en sus aún más consientes pensamientos, que estaban muy en el fondo en esos instantes, podía recordarse que Seokjin aún era virgen. Él sería el primero en poseer a Seokjin y con solo el pensamiento, algo totalmente instinto, más fuerte que la posesividad masculina, se encendió en su ser.
Rápidamente, estuvo en la cama, donde con una mano abrió las piernas de Seokjin y se colocó rápidamente entre ellas. Pudo sentir cómo la respiración de Seokjin se estancó, no sabía si ante la espera o nerviosismo.
No le importó porque él se encargaría de que su doncel estuviera más que satisfecho con sus habilidades en el dormitorio, le dio una sonrisa y entonces Seokjin al fin pudo verlo a los ojos.
—Sabía que serías perfecto, pero no entendía la magnitud de cuanto —ante ello, Namjoon arrastró sensualmente su cuerpo por sobre Seokjin quien respiró más rápido por ello.
—Ni siquiera he estado dentro de ti y me siento más que satisfecho —beso suavemente los labios de Seokjin para dirigirse hasta el cuello —No puedo esperar para poseerte —Seokjin gimió cuando el cuerpo sobre él se había movido causándole sensaciones que no conocía.
Ambos estaban sumidos en esa nube de pasión y deseo que habían obtenido por solo un simple beso que ahora era tibiamente algo más.
Namjoon sabía que ambos estaban deseosos por consumar el acto. Seokjin podía estar con nervios, pero cuando tocó su entrada la podía sentir húmeda y deseosa de tener algo en ella, lo cual Namjoon le daría.
Con cuidado se introdujo en su esposo, sabía que era su primera vez y no quería lastimarlo. Habida otras ocasiones en las cuales podría sucumbir con más pasión, pero ahora no era el momento idóneo para ello.
Cuando estuvo en el interior de Seokjin puedo sentir ese placer, así como la urgencia que le pedía saciar ese deseo; sin embargo, aún no era adecuado porque quería dejar que Seokjin pasara el dolor.
Y en efecto, tenía toda razón por la que Seokjin sintió esa ráfaga de dolor cuando su esposo estuvo dentro de él, pero no era solo dolor porque envuelto en este estaba ese sutil placer que quería tener.
Cuando pasaron un par de minutos que para Seokjin fueron cortos, pero para Namjoon fueron eternos, las embestidas iniciaron lentas y lo más suaves posible.
Namjoon sentía ese calor abrumador que lo incitaba a ingresar al cuerpo de su esposo, Seokjin podía sentir esa pequeña quemadura, pero también era agradable.
Y entonces fue cuando sintió que, en una embestida, Namjoon llegó a un punto dentro de sí mismo, que el doncel desconocía. Un sonido totalmente escandaloso salió de sus labios sin poder prevenirlo.
Cuando estuvo consciente de ello, rápidamente colocó su mano en su boca para no emitir tal sonido. Sin embargo, Seokjin no sabía cuánto había afectado tal gemido a Namjoon quien ahora decidió tomar todo justo como lo que quería.
—No quiero que calles o reprimas nada, Seokjin, quiero escucharte disfrutar de mis habilidades —Namjoon sabía que, por reflejo, Seokjin intentaría llevar sus manos para callar esos dulces sonidos.
Rápidamente, tomó las muñecas de su doncel y las apresó contra la cama para entonces dejar salir un tembloroso suspiro antes de dar una embestida fuerte y rápida en la que Seokjin se quedó sin aliento.
Ante ello le sonrió al precioso doncel debajo de su cuerpo e inicio con ese ritmo implacable.
Sudor, gemidos y mucha pasión. El encuentro era de lo más placentero para ambos.
Seokjin podía sentir cada parte de él vibrando con emoción por recibir cada embiste. El cuerpo sudoroso sobre el suyo era perfecto en cada movimiento. El poder ver cómo los músculos de su marido se contraían ante cada muestra de placer era perfecto y, aunque al inicio intentó callar sus gemidos, ahora no podía porque sentía el placer en cada lugar de su cuerpo entre los cuales no se atrevía a hablar.
No supo por qué, pero sintió un escalofrío que escalo por su espalda y le lleno los oídos de la respiración irregular de Namjoon, y entre las sensaciones tan placenteras sintió como su estómago se contraía y podía decir con vergüenza que su entrada de igual manera por como Namjoon realizo un gemido entendible.
Y de pronto cerró y apresó sus ojos tras la oscuridad, pero aun así no pudo escapar ante algo desconocido, pero tan agradable que recorrió todo su cuerpo y logró hacer que su espalda se arqueara perfectamente.
Namjoon sabía que Seokjin había llegado a su culminación, pero maldición si como arqueo su espalda y su cuello fue perfecto, tan perfecto que fue directamente a dejar besos en esa curvatura perfecta.
Él también estaba muy cerca, por lo cual no dejó de poseer a Seokjin hasta que todo su cuerpo se tensó y dejó expulsar todo en el interior de Seokjin. Como si fuera posible, el interior de Seokjin se volvió tan cálido que salió a regañadientes de su precioso doncel.
Ambos con la respiración agitada estuvieron en cama sin decir palabra alguna y para cuando Namjoon por fin pudo decir algo noto que Seokjin ya se había dormido.
Su doncel se veía precioso, durmiendo más cuando sabía que su esencia estaba en su interior. Al pensar en ello, noto que una ferocidad se le instaló, y sabía que llenaría a Seokjin con su esencia cada vez que pudiera.
Lo deseaba y, ahora que ya lo había probado, no dejaría que nada se interpusiera. Seokjin era su esposo, por supuesto que podía compartir la intimidad. Lo dejaría descansar unas horas y lo despertaría para volver a tomarlo.
En medio de sus pensamientos, recordó el libro escandaloso que Jackson le había llevado de uno de sus viajes en donde había posiciones para disfrutar del placer carnal de unas maneras muy indecorosas y, si bien ya había practicado muchas, no se quedaría con las experiencias pasadas.
Ahora era de Seokjin y todo lo que deseara sería con él. Para él, un matrimonio no era solo votos, sino también fidelidad, y él se la dará a Seokjin.
Colocó una sábana sobre su desnudez, así como con la de Seokjin y entonces pudo permitirse dormir.
El levantarse un nuevo día siempre era de la misma manera; sin embargo, ahora era diferente. En medio, aun de la bruma de sueño que se tendía alrededor de él, Seokjin sabía que había algo diferente.
Cuando intento levantarse y sintió esa leve molestia entre sus piernas entendió que era, los recuerdos lo invadieron.
Namjoon pidiéndole que lo alejara de la habitación, él tomando su mano y luego todo se volvió placenteramente borroso. Besos, caricias y luego lo tenía en su interior.
Fuerte, rápido y muy habilidoso en esas situaciones. Namjoon era un hombre que sabía cómo satisfacer a un doncel.
Al darse la vuelta para mirar el otro lado de su cama noto que no había nada ¿Namjoon se arrepentía? ¿Había hecho algo mal? No pudo seguir con cuestiones de tal índole debido a la nota que encontró en su mesa de noche.
He tenido que partir para resolver asuntos de suma importancia. Perdóname por no estar ahí cuando abras tus hermosos ojos, prometo que lo recompensaré.
Namjoon.
Con ello, Seokjin pudo decir que estuvo al menos feliz de saber que él no había sido alguien problemático la noche anterior. Sabía que muchos maridos no estaban satisfechos con su pareja por la falta de experiencia en el dormitorio.
Con ello pudo saber que, aunque él era alguien sin experiencia, al menos no había decepcionado a su marido.
Camino con cuidado a buscar ropas para cubrir su desnudez, cuando estuvo de pie sintió algo húmedo en su entrada y sus mejillas se colorearon de un carmín muy potente, sabía lo que era.
Al final del intenso placer carnal, él había dejado salir hilos de esencia que era claro que no fecundaría nada; sin embargo, Namjoon había dejado en su interior una generosa cantidad de lo que serían posibles bebés.
Cuando las sirvientas ingresaron para ayudarlo intento ver a todos lados menos a ellas, tenía la leve sensación acerca de que sabían de sus actividades nocturnas y ello lo llenaba de vergüenza.
Sin embargo, para vergüenza de Seokjin sus actividades nocturnas no se mantuvieron ocultas durante mucho tiempo. Cuando una de las sirvientas retiraba la ropa de cama, notó las suaves manchas rojas en las sabanas.
Cuando la sirvienta lo notó, primero observó a su compañera que ayudaba a Seokjin a vestirse, como si estuvieran sincronizadas. Ambas miraron al doncel, quien al dirigir la mirada a las sabanas notó lo que ellas también.
Era la prueba de su virginidad, además de la prueba que condenada sus acciones nocturnas, las mejillas se le ruborizaron, así como el cuello y la punta de sus orejas.
Desvió la mirada y las sirvientas sin que él lo notaran se dieron sonrisas cómplices, para ellas que sus amos mantuvieran esa intimidad les garantizaba cierta estabilidad.
Intimidad, por lo general, significaban niños y ellos significaban estabilidad familiar, lo que a ellas les daba trabajo seguro.
Cuando por fin estuvo arreglado, bajó a tomar desayuno aún con el rubor en sus mejillas.
Sentía que todos sabían ahora lo que había estado haciendo la noche anterior, cuando tomo asiento en la mesa no tuvo ni la cara para mirar a las familiares odiosas, otro día podía recompensar la falta de hostilidad porque ahora era más grande su vergüenza.
Para su eterno alivio, Namjoon no estaba ahí y una parte del aparte de alivio sintió un pinchazo ante la ausencia, es decir, anoche consumaron su matrimonio. ¿No debería al menos desayunar su esposo con él?
No seas crédulo, se dijo así mismo: puedes amarlo, pero él tal vez no sienta nada por ti. El placer carnal entre una pareja casada es normal y muy obligatorio; el recordatorio le pinto las mejillas no de vergüenza, sino por indignación y enojo.
Había criticado hace mucho tiempo a los donceles eternamente enamorados de hombres que no les correspondían, pero también despreciaba a aquellos que se casaban con hombres que no los amaban y así ellos suspiran de amor.
No, él no sería de esa manera.
Se aseguraría de que sus sentimientos se quedaran muy ocultos para todos, podía estar enamorado de Namjoon, pero eso no quería decir que dejaría que pisotearían sus sentimientos.
No, él no dejaría que pasara, y su madre, la biológica, claro, se revolcaría en su tumba si él se dejara humillar de tal manera.
La sangre Kim corría por sus venas, así que no cedería en ello. Podía aceptar compartir la lujuria con su marido, pero no esos sentimientos. Kim Namjoon no amaba no porque no pudiera hacerlo, sino porque no le interesaba.
Lo respetaba, así como también en algún momento él debería de respetar que, por mucha lujuria que compartieran o si en algún momento tendieran hijos, solo serían compañeros, padres,pero no amantes reales.
Para él, la palabra amante estaba llena de pasión y lujuria, pero también de amor, algo que sabía nunca obtendría, así que él y Namjoon solo serían compañeros.
El desayuno terminó más rápido de lo que alguna vez lo había hecho; sin embargo, en cuanto Samantha y Amelia se retiraron, Hyo-ri rápidamente lo abordó con una suave sonrisa.
— ¿Es tan malo como dicen? —Seokjin la observo sin realmente entender a qué se refería.
— ¿Disculpa? —ella lucio avergonzada y se acercó aún más y Seokjin aún no tenía idea de lo que le cuestiona.
—Quiero decir, he escuchado conversaciones de damas recién casadas que dicen que la consumación matrimonial es bastante dolorosa —Seokjin jadeó cuando entendió por fin la pregunta y su cuñada lució avergonzada.
Cuando se dispuso a responderle escucho un sonido detrás de ellos y Seokjin no diría nada en presencia de alguien ajeno a su conversación.
—Demos un paseo —desde que inició a caminar, Seokjin supo que fue una mala idea, el leve ardor en sus partes bajas le indicó que estaba en lo correcto.
Cuando estuvieron fuera de la casa, entre la seguridad del jardín trasero, entonces decidió empezar la conversación que lo había llevado ahí.
— ¿Cómo sabes que he tu hermano y yo hemos consumado el matrimonio? —lo dijo en un susurro, pero Hyo-ri estaba lo bastante cerca para escucharla.
—Es lo que se dice entre la servidumbre —Seokjin la observo y ella desvió la mirada dando a entender que no confesaría su fuente —Mi hermano no durmió en su habitación, pero si en la tuya, además dicen que la marca de tu virginidad estaba impresa en las sabanas —Seokjin se sintió tan pequeño y avergonzado, todos sabían de sus actividades durante la noche.
La servidumbre estaba chismorreando sobre cómo había pasado la noche con su esposo, ahora sabían que ya no era virgen. Todos sabían que era un doncel completamente.
Aunque en medio de su vergüenza sabía que Samantha también se abría enterado o lo haría en el trascurso del día, pero en lugar de avergonzarse, un sentimiento de orgullo explotó en él. Podía saborear el paso más cerca a la victoria en toda esa tensión que tenía con esa mujer.
—Oh, Dios, Samantha debe de estar revolviéndose en su propia amargura —Seokjin dijo—, y aunque Hyo-ri intentó no reírse, una suave risa salió de ella.
—Lamento si me inmiscuí en tu privacidad, pero planeo casarme con el vizconde y no tengo a quien recurrir para cuestionarle acerca de la noche de bodas —ella lucia avergonzar y miraba directamente a todos lados menos a la cara del doncel —No sé nada sobre lo que se espera de mí y bueno tienes un poco más de experiencia en ello, pero en verdad no quise sonar inoportuna con mis preguntas —Seokjin se compadeció de ella.
Decidió dejar de lado las vergüenzas y se dijo que intentaría ayudarla lo más que pudiera, no le daría unas instrucciones tan vergonzosas como las había tenido él.
—Duele un poco al inicio, no puedo negarlo, pero solo es la primera vez —Hyo-ri levanto la vista y Seokjin la desvió porque sabía que le estaba confesando que el acto había pasado más de una vez.
—Tiene mucho que ver con el hecho de que gustes de esposo, es raro explicarlo de una manera verbal, pero puedo decir con dar fe de mis palabras —Hyo-ri asintió firmemente y luego lo observo y Seokjin sabía que venía otra pregunta.
— ¿Cómo se lleva a cabo el acto? ¿Tengo que hacer algo? —Seokjin se quedó estático ¡¿Cómo podía explicarle eso?! Ya era lo suficientemente vergonzoso admitir lo que había admitido y ahora debía de decir tal cosa.
En su mente quedo la espina de que en algún momento tendría hijos y si estos eran donceles o mujeres deberá de darles esta clase de información cuando estuvieran por casarse.
Observando a Hyo-ri se dijo que sería una buena práctica, vergonzoso, pero sí sería una manera de practicar para un futuro.
—No tengo mucha experiencia, pero debo decir que en mi experiencia el hombre hace todo el trabajo y la verdad él también sabe que hacer lo cual en ese momento es un alivio lo único que debes hacer es controlar los nervios —Hyo-ri asintió, pero en ella aún había dudas y dado que Seokjin se había atrevido a hablar ella aprovecharía la situación.
— ¿Cómo se lleva el acto? —Seokjin se volvió de un color escarlata brillante, las puntas de sus orejas las sentías calientes sin mencionar que todo el cuello se le volvió de un rosa que denotaba su vergüenza.
Soltando un suspiro decidió dar la respuesta más breve.
—El hombre tiene eso entre sus piernas y al momento del placer carnal eso va en las zonas privadas de las señoritas —Hyo-ri abrió la boca impresionada por ello, pero aun con preguntas.
— ¿Se tocan? ¿Si es solo un toque porque duele? —Seokjin quería esconderse en cualquier lugar posible, sin duda no estaba haciendo un buen trabajo en darle orientación.
—S-u bueno, eso ingresa al interior de la señorita, eso lo puedes sentir en tu interior y por eso causa el dolor la primera vez —ahora, en lugar de lucir impresionada, ella lucía aterrada.
— ¡¿Pero cómo?! Eso no puede tener la misma medida, es lógicamente imposible tal acto —Seokjin alzó una ceja y ella solo calló sus palabras.
Era Seokjin quien lo decía entonces debía de ser cierto porque entre ambos él era quien tenía la marca impresa en las sabanas de su virginidad, con curiosidad observo a Seokjin y no lo había visto de una manera diferente está mañana claro un poco más avergonzado, pero con las preguntas escandalosas era algo que esperaba.
—Oh créeme que si se puede, encaja perfectamente y en ese instante no te preocuparás por percepciones sino porque desate su pasión sobre ti con movimientos de adentro hacia afuera —Seokjin se dijo así mismo que si él se hubiera preocupado por ello la noche anterior no le dolería los muslos por la fricción del cuerpo de su marido así como tampoco sentiría ese escozor en su zona más privada.
Con esa respuesta, Hyo-ri dejó de hacer más preguntas y se decidió a observar el jardín.
Ambos dejaron que el tiempo los devorara charlando trivialidades después de un lapso de tiempo en el cual la vergüenza y tensión se desvaneció.
Tuvieron sus momentos de tranquilidad y, aunque Seokjin no lo dijera, extrañaba un poco a su Jungkook, quien había estado sometido a recuperar el tiempo perdido en su educación con fervor y una mano de hierro de Namjoon.
Seokjin se preguntaba si había sido buena idea darle tanto control a Namjoon sobre Jungkook, no estaba muy seguro, pero al parecer Jungkook lo disfrutaba porque aún no se había quejado.
Tomaron el almuerzo en el jardín en donde permanecieron bastante tiempo hasta que una de las sirvientas se dirigió hacia Seokjin con una sonrisa pequeña, pero ahí estaba.
—El señor ha dicho que lo espera en las caballerizas, ha dicho que saldrán a montar —Seokjin asintió y ella se retiró Hyo-ri solo le dio un asentimiento tomando de su te.
Ante ello se dirigió hacia las caballerizas, no tenía que cambiarse para dar un paseo en caballo porque seguramente sería un corto paseo, además el terreno era perfecto para una cabalgata.
Observo las caballerizas y con valor se aventuró dentro de ellas, el nerviosismo en algún momento debía desaparecer.
Fue tan inocente que no supo comprender que estaba por caer en una trampa.
Creado: 21/06/2024
Publicado: 06/07/2024
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top