14


El desayuno había sido de lo más común, con cierta tensión en el aire sin mencionar las miradas entre Seokjin y Samantha.

A esas alturas ya era algo normal.

Lo que actualmente destacaba era uno de sus sirvientes que se veía preocupado.

Seokjin estaba tranquilamente en el recibidor recién decorado, comía unos bocadillos que eran deliciosos y estaba tranquilamente escuchando las novedades que el ama de llaves le comunicaba acerca de cómo transcurrían las funciones de la casa.

Una de las sirvientas caminaba lo más rápido posible y se veía bastante alterada, antes de que pudiera comunicar lo que deseaba un hombre ingreso luciendo furioso y Seokjin palideció ante quien estaba frente a él.

Era el barón Park, quien ingresaba furioso.

Llevaba su cabello canoso, despeinado, algo que era impropio de la realeza, sin mencionar que, a pesar de llevar bastón, se movía rápidamente. Claro, si se contaba en cuenta que tenía una leve cojera que se sospechaba, era por intentar caminar rápidamente.

El enorme vientre grasoso sobresalía en su figura, además como siempre llevaba algunos botones sueltos para poder ingresar en dicha ropa.

Seokjin podía decir que, a pesar de tener esos horribles dientes amarillos, parecía un perro rabioso por cómo se pasó la manga por la boca.

Seokjin sabía a lo que venía el barón y la verdad era que no estaba preparado para ello.

También observó entre aliviado y extrañado al ver que su hermano mayor no estaba con el barón, pero eso no era importante en esos instantes.

Dios pensó que sería rápido para que lo descubrieran, pero no que fuera al día siguiente del primer baile al que se presentara.

—Los rumores eran ciertos, ¡¿Has contraído matrimonio?! —El barón, a pesar de estar con la suficiente distancia, daba miedo; además, el tono con el cual lo cuestionó le daba al doncel esa sensación de peligro.

Muchos rumores decían que el barón no solo era lujurioso, codicioso y muchos calificativos más, sino que también se decía que la esposa había sufrido muchos golpes por parte del barón cuando este no estaba de acuerdo con algo que su esposa decía.

Seokjin no creía mucho en ello; sin embargo, tampoco quería confirmar tales rumores.

—Señor, me temo que todo esto es inapropiado —el ama de llaves que se había acercado al hombre intentó hablar con él; sin embargo, no obtuvo nada.

El barón la había observado y realizo una cara de desprecio hacia el ama de llaves.

—No quiero hablar con la servidumbre —el barón le dio un empujón para apartarla, sin embargo, la pobre mujer se enredó con su vestido y terminó por caer.

Seokjin jadeó alterado al ver cómo ella caía y realizaba una mueca de dolor desde el piso, dejó el bocadillo que había estado por comerse antes de que todo iniciara e inmediatamente trató de levantarse para ir en ayuda de su ama de llaves.

Pero no pudo hacerlo porque el barón estuvo de pie frente a él muy rápidamente, se sentía vulnerable y pequeño, además sabía que cerca no había nadie para ayudarlo, excepto el ama de llaves que ya estaba herida y la sirvienta que había llevado antes del barón parecía que había desaparecido.

— ¡¿Te has casado?! —Seokjin no respondió y solo desvió la mirada e intento alejarse del barón para no responderle en situación de que el barón estallara en ira.

El barón tomó fuertemente al doncel por los cabellos para ver que este lo observara. Seokjin gimió ante el dolor por el fuerte agarre.

— ¡Responde! —Seokjin sabía que confírmale lo que el barón sospechaba sería su perdición, así que mantuvo los labios sellados.

— ¡¿Te atreves a desafiarme?! —Seokjin sintió restos de saliva que cayeron en su cara cuando el barón prácticamente grito.

En ese instante de alguna manera supo que lo que le espera no fue en lo más mínimo lo que imagino, el hombre que lo sostenía por el cabello era alguien que había perdido la cordura.

El barón Park estaba furioso y sediento por reparar su machacado honor y Seokjin temía la forma en la cual exigiría recompensa por la ofensa sufrida.

— ¡Maldito doncel! —el barón le soltó el cabello y luego Seokjin sintió la bofetada.

Fue tanta la fuerza utilizada que no solo giró su cabeza, sino también todo su cuerpo se desplomó hacia un lado en donde había estado, al menos el sofá era cómodo.

El dolor fue agudo tanto que no pudo emitir algún sonido cuando lo sintió, las lágrimas se desbordaron de sus ojos y sintió el sabor cobrizo de la sangre en su boca.

Levanto la mirada para ver al barón y podía notar que este no mostraba ninguna señal de arrepentimiento es más podía ver como esa sonrisa de dientes amarillentos se colocaba al verlo tan vulnerable.

Seokjin tembló cuando noto la satisfacción en el hombre, pero también noto la furia que este tenía. El golpe no era nada a cambio del deshonor que sufrió.

Se quiso reír ante el pensamiento porque al final si bien tuvo una ofensa esta no fue pública y en ese instante Seokjin podía decir que odiaba con fuerza a su madre y a su hermano mayor, ellos lo habían puesto en tal situación.

El barón nuevamente levantó la mano para volver a lastimarlo y Seokjin no pudo no cerrar los ojos ante lo que se avecinaba. El terror lo invadió completamente y se quedó tan pacífico que podía parecer un objeto inamovible.

Para su fortuna el golpe no llego porque alguien le sostuvo la muñeca al barón.

Seokjin dirigió rápidamente la mirada hacia su salvador y entonces se dio cuenta. Kim Namjoon, su esposo, estaba sosteniendo la muñeca del barón.

Sin embargo, el hombre lució furioso y Seokjin no se equivocaba. Lo estaba.

Namjoon había sido puesto al corriente de la situación por una de las sirvientas que estaba alterada diciendo que un barón se había presentado furioso y exigiendo ver específicamente a Seokjin y que a pesar de que le pidieron que este esperara, había hecho caso omiso y se abrió camino hasta Seokjin.

Nunca espero que tuviera que observar como ese hombre golpeaba a Seokjin, en ese instante la furia del Conde se encendió como nunca antes.

¡¿Cómo se atrevía a golpear a su esposo?!

¡¿Acaso el hombre no valoraba su vida?!

Cuando noto que levantaba la mano para volver a golpear a su esposo, no lo pensó y con paso largo y pesado llego hasta el hombre para sostener su muñeca y evitar la bofetada que intentaba ponerle nuevamente a su esposo.

— ¡¿Cómo se atreve a venir a mi residencia y agredir a mi esposo?! —Namjoon pregunto con la voz gruesa y era claro que podía verse la furia que tenía porque el barón dio dos pasos atrás amenazado.

Namjoon se interpuso entre el barón y Seokjin e irguió todo su cuerpo, viéndose amenazante. El barón sabía que el hombre frente a él era un conde, pero la ofensa a su honor pesaba más.

Haciendo omiso de la postura amenazante del Conde, él también se irguió al menos todo lo que pudo.

—Quién presume de ser su esposo actualmente es mi prometido o al menos lo era —entonces Namjoon entendió cuál era el problema familiar o al menos por dónde venía encabezado.

Así que todo era por un compromiso, observando al hombre de pies a cabeza pudo notar lo muy poco agraciado del barón frente a él. Ahora entendía por qué Seokjin había escapado de tal enlace y solo pensar que se podía completar le daba una sensación terrible.

—Si en dada situación lo fue es más que evidente que ahora ya no lo es, Seokjin es mi esposo, un doncel que en términos de títulos está muy por encima de usted —el barón Park lucio ofendido ante ello —Sin embargo, usted no ha respetado eso y ha venido a mi residencia a insultarme con su presencia y también a agredir a mi esposo un conde ¿Desde cuándo alguien de tan bajo estatus tiene la audacia de tan siquiera ponerle un dedo alguien que está muy por encima de su rango? —ante el cuestionamiento el hombre nuevamente retrocedió furioso y amenazado.

—La mano del doncel se me concedió en matrimonio y el escapo de tal enlace dañando no solo mi reputación y honor, sino también el de su familia, el compromiso no se honró y ahora que exijo una restauración a mi honor usted se atreve a denigrarme —Namjoon no dijo ni una palabra porque estaba realmente furioso y al menos tenía que estar seguro de no golpearía de manera brutal al barón.

—Usted quien me ha robado a mi prometido y ha tenido el descaro de exhibirlo en un baile social, el doncel que sería mi esposo ahora comparte una alianza con otro y hasta le ha dado a luz un hijo. Me llena de felicidad el no haberme comprometido con un doncel de tan baja moral y valor —ante ello Namjoon exploto.

Se abalanzó contra el barón que aunque intento retroceder no pudo contra la rapidez del conde, fue tomado por el cuello de sus vestimentas y estando tan cerca el barón pudo notar claramente las venas del cuello del conde que resaltaba por el enojo y el ceño fruncido claro que también se deben mencionar esos ojos asesinos que incluso estaba enrojeciendo.

—Nunca se atreva a poner a mi esposo en tal categoría. Seokjin es mío, mi compañero, el padre de mi hijo y recae en mí su defensa. Ha ofendido y abofeteado no solo a mi esposo sino también nuestro honor y esta ofensa no se la dejaré impune —el barón intentó hacer que lo soltara, pero no fue posible.

—Lo reto a un duelo en una semana a partir de hoy, es la única manera en la cual puede reparar la ofensa que me ha hecho —con ello Namjoon por fin dejo ir al pobre barón quien lucía más pálido ante el reto.

—Desde ahora declaro que cualquier miembro de la casa Park tiene prohibido por completo la entrada a cualquier propiedad Kim y declaro formalmente la enemistada entre las dos familias y el único lugar en donde nos reuniremos será en el claro detrás de la iglesia parroquial para llevar a cabo el duelo —el barón solo dio media vuelta y se fue cojeando lo más rápido posible que podía.

Namjoon solo observo que las sirvientas estaba ayudando a Seokjin entonces decidió irse.

Seokjin aun siendo ayudado por las sirvientas, notó cómo Namjoon se retiraba y entonces sintió como su corazón se rompió.

No entendió por qué lo había calificado como tal, pero el acto de su esposo se sentía, de esa manera, un corazón roto.

Las lágrimas salieron de sus ojos, estaba más que enamorado de su esposo.

Dios lo amaba y hasta ahora solo lo había tomado como una intensa atracción, pero en algún momento se había enamorado tanto de ese hombre que ahora sentía como su corazón estaba tan roto.

Era claro que, por lo que el barón Park dio a conocer, ya se había hecho una idea de lo sucedido. Una en donde que abandonaba un compromiso arreglado por su familia se consideraba indigno y hasta ahora entendía por qué los donceles como señoritas no realizaban tal acto.

Él había crecido, protegido y nunca escuchó de algo similar, quizás por ello se había arriesgado, por eso su hermano lo había mirado con lástima.

Él solo había manchado su honor y cuando se casó con Namjoon lo arrastro a ese oscuro lugar en donde solo él tenía que estar y, sin embargo, lo arrastro.

Ante ese hecho un llanto que intento ser silencioso se presentó rápidamente, en este punto era más que claro que Namjoon seguramente lo odiaba. El pensar, eso le estrujaba el corazón como nada lo había hecho antes.

Las sirvientas lo ayudaron a llegar hasta su habitación, en donde, cuando estas se fueron estando seguras de que al menos ya estaba más calmado, que equivocadas estaban.

Solo se aseguró que ellas se fueron inicio nuevamente con un llanto que en esta ocasión fue un poco menos silencioso, estaba en una tan mala posición que ni siquiera podría ver a su esposo a los ojos.

Dejo que sus lágrimas lavaran sus culpas.

Maldita sea, nunca pensó que en algún momento todo su control estuviera tan cerca de perderse. Había estado trabajando en el control de su mal carácter que solía ser muy espontáneo y en ocasiones podía tornarse demasiado violento.

Era algo que caracterizaba a los Kim, pero él odiaba haber heredado tal rasgo. Desde pequeño se había autoimpuesto regular su carácter e ilusamente pensó haberlo logrado. Está de más decir que se equivocó.

Todo gracias a Park Eunu.

Cuando lo vio abofetear a Seokjin perdió por completo su cordura, ese bastardo se atrevió a ir a su casa y ponerle la mano a su esposo. Maldición eso jamás dio de haber sucedido.

Su ira subió en un nivel en donde nunca espero o imagino que podía llegar, sintió como sus latidos aumentaron así como también todo paso tan lentamente.

Y cuando el bastardo intentó volver a abofetear a Seokjin su cuerpo se movió por sí solo para tomar esa sucia mano que merecía ser cortada por atreverse a tal acto indigno.

El barón no se esperó tal acontecimiento; sin embargo, cuando escuchó el sollozo de Seokjin Namjoon supo que ese hombre sería su principal enemigo.

Se había atrevido a irrumpir en su casa, en la tranquilidad de Seokjin, pero no bastándole con ello, se había atrevido a gritarle, además de haberlo tocado.

El pensar en que Seokjin no estuviera seguro bajo su techo tenso una cuerda en lo más profundo de su ser, el odio intenso, así como el deseo de venganza, se tornó en algo inconfundible e insaciable.

Se interpuso entre el barón y Seokjin porque si quería llegar nuevamente a Seokjin hubiera que pasar por él y la única forma de hacerlo era que lo asesinara porque sobre su cadáver ese hombre volvería a estar cerca de su esposo.

Intento aún controlar su mal carácter por temor a lo que podría causarle al hombre, entonces se atrevió a citar el compromiso.

Entendía por qué Seokjin había escapado y agradecía que así hubiera sido, pero cuando pensó en Seokjin casándose con ese bastardo, así como dando a luz a herederos para ese bastardo, entonces el control se rompió.

Sus ojos estaban fijos en el cuello gordo del hombre, así como su imaginación detallo sus manos alrededor de ese feo cuello, estrangulándolo. Desasiéndose de una amenaza no solo a la seguridad de Seokjin, sino también para evitar que este dejara su lado.

Los compromisos eran poderosos, y si él muriera en cualquier altercado, automáticamente Seokjin quedaba a cargo de su familia. Al no tener él familiares en la línea, Kim, entonces era claro que lo casarían con ese anciano bastardo.

Eso aumentó las ganas de deshacerse del barón, pero cuando su mente recapacitó que Seokjin estaba detrás de él, entonces decidió que lo mejor era hacerlo formalmente.

Entonces recurrió a un duelo, nadie podía culparlo por matar al bastardo de manera justa y de esa manera no asustaría a Seokjin, al menos no de la forma en la cual lo haría si estrangulada al barón en ese instante.

Cuando por fin el barón había abandonado su residencia, entonces él salió y dejó escapar un sonoro suspiro, no dejaría que notaran su poca compostura.

Luego de que tuvo un mejor control sobre sí mismo había ordenado que arreglaran todo para salir de caza, no era algo difícil teniendo en cuenta que en los límites de su propiedad se encontraba un bosque en donde se podía cazar perfectamente.

Al final de su caza tenía muchas aves, así como también un precioso siervo, y al menos estaba lo bastante tranquilo para regresar, llego hasta su habitación en donde tomo un rápido baño.

Con ropas muy informales decidió que sería buena idea ir a cuestionarle a Seokjin si se encontraba bien.

Antes había sido desconsiderado, pero no podía pararse enfrente del doncel y cuestionarle nada cuando no había podido evitar el hecho aun estando en su propia casa.

Cuando sus nudillos tocaron la puerta segundos después escucho el movimiento en la habitación y entonces Seokjin abrió la puerta de su habitación.

El doncel estaba en camisón y Namjoon supuso que estaba listo para irse a dormir, con el cabello levemente revuelto; sin embargo, notó sus ojos un poco rojos y asumía que sería por el llanto anterior, sin mencionar que en su mejilla se iniciaba a formar un feo morado.

—Lamento tanto no haberte protegido —los dedos de Namjoon fueron hasta la mejilla de Seokjin tocando suavemente para no lastimarlo.

—Me has protegido de maneras en las que no te imaginas —ante la respuesta y la respiración un poco entrecortada de Seokjin Namjoon podía sentir el deseo burbujear en él.

—Eres mío Seokjin, te he tomado como esposo y es mi responsabilidad proveerte de todo lo que necesitas y si hubiera atendido mis responsabilidades correctamente nada estaría arruinando tu perfecta piel —ante ello Namjoon se acercó más al doncel para supervisar más de cerca la fea mancha.

Seokjin sintió el nerviosismo en todo su cuerpo y se esforzó por quedarse tan rígido que podía parecer una de las estatuas del jardín trasero.

Observo como Namjoon parecía absorto en descubrir los colores que pintaban su mejilla.

—Has atendido tus responsabilices, he sido librado de un destino tan cruel que me atrevo a afirmar que no solo una marca adornaría mi cuerpo. Has sido mi salvación y eres un buen hombre que siempre ha tomado responsabilidades por mí, aun cuando no recaían en ti tales responsabilidades —con nerviosismo, Seokjin fue testigo de cómo Namjoon observó sus labios.

—Te deseo, Seokjin, aunque eres mi esposo, no quiero que tomes tus responsabilidades en el lecho si no es lo que deseas. Por lo cual te suplico que me hagas abandonar tus aposentos, destrózame el corazón si es necesario, doblégame con tus lágrimas o corre lejos de mí —con dichas palabras, la respiración de Seokjin se aceleró aún más y su corazón latió con más fuerza.

—No tienes idea del control que debo ejercer sobre mí mismo para no traspasar esa línea que un caballero tiene trazada, pero cuando se trata de ti, ese control se convierte en tortura, ver tus ojos que no me miran a mí, tus labios que no puedo poseer. Atentas contra mi cordura una y otra vez, pero deseo tanto que lo hagas, por lo tanto, por favor, Seokjin sácame de tal tortura inamovible o dame la estocada final en mi agonía. —Seokjin lo había mirado con esos ojos preciosos y Namjoon sabía que estaba perdido y necesitaba irse.

Se dio media vuelta porque no podía estar más junto a Seokjin sin tocarlo y su esposo no quería aquello, pero como si todo se contradijera, Seokjin alcanzo su mano causando un escalofrío en todo su cuerpo.

—Puedes tomarme, deseo que me tomes. Puedo atenderte y cumplir con tus necesidades, anhelo que lo hagas, por favor no te contengas —como una llovizna que se convierte en una fuerte tempestad, esas perfectas palabras lograron romper todo su control.

Se abalanzó y beso a Seokjin como un poseso, los labios de su doncel le parecían ahogar esa necesidad primaria que lo sometía a sus más bajos instintos.

Pero el deleite solo fue temporal, su cuerpo le pedía más y él no se negaría nada ahora que Seokjin aceptaba dárselo.

Aun besando sus labios y sintiendo el estremecimiento de Seokjin en cada movimiento se adentró a la habitación y con el pie cerró la puerta, la cual estaba más que seguro, no se abriría hasta el amanecer de un nuevo día.






Creado: 13/06/2024

Publicado: 20/06/2024

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top