09

El viaje fue tenso y lleno de silencio solo siendo interrumpido cuando Jungkook preguntaba algo, sin mencionar que era el único que no notaba lo tenso que estaba todo.

El viaje estaba siendo de los más rápido y con ese ritmo llegarían antes del anochecer y no entendía porque tenían tanta prisa, pero notando como estaba el ánimo del Conde decido mejor quedarse callado y no decir nada porque primero tenia a Jungkook y segundo no quería discutir.

Habían pasado horas y por lo que podía apreciar fuera del carruaje era claro que estaban por llegar y toda su vida cambiaria aunque no sabía si seria para bien.

Cuando por fin llegaron a la casa de campo Kim fue como si todos estuvieran agradecidos por dejar el tenso ambiente, sin embargo la situación no termino ahí porque solo colocaron un pie dentro del umbral de la casa notaron como Namjoon se colocaba en postura más recta de la que podía tener.

—Refrésquense y estén presentables para la cena, tenemos invitados —dicho eso el hombre rápidamente salio de la vista tanto de su hermana como de su ahora doncel.

Seokjin tomo de la mano a Jungkook para ayudarle iniciar su camino hasta su habitación por lo general el pequeño quería ir siempre solo y siendo el primero, pero ahora como si intuyera que su padre lo necesitaba este se dejó llevar dócilmente.

Hyo-ri solo negó ante la actitud de su hermano, pero no dijo nada más y decidió ir mejor a refrescarse para la noche que le esperaba.

El comedor estaba silencioso y el sonido de los cubiertos utilizados era lo único que se escuchaba, se podía decir que un funeral era más alegre que la cena que el Conde estaba ofreciendo.

La cena en realidad no era una cena que se hubiera ofrecido de buena manera, sin embargo era necesario realmente, en la cena estaba el padre de la iglesia quien miraba a toda la familia con esos ojos de maldad.

Los empleados no podían escuchar nada en el comedor y una parte estaba cerca atrás de las puertas intentando escuchar que sucedía, todos estaban tensos por lo que había sucedió con el pequeño Jungkook y Seokjin.

Todos apreciaban al doncel, era alguien dulce y los trataba bien aunque era evidente que era de un rango mayor que ellos eso no causo que los tratara de manera despectiva o cruel.

La tensión que se vivía era impresionante porque hasta los empleados la podían sentir, de un momento a otro se escucharon voces en diferentes tonos sin embargo en un punto en donde la conversación estuvo en su apogeo se escuchó una voz más alta que los demás.

Para los empleados era claro que la voz que se escuchaba por sobre el resto era la voz del Conde, con esto la habitación había quedado en silencio y cuando los empleados habían sentido todo se había terminado.

La puerta dio un portazo estrepitoso que seguramente todos en la casa lo escucharon, las bisagras de la puerta temblaron y aun después de haber sido azotada aún quedo temblando aunque estuviera cerrada.

El enojo que tenía Namjoon era inigualable, podía jurar que nunca en su vida había estado tan enojado como en ese momento. La cena había sido un absoluto y rotundo fracaso.

El señor religioso había estado enojado por no considerarlo para llevar a cabo la boda, una vil mentira porque él sabía que estaba enojado por atreverse a llevarle la contraria, era más que claro.

El sobrino del mencionado había estado casi toda la cena observando a Seokjin y eso le había crispado todos los nervios, cuando el ambiente pareció relajarse un poco y se iniciaron a realizar comentarios casuales, el hombre que de religioso no tenía nada a su parecer había mencionado que debían de entregar a Jungkook porque el matrimonio no tenía nada que ver con el pequeño.

Había sido claramente un acto vil que quisieran alejar a Jungkook de su padre porque sin importar que el pequeño no llevara la sangre de Seokjin este era su padre. Como era de esperarse había estado más que encantado de mencionar el nuevo estatus de Jungkook.

El caos se había desatado con esa simple información, el hombre que cuidaba la casa de Dios y se suponía debía de ser un ser bondadoso y amable había cambiado su semblante.

La ira que había demostrado el hombre había sido entretenida, sin embargo cuando inicio a hablar acerca de situaciones fuera de lugar había tenido que poner orden y la situación no fue favorable, dando como resultado que el señor religioso saliera airado del lugar junto con su sobrino.

La noche no había sido tan mala al menos a su consideración o eso había sido cuando observo que Seokjin se dirigía a su antigua habitación, se había irritado. Se habían casado, lo que les daba el derecho de dormir juntos en la habitación principal, sin embargo su doncel había actuado como si fuera una plaga porque rápidamente se había dirigido a la habitación que siempre había estado ocupando.

Eso agrio su noche, estaba claro que Seokjin no sentía ninguna atracción hacia él, sin embargo que lo demostrara tan abiertamente le enfadaba, si, se habían casado por obligación en motivo de proteger a Jungkook, sin embargo hasta los matrimonios concertados tenían cierta intimidad y respeto.

Pero al parecer eso no sería en su matrimonio y saberlo era una gran frustración, además debe de aceptar que no toda la frustración venía de las acciones de Seokjin, gran parte de su reticencia era por sus propias acciones y en realidad estaba justificando las acciones de Seokjin de despreciarlo por cómo había sido tratada la situación.

Por situación se refiere a la boda que compartieron, bueno si a eso se le podría llamar una boda. Claro que hubiera deseado tener una boda como se merecía Seokjin, aunque la boda se suscitó a raíz de proteger a Jungkook.

Era consciente de que la razón por el cual la boda se llevaba a cabo no era ningún motivo para la precaria boda que mantuvieron, pero las circunstancias no estuvieron a su favor. Lo ideal hubiera sido celebrarla en su región, había más variedad de donde escoger el vestuario ideal de Seokjin y tener al menos invitados decentes así como una ceremonia adecuada.

Hubiera sido lo ideal si no fuera por el simple hecho de que la única persona que podía casarlos y bautizar a Jungkook como su hijo era quien quería alejarlo de su padre. Incluso si hubieran optado por tener a alguien diferente el rumor hubiera corrido y existía la posibilidad de que el asunto del pequeño fuera más rápido lo que los llevaría a un Seokjin con un corazón roto por perder a su hijo.

Ese fue el motivo para haberse trasladado al pueblo más cercano el cual solo tenía una sastrería y una iglesia en decadencia, el tiempo era crucial y la boda fue horrible, lo dijo, realmente había sido horrible.

El lugar era horrible e incluso las flores lucían fuera de lugar sin mencionar que el único traje de novio que habían encontrado para Seokjin era tan anticuado y lo hacía lucir fatal, el polvo que parecía ser parte del traje y que a pesar de tantas sacudidas no cedía era espantoso.

El olor del polvo se le había metido en las fosas nasales y el olor a humedad era terrible, el sacerdote que los unió en sagrado matrimonio estaba tan cerca de ver al creador que temió que dejara la ceremonia inconclusa.

Tenía una mata de cabellos blancos escasamente peinados, la sotana estaba en perfecto estado a pesar del lugar y ese sentimiento de austeridad, las manos eran huesudas y podía decir que incluso podrían lastimarse por el peso del santo libro que sostenía.

El cuello de la sotana se veía húmedo y enseguida se sabía que era por el sudor del sacerdote, sin mencionar que aunque su voz era lo suficientemente fuerte para que lo escucharan durante la ceremonia lo había escuchado aclararse la garganta y detenerse unos segundos por la falta de aliento.

Seokjin se había visto hermoso aunque desde hacía tiempo había aprendido que el doncel se veía siempre espectacular sin importar nada y en esa ocasión lo confirmo, habían intentado conseguir un ramo para al menos tener algo lindo en la boda y no obtuvieron ninguno ¿Quién podría decir que todo lo relacionado con bodas y donceles fuera tan difícil de encontrar? Al final era claro que se tendría que realizar la ceremonia sin uno.

Había tomado de la tierra unas flores y esas sirvieron para ser el ramo de Seokjin, Namjoon puede decir que esa fue su peor decisión porque las malditas flores atrajeron a pequeños moscos que estuvieron como testigos de la boda más precaria de la historia.

Era su culpa, era más que claro. Debería haberle podido dar a Seokjin la boda que se merecía, un hermoso traje que lo hiciera lucir más perfecto, un precioso arreglo de flores entre sus delicados dedos, invitados que presenciaran su felicidad.

Si fuera su elección perfecta seria en la tarde cuando los rayos del inicio del anochecer presenciaran su unión, pero al final resulto que lo único que pudo darle fue polvo, humedad y mosquitos.

Soltó un gruñido e inicio a quitarse la ropa lazándola a cualquier parte despreocupadamente, odiaba dormir con todo lo que acumulaba durante el día así que se dirigido hacia el baño en donde como todas las noches encontró agua y algunos paños.

Darse un baño durante la noche era tedioso y largo por lo cual optaba por una limpieza más rápida aunque no por ese hecho menos efectivo, cuando termino se ha dirigido a su cama y se metió en ella.

Siempre dormía sin ninguna pieza de ropa, no tenía vergüenza alguna además tenía un buen cuerpo para enseñar, cuando estuviera en su vejez y tuviera algo que ocultar entonces lo haría.

Estando en su cama se preguntó si así sería su matrimonio, solitario, frío y lleno de arrepentimientos. Por la manera en la cual se estaba manifestando era claro que sí.

Quizás debería de hablar con Seokjin sobre lo que esperaba del matrimonio, no podían deshacerlo así que solo tenían la opción de seguir adelante. Esperaba que al menos Seokjin estuviera dispuesto a brindarle compañía en su solitaria vida de noble y aunque sea esporádicamente placer carnal.

No le pediría hijos o le daría el gusto de tenerlos porque en su caso no era algo que fuera posible, había tenido un accidente cuando era prácticamente un niño que en donde quien se llevó la peor parte fue su parte inferior y lo tuvo confiando varias semanas en cama.

Desde ahí el doctor le había dicho a su padre que sería sumamente difícil que pudiera tener algún descendiente, los golpes tan fuertes en áreas tan sensibles creaban esa clase de problemas.

Su padre había estado decepcionado no solo por no haber tenido el cuidado necesario para tener un accidente tan aparatoso sin mencionar que tendría terribles consecuencias, su padre paso años recriminándole que pusiera fin al gran legado de los Kim y que solo su hermana podría continuarlo y eso era terrible porque no llevarían su apellido.

Creció con ese estigma y después de la muerte de su padre Namjoon estaba consiente que el legado de los Kim terminaría con él. Ahora no era algo que le quitara el sueño aunque quizás existiera esa leve desesperanza al imaginar que hubiera podido tener una familia con Seokjin.

Sacudiendo la cabeza dejo esos pensamientos, desearlo no lo haría realidad tampoco los haría felices, así que eran inútiles.

Los rumores eran extraordinariamente absurdos y rápidos, todos tenían una versión de lo que había sucedió y lo que estaba sucediendo en la residencia Kim, se iniciaba por el hecho de que los rumores eran variados así como también absurdos para quienes sabían la verdad.

Había algunos rumores que decían que ellos se habían enamorado y habían realizado un viaje de escape para casarse estando consientes las diferencias sociales entre ellos, otros decían que Seokjin había sido un buscador de oro que se había labrado el camino hasta el lecho del gran Conde y se había asegurado un matrimonio.

Estaban aquellos que aseguraban que en efecto se casaron por un heredero que vendría en camino, dejar al primogénito desprotegido era una vergüenza para las casas nobles por eso el Conde se había casado con Seokjin.

Había tantos rumores de los cuales elegir, en donde iban desde el amor verdadero hasta poner al doncel como un cazador de fortuna. Incluso el Conde había llevado gran protagonismo en algunos que aseguraban que la belleza de Seokjin lo había cautivado al punto de tener un amor insano y sobrenatural sobre el pobre doncel, todos tenían su ración en el asunto.

Era la gran noticia de la cual todos hablaban creando teorías que eran inéditas, hubo una que tanto Seokjin como Namjoon quienes estaban al tanto de los rumores se sorprendieron. Se decía que Jungkook era hijo del mismísimo Conde y de Seokjin.

Este rumor era muy bien estructurado y fantaseado, se decía que ellos mantuvieron una relación secreta y que el Conde había deshonrado al doncel, donde concibieron a Jungkook. Un matrimonio en esas circunstancias era más que obvio, pero según los rumores el padre de Seokjin se habría negado a cualquier alianza con los Kim.

Entre ese rumor se decía que las familias de ambos tenían grandes conflictos por lo cual Seokjin tuvo que huir de su noble y cómoda familia, había dado a luz en secreto a Jungkook y cuando este creciera lo suficiente para tener un entendimiento habían hecho arreglos.

Seokjin se había trasladado convenientemente al lugar en donde el Conde tenías casa de campo además cuando el ama de llaves se estaba retirando del trabajo convenientemente y después de ello llego Jungkook.

Era claro para quienes conocían la historia del pequeño Jungkook sabían que eso era una clara mentira, sin embargo muchos de ellos decidieron olvidar y el rumor creció con fuerza, casarse era algo que planearon con mucha antelación.

Seokjin había estado impresionado por el nivel de dedicación que algunos ponían en los rumores, muchos decían que era más que obvio al observar los modales impecables del doncel así como el hecho de que estuviera siempre tan presentable como un noble.

Habían notado hasta los detalles más mínimos y sin que nadie supiera como en realidad habían surgido rumores tan absurdos, nadie sabía que había surgido de una plática entre dos empleados del Conde.

Ambos comentaban que estaban felices al saber que su amo encontró alguien como el joven Seokjin para compartir su vida, con unos amos tan benevolentes como ellos serían felices el resto de su vida y sus hijos probablemente serían también empleados de la familia y no tendrán que preocuparle de que fueran cruelmente maltratados como lo hacían otros amos.

Todo había sido complicado con todos los rumores y muchos intentaron buscar la verdad ya sea de forma descarada o discreta tanto que solo le tomo alrededor de dos semanas para que el jefe de la familia se cansara de ellos.

Namjoon había estado furioso con las tantas solicitudes de trabajadores que intentaban ingresar a su propiedad y era consiente que no era para trabajar, sino para por fin saber que era lo que sucedía en su casa con respecto a su boda.

El lugar no estaba tranquilo hasta que tuvieran una versión de los hechos y él no estaba dispuesto a dárselas por lo cual tuvo que tomar medidas un poco más drásticas de lo que quería.

Había dejado caer breves palabras de que se iría de luna de miel y enviaría a su hermana y Jungkook con su tía, era claro que era una mentira porque había decidió que era momento de utilizar la residencia principal en la cual había vivido unos pocos años de su infancia antes de ser entregado a su tía.

Aunque su destino fuera el centro de la ciudad en donde en cuestión de días iniciaría la temporada en la que planea que su hermana fuera partícipe, aún tenía que despistar al caballero Matthews.

Cuando estuvieran en la residencia entonces tomaría el control que debía y todas las cosas se arreglarían como debió de ser desde el inicio.

Solo tenía que esperar un poco y todo estaría bien.

O al menos eso esperaba.







Creado: 01/02/2024

Publicado: 06/03/2024

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