01
Lee Seokjin era un doncel de envidiable belleza y cuna siendo hijo primogénito de un vizconde, estaba preparado en todas las áreas tanto en el hogar como en los negocios y en la política, algo nada común entre donceles aunque fueran de nobleza.
Seokjin había sido preparado no para un gran puesto, sino para ser el esposo competente de un competente caballero que le llamase la atención, el vizconde creía firmemente que tener el esposo o esposa adecuada hacía que la fortuna de un hombre aumentara.
El padre de Seokjin había despreciado a la madre de su primogénito primero no solo por haberle causado muchos estragos con su poca preparación para temas complejos en la alta sociedad así como también en el manejo de los asuntos personales y domésticos.
El vizconde Lee aceptaba que su primera esposa fue su mayor error y debe decir que hasta sintió cierto alivio al esta morir en el parto de su primogénito quien para su mala fortuna era doncel, hubiera deseado un niño para no tener la molestia de volver a casarse para poder tener un heredero hombre que obtuviera su título al morir.
El hombre a pesar de todo no alejo al pequeño doncel quien a pesar de ser un bebe era apacible solo lloraba cuando tenía hambre, necesitaba un cambio o tenía alguna dolencia siempre manteniendo en sus pequeños labios una leve sonrisa que encantaba a cualquier alma por cruel que fuera.
Seokjin apenas tenía unos meses de nacido cuando su padre se volvió uno de los viudos más cotizados en la temporada social quien rápidamente volvió a casarse con una pequeña chica presentada en sociedad, la pobre oveja apenas tenía diecisiete años y se vio casada con un hombre de treinta y cinco.
La chica a pesar de tener pocos años estaba bien preparada para ser una digna esposa y madre claro que de sus propios hijos sin embargo al casarse con el vizconde tuvo que aceptar por defecto a Seokjin quien afortunadamente era doncel y no heredaría el título.
El doncel desde su nacimiento fue delegado a nodrizas y cuando tuvo una nueva madre no fue diferente incluso niñeras fueron contratadas para el hermoso doncel.
El vizconde siempre vio con buenos ojos a su pequeño doncel quien conforme los años pasaron demostró cualidades que las cuales sus otros hijos quienes eran todos hombres carecían.
Seokjin tenía un talento innato en ser bueno en casi todo lo que hacía, bordaba de maravilla, cocinaba como los ángeles, en un periodo de prueba llevo la casa a la perfección luego de ello llevo las riendas de un grupo de hombres que manejo con ese carácter implacable que siempre lo caracterizo algo que un vizconde debía de tener se decía Lee.
Si bien el carácter y coraje de Seokjin eran cualidades admirables en un hombre para un doncel era abominable por lo que según el vizconde se aseguró de que este solo podía relucir en defender las causas de su marido nunca contra este, en pocas palabras el padre de Seokjin se aseguró de criarlo con un carácter de un gran noble con todas sus cualidades de la misma manera sin embargo sometiéndolo al yugo de su marido dejándolo a merced de quien compartirá su lecho.
Seokjin tenía la convicción de que se casaría por amor, nunca por razones políticas o algún otro motivo y si alguien planeaba hacer algo en contra de su voluntad él reaccionaria como en ese mismo momento.
— ¡Me niego rotundamente! —los ojos resplandecientes en ira de su madre lo observaban impasibles.
—No tenemos otra solución Seokjin, estamos cerca del precipicio lo único que tenemos es nuestro rango que esconde las terribles deudas que hemos contraído desde la enfermedad de nuestro padre —el vizconde había caído preso de una terrible enfermedad desde hace varios meses que lo mantenía en cama y ausente de sus responsabilidades las cuales tomo el hijo mayor Lee Manwol el primer hijo varón.
— ¿De quién es la responsabilidad? —la ira reflejada en el rostro de Manwol le daba a entender que no debía de seguir con ese tipo de comentarios por muy ciertos que fueran —No seas egoísta Seokjin como el primogénito tienes la responsabilidad de ayudar a tu familia, casarte en tus circunstancias es una bendición —Seokjin siempre estuvo consciente de que su madre le tenía cierto nivel de desamor, pero esto era el límite.
—Como has dicho mis circunstancias no son idóneas lo ideal sería que uno de mis hermanos especialmente Manwol fuera quien se casara o buscara soluciones más realistas no solo sentarse a socializar causando rumores —plaf la mejía le ardió con furor gracias a la fuerte impacto de la mano de su hermano en su mejía.
—No estoy pidiendo tu consentimiento te casarás con el barón quien a pesar de todos tus defectos mantiene un fuerte afecto a lo que resta de tu escasa juventud desperdiciada, es hora que aceptes cuál es tu lugar realmente —Manwol se retiró y el doncel estaba casi seguro que era para hacer el contrato matrimonial.
—Me encargaré de los preparativos de la boda para que todo sea de agrado del barón, busca a una de las sirvientas para que te dé la preparación de la noche de bodas —la mujer que le dio la vida lo miraba como si fuera algo menos que desperdicios de cerdo —Complace al barón, Seokjin toma los consejos de la servidumbre porque debes de abrirle bien las piernas a tu marido eso es a lo que los asquerosos donceles son relegados, tesoros en la cama de un hombre y basura accesible fuera de ella —los ojos se le llenaron de lágrimas antes las palabras de su madre quien también se retiró.
Sus hermanos y su madre nunca lo había tratado demasiado bien, pero se limitaban a palabras despectivas sobre su físico o aptitudes algo leve a lo que estaba acostumbrado sin embargo esas crueles palabras de su madre de alguna manera lo hicieron ver su realidad la cual había querido evadir.
Su padre estaba limitado en realizar sus funciones y desde que Manwol se encargó su madre se encargó de tener lujos que antes su padre no permitía desmesuradamente además los malos manejos de su hermano los estaban llevando al borde.
A los empleados de la casa se les debía el sueldo de dos meses, algunas necesidades de su madre como ir a comprar lujosas telas para sus elaborados vestidos se vio reducida en gran medida y aunque en las apariencias se mantenían como una familia noble y rica en realidad solo eran nobles y pobres incluso el doncel se atrevía a decir que el cocinero era más afortunado que su familia.
La propuesta del barón era muy oportuna, demasiado a decir verdad el doncel estaba consiente que el barón aunque estaba por debajo del rango de su padre no dejaba de ser nobleza además el lord había recibido una gran herencia de parte de un pariente lejano.
Seokjin contaba con veinticinco cumpleaños y era considerado un eterno solterón, había pasado sus tres años de sociedad exitosamente soltero y sabía que a su padre no le importaba tal hecho más teniendo conciencia que envejecía y que los demás hijos engendrados tendrán responsabilidades con sus familias así que él sería lo suficientemente perfecto para cuidarlos en sus días de vejez y carencias.
La temporada social estaba solo a unos pocos días de suceder lo que quería decir que se casaría en las primeras semanas de esta un golpe para las jóvenes solteras al ver como un doncel de más de veinte años se casaba antes que ellas.
Claro estarían verdes de envidia hasta que conocieran al otro novio, el barón era todo menos de su agrado por los cielos era como su abuelo.
En sus sesenta y cinco años el barón había sido padre de tres mujeres, dos donceles y un único heredero para su título quien desafortunadamente había muerto en un terrible accidente mientras montaba.
Según los rumores el barón había asesinado a su esposa quien ya no podría proporcionarle herederos, pero ante los demás había muerto de la pena de la muerte de su hijo, solo dejo que el tiempo de luto terminara para que este iniciara a la búsqueda de quien le diera herederos.
Un estremecimiento lo recorrió al recordar cómo días atrás un doctor lo había revisado por órdenes de su madre había comprobado su fertilidad el viejo granuja no se arriesgaría a proponerle matrimonio si no tuviera un vientre fértil donde dejar su simiente.
Era un doncel mayor condenado a la soledad con una familia en declive, pero con un vientre fuerte y fértil no se necesitaba ser más inteligente para saber por qué la prisa en casarse.
Mientras más rápido se casaba más rápido se podría embarazar y en caso de ser un doncel o mujer él era joven para concebir hasta tener como mínimo dos hombres fuertes para continuar la línea de sangre.
Con desespero ingreso a su habitación cerrando fuertemente la puerta en un azote que se escuchó en toda la casa porque estaba furioso y asustado como el infierno, el barón Park no solo carecía de juventud sino que también de amabilidad y encanto.
Con un metro setenta y sus canosos cabellos grasientos era repulsivo, caminaba con ayuda de un bastón que se sorprendía que no se rompiera al apoyar todo su peso que debe mencionar no era poco, el hombre era grasoso en todos los aspectos con un estómago abultado que colgaba y casi salía de entre sus ropajes además tenía esos dientes amarillentos de tanto fumar sus famosos puros italianos y tomar whisky de su reserva especial.
Solo de pensar en ser su doncel le causaba repulsión, en pensar en verlo completamente desnudo o peor aún que él lo tuviera que desnudar, ni imaginarse de albergarlo en su interior múltiples veces porque a pesar de su edad el viejo parecía tener lujuria como un fuerte caballero joven.
Seokjin no era tonto él había notado como el barón dentro de su terrible luto había visitado a su padre múltiples veces poniendo de excusa su salud y que eran íntimos amigos cuando solo se saludaban por cortesía.
En cada una de las visitas el hombre siempre lograba verlo de alguna manera al principio no le dio importancia en cómo se mostró complacido cuando él lo atendía en ausencia de su madre o como elogiaba las habilidades adquiridas comentando siempre que hubiera sido un digno esposo, pero que quizás no era el momento adecuado cuando fue presentado en sociedad.
Disparates se dijo el doncel sin embargo cuando el pillo al hombre recorriendo su cuerpo con lujuria y determinación supo que las cosas podían volverse tensas y lo confirmo en encuentros posteriores.
Siempre que le entregaba una taza de té este le rozaba los dedos y se tomaba atribuciones que aunque eran mínimas ahí estaba incomodándolo, dándole un aviso, pero esto lo comprendió hasta tiempo después cuando estando tan absorto en bordar que no noto la presencia del barón y cuando lo hizo lo sorprendió observándolo, lamiéndose los labios que ni siquiera cuando sus ojos se encontraron trato de esconderlo es más incluso le obsequio una sonrisa de amarillentos dientes.
Estaba decidió él no se casaría con el vejestorio ese, no tenía motivos para hacerlo sabía que su padre no pestañearía en obligarlo estando en la misma situación sin embargo no era su padre quien lo exigía sino su hermano y su tirana madre, esta vez sería egoísta su hermano y su madre habían causado la situación que ellos lo resolvieran.
Eligio la ropa con cuidado de elegir las más gastadas y las más empobrecidas, iniciaría una vida lejos de sus tormentos y aunque le tuviera afecto a su padre tampoco se quedaría por el quien todos esos años solo observo sin decir una palabra o intervenir.
Cuando tenía todo listo para huir salió a hurtadillas de la casa soltando un chillido cuando alguien lo sostuvo de la muñeca haciéndolo regresar en sus propios pasos.
— ¿Estás demente Jin? Mamá te conoce lo suficiente para saber que te escaparías han doblado los cuidadores para evitarlo —el doncel solo bajo la cabeza dejando salir lágrimas de impotencia como siempre se limitaba a hacerlo.
—No quiero esto no pueden obligarme a hacerlo, el barón me causa repulsión —unos brazos lo tomaron escuetamente en lo que se suponía era un abrazo —Pueden obligarte y lo sabes aunque no sea correcto, yo no estoy de acuerdo con este enlace, pero piensa que si escapas no tendrás apoyo de tu familia y muy posiblemente serás repudiado y objeto de habladurías sin embargo no importaría si eso deseas ¿Escapar es lo que realmente deseas pequeño Jinie? —el doncel solo le sonrió con los ojos aguados y asintió logrando que su hermano soltara un suspiro.
—Eres mi único hermano doncel y lo único que puedo desear es tu felicidad, aunque esto no esté bien en las normas sociales —Seokjin lo observo expectante, pero sabía que lo ayudaría como siempre, él lo haría —Regresa a tu habitación y mañana haces todo con normalidad te veré detrás de la panadería no lleves nada —el doncel solo asintió confiando en su hermano en el único que consideraba uno verdadero.
—Gracias Hoseok —el hombre solo le asintió arrebatándole lo que llevo consigo para su huida y dirigió su camino.
Seokjin no estaba al tanto de porque su hermano menor el último de todos los Lee se había mudado de la residencia así como tampoco él porque era recio a visitarla, su hermano siempre estaba en tensión cuando estaba en casa desde que se mudó y siempre lo observaba como si fuera un pequeño frasco de vidrio frágil.
El doncel podía decir que Hoseok era el único hermano al que quería desde pequeño siempre lo había protegido interponiéndose en los golpes que Manwol le daba muchas veces, el joven de radiante sonrisa se llevó muchos golpes para salvar a su hermano doncel.
Siempre le daba galletas de miel que tenía prohibido comer y cuando no entendía sus respectivos deberes siempre acudía a Seokjin quien tenía más experiencia y era más inteligente, Hoseok siempre reconoció el potencial de Seokjin y el talento importándole muy poco que fuera un doncel.
El de cabellera negra solo deseaba que su hermano fuera feliz y si eso era escapando de la boda con el barón y haciendo una nueva vida lejos de ellos él se lo cumplirá.
Creado: 02/01/2023
Publicado: 25/03/2022
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