4. Olivia
Nos detenemos cuando vemos movimiento.
-Rinofantes-Dice Nico señalandolos-Son pacíficos, los he visto trabajando en los campos
Recuerdo haber leído sobre ellos.Los rinofantes son unas criaturas de pelaje grisáceo de tres metros de altura y cinco de largo. Se caracterizan por tener cuatro patas robustas, dos trompas prensiles, un cuerno y dos colmillos. Son vegetarianos, se alimentan mayormente de las hojas de los árboles, pero también comen hierba. En los campos de Riocca se usan para transportar cargas pesadas, con su fuerza tiran de carretas llenas de rocas y con sus trompas son capaces de transportar los troncos más pesados que nos llegan desde Pinion. Había oído que todavía quedaban rinofantes salvajes al noroeste y al sureste, pero nunca había visto ninguno, todos los que he visto llevaban arnés
-No creo que estos Rinofantes sean pacíficos -Dice Sandi, que al igual que yo se ha dado cuenta de las marcas que tienen.
La manada de rinofantes que tenemos delante se compone de tres hembras, dos machos y dos crías. Se les puede diferenciar por la largura de sus colmillos, las hembras los tienen más cortos. Los machos están marcados con cicatrices por todo el lomo, son claros supervivientes de la lucha salvaje. Uno de ellos, el más mayor, tiene el cuerno partido. Una pena porque no podrá sobrevivir sin defenderse
Avanzamos con sigilo, no nos gustaría llamar su atención. Si los rinofantes nos consideran enemigos nos dará igual cuánto corramos, ellos nos perseguirán hasta lograr aplastarnos. Todos están rodeando a las crías instintivamente y las protegerán con su vida si hace falta. Los rinofantes no tienen muchos depredadores, son amigos de casi toda la fauna de Riocca o al menos eso recuerdo de los libros.
Al rededor de ellos pastan tranquilamente unas zebras y unas jirafas. Me fijo en ellas, ya que si ellas se mueven alertarán a los rinofantes y empezará la persecución. Seguimos avanzando despacio, cada paso que damos es un crujido de pajas y palos bajo nuestros pies, pero por suerte nada consigue alertar a los animales que siguen pastando tranquilos. Nosotros continuamos nuestro camino haciendo el mínimo ruido posible y logramos dejarlos atrás.
-¿Dónde estamos?-Pregunta Sandi en una pausa de hidratación
-¿Por qué me lo preguntas a mi?-Digo tras tragar un trozo de pera
-Tu tienes el mapa-Dice Nico señalandolo
-Que yo lleve el mapa no significa que sepa orientarme-Me rio-Os recuerdo que suspendí geografía
Todos nos reímos, la verdad es que estamos cansados y casi está anocheciendo. Saco el mapa e intento orientarme. Sandi se acerca y mi hermano también. Nos hemos parado a descansar en una llanura, junto a unas rocas. Hemos descolgado nuestras mochilas y hemos comido una pieza de fruta cada uno. El agua empieza a escasear y eso me preocupa ya que todavía nos queda mucho viaje, menos mal que las peras y los melocotones nos dan ese agua que nos empieza a faltar.
Ojeo el mapa, no se bien dónde estamos pero sé a dónde debemos dirigirnos
-Según el mapa, si seguimos recto unos metros más nos encontraremos con el río de Gota-Digo señalándolo-Debemos bordearlo para llegar a Vulcano
-Podríamos atravesar el río, sería más rápido- Dice Sandi
Asiento.
-Podemos intentarlo-Digo
Pero para atravesar un río primero debemos descansar. A nuestro alrededor se pueden ver los campos florales. Las margaritas, amapolas y lavanda lo inundan todo con sus colores y sus olores. Es bonito, muy bonito, esto no se ve desde casa. "A mi madre le encantaría", pienso. Podríamos acampar aquí
-No es mal sitio para pasar la noche-Digo sugiriendolo
Sandi se queda mirando a los alrededores y asiente
-No creo que esta noche llueva- Dice -Y esta roca puede refugiarnos del aire y del frío nocturno
Nico se encoge de hombros, le parece bien, a mi hermano todo le parece bien. Decidido. Sacamos las mantas térmicas de la mochila, es lo único que tenemos, nos apoyamos contra las rocas y nos las echamos encima. Solo hay dos, por lo que Nico y yo compartimos una. No será la mejor noche del mundo que pasemos y no creo que duerma mucho, pero este viaje no es para disfrutar por muy bonitas que sean las vistas en este momento.
Me quedo mirando las amapolas pensando en mis padres. "¿Dónde pensarán que estamos? ¿Habrán notado que nos hemos ido?" Seguramente mi madre estará histérica buscándome, incluso habrá ido a la línea fronteriza de Arenase pensando que tal vez me encontraría allí con Sandi. Mi padre estará enfadado, tendrá que dar explicaciones a la escuela y seguramente el director y gobernador Banner estará esperando a que aparezcamos para ponernos una sanción. Yo seguramente acabaré en las cuevas de nuevo, solo espero que mi hermano no tenga que pasar por eso.
Miro a Sandi, no sé que estará pensando y tampoco sé lo que harán sus padres al darse cuenta de que no está, tal vez piensen que se ha perdido en las dunas ya que eso está ocurriendo cada vez más.
Debemos conseguir que esta misión tenga éxito. Iremos hasta Bahair y les contaremos lo que Esfire esta haciendo con las regiones, no les quedará otra cosa que ayudarnos. "Tal vez no haya nadie en Bahair y esta misión no tenga sentido" pienso y al instante lo elimino de mi mente. Hay gente en Bahair, lo sé, lo siento, tiene que haberlo. "¿Y si no quieren ayudar? Tal vez ellos sabían lo que pasaría y por eso decidieron alejarse". Intento no hacerle caso a esos pensamientos, si encuentro a alguien en Bahair haré lo que sea necesario para que nos ayuden, quieran o no.
Al cabo de un rato noto como mi hermano se resbala fuera de la manta termica y peligrosamente hacia el suelo. Le acerco contra mi para arroparle mejor.
-Gracias-Dice somnoliento-Por dejarme venir, eres la mejor hermana del mundo
Se mueve colocando la cabeza en mi hombro y vuelve a roncar como si no hubiera pasado nada. Sonrío, él si que es el mejor hermano del mundo. Es tan pequeño y está creciendo tan rápido que me asusta. Dentro de un año cumplirá los 14 y no sabemos si se le despertará el don o no. Me gustaría que si para que su vida cambiara, pero por otro lado me gustaria que no, para que siga a mi lado y pueda protegerle. Con ese pensamiento me quedo dormida.
Cuando me despierto veo que Sandi ya está de pie recogiéndolo todo
-¿Te he despertado?-Pregunta-Lo siento
-No, no-Digo yo estirándome-¿Qué hora es?
Mi hermano no esta a mi lado y empiezo a preocuparme al no verle cerca.
-¿Dónde esta Nico?
-Tranquila-Dice Sandi-Necesitaba ir al baño y quería intimidad, está tras esos árboles de allí
Miro hacia donde señala Sandi y logro verle de espaldas, por su estatura y su pelo castaño casi se camufla con el tronco del árbol, el uniforme de la escuela es lo que le delata. La camiseta gris a rayas y los pantalones también grises con una raya roja y verde en medio. Inconfundible.
-Nico-Le llamo-Vamos
-Ya voy, ya voy-Dice él mientras viene trotando
Ayudo a Sandi a colocar todo dentro de las mochilas y nos ponemos en marcha de nuevo. Al cabo de un buen rato dejamos los campos florales atrás. Ahora estamos en un prado, la hierba esta alta, noto algo raro y me giro
-Eso me suena-Digo señalando un abeto con una rama retorcida-Creo que lo he visto antes
-Es un abeto, es normal que lo hayas visto antes-Dice Sandi mirando el árbol-Hay por todos lados
Lo dejamos pasar, puede que me haya equivocado, y seguimos caminando. Solo llevamos un día y medio de viaje y estoy cansada, las comodidades de una casa no se encuentran en campo abierto. Extraño mi cama y darme una ducha caliente, tengo el vestido lleno de tierra y hojas por haber dormido en el suelo. Nico y Sandi están igual, cansados y doloridos, aunque Nico muestra una mirada entusiasmada. Desde siempre le ha gustado las aventuras, recuerdo los campamentos a los que le mandaba papá y de los que él volvía con moratones y una sonrisa en la cara. Decía que había aprendido muchas cosas y que nos las enseñaría cuando fuéramos de acampada. Nunca fuimos. El trabajo no nos ha dejado mucho tiempo libre desde entonces, mi padre es el que más horas hace pero todos volvemos agotados a casa todos los días.
Seguimos caminando por el inmenso prado hasta que Sandi se para
-Mirad allí-Señala a lo lejos
-Rinofantes-Digo yo -¿Otra manada?
-No lo creo-Dice ella-Son siete, tres hembras, dos machos y dos crías
Me fijo. Tiene razón, también están las zebras y las jirafas pastando alrededor, parece que no se han movido desde que nos fuimos hace horas.
-Hay uno con el cuerno partido, Vi-Dice mi hermano
-Estamos andando de vuelta-Digo poniendo en alto los pensamientos de todos
-¿Qué hacemos ahora?-Pregunta mi hermano
-Darnos la vuelta lentamente sin llamar la atención-Dice Sandi- Y volver por donde hemos venido
Eso hacemos, nos giramos y seguimos andando durante unas horas más hasta que necesitamos parar para beber agua. Yo aprovecho para hacer inventario. Nos quedan cinco melocotones, dos manzanas, siete peras, un puñado de nueces y media botella de agua. Nico coge una pera, ya no son siete sino seis.
Cojo el mapa intentando averiguar dónde estamos. Volver a ver a los rinofantes me ha desorientado. Calculo que estamos cerca del río, pero no consigo oir el sonido del agua todavía y tampoco puedo ver la negrura de las tierras de Vulcano. Estoy perdida, lo admito, pero si lo digo en voz alta estaremos todos perdidos y cundirá el pánico. "Aclárate,Olivia", me digo mentalmente mientras miro el mapa. Sandi parece haberse dado cuenta y se acerca
-¿Algún problema?-Pregunta
-En teoría-Digo yo
-Bueno...-Dice ella antes de que acabe
-En teoría-Repito- Estamos aquí
Señalo un punto en el mapa
-Y si vamos hacia allí deberíamos encontrarnos con el río en unos kilómetros
-Y..-Dice Sandi animándome a continuar
-Y..-Digo yo- Tendríamos que estar escuchando el agua ¿Tu la oyes? Porque yo no
Sandi se queda en silencio poniendo oreja y al cabo de unos minutos niega con la cabeza. Se chupa un dedo y lo estira al aire
-Tampoco hay humedad en el ambiente-Dice
-¿Qué hacemos?- Pregunto
-Vamos a seguir el mapa-Dice-Si nos desviamos es cuando acabaremos perdidos.
Asiento y seguimos andando. Lo que me gustaría poder tener una brújula.
-Vi-Dice Sandi que volvía de mear tras unos arbustos-¿Eso que se mueve allí son los puñeteros rinofantes de nuevo?-Pregunta señalando a lo lejos
-Mierda-Digo-Si que lo son
-¿Cómo es posible?-Pregunta mi hermano -Los hemos dejado atrás dos veces
-¿Estamos andando en circulos?-Pregunto yo
Estamos confusos, es la misma manada de rinofantes. Siete miembros, tres hembras, dos machos y dos crías. Ahora hay menos zebras y jirafas alrededor, pero sabemos que son los mismos porque vemos el cuerno partido del rinofante más mayor. No sé que hacer, estamos andando en circulos cada vez más agotados y sin avanzar. A este paso no llegaremos a Bahair, moriremos aquí, sin salir de Riocca y todo por mi culpa. Si yo no me hubiera empeñado en este viaje ahora mi hermano estaría feliz en su huerto con sus hortalizas y Sandi tal vez hubiera encontrado una pepita de oro, lo que sacaría a su familia de la situación en la que están. Yo me podría haber quedado recogiendo naranjas y ahora no estaríamos perdidos en medio de este prado junto a los malditos rinofantes.
-Vi-Dice mi hermano acercándose
He empezado a llorar y se ha dado cuenta
-Todo es culpa mía, Nico-Digo-No teníamos que haber venido, os he obligado a acompañarme y ahora moriremos todos aquí
-A mi no me ha obligado a venir nadie-Dice Sandi- Y no vamos a morir aquí, solucionaremos este problema. Tú lo harás, eres más lista que cualquiera que haya visto en Terras
-No puedo, Sandi- Digo-No sé dónde estamos, estamos perdidos
"No puedo hacer nada para salvarnos al igual que no pude pegar al niño que pegaba a mi hermano", pienso. "Soy débil, soy de Riocca, este es mi sitio y debo conformarme, debo volver a casa"
-No- Chillo con todas mis ganas cayendo de rodillas
-Vi-Dice Sandi-Vi ¿Qué estás haciendo?
Tengo los ojos cerrados pero los abro para mirarla y lo que veo es un montón de rocas y piedras suspendidas en el aire.
-¿Qué estas haciendo?- Vuelve a preguntar Sandi
"¿Estoy haciendo yo esto?" Me pregunto a mi misma "¿Cómo es posible?" Me levanto y eso hace que las rocas y piedras que estaban suspendidas caigan de golpe provocando nubes de polvo y tierra. No podemos ver nada y al principio nos quedamos quietos, pero si podemos escuchar y lo que oimos nos pone los pelos de punta. Un ruido constante de pisadas, algo se acerca y rápido. Lo sentimos bajo nuestros pies, la tierra se mueve y vibra, parece un terremoto. Los rinofantes han comenzado la persecución y cuando nos damos cuenata echamos a correr como locos
-Corred-Digo chillando por encima del ruido
Sigo sin ver nada, no sé por donde voy ni donde esta Sandi o mi hermano. Sólo puedo correr confiando en que todos corremos en la misma dirección. El vestido me incómoda al correr y tengo miedo de caerme y acabar aplastada. Lo recojo con mis manos torpemente y corro lo más rápido que puedo. Puedo oir a Sandi por mi derecha, también esta corriendo como loca. No veo ni oigo a mi hermano
-Nico-Chillo-¿Dónde estás?
-¿Olivia?-Chilla Sandi al oirme y viene a mi encuentro
Los rinofantes nos siguen persiguiendo, ahora puedo verlos. Dos hembras y un macho, se han dividido. No quiero pensar que los demás persiguen a mi hermano.
-Mira-Dice Sandi señalando al frente-El río
-Por fin-Digo-Podremos despistarles allí
-¿Dónde está tu hermano?-Pregunta
-No lo sé-Niego con la cabeza-No le veo
Seguimos corriendo unos minutos más hasta que llegamos al río. Sandi y yo nos metemos dentro sin pensarlo dos veces. Está frío, muy frío y comenzamos a nadar para cruzarlo lo antes posible. No es fácil, mi vestido se me ha pegado completamente al cuerpo y con la mochila en la espalda me cuesta avanzar, pero sigo nadando. Los rinofantes se han parado, no cruzarán el río. Estamos a salvo, o eso creo hasta que me doy cuenta de que hay algo en el agua chapoteando, parece una persona.
-¿Nico?- Pregunto
Me acerco nadando y compruebo que efectivamente, es mi hermano y se está ahogando.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top