Capítulo 3
Editado: 10/ 07/ 2021
Deseo de morir
[Enfermería de la torre principal]
Con una inhalación profunda, el castaño de cara pintada abre los ojos para incorporarse con prisa, delante suyo se muestra una castaña de coletas que, aunque sorprendida, se limita a dirigirle una sonrisa mientras lo sujeta por el hombro.
—Tranquilo Kankuro, todo está bien, —aparta la mano para servir un poco de agua —solo se desmayaron por la inestabilidad de su chakra.
Entre su atontamiento dirige la mirada sobre la cama en la cual tratan a su hermana, la joven de rubios cabellos permanece con el ceño fruncido entre un tormentoso sueño mientras es tratada por la médica ninja principal de la hoja, Sakura inhala profundamente moviendo el lugar sobre el cuál aplica la curación de chakra.
—No... —quitándose las cobijas, baja las piernas de la cama —no lo está, —comienza a levantarse —Gaara se encuentra solo y perdido en medio del desierto, nada se encuentra bien.
Sakura eleva la mirada con dureza hacia la castaña de coletas, que comprende la orden y sin dudarlo detiene al hombre delante suyo, Kankuro a duras penas podía estar de pie nuevamente.
—Basta ya Kankuro, Lee ha partido cuánto antes en su búsqueda.
— ¿Qué? —eleva la mirada en completo desconcierto.
—Qué Lee ha ido a buscarlo para que ustedes puedan ir por Bee san, —arrebatándole sus prendas lo hace tomar asiento luego de empujarlo —vamos, idiota... —lo hace recostarse —aún no estas curado por completo, Ino tuvo que ir a descansar un segundo, así que mientras tanto debes esperar hasta que venga a terminar tus curacio...
Con brusquedad el chico detiene la mano que lo hace recostarse, Tenten frunce el ceño entre su sorpresa mirando como el rostro de aquel chico bromista se llena de pánico.
—No lo entiendes ¿Verdad? ¡ÉL ESTA SOLO CON UN CHICO DESCONOCIDO AL CUÁL SEGURO TERMINARÁ MATANDO!
— ¡Él...! —eleva la mirada con brusquedad mientras sigue con las curaciones —está bien, tu hermano estará bien... —suspirando trata de calmarse —Lee... si Rock Lee tiene la confianza de ir, es porque no están en malos términos con Gaara, no sé si ustedes, —mira de reojo a la rubia que abre los ojos —lo han notado par de tontos, pero Gaara y Lee han estrechado lazos últimamente...
—Desde antes de la guerra, —aparta su mano con brusquedad —de hecho, fue desde antes... —exhala un suspiro entre el sobar de su muñeca.
La rubia en cama simplemente sube la mirada al techo para después cubrir su rostro con su antebrazo permitiéndose de ese modo pensar un poco la situación, mientras que su hermano dirige la mirada hacia la castaña delante suyo que le dirige una mirada molesta por su anterior acción.
—Yo... —exhala un suspiro arrepentido mientras sostiene su propia mano —lo siento mucho Tenten, es que Gaara...
—Lo sé, —toma asiento a su lado en la cama —es tu preciado hermano menor, —borrando su amplia sonrisa observa con amenaza al castaño —pero no me gustan para nada estos aires de poder herirme.
Al notar la marca que había en la mano de la joven, Kankuro traga grueso y agacha la cabeza en busca de perdón, exhalando un suspiro el chico eleva la mirada hacia los ojos de la mujer a su lado.
—Lo siento.
Ella sonríe satisfecha con la reacción del joven mientras ambas mujeres en la habitación ríen por lo bajo cubriendo sus bocas para evitar avergonzar al castaño. Entre su sonrisa Temari vuelve en su preocupación, y rendida con los tratamientos que le hacían dirige levemente la mirada hacia la compañera del chico con cejas grandes.
— ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que partió a Suna?
—Media hora, quizá. —analiza levemente a ambos hermanos —es un poco preocupante, —entrelazando sus dedos pone presión en su agarre —él drenó, casi por completo todo su chakra... —dirige su mirada dudosa sobre el chico a su lado —fue sin intención ¿Cierto?
—Si, —confiesa en un asentimiento —él ni siquiera sabía que estábamos ahí.
—Me preocupa, —confiesa apenada —si él realmente llegará a hacerlo con intención podría ser realmente peligroso, —analiza la preocupación de su amiga enfermera —alguien podría fácilmente morir en segundos... —exhala un suspiro ente el bajar de su mirada —llevar el clon de Naruto podría ayudar un poco, solo para que Lee tuviera en cuenta cuán cerca puede estar de él, pero aun así no puedo evitar preocuparme al saber lo impulsivo que puede ser... y es peor al saber que no lo lleva, Lee no permitió que nadie fuera a su lado....
—Tenten, —incorpora levemente su cuerpo —existe alguien de Suna que estaba estudiando para ser Ninja médico, es confiable, se llama Matsuri y realmente estaba preocupada por la situación de Gaara... ¿Y si fueras por ella? Solo para qué... —baja la mirada con duda —si Lee lo necesita, ella esté presente.
—Oh, si, —asiente sonriente —puedo hacerlo cuanto antes.
—De hecho, —interrumpe el castaño —quizá sería bueno dejarlos solos un rato... —dirige la mirada a su hermana —no tenemos gran información de sus lazos, pero para que Lee estuviera tan seguro, es decir... sabemos que es optimista, pero lo dijo con tanta seriedad.
—Es... —dudosa dirige la mirada sobre su doctora —verdad, —sorprendida vuelve la mirada hacia la compañera del chico —él estaba siendo muy serio.
—Algo que no sé ve todos los días —menciona divertida la castaña.
Sakura sonríe divertida, dejando las curaciones de lado la chica arroja unas vendas hacia su compañera de aldea quién los atrapaba sin esfuerzo, por fin la puerta de la sala se abría dejando entrar, entre un suspiro, a la kunoichi de ojos verdes que tenía planeado seguir con las curaciones sobre su paciente.
[Desierto desconocido]
Los pesados respiros y repentinos gritos lograban llenar la arena en llanto. El día estaba dolorosamente brillando de más, y eso comenzaba a lastimar al Kazekage... su cuerpo ardía, sus ojos dolían, el sol quemaba de sobre manera su cuerpo... quemaba en llantos de dolor que arrasaban la arena provocando una enorme tormenta a su alrededor; y dentro de aquel huracán de arena se encontraba un pelirrojo envuelto en dolor que hacía fluir por cada miembro de su cuerpo una llama azul que se mezclaba en el huracán incrementando su poder.
— ¿¡Por qué no me dejaste morir!? —grita de tal forma que el huracán pierde su centro y vuelve a formarse — ¡Debiste hacerlo! ¡Debiste dejarme morir!
Las rocas del cañón se rompían, los aires estallaban contra las olas de arena que se levantaban por los cielos, poco a poco un enorme telón de arena comenzaba a obscurecer todo el desierto, alrededor del chico se formaban nubes de arena que cubrían su llanto azul, de sus ojos fluían las lágrimas que terminaban convirtiéndose en llamas azules incendiando la arena.
[Suna, alguna parte]
Con un fuerte dolor de cabeza y gran parte de su cuerpo, Matsuri por fin se veía despertando con la mente hecha un lío, lo único que la chica podía recordar era aquella explosión en la torre principal que la llevo a seguir a su kazekage por la ardiente arena del desierto.
— ¿Dónde? —cuestionaba confundida sin poder distinguir lo que había frente a ella.
Al escuchar aquella voz, una enfermera de edad mayor se acerca con el alivio en su rostro. Tranquilamente la mujer tomaba la mano de aquella joven.
—Matsuri, —suspira con alivio —que bueno que despiertas pequeña, ¿Ya te sientes un poco mejor?
—No, no realmente, estoy... —analiza el lugar —algo perdida... ¿Qué ha ocurrido?
—No mucho, —sonríe con dolor —Temari y Kankuro se marcharon de la villa luego de hablar contigo y que les recomendarás tener cuidado, dejaron la villa por completo —informa en un suspiro —yo... —baja la mirada entre una leve sonrisa —jamás lo conocí bastante, pero la única vez que hablé con él fue... tan amable, y siempre... —ríe cubriendo levemente sus labios —se encontraba tan preocupado por sus hermanos, así que... —regresa la mirada a la joven —lo que haya pasado, la verdad no creo que sea cosa de ese lindo chico, —traga grueso —he escuchado muchas cosas de aquel Bijuu dentro suyo, como que puede controlarlo... es tenebroso de pensar, su vida... debe ser muy triste.
La chica en cama sonríe levemente, pero antes de poder seguir con su plática, ambas kunoichis escuchan preocupadas algunos gritos provenientes del exterior de aquel edificio; la enfermera se apresura a acercar a la ventana mientras Matsuri se endereza en la cama notando desde ahí, como todo el exterior se obscurece ante una enorme tormenta de arena.
—No puede... —musita aterrada.
Las sirenas que anuncian el peligro se encienden causando que el pánico llené por completo a la gente que ya corría aterrada hacia los túneles de escape bajo la arena; entre su pánico la enfermera retrocede y se permite entrar en si para correr hacía su paciente tomándola por la cintura, sin dirigirse palabra ambas salen con prisa buscando llegar a los lugares seguros tal cual todos buscan llegar.
—Eso podría arrasar con Suna en segundo —menciona preocupada.
—O... oiga, —expresa preocupada elevando la mirada hacia la mujer —si Kankuro, Temari y Gaara se marcharon... ¿Quién avisará sobre esta tormenta a nuestros aliados?
La preocupación y pena invade el rostro de la mujer —Nadie... —confiesa cabizbaja —solo... si posiblemente alguien viene hacia acá... no dudo que los ancianos los dejen morir por su cuenta, las conexiones con las otras villas son solo por parte del Kazekage y sus hermanos.
La joven piensa un segundo aquellas palabras, yal instante se aparta del agarre de aquella mujer para luego disculparse yponerse en marcha hacia la sala de juntas entre villas en busca de mandar unmensaje hacia la villa más cercana; entre su rápido y dificultoso andar podíamirar a la gente huir aterrada incluyendo a los altos mandos que eranresguardados por Ninjas de elite, la mirada de los ancianos se detiene unmomento sobre la chica, pero sin dudarlo se marchan dejándola hacer lo quequiera.
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