Capítulo 2

Editado: 10/ 07/ 2021

Yo quiero ir.

El manto nocturno cubría las calles de Konoha dando un final a las risas y juegos que avanzaban con cansancio a sus hogares, por las calles aún se veían a algunos ninjas que exhaustos por el trabajo del día pasaban a locales de comida por un aperitivo o simplemente a beber y pasar el rato con sus colegas, pero... en el bosque cercano a la villa dos jóvenes avanzaban a la mayor velocidad posible hasta detenerse frente a la enorme entrada, tragando grueso se dirigen la mirada inhalando con profundidad.

—No tenemos otra opción —aclara rendida.

—Aunque se ha convertido en Hokage, —suspira —la verdad dudo que quiera ir con nosotros...

—Solo un Jinchuriki podría ir por él, Kankuro, —sujeta el hombro de su hermano —de verdad no tenemos opción.

El joven desvía la mirada entre su pensar, y finalmente da un asentimiento que no muestra mucha esperanza; apretando las correas de sus mochilas ambos hermanos siguen su camino hasta entrar por las enormes puertas abiertas de la villa aliada. Los ninjas de guardia se inclinan sobre la cabina mirando con sorpresa a las visitas, y con una enorme sonrisa salen de la pequeña sala para recibir a los invitados.

— ¡Temari san! —menciona emocionada dando una ferviente reverencia, sonriendo observa al chico a su lado — ¡Kankuro! —palmea la espalda del hombre abrazándolo para después mirarlos a ambos — ¿Qué hacen por aquí?

Lee ríe ante el entusiasmo de su compañera, y de un salto sale de la cabina para estrechar la mano del castaño y dar una leve reverencia hacia la rubia, de pronto inclina la mirada hacia el exterior de la villa buscando entre los árboles.

— ¿Y Gaara? —sonríe hacia el varón —Temari no es fan de dejarlo solo en la villa, —golpea el brazo del chico levemente — ¿No es así?

Los hermanos se miran entre si y cerrando los ojos agachan sus miradas dejando ver la clara preocupación que cargan. Kankuro eleva la mirada, decidido a dar la noticia.

—Gaara... está en problemas

Ambos jounin borran las sonrisas de sus rostros para ponerse alerta, Lee decide con rapidez ser quien guie a los hermanos de la arena hacia la oficina del hokage sin pedir ninguna explicación anticipada. Al llegar a la oficina principal el toquido es rápido, la mano derecha del hokage abre la puerta mostrando su clara sorpresa ante la llegada inesperada del par de hermanos y apenas los deja entrar detiene brevemente a la rubia por el brazo.

— ¿Qué esta pasando? —cuestiona en un susurro.

—Gaara —avanza sin más.

El hokage eleva su cansada mirada de entre los papeles, y al verlos muestra su mejor sonrisa para poner de pie.

—Oh, chicos, —palmea el hombro del chico — ¿Qué puedo hacer por ustedes? Me sorprende su llegada —observa a ambos.

—Necesitamos tu ayuda —menciona sin más el castaño —Gaara está en problemas.

— ¿Qué? —menciona dudoso y sorprendido — ¿Qué ha ocurrido?

La platica seria da inicio en aquella habitación, y entre la sorpresa de los ninjas de la hoja la mayor de los hermanos comienza a llorar envuelta en desesperación mientras su hermano mantiene la mirada baja y el cuerpo tenso, ambos ruegan sin vergüenza alguna por ayuda.

—Él lo quería tanto que yo logré volverlo Kazekage, pero ellos... —explica envuelta en furia —lo hicieron enojar tanto, ahora Gaara se ha salido de control... y es peligroso.

Sin poder creer aquellas palabras, Lee avanza unos pasos buscando respuestas en los ojos del hermano menor que solo agacha la mirada llena de enfado con su actuación en aquellos temas que llevaron al borde a su pequeño hermano.

—Mitsuri nos comentó que tenía mucha fuerza, su cuerpo estaba deformado como en el pasado y marcas azules marcaban su piel... —eleva la mirada hacia el kage —tenía la cola de Shukaku, por eso mismo pensamos que es Shukaku quién lo controla.

—Pero ella ni siquiera pudo acercarse un poco a él, está consumiendo chakra de alguna manera, —frotando sus ojos trata de contener su preocupación —y los únicos que son capaces de soportar perdidas excesivas de chakra son...

La mirada de la rubia sube hacia los ojos del Hokage, Naruto suspira y sujetando su mentón baja la mirada tratando de pensar las cosas, al poco rato sube la mirada hacia sus invitados sorpresa.

—De verdad quisiera ayudar...

Las miradas de ambos hermanos se tiñen de terror y penumbra; Shikamaru se acerca tomando a la chica por la cintura mientras analiza aquel rostro pálido y cansado delante suyo, ella admira de reojo al hombre que la sostiene y exhaland un suspiro se aleja con algo de enfado de él.

—Lo siento de verdad Kankuro y Temari, pero no puedo simplemente dejar la aldea ahora mismo, además no tengo idea de cuánto chakra este consumiendo Gaara... —apretando los labios avanza a su escritorio —por el momento, la única ayuda que les puedo brindar es un clon de sombra y tratar de contactar a Bee para ver si los puede ayudar.

Temari encuentra los ojos de su hermano que permanecen con preocupación sobre el escritorio del rubio. Detrás del par de hermanos un jounin mantiene los puños cerrados con fuerza y la mirada baja entre sus pensamientos, pero antes de que el chico de grandes cejas pueda decir cualquier cosa la chica avanza un poco.

—Te agradecemos tu ayuda Naruto, y... —observa de reojo a su hermano —espero un clon de sombra sea suficiente por ahora, sobre Bee... —busca la mirada azul del rubio — ¿Cuánto crees que...?

—Bueno... —une sus manos entre si mostrando seriedad —hasta donde sé, la isla de entrenamiento de Lee estaba... —da una mirada sobre el ventanal detrás suyo —a ocho o nueve días, quizá más... —vuelve la mirada sobre la mujer —si es que la isla está en movimiento.

El silencio llena la sala y todos los presenten permanecen con la mirada baja dejando clara su preocupación y debilidad; Lee eleva la mirada notando todas aquellas miradas decaídas, los ánimos de todos estaban por los suelos y eso lo hacía enfadar, parecía... como si no tuvieran esperanza en lo que harían. Dando un paso sin dudar, las miradas vuelven sobre él.

—Quisiera ir con ustedes, yo conozco a Gaara... —exhala un suspiro mostrando la determinación en su mirada —quisiera saber que él está bien.

—Pero Lee... —menciona Naruto un poco dudoso —amigo, sé que le tomaste cariño a Gaara, pero ahora mismo él esta fuera de control, si lo que paso tiempo atrás contigo llegará a afectarlo... el riesgo podría aumentar.

Ambos hermanos se mantenían atentos a las reacciones del azabache que tiempo atrás había sido gravemente herido por culpa de su hermano menor, pero Rock Lee no parecía dudar en lo absoluto.

—Gaara y yo ya hemos solucionado ese asunto, confío en qué estará bien al verme.

Ante la poca seguridad de las personas a su alrededor, Lee aprieta los puños, y aunque con la mirada baja para evitar esa desconfianza dirigida a él, se mantiene firme a sus palabras sin titubear.

— ¡Por favor, Temari, Kankuro!

Ambos nombrados dan un pequeño brinco ante el fuerte grito y luego de dirigirse una mirada dudosa vuelven la mirada sobre el joven delante suyo; ambos hermanos comprendían lo mucho que la amistad de aquellos chicos había mejorado, pero a pesar de eso, con Gaara inestable...

— ¿Por qué... —cuestiona la rubia directamente a él —estas tan aferrado a la idea de ir?

Con la mirada viajando por los ojos contrarios, Lee da un asentimiento, Temari espera por la respuesta.

—Gaara es... una persona muy especial para mí, es por él que he logrado crecer tanto como Ninja, y además se ha vuelto un gran amigo mío... si yo soy capaz de hacer lo más mínimo... —inhala profundamente —aunque sea tranquilizarlo un poco... —baja la mirada —si yo pudiera ayudarlo como él me ayudó...

Lee elevo la mirada directa hacia la joven delante suyo, la sinceridad en aquellos ojos negros no los tomaba por sorpresa, pero... había algo más en esa mirada, miedo, desesperación... Kankuro se retiene de decir cualquier cosa ante la seriedad del tema y de aquellas palabras.

—Es cuestión de ustedes... —expresa Naruto con calma.

Kankuro da una ultima mirada al joven ninja de Konoha que ruega por su permiso para asistir a tal misión, y bajando levemente la mirada se dirige hacia su hermana sujetándola por el hombro.

—Sería más fácil si nosotros corriéramos en busca de Bee, pero... no podemos dejar a Gaara solo, y... —mira de reojo al joven ninja —Lee parece de verdad preocupado, sobre todo es amigo suyo.

La joven duda un segundo y luego sube la mirada en dirección al azabache, da su aprobación en un asentimiento y los ojos del chico brillan llenos de emoción, Lee corre fuera de la sala en busca de un equipo de viaje de las salas bajas de la torre. Temari sonríe un poco relajada ante ese entusiasmo del joven, pero entonces frunce el ceño bajando la mirada sobre el suelo... tambaleante tiende la mano siendo sujetada rápidamente por el hombre de coleta a su lado; Shikamaru analiza el rostro de la chica mientras Kankuro se acerca para sostenerla.

— ¿No están recuperados del todo? —cuestiona preocupado hacia el castaño.

—No nos dio tiempo de nada Shikamaru, —confiesa por lo bajo —realmente... fue mucho...

Naruto avanza con prisa sosteniendo al castaño antes de que cayera desmayado, al analizar los rostros de ambos jóvenes podían percatarse del color pálido de sus rostros y el sudor que bañaba a ambos hermanos; Shikamaru elevo la mirada llena de preocupación hacia Naruto quién asentía comprendiendo el problema, con cuidado dejan a ambos Ninjas de Suna recostados en el sofá del lugar mientras Shikamaru sale en busca de una enfermera.

Al volver a la oficina principal Lee se encuentra con una escena preocupante, ambos hermanos permanecían desmayados sobre el sofá mientras Naruto terminaba de enviar una carta urgente con destino a la isla de Bee.

— ¿Qué ha ocurrido? —cuestiona preocupado.

—Ha, Lee... —avanza hacia él —Shikamaru ha ido por Sakura para que sean tratados, me supongo que no debieron terminar sus curaciones en Suna... —sujeta su mentón entre el admirar de los enfermos —amm... —sube la mirada —también lo escuchaste ¿No? Querían buscar a Bee por su cuenta mientras tú ibas a Suna para cuidar de Gaara.

— ¿Crees que sea bueno partir ya mismo?

El rubio sonríe sin sorpresa ante la iniciativa de su amigo, y tomándolo por el hombro lo mira con seriedad.

—Gaara también es importante para mí, él es un gran amigo así que creo poder comprender tu preocupación por su estado, pero por favor Lee... —inclina el rostro mirándolo de frente —no intentes acercarte si tu chakra esta en peligro... Suna no está ayudando, así que al menos que lleves un doctor de aquí, estarás por tu cuenta si tu chakra es absorbido... [Para mí el Chakra es energía vital, ósea que Lee también las posee, pero en mínimas cantidades, la perdida de esa energía, al menos para mí en este FANFIC, lo debilita de cierto modo, pero en menor cantidad que a un Ninja con control básico en chakra]

El chico da un asentimiento —No será necesario, no me acercaré demasiado... —mantiene una mirada seria —así que no necesito que alguien más me acompañe, estaré bien Naruto.

El Kage da un asentimiento y bajando levemente la mirada parece pensar algunas cosas, su mirada sube un poco dudosa entre el vacilar de su rostro.

— ¿No estás... demasiado ansioso por ir por él?

—Gaara... no tiene muchos amigos, no tiene muchas personas de confianza a su lado, —frunce el ceño —aquella tranquila y bien llevada relación con su villa no era más que un telón para tenerlo feliz... —sube la mirada con firmeza —no tiene nada... imaginar la soledad que debe estar pasando... —sonríe dolido —un huérfano como yo puede recordarlo bien.

La sorpresa en el rostro del Kage es clara, pero también podía comprender un poco de aquel dolor, quizá no conoció a aquel Jounin desde temprana edad y no sabia con exactitud por lo que había pasado, pero él también conocía la soledad y el rechazo.

—Solo... trata de traerlo a salvo.

Mostrando sus ánimos en una amplia sonrisa confiada, el azabache da un asentimiento y sale con decisión de aquella sala comenzando su camino lo más rápido posible. Al entrar al bosque Lee avanza poniendo toda la fuerza en sus piernas, al punto de dejar huellas en los árboles de su andar, y hasta de romper algunas ramas.

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