Capítulo 1

10/07/2021

Harto.

Una reunión se llevaba a cabo en las oficinas de Suna desde muy temprano, y para ese entonces las cosas comenzaban a ser muy ruidosas en torno a todos los presentes, qué, aunque firmes con la idea central desviaban las miradas manteniendo delicadamente la distancia del kazekage, pero aún con el puño cerrado y sin dar un paso atrás sobre su decisión.

— ¡Haa! —gritaba exasperado lanzando los papeles al suelo — ¡Estoy harto!

Elevaba su brazo en dirección a la puerta principal que era abierta por su arena de forma muy brusca, los guardias que protegían la sala dieron un salto del susto y finalmente tomaron su pose de combate, aunque al verlo salir hecho un manojo de furia solo agacharon la cabeza y permitieron el andar de su kazekage con algo de temor; Gaara los miro de reojo y apretando la dentadura solo siguió su camino dando pasos firmes y duros.

— ¿No cree que debería controlar a ese chico? —cuestiona presuntuoso elevando su despectiva mirada sobre la mujer joven de la sala —lo aceptamos como Kazekage ya que usted prometió controlarlo... —frunce el ceño tendiendo la mano hacia el desastre en el suelo —pero ¿Qué es esto? —exhala un suspiro frotando su entrecejo —usted parece ser tan... —sube la mirada hacia la joven —tan incompetente como él, ¿Se da cuenta?

— ¡Oiga! —expresa molesto un castaño.

Conteniendo su furia, la chica rubia tiende la mano frente al pecho de su hermano deteniéndolo de su molesto andar. Y suspirando, ella avanza tres pasos frente a la mesa de juntas mirando directamente al hombre.

—Estoy tan harta como mi hermano lo está de ustedes, —mira a todos los dirigentes —las ideas de Gaara son magníficas y ayudarían bastante a que esta pobre villa creciera, —sonríe negando —pero ustedes son estúpidos y ciegos, y al parecer no podemos hacer nada con ello... —exhalando un suspiro se dirige a la puerta —veré... —detiene su andar —si Gaara quiere seguir en este maldito lugar o si podemos irnos, —tiende las manos al techo analizando el pasillo —después de todo... —vuelve levemente la mirada —somos libres de hacerlo, Shukaku, —ríe bajando su divertida mirada —nos hace libre de irnos ¿No?

La chica sigue su camino dejando que su hermano sea quién cierre las enormes puertas de madera que los dividen de aquellos viejos idiotas. Al alejarse de la habitación Temari detiene su andar y exhalando un enorme suspiro baja la mirada completamente decepcionada de lo que había ocurrido, Kankuro suspira sin saber cómo actuar y simplemente se acerca sujetando el hombro de su hermana en apoyo.

—Oye, yo también estoy harto, —frota su nuca —quizá... —desvía levemente la mirada —de verdad deberíamos convencer a Gaara de irnos, el... —frota su nariz con su índice —el rubio idiota de Konoha parecía llevarse bien con nuestro hermano, seguro nos deja quedarnos un tiempo ahí.

—Ya lo sé, —sonríe más calmada —solo... —analiza la vista desde las ventanas —esta villa nos vio crecer Kankuro, —vuelve la mirada sobre su hermano —y unirnos como hermanos, desearía que él pudiera vivir aquí con tranquilidad... —avanza entre un nuevo suspiro —y sé que eso es lo que él más quiere también.

—Al menos nos tiene a nosotros Temari, ya no es como antes.

Aunque desanimada por la situación da un asentimiento hacia su hermano mientras siguen su camino. En el piso de arriba grandes estruendos alertan a todo el mundo de no entrar a la habitación del hermano menor qué frustrado con todo lo ocurrido utiliza su fuerza y arena para destruir la alcoba mientras contiene sus lágrimas lo mejor posible, pero el cansancio lo llena, la desesperanza lo hace caer de rodillas al suelo y entre sollozos cubre su abatido rostro...

Tu odio me alimenta de más chico, —ríe profundamente —no querrás hacer esto.

—Estoy cansado... —musita vagamente.

No lo vale... —suspira —no lo quieres en verdad Gaara.

—De verdad lo quiero, estoy harto de esto... de todo, de todos...

Su cuerpo de pronto se encorva contra el suelo mientras marcas azules recorren su piel desgarrando su ropa y causándole un intenso dolor que hace fluir sus gritos, las lágrimas descienden por sus mejillas mientras sus uñas se tiñen de negro alargándose dolorosamente sobre el suelo... los fuertes gritos de dolor alertan a todo el mundo, y sus hermanos apresuran el paso hacia el siguiente piso; el cansancio lo hace jadear y la arena fluye a lo largo de su cuerpo hasta formas látigos que comienzan a destruir todo a su alrededor.

Al llegar frente a la puerta de la habitación ambos hermanos se ven detenidos por una fuerza sorprendente, sus cuerpos se sienten pesados y en un segundo caen exhaustos al suelo apenas logrando controlar el movimiento de sus manos que buscan llegar a aquella puerta; Temari busca respuestas en su hermano quién se limita a negar entre su confusión por lo que ocurría con su propio cuerpo. Un fuerte alarido hace estremecer las pieles de la gente cercana a esa habitación... en el interior, Gaara clava sus garras en el suelo mientras una cola se crea en su cuerpo haciéndolo contraerse de dolor aún más, de pronto no podía parar de escupir sangre sobre el suelo. Sin fuerzas, y con la respiración agitada, ambos hermanos se miraban y llenos de desespero se arrastraban hacia la habitación delante suyo intentando al menos tocar la madera.

— ¡Gaara! —gritaba a duras penas la rubia.

— ¡Gaara! —contrayéndose siente huir la fuerza de su cuerpo.

—Gaara... —musita vencida, cayendo en el desmayo.

—Temari... —preocupado intenta alcanzarla.

Un fuerte golpe se escucha en la habitación del problema, y es seguido de los gritos de algunos transeúntes. Gaara sale por el boquete creado para mostrar un rostro deformado que obtiene el miedo y gritos de su gente, los escombros caen; lleno en su furia observa esas miradas aterradas que le han dirigido toda su vida, las miradas que lo apuntaban con cada paso que daba... un rugido estruendoso atrae los gritos de terror de los habitantes mientras la arena se levanta en una fuerte ventisca que permite la huida del pelirrojo avanzando entre los edificios destruyendo partes de algunos en su avance.

Las horas pasan, y por fin, luego de ciertas curaciones, los hermanos de la arena despiertan con la preocupación pintada en sus rostros... ambos vuelven la mirada sobre el otro y al instante intentan ponerse en pie, pero son detenidos por las enfermeras que llevaban horas curándolos.

—Por favor, sus niveles de Chakra son muy bajo, —explica preocupada —su fuerza es nula en este momento, caerán apenas traten de moverse.

Temari siente su cuerpo caer del cansancio y sin más que hacer permite que la recuesten en la cama, por otra parte, Kankuro suspira agotado sujetándose de la cama mientras analiza a las mujeres que los atienden.

— ¿A dónde fue Gaara? —cuestiona con dureza.

Las enfermeras se dirigen miradas incomodas y bajando el rostro tragan grueso evitando decirles cualquier cosa, antes de que Kankuro vuelva a emitir la pregunta la puerta de la habitación se abre. Matsuri se adentra con la mirada llorosa, y cayendo de rodillas cubre su rostro, las enfermeras acuden rápidamente a su lado cuestionándole varías cosas.

—Gaara... —cae de boca al piso apenas deteniéndose con sus antebrazos —se fue...

De pronto se desvanece cayendo de lleno contra el suelo, ambos hermanos se ponen en alerta cuestionando con la mirada hacia las enfermeras, pero las mujeres se centran en la nueva persona herida llevándola a una cama para proporcionar las curaciones necesarias; el tiempo transcurre y luego de regaños por parte del alto mando hacia la mayor de los hermanos, y que la joven chica los enviará nuevamente al demonio, ambos se levantan de las camillas con más tranquilidad sintiendo como su fuerza regresa considerablemente.

—Matsuri, —musita la rubia acercándose a la camilla — ¿A dónde ha ido mi hermano?

—Necesitamos saber... —se acerca preocupado —a donde ha ido Gaara, estaba gritando con tantas fuerzas que...

—Es malo... —interrumpe con una ronca voz apenas audible —él esta... corriendo peligro —tose adolorida —Shukaku...—inhala profundamente por la boca —él ha... despertado, Shukaku lo está —frunce el ceño con dolor —controlando...

La preocupación se dispara en los rostros de ambos hermanos, y es Temari quién avanza hacia sus cosas recargando su cuerpo contra la pared entre el avance, Kankuro aprieta los labios tratando de tomar fuerza.

—Debemos ir por él Kankuro.

Con un asentimiento el mayor sigue adelante tomando sus cosas por igual.

— ¡Esperen! Hay... —adolorida, frunce el rostro —algo rodeándolo... eso es lo que... —toma aire —consume nuestro chakra, se lleva toda nuestra energía... —cae en la cama agotada —si van solo allí... ustedes podrían morir... —deja fluir las lágrimas por sus mejillas —también estoy preocupada por él, pero es realmente peligroso ir solos...

Los hermanos se miran entre sí y desvían las miradas al suelo mientras idean planes distintos en sus cabezas, sin dudarlo toman sus cosas y cambian sus ropas cuanto antes; con un débil andar ambos hermanos toman camino a sus habitaciones y toman las mínimas cosas en una mochila para después salir con dirección a las oficinas principales. Un poco más recuperada, es la rubia quien deja caer la palma de su mano sobre el escritorio de una secretaria para llamar su atención.

—Diles a esos viejos, que nos estamos yendo de esta maldita villa.

—Pensamos llevar solo algunas cosas, así que pueden tirar lo demás.

Aunque sorprendida, la mujer se levanta del escritorio mirando a los hermanos seguir su camino por el pasillo con solo tres mochilas y sus equipos ninja; su mirada desciende un momento y luego de un rato decide entrar para informar al alto mando de lo que ocurría, el hombre detrás del escritorio de madera sonríe divertido y da un asentimiento sin importancia.

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Maldita sea, lo sé 😣
No debo iniciar historias si no puedo acabar con las que tengo, pero realmente quería hacer esta y no quiero dejarla como borrador xq se que no voy a avanzarla.

Por el momento la tendré al aire, ya tiene que quiero escribirla.


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