Todo estaba muy normal para Levi.

Hasta que escucho com alguien se escuchaba rápidamente.

Pensaba que se había ido a otra ciudad, que se cambió de casa u otra cosa.

-¡LEVI!-la puerta fue abierta.

El ceño del azabache apareció solo, no hubo falta de medirlo.

-Kenny...-Dijo el azabache molesto.

-¡Mi pequeño y amado sobrino!-el tipo se veía muy alegre, acercándose a el más bajo.

Levi fue abrazado con fuerza, elevado y zamarreado por su tío.

Mientras que en su mente, planeaba una y otra vez, como podía matar a su tío y sin dejar pruebas circunstanciales.

-Kenny... ya deja eso...-Un rubio lo miraba seriamente.

-¡Solo quiero abrazarlo, Uri!-Miro al azabache-¿Como te va, enano sobrino?-

-Bien... con ganas de matarte, lo normal...-se separo del azabache alto.

-Que malote, Levi... y yo que te extrañaba tanto...-Sonrió ampliamente.

-¡Mmh...!-Johann, que estaba en los brazos de su abuela paterna, se asusto con aquella sonrisa-¡WHAAAAAA!-comenzó a llorar.

-¿Eh...?-Levi miro a su hijo-¿Viste lo que hiciste? Puto vejete de mierda...-

-¡Kyaaa!¡Que lindo niño!-la pareja de Kenny se acerco al hijo de Levi.

Le dio palmaditas en la espalda y este de inmediato reaccionó, tranquilizandose.

Se reía levemente por boberías que hacia Uri.

El rubio era divertido.

Levi aprovecho de golpear a su tío en el abdomen, ya que nadie estaba viendo.

Sonrió al ver como Kenny caía al piso por quedarse sin oxígeno.