La puerta fue abierta y los hombres junto a Lombardi entraron.

-Señor.... no estan aquí...-

Las sillas estaban en el piso.

-Mierda... ¡Pagaré 100 grandes a quien me traiga las cabezas de esos idiotas!-Grito Lombardi furioso.

-¡Si!-Los hombres comenzaron a buscar en el lugar.

Los ojos azul eléctrico miraban los movimientos de los tipos, al igual que los avellana.

-Señor... no están a...-

-¿Que?-El anciano miro al hombre.

De repente cayó al piso con una barra de metal incrustada en la espalda.

-¡Mierda!-Sacaron sus armas.

El pelinegro salio de su escondite, con una barra de metal en sus manos.

Golpeo a uno en la cabeza, seguramente mirándolo en el instante.

Tomo el arma y se escondió de tras de una lavadora.

Le dispararon a la lavadora.

A la hora de cargar, el azabache fue al ataque.

-¡Muerete, puto!-Lanzo una barra de metal a Lombardi, incrustandosela en el ojo.  

Nile salio de su lavadora y comenzó a disparar y Levi a atacarlos con barras de metal.

-¡Mierda!-Lanzo el arma-¡Me quede sin balas!-

Nile y Levi saltaron a otro lugar para cubrirse.

Habían dejado a tres vivos.

-¡Salgan de ahí!-les disparaban.

-Todo es tu culpa...-Se empujaban.

-Es tu culpa...-

Comenzaron a golpearse ahí mismo.

Escucharon tres disparos y cuerpos caerse.

-Salgan de ahí...-Les hablo una voz femenina.

Nile y Levi se asomaron.

Una chica de cabello castaño y ojos oscuros los miraban, tenia un revolver en las manos.

-¿Eh?-Estaban confundidos.

-No les haré nada...-Dejo caer el revolver.

-¿Que...?-Levi se puso de pie.

-Gracias por matar al bastardo de mi prometido...-Sonrio- ahora váyanse... si es que quieren que los mate...-

Los alfas estaba confundidos.

No entendían nada.