PRÓLOGO

Esta será una historia de capítulos cortos que iré actualizando a medida que vaya encontrando tiempo. Espero que disfruten de la lectura, habrá también un poco de amor pero menos que en mis otros escritos.


Goku descansaba sobre la sombra de uno de los árboles del planeta de Bills-sama. Pensativo, en silencio...se había percatado de que no había mejorado ni su ki se había elevado. Llevaba ya varios días así y la frustración empezaba a apoderarse de él.

—Te veo pensativo Goku—el ángel se acercó con un sigilo digno de su jerarquía.

—Señor Wish, no logro superar mi propio nivel—contestó levantándose.

—Eso es porque usa siempre el mismo camino.

—¿Qué quiere decir?.

—Usted se dedica a entrenar usando la misma rutina y no siempre es adecuado al llegar a un cierto nivel, ¿comprende?.

—No.

Wish suspiró y de pronto, Bills apareció persiguiendo a Vegeta por haberse comido toda la pizza. El dios de la destrucción lanzaba ataques destructores y Wish tuvo que intervenir noqueando al dios con un simple toque de mano.

—Como iba diciendo, necesita encontrar otra forma de entrenar—dejó al señor Bills bajo una sombra y luego fue hasta el guerrero.

—¿Puede darme un entrenamiento?—preguntó ilusionado.

—En ese caso yo quiero otro igual, no puedo dejar que este insecto sea más fuerte que yo—el príncipe se acercó y se cruzó de brazos—debo obtener más poder.

—En esta ocasión le daré una misión a Goku y más tarde a ti Vegeta—este, orgulloso, tuvo que resignarse debido a que no le podía llevar la contraria al ángel.

Resignado, Vegeta se marchó a un lugar apartado donde continuar con su entrenamiento, lejos del jaleo y donde poder estar a su aire.

—¿Y cuál es esa misión?

—Siempre quisiste ser un maestro, ¿cierto?—este asintió—viajaremos a un lugar donde hay gente muy fuerte. No son tan fuertes como tú, Vegeta, Broly u otros seres de estos universos pero igualmente no son débiles. Hay un chico que tiene potencial, es impaciente y en muchos aspectos me recuerda a ti, tal vez el entrenar a otra persona te abra la mente.

—Podría entrenar a Gohan y es mi hijo, o a Goten—sugirió.

—Gohan está con sus responsabilidades en la empresa y criando a su hija, Goten en cambio todavía es joven, deja que tenga un poco más de infancia feliz y alejado de los combates.

—Visto así...

Wish hizo aparecer su bastón y con un par de golpes en el suelo, comenzaron a viajar por el espacio. Goku observaba todo. Siempre iba con el cambio de lugar instantáneo, pero siempre acababa maravillado de los infinitos que eran los universos.

—¿Falta mucho?, me muero de hambre.

—Usted siempre comiendo señor Goku.

Llegaron al cabo de unos quince minutos. Justo delante del gremio.

—¡Es increíble!—dijo este mirando el gremio desde afuera.

Al poco salieron los miembros pues detectaron una gran cantidad de fuerza. Makarov y demás, pensando que era un enemigo, se puso en guardia.

—Hola—saludó Goku.

—¡Natsu!—gritaron todos viendo a este salir disparado cara al saiyan.

—¡Yo seré quien le derrote!—gritaba emocionado.

Natsu golpeó el pecho de Goku con todas sus fuerzas pero sin emplear magia. Goku ni siquiera hizo intento de defenderse. El choque provocó una ventolada de aire, nada más. Este miró el puño que le había golpeado, sonriente.

—¿No le hizo nada?—preguntaron todos sorprendidos.

—¡Natsu!—Lucy, Grey y Erza trataron de avisar al joven cuando Goku con un toque de dedos mandó volar a este contra una pared.

Todos quedaron en silencio ante el poder de Goku.

—Disculpen, quiero preguntarles algo—dijo avanzando seriamente.

Todos temblaron, incluyendo Erza que no se atrevía a sacar la espada. Sobretodo cuando vieron a este situado a pocos metros.

—¿Podrían ser tan amables de darme de comer?—se echó a reír mientras se sobaba la barriga.

Los magos del gremio cayeron al suelo al estilo anime. Luego Wish les dijo que no iban a luchar, sino a otra tarea. Makarov se disculpó por Natsu y entraron todos. Mirajane preparó comida, mucha, pues el joven comía como Natsu. Wendy curaba al joven mago de fuego y el ángel explicaba toda la situación calmando al gremio.

—Ya veo...no le vendría mal—dijo Makarov.

—Me alegra ver que piensa igual.

—¡Entonces decidido, Natsu será entrenado por Goku!.

Al voltear, vieron a este comer sin cesar y con una sonrisa.

—¡Estupendo!—dijo antes de volver a vaciar otro plato de una sentada.

Wish en agradecimiento y como compensación les entregó toneladas de oro para cubrir todos los gastos.

Mientras tanto, en el planeta de Bills, Vegeta meditaba tratando de superar sus propios límites.

—¿No quieres hacer como Goku?—preguntó el dios de la destrucción descendiendo hasta él.

—Lo superaré a mi manera—dijo este abriendo los ojos.

—Tengo una propuesta interesante—dijo con una sonrisa.

—Le escucho señor Bills.


Bueno, hasta aquí el prólogo, es diferente a las historias de romance que suelo hacer pero espero sus opiniones y que les guste.

Un saludo.

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