C A P Í T U L O 4
Era sábado y me había levantado con un humor de perros, que solo se me pasó luego de hacer los quehaceres de la casa, que nadie más hacía porque básicamente era el único viviendo aquí.
Cosas que se experimentaron con la adultez, al parecer.
Después de hacer también mi tarea para la universidad, limpiar mi baño, ordenar mi habitación y tomar una ducha, me di cuenta de que no tenía nada más que hacer con mi vida. Así que sin pensarlo mucho, me senté frente a mi escritorio, tomé una hoja, un lápiz, y me quedé mirando la página en blanco por un par de segundos, mientras esperaba que llegara la inspiración para ponerme manos a la obra.
Dibujar siempre había sido un buen pasatiempo para mí.
Giré el lápiz y me mordí el labio cuando una figura inusual pero bonita apareció en mi mente, activando mis alarmas. Detuve el movimiento del grafito en mi mano y lo coloqué sobre el papel, mientras comenzaba a recrear la imagen que veía.
No supe cuánto tiempo pasó ni cuántas horas estuve allí sentado, pero sin darme cuenta, el diseño estaba casi completo y solo faltaban algunos detalles mínimos para culminarlo.
Me detuve un momento para apreciar lo que llevaba hecho y analicé cada línea perfectamente dibujada, al tiempo que me preguntaba lo que podría significar. Era un símbolo extraño, formado por dos serpientes entrelazadas entre sí. Sentía que lo había visto en alguna parte, aunque en ese instante no recordase dónde.
Me encogí de hombros y continué resaltando el borde con un leve sombreado. Estaba dando los toques finales al diseño, cuando hubo un pequeño golpe en la puerta que me alertó, antes de que se abriera para revelar a mis hermanos allí parados.
—Estuvimos un buen rato tocando la puerta, pero nadie contestaba —informó Jared en un intento por justificar su presencia.
Alisson se acercó con rapidez y se aferró a mi cuello para abrazarme y dejarme un beso en la mejilla. Se alejó antes de que pudiera protestar y sacó con curiosidad el boceto sobre mi escritorio.
—¡Qué hermoso! —exclamó—. ¿Lo has hecho tú?
Apreté mis labios para no hablar y darle la respuesta ácida que se merecía, porque vamos, tenía un puto lápiz en la mano y el costado de éste machado con carbón debido al sombreado.
No había nadie más aquí que pudiese hacerlo —que yo supiera—, pero no diría nada, no después de proponerme a ser un poco más amable con ellos.
—Sí —me limité a responder.
—Wow, Stephen, alto ahí —dramatizó James—. Me mareas con tanta palabra.
Sonreí.
—Hola, James. —Volteé a mirarle—. Ya me faltaban tus comentarios tontos.
Me miró ofendido cuando Jared y Alisson se rieron de él, pero yo les di la espalda para poner mi firma y fecha al dibujo terminado. Luego me recosté en la silla y lo detallé con curiosidad, preguntándome dónde lo había sacado o por qué escogí ese diseño.
Al no encontrar la respuesta, lo tomé con cuidado y lo metí en un portafolio lleno de diseños de todo tipo que hice a lo largo de los años. Miré la hoja allí por un buen rato y negué con la cabeza, inconforme. Me agaché para abrir el cajón inferior de mi escritorio y saqué una nueva carpeta para ponerla allí.
Por alguna razón, se vio mejor aparte, aunque la frustración se asentó en mi pecho al sentir que estaba a punto de averiguar de dónde venía y luego quedó atascado allí.
Cerré la carpeta y la agrupé con los demás, antes de estirar mis brazos sobre mi cabeza. Me sentí entumecido luego de estar sentado durante tanto tiempo.
—Stephen, ¿tienes algo que hacer por el resto del día?
Moví mi silla giratoria hasta quedar frente a ellos, para notar que todos estaban sentados sobre mi cama; Alisson leyendo una revista de farándula —que no sabía de dónde carajos había sacado—, y los gemelos jugando en sus teléfonos.
Ella ojeaba las páginas con indiferencia, fingiendo que mi posible respuesta no le interesaba ni una pizca, mientras esperaba.
—No, estaba dibujando porque no tenía nada mejor que hacer —admití.
Aunque, siendo honesto conmigo mismo, no tenía ganas de salir. Pero no importaba si daba la respuesta que le di o una negativa. Alisson encontraría la manera de manipularme para que fuera con ellos a dondequiera que planearan ir.
Solo nos estaba ahorrando el trabajo a todos.
—¡Perfecto! —Cerró la revista de golpe y la arrojó al suelo, antes de levantarse—. Porque los chicos y yo queríamos ir al parque de diversiones a probar esa atracción rompe-huesos de la que todos hablan, pero no queríamos ir sin ti.
¿Atracción qué?
—Vaya, eso suena seguro —argumenté.
Sonrió complacida.
—Y divertido, además. —Juntó sus manos, emocionada. Luego miró a los gemelos y frunció el ceño—. ¿Qué hacen allí sentados todavía, par de animales? ¿No ven que Stephen puede cambiar de opinión en cualquier momento?
Jared y James levantaron la cabeza al mismo tiempo y arrugaron sus frentes de la misma manera, mientras se incorporaban de mala gana y lanzaban miradas de reproche a Alisson que al parecer les hizo perder el juego.
Negué con la cabeza y me levanté de la silla para buscar las llaves de mi auto y de la casa. Los chicos salieron de la habitación y yo les seguí de cerca, luego de asegurar la ventana y cerrar la cortina.
Mientras bajábamos las escaleras, los gemelos se detuvieron abruptamente, provocando que arrugase mi frente, confundido. Cuando miré hacia arriba y detallé la sala, comprendí el motivo de sus acciones.
Allí, parado frente al sofá, se encontraba Steve Miller revisando unos documentos en un sobre.
Cuando sintió nuestra presencia, levantó la cabeza y miró a cada uno de nosotros. Por un momento, antes de que pareciera el Steve de siempre, se vio conmocionado y algo abrumado por nuestra presencia.
Nos observó a todos por un tiempo que me pareció una eternidad y apretó los labios, antes de desviar la mirada, cerrar la carpeta, guardarla y tomar su maletín para salir de la casa como si nada hubiese pasado.
Algo en la mirada de Steve me confundió. Por un instante, pareció inseguro con la presencia de todos, pero cuando se fue, sin siquiera dirigirnos una palabra, pensé que tal vez me confundí y malinterpreté la situación.
Después de todo, ya estábamos acostumbrados a ser ignorados por él.
Nos quedamos unos segundos en las escaleras, aun asimilando lo sucedido, antes de reaccionar y continuar nuestro camino.
Preparé un par de sándwiches para todos —sabiendo que no habían comido por la emoción del día—, y mientras se devoraban la especialidad de la casa, detallé sus expresiones decaídas con preocupación.
La presencia de Steve siempre dejaba consecuencias negativas en todos y aunque trataban de ocultar lo mucho que les afectaba la situación, yo los conocía mejor que eso.
Alisson era quien más insistía con papá, a pesar de su indiferencia. Pero los gemelos dejaron de referirse a él como tal y también optaron por ignorar su existencia, aunque les doliera en el alma. Aun así, sabía que era su mecanismo de defensa; sobre todo el de James, que aunque lo ocultaba con su sarcasmo, era el más afectado de todos.
No sabía la razón exacta, pero de los cuatro, él era el más vulnerable con el tema.
Él y su actitud despreocupada no me engañaban, no a mí. Por eso sonreí y les apresuré para salir de inmediato, con el único pensamiento de evitarles cualquier tipo de dolor.
Como era de esperarse de un sábado —en la semana de apertura de una nueva atracción—, las filas para ingresar fueron kilométricas y para cuando entramos, ya estaba exhausto. Sin embargo, los chicos estaban enérgicos y aprovecharon sus brazaletes para subirse a la montaña rusa mientras Alisson y yo caminábamos por el lugar, inspeccionando las atracciones.
No sabía lo que estaba pasando, pero desde el encuentro con papá estaba extraña y ni siquiera la mención de la nueva atracción la emocionó de nuevo. Ahora estaba seria y caminaba a mi lado con una expresión pensativa.
Cuando estuve a punto de preguntarle qué sucedía, ella suspiró y aclaró su garganta.
—Stephen, ya que estamos solos, me gustaría hablar contigo —comenzó.
La miré de reojo, notando que hablaba en serio, por lo que supuse que lo que quería decirme era importante para ella.
—¿Qué ocurre?
—Estoy preocupada. —Dejó de caminar y yo hice lo mismo cuando se giró para mirarme—. No ha pasado ni un mes de clases y ya circulan por los pasillos esos absurdos rumores sobre ti de los que nos advertiste. —Hizo una mueca—. No sabes la impotencia que da no poder hacer nada para evitarlo.
Suspiré aliviado, al saber que no se trataba de un problema serio el que estaba teniendo.
—No te preocupes por eso, Allison —le resté importancia—. Es normal, con el tiempo te acostumbras.
—No, Stephen. Eso no es normal —contradijo, indignada—. No entiendo cómo puedes estar tan tranquilo cuando todos dicen cualquier babosada sobre ti, sin siquiera conocerte.
—Si eso ayuda a que la gente se mantenga alejada, pues que hablen todo lo que quieran. —Me encogí de hombros—. No me importa, siempre y cuando ustedes no salgan perjudicados.
Me miró con incredulidad.
—¿Crees que no nos afecta que hablen de esa manera de nuestro hermano? James intercambió un par de palabras subidas de tono con alguien de su facultad porque hizo una broma sobre ti. ¿Crees que no sentimos nada al respecto? —Acomodó su cabello alborotado por el viento—. ¿Y tú? ¿Qué hay de ti? ¿Por qué nunca te preocupas por tu propio bienestar? No pretendas que no te molesta que todos digan que eres agresivo y tienes problemas de ira cuando no matas ni a una mosca. —bufó—. Es un milagro si pronuncias más de veinte palabras en una oración, maldita sea. Agresivos los huevos que no tengo.
Sonreí, pero a ella no le hizo gracia.
Me miró por un rato y minutos después se acercó hasta que pudo colocar sus manos sobre mis hombros. Su rostro adquirió un tono de angustia que no me gustó nada e hizo que mi estómago se revolviera.
—Dime la verdad, ¿haces todo esto por papá? ¿Es él la razón por la que no quieres hacer nada al respecto? —Apretó su agarre—. No es justo, Stephen. No es justo ni para nosotros, ni para ti.
El peso de sus palabras comenzó a caer sobre mis hombros y un nudo se formó en mi garganta, en consecuencia.
—Odio verte solo. Odio que cada vez que alguien haga el mínimo intento por acercarse, hagas de las tuyas para alejarlos.
Sus palabras me dolían, pero en medio del agobio que me estaba generando, quería dejar algo en claro:
—No le tengo fe a las personas, Alisson, eso es todo.
No quería entrar en detalles, pero tampoco quería que se hiciese ideas erróneas.
—Lo sé, hermanito, pero no puedes vivir así por siempre. —Subió su mano a mi mejilla y la acarició—. Es probable que ni siquiera notes todo el daño que te estás haciendo por culpa de tu obstinación.
Ojalá solo se tratara de mí siendo obstinado...
—Soy la menor y la más infantil, también. Pero no por ello no me doy cuenta de lo que ocurre. —Golpeó mi hombro de forma juguetona y se alejó de mi—. Quiero que pienses en lo que te dije y reflexiones sobre lo que quieres.
De pronto, una brisa fresca sopló con fuerza, removiendo nuestras ropas y despeinándonos a ambos. Nuestros ojos se miraban sin la intención de apartarse del otro, como si estuviéramos compitiendo para ver quién apartaba la mirada primero y perder fuese símbolo de debilidad.
En ese momento, el viento también pareció remover algo en mi interior, pues un escalofrío me recorrió hasta ponerme la piel de gallina, generando en mí una sensación de inquietud abrumadora.
Allí, sus palabras se asentaron y calaron hondo en mi interior, entrelazándose con las de la voz que estuvo atormentándome en mis sueños junto al par de ojos de mirada familiar.
«¿A qué le tienes miedo?», recordé que me preguntó. En ese momento no le respondí, pero sin pensarlo demasiado, sabía que tenía miedo a repetir la historia que vivía con Steve a diario.
Aun así, quise decirle a Alisson que no llevaba la razón y dejarle en claro cuán equivocada estaba. Pero ella ya no era pequeña, tenía plena consciencia de las cosas y no podía engañarla como cuando era niña, que creía en cualquier cosa que dijese.
Por eso, solo acerqué mi mano y golpeé su frente con mi dedo en un gesto cariñoso.
—Tú eres solo una chiquilla, ¿qué haces dándome clases de moral?
Soltó una pequeña risa.
—Alguien tiene que ser el adulto aquí, ¿no?
Sonreí, antes de revolver su cabello.
—Ya quisieras.
Los gemelos aparecieron ante nosotros, todos sudorosos y emocionados, interrumpiendo el momento y comentando lo divertido que había sido subir a la montaña rusa. Enumeraron las próximas atracciones que subirían, bebieron un poco de agua y nos pidieron que nos apresuráramos, antes de irse por dónde vinieron, sin darnos oportunidad de decir algo.
Alisson y yo nos encogimos de hombros y nos miramos.
—Déjame decirte una última cosa antes de irme —habló de nuevo, señalándome—: tu expresión ni siquiera da tanto miedo, así que es mejor que no dejes que se te suba a la cabeza.
Sonreí quedito.
—Anotado.
Alisson dejó nuestra conversación de lado y corrió a subirse a su primera atracción del día, mientras todas las inquietudes que tenía se acumulaban en mi interior para fastidiarme la existencia.
Les seguí de cerca, para no perderles la vista, y mientras veía a los chicos hacer fila en las atracciones, consideré con seriedad las palabras de Alisson.
¿Era normal que estuviese tan renuente a convivir con las personas? ¿Era sano que no hiciese nada al respecto para cambiar las cosas?
Pasamos el resto del día en el parque de diversiones, subiendo todo lo que emocionaba a Alisson, mientras más y más preguntas se asentaban en mi mente, dando paso a más dudas de las que tuve en toda mi vida.
⋆ ⋆ ⋆
—Stephen —me nombraron con tanta suavidad que podría haberlo confundido con una caricia.
Ya conocía el lugar. Estuve dos veces aquí y tristemente ya estaba bastante familiarizado con la oscuridad que me rodeaba.
—¿Por qué me traes aquí? —pregunté cansado.
—Tú mismo vienes aquí.
—Eso no es verdad.
—¿Y cuál es la verdad? —Abrí mi boca para contestar, pero me detuve. Sentía que su pregunta tenía mucho más significado del que aparentaba. No parecía preguntarlo por mi contestación anterior.
—La verdad es subjetiva —murmuré—. Hay tantas verdades en el mundo como seres humanos en la tierra.
—¿Y cuál es la tuya?
—Yo... —No tener respuestas a todas sus preguntas me estaba generando malestar—. No lo sé —concluí molesto.
—Tienes un severo problema, Stephen. —Fruncí el ceño, sin comprender—. Tú conoces la verdad, pero te empeñas en ocultarla por tu propio bien. Eres cobarde, y aunque eso no me molesta, no puedo dejar de decirte que pareces estúpido huyendo de todos y de todo.
Abrí mi boca para hablar, pero me interrumpió.
—Hay muchas cosas que elegimos no ver. Lo que no significa que no están ahí, aunque hubiésemos deseado que no fuera así...
Abrí mis ojos con lentitud, coloqué mi antebrazo sobre ellos para taparlos de la luz y mordí mis labios con impotencia, sabiendo que los sueños que estaba teniendo no eran algo que pudiera controlar. Tampoco la sensación de pánico, ni el temblor en mi cuerpo que quedaba luego ellos.
No supe cuándo me quedé dormido. Solo supe que después de que volvimos del parque de diversiones, cenamos juntos, los chicos se fueron al rato y yo me senté a ver la tele para distraerme.
Las palabras de Alisson continuaron persiguiéndome y causando un agotamiento mental tan increíble que supuse que terminé quedándome dormido.
Y ahora estaba aquí, solo, en el escenario perfecto para darle vueltas a lo que rondaba por mi cabeza. Pero lo que me inquietaba era que llevaba días sin tener sueños raros y de la nada, los volví a tener.
Además, ahora tenía más dudas que antes de quedarme dormido, porque no entendía a qué se refirió la voz cuando afirmó que yo mismo llegué a ese lugar. Es decir, ¿por qué querría joderme la mente por voluntad propia?
Era probable que fuese más consciente de lo que quería admitir, pero no pensé en un solo motivo por el que querría acudir de forma voluntaria a un lugar tan lúgubre y frío en el que solo escuchaba una voz burlándose de mí, mientras un par de ojos juzgadores me escrutaban sin descanso
No, no podía pensar en una sola razón.
Pero ya no estaba seguro nada y eso empezaba a frustrarme.
─────•☆•─────
Capítulo 4 listo uwu
Esta vez narrado por Stephen; y se nos muestra un poco del ambiente fuera de la universidad.
¿Qué les pareció? ¿Qué opinan de los hermanos de Stephen? Alisson es un amor y definitivamente el pegamento del grupo, porque si depende de Stephen o Jared... JSKASJAK
También aparece por primera vez el padre de Stephen, Steve... ¿qué impresión les ha dado?
Bueno, esto es todo por el momento, y espero que les haya gustado el cap uwu
No se olviden de votar y comentar ;)
No me molesto si le dan mucho amor a la historia <3
Gracias por leerme ♡
Nos leemos pronto ✧
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