C A P Í T U L O 33

—¿Revisaste el procedimiento? —cuestioné mientras revisaba de forma minuciosa mi ejercicio—. Porque no me está dando lo mismo que a ti.

Un sonido lleno de inconformidad se escuchó con claridad en el silencio de mi habitación.

—Lo revisé dos veces, Stephen.

—¿Y las cuentas?

El exagerado suspiro que expulsó me hizo sonreír por lo dramático que podía llegar a ser cuando de estudiar se trataba. Con lo flojo que Michael era, en verdad no comprendía cómo lograba mantener su promedio.

Suponía que simplemente había nacido para ello.

—Oh. —Soltó una risa nerviosa que me hizo mirarle sobre el hombro—. Sumé en vez de restar. —Borró con rapidez y escribió algo en su libreta, antes de alzar la cabeza con una sonrisa inocente—. Ahora sí nos da lo mismo.

Rodé mis ojos y taché el número del ejercicio en la pequeña lista de problemas que había realizado para organizar de mejor manera todos los ejercicios que hacíamos.

Ya hacía una semana desde que estábamos de vacaciones entre semestres, pero había decidido que sería útil hacer un intensivo y adelantar Contabilidad IV, porque eso podría ayudarme en mi trabajo. Michael decidió sumarse cuando le conté mis planes y ahora estudiábamos todos los días luego de la universidad para aprovechar el tiempo lo mejor que podíamos debido al corto tiempo que duraba el intensivo.

—¿Pasamos al siguiente o tomamos un descanso para...?

El flash de una cámara activándose hizo que me detuviera para girar mi cabeza y alzar mis cejas con asombro. Michael murmuró un par de cosas mientras revisaba su teléfono, antes de bajar el aparato y dirigirme una mirada llena de vergüenza.

—¿Qué haces?

—¿Tomando una foto? —dudó.

Mi frente se arrugó.

—¿Por qué?

Michael se encogió de hombros y comenzó a jugar con el borde de mi almohada, restándole importancia a la situación.

—Para sumarla a la colección.

—¿Colección?

Michael alzó la mirada, dejando en evidencia el sutil rubor que cubría sus mejillas, mientras me extendía su teléfono para que lo agarrara. Sujeté el aparato en mis manos y metí la contraseña para desbloquearlo, dejando al descubierto la galería con una carpeta llamada "☆".

Oprimí el conjunto de fotos cuando noté que la portada era una foto mía de espaldas frente al escritorio y mi respiración se cortó con la cantidad de fotos que encontré allí.

Las imágenes variaban de ángulo y lugar, pero en todas aparecía Michael conmigo de una u otra forma. Ya sea que ambos estuviésemos mirando a la cámara con sonrisas a juego o que Michael me estuviese tomando una foto mientras estaba prestando atención a otra cosa. La mayoría eran selfies, aunque las primeras fotos del álbum pertenecían al tiempo en que ignoraba a Michael y mi expresión no cambiaba de seria o irritada.

Pero muchos momentos especiales estaban capturados y yo no había sabido de ellos hasta ahora. Pasé a través de una secuencia de fotos tomada el día en que Michael me llevó a la escuela de arte y mordí mi labio inferior. En una me encontraba frente a mi caballete mirando el lienzo con total concentración y las cejas arrugadas, la siguiente fue una foto de ambos sonriendo a la cámara, exhibiendo nuestras caritas de pintura en las mejillas y en la que le seguía salía de igual manera sonriendo a la cámara, pero con un ojo cerrado porque Michael besaba mi mejilla con cariño.

Mi corazón se aceleró más a medida que pasaba las imágenes y más momentos entre nosotros surgían. No podía comenzar a describir el cúmulo de emociones que se desató en mi interior al darme cuenta de lo especial que Michael me hacía sentir con cada una de sus acciones.

Un carraspeo me hizo levantar la cabeza de la pantalla.

—A veces cuando no tengo nada que hacer, activo la cámara y te tomo fotos.

—Por la cantidad que hay aquí, parece que nunca tienes nada que hacer —bromeé, sintiéndome vulnerable.

Michael soltó una pequeña risa justo antes de que sus ojos se suavizaran.

—No puedes culparme. —Se inclinó al frente, colocando sus antebrazos sobre sus piernas—. Cada vez que te veo siento que debo capturar ese momento de alguna forma.

Mis mejillas se encendieron ante la atrevida confesión. Giré mi rostro, pretendiendo mirar la lista de ejercicios que habíamos realizado, cuando mi silla giratoria fue arrastrada hasta el borde de la cama y una mano se colocó en mi barbilla para girar mi rostro.

—¿Estás enojado?

Su pregunta me confundió.

—¿Por qué lo estaría?

Se encogió de hombros.

—No has dicho nada —señaló, como si aquello fuese razón suficiente para preocuparse.

Negué un par de veces, sintiéndome mareado por la cercanía.

—Solo me tomó por sorpresa.

Me acerqué para dejar un pequeño beso sobre sus labios. Pero cuando estuve a punto de alejarme, su boca me persiguió para profundizar el beso, su mano se colocó en mi nuca y se mantuvo allí mientras me inclinaba al frente para seguirle el ritmo. El beso aumentaba de intensidad medida que el tiempo pasaba por lo que me incliné y coloqué mi mano sobre su muslo para sostenerme de algún lugar. Mi mano se apretó de forma inconsciente cuando sus dientes sujetaron mi labio inferior y un jadeo fue ahogado en mi boca cuando volvieron a unirse.

No obstante, la cercanía me pareció insuficiente, por lo que me levanté de la silla para sentarme sobre su regazo y envolver mis brazos alrededor de su cuello.

Michael se apartó del beso con la respiración entrecortada y los ojos llenos de excitación, pero mis ojos se negaron a dejar de mirar con deseo al par de labios rojos que se encontraban entreabiertos al mismo tiempo que sus manos se ajustaban en mi cintura.

—Estás jugando sucio, Stephen.

Su pulgar se deslizó sobre mi labio inferior mientras sus ojos seguían el movimiento.

Quise sonreír ante sus palabras, pero preferí lamer su dedo con lentitud, sabiendo lo mucho que se excitaba cuando me ponía atrevido.

—No es lo único sucio que puedo hacer —susurré, provocando en él una mirada plagada de sorpresa y excitación.

Para probarle mi punto, moví mis caderas, rozando nuestras entrepiernas que se encontraban medio duras, provocando jadeos a juego, producto de la fricción entre nuestros miembros.

Por un instante estuve tan sorprendido y avergonzado por mi comportamiento, que estuve a punto de alejarme y revolcarme en la miseria, pero algo en la mirada nublada de Michael me hizo sentirme tan seguro y deseado que cerré mis labios alrededor de su dedo con la intención de simular que succionaba, provocando que su mirada bajara a la escena y tragara grueso.

Sus manos de inmediato se instalaron en mi cintura y con desesperación me acercaron a su cuerpo, ocasionando que ambos jadeáramos por la fricción. En respuesta, moví mis caderas y Michael intensificó su agarre para propiciar velocidad a los movimientos, justo cuando nuestros labios se encontraron una vez más y nuestras caderas continuaron moviéndose en busca de aliviar la tensión en nuestros pantalones.

De pronto, el beso se volvió más desesperado y nuestros movimientos más necesitados, por lo que bajé mi mano para abrir su pantalón para darnos algo de alivio, cuando el sonido de una puerta me alertó e hizo que me apartara con rapidez del beso para agudizar mis sentidos. Levanté la cabeza y estuve atento por unos segundos, por si había sido mi imaginación, pero las voces de mis hermanos en la plata baja me confirmaron que no era así.

―Esto no puede ser cierto. ―Michael apoyó la frente en mi hombro mientras intentaba normalizar su respiración y yo suspiré una risa mientras dejaba leves caricias en su cabello para ayudarle a calmarse.

―Lo siento, no sabía que vendrían tan temprano.

―No importa, pero sin duda tendrás que compensarme por esto.

Alzó la cabeza y yo le tomé de las mejillas para dejar un pequeño beso en sus labios.

―Lo haré, lo prometo.

La puerta fue tocada y yo me levanté de su regazo, no sin antes comprobar que estuviese en condiciones para ver a los chicos. Me hizo señas para que supiese que podría lidiar con ello y me acerqué a la puerta para encontrar a mis hermanos del otros lado con sonrisas emocionadas que me hicieron sentir cálido.

Incluso Jared lucía más risueño que otras veces.

―Hey, vinimos a... —comenzó James con emoción hasta que miró sobre mi hombro y notó al intruso sobre mi cama—. ¿Qué hace él aquí?

—También me da gusto verte, James —saludó Michael, lleno de ironía.

Rodé mis ojos y moví un par de veces la cabeza en señal de negación.

—Estábamos estudiando —aclaré cuando la atención de todos se fijó en mi acompañante.

James rodó sus ojos y me miró como si fuese estúpido.

—Sí, claro. ¿En tu cama? —Señaló con indignación el lugar que ocupaba Michael—. ¿Qué materia era? ¿Anatomía?

Michael soltó una risa ante el comentario.

—Qué intuitivo —alabó—. Estuvimos a punto de llegar a las partes del cuerpo cuando nos interrumpieron.

James rodó sus ojos para luego mirarme con desagrado.

—Es insoportable —refunfuñó—. No me entra en la cabeza que te hayas fijado en él.

—¿En serio? Por el tamaño que tiene, puedo deducir que te entra eso y más—comentó Michael con tranquilidad.

—Ya, está bien.

Subí la muñeca para verificar la hora en el reloj y alcé una ceja cuando noté que era algo temprano para la hora que habíamos quedado

—Creí que nos veríamos dentro de tres horas.

—Sí, bueno... ese era el plan inicial, pero quisimos aprovechar la ocasión para salir a comer antes de la función —explicó Alisson, luciendo un poco culpable—. Si están muy ocupados, no hay problema, en verdad podemos esperar-

—Está bien —intervino Michael para mi alivio.

Mi mirada se dirigió hacia él de inmediato y sus ojos se encontraron con los míos.

—Ya resolvimos media guía y todavía nos queda una semana para el parcial —señaló—. No creo que sea el fin del mundo si no me sobreexplotas por un día.

Rodé mis ojos ante su dramatismo y le vi darse la vuelta para recoger las cosas que tenía regadas sobre mi cama. Colocó su mochila en el hombro, tras recoger cada pertenencia, y caminó hacia donde estaba para detenerse frente a mí. Nos miramos por unos segundos a los ojos, sin saber qué hacer a continuación, hasta que se inclinó y dejó un pequeño beso en la esquina de mi boca.

El contacto se sintió insuficiente al instante en que se separó, pero de inmediato supe que solo se estaba conteniendo por la presencia de mis hermanos.

Subió una mano a mi mejilla y, tras una efímera caricia, se alejó con una sonrisa suave en sus labios.

—Me mandas un mensaje cuando llegues a casa, ¿sí?

Asentí ante su petición y estuve a punto de abrir mi boca para responderle cuando el bufido de James me distrajo.

—¿Ahora resulta que Stephen debe darte reportes de lo que hace y lo que no?—preguntó de brazos cruzados.

Michael ignoró cualquier tipo se provocación de su parte y atravesó la puerta de mi habitación antes de despedirse con la mano y guiñarme el ojo, obteniendo una sonrisa de mi parte.

—Creo que deberías dejarlo, es evidente que es un tóxico y manipulador —sugirió el gemelo como si hubiese tenido la mejor idea del mundo.

Rodé mis ojos y James se encogió de hombros.

—Solo digo.

Mis hermanos fueron participes de todo el intercambio y luego de la partida de Michael voltearon a mirarme, aunque yo me di la vuelta e hice lo posible por ignorar sus insistentes miradas mientras recogía las hojas con ejercicios que se encontraban regadas en mi escritorio y las colocaba sobre la libreta que utilizaba para la materia.

Era la primera vez que ellos veían una demostración de afecto entre Michael y yo de forma directa, por lo que suponía que se encontraban curiosos por mi forma de actuar, pero no estaba de humor para recibir miradas o comentarios al respecto que me harían sentir cohibido e inseguro.

Luego de ordenar el escritorio y cerciorarme de que Michael había ordenado mi cama, me di la vuelta y peiné mi cabello hacia atrás mientras veía a los chicos con su mirada fija en mis movimientos, luciendo tensos.

—¿Creen que podrían esperarme abajo mientras me ducho?

Los chicos salieron de inmediato y cuando me encontré en la soledad de mi habitación, suspiré, preguntándome si la incomodidad sería una constante en mi vida cuando estuviese con Michael y mis hermanos en un mismo lugar.

⋆ ⋆ ⋆

Entré en mi auto y me senté en el asiento del conductor, mientras Jared se sentaba a mi lado y su gemelo ocupaba los asientos traseros junto a Alisson. Encendí el vehículo y expulsé un suspiro lleno de satisfacción tras la comida que compartí con los chicos minutos atrás, antes de ir al lugar al que Alisson quería mostrarme.

Miré por el espejo retrovisor y moví el volante mientras pisaba el acelerador justo cuando Alisson se inclinó al espacio que había entre los dos asientos delanteros para poder estar más cerca.

—Así que... —comenzó, llamando mi atención. Nuestros ojos se encontraron por unos segundos a través del espejo retrovisor, antes de tener que regresar la mirada a la carretera—. Michael, ¿eh?

Aclaré mi garganta justo cuando mis mejillas comenzaron a sentirse calientes y la sensación de ser observado por todos comenzó a volverse insoportable.

—¿Qué ocurre con Michael?

—Oh, vamos, no te hagas el tonto. —Golpeó mi hombro de manera juguetona—. Cuéntanos cómo fue, cómo te diste cuenta de que te gustaba. Creo que todos aquí tenemos la curiosidad de saber cómo ocurrieron las cosas.

Mordí el interior de mi mejilla mientras pensaba en mis opciones, sabiendo que no había escapatoria cuando me encontraba encerrado en el auto con ellos. Por ello, decidí soltar un poco de información para saciar su curiosidad y lograr que me dejaran tranquilo.

—No lo sé... ¿solo ocurrió? Quiero decir, Michael fue muy insistente en permanecer a mi lado y yo solo me rendí ante su presencia en determinado momento. Pero no puedo señalar el instante en que comencé a sentir algo por él. —Mi pecho se calentó ante la repentina oleada de afecto que me invadió—. Pasábamos tiempo juntos y fue agradable, hasta que las cosas cambiaron y... comencé a tener sentimientos por él.

Aclaré mi garganta con incomodidad cuando aparté mi vista de la carretera y me encontré con los ojos soñadores de Alisson atentos a mis expresiones. Solo en ese momento me pregunté qué cara pude haber puesto para que me observara de esa manera.

—Hay algo que sigo sin comprender en todo esto —intervino James—. Al principio parecía desagradarte y pasados los días ya eran amigos.

—No diría que fue de la nada —objeté—. Porque en realidad me tomó algo de tiempo determinar si podía confiar en él y otro poco más en adaptarme a su forma de ser.

Sonreí, recordando lo extraña que se me hacía la amabilidad de Michael.

—Supongo que hubo un punto en el que me cansé de batallar —murmuré, pensativo—. Sentía que luchaba con algo que sería inevitable, por lo que dejé de hacerlo y acepté su presencia.

Me encogí de hombros.

—Comenzamos a pasar tiempo juntos y descubrí que Michael era una persona a la que quería cerca. Me hacía sentir bien, aceptaba lo que sentía y sabía darme mi espacio, lo que en realidad suena gracioso, cuando parece que no me da ni un respiro.

Exhalé una risa.

—Pero, ya saben... estaban estos momentos en los que me sentía raro a su alrededor, sobre todo cuando hacía cosas por mí que nadie nunca había hecho —Apoyé en codo en mi puerta mientras colocaba mis dedos sobre mi boca—. En realidad, no fue difícil enamorarse de él.

—Eso suena tan lindo.

El suspiro lleno de ilusión de Alisson me hizo sentir extremadamente avergonzado.

—Por favor, solo olviden lo que acabo de decir y ninguna palabra sobre esto—advertí—. Mucho menos a Michael.

Alisson soltó una risita y se recostó una vez más sobre su asiento, satisfecha por la información obtenida. Miré a través del espejo retrovisor y los gemelos parecían perdidos en sus pensamientos, haciendo que me preguntase si lo que había confesado era el motivo. Pero no me atreví a indagar porque aún no estaba preparado para hablar de mi relación con Michael tan abiertamente con ellos.

Por ello continué conduciendo en silencio hasta que necesité de las indicaciones de Alisson para llegar al lugar en el que realizaba sus actuaciones.

Media hora después, me encontraba fuera de mi coche observando a mis lados porque la zona no me producía más que inseguridad. Pero no quería demostrarlo porque ya había localizado a dos chicos que miraban hacia nosotros y no estaba seguro si su trabajo era encargarse de la seguridad del callejón o si éramos sus próximas víctimas.

—Solo están haciendo su trabajo, Stephen. —Alisson colocó su mano en mi hombro y le dio un apretón—. No te preocupes, solo son cuatro chicos ubicados estratégicamente para vigilar el flujo de personas que ronda por la zona.

Parpadeé hacia mi hermana y le di una última mirada a los hombres que había ubicado, antes de seguirla al interior de lo que parecía un teatro abandonado. Llegamos a un cuarto lleno de personas y mi respiración se cortó al ver la cantidad de jóvenes que estaban reunidos en grupos esparcidos por el pequeño espacio mientras reían y charlaban.

No iba a juzgar.

Realmente no iba a hacerlo, pero podía entender la razón por la que Alisson prefirió mantener esta parte de su vida para ella y no compartirla conmigo, aunque la idea doliese.

Un chico se acercó con bebidas y nos extendió algunas mientras mi hermana se alejaba para saludar a las personas que se encontraban reunidas. Observé el contenido del vaso de plástico que me habían dado, antes de alzar una vez más la vista para recorrerla en aquella sala llena de gente que podría describir como peculiar.

Al principio, cuando Alisson me habló con tanto sentimiento sobre el pánico que le generaba el que yo descubriese esta parte de su vida, no entendí el temor con el que lo expresaba hasta que pisé el teatro en el que presentaba sus obras.

No solo me generó impacto la ubicación en la que estaba el teatro, sino lo clandestino que era todo esto. Cualquiera que indagara un poco, pensaría que se trataba de algo malo o peligroso por lo privado que era todo.

Pero no tenía nada más que decir, luego de pisar el lugar y observar la sonrisa con la que mi hermana saludaba a todas las personas que se encontraban alojadas en ese edificio. El ambiente era agradable y me llenaba de satisfacción pensar que esa habitación estaba llena de jóvenes que decidieron utilizar aquello en lo que eran buenos para explotar su propio potencial y cambiar vidas en el proceso.

Ahora solo podía estar orgulloso de los gemelos por acompañarle en esto y no dejarla sola, porque el camino para cumplir los sueños era largo y estaba lleno de obstáculos.

—Quita esa cara, Stephen. —Jared se colocó a mi lado y dio un trago a su refresco, antes de soltar una risa llena de humor—. Sé que al principio es difícil adaptarse a la situación, pero no tienes idea de lo realmente geniales que son estos chicos y lo que hacen.

Negué un par de veces y suspiré para dar un trago a mi propia bebida.

—Lo que me cuesta creer es lo que esta chica estuvo haciendo a espaldas de todos. Sin duda es más inteligente y decidida que nosotros tres juntos.

Jared asintió con vehemencia mientras veía la forma en que Alisson era saludada por todos con tanta admiración. Sin duda era una especie de celebridad por aquí. Giré la cabeza hacia mi hermano y coloqué una mano sobre su hombro, dejando un leve apretón mientras esperaba que mi rostro expresara todo el agradecimiento que sentía por él.

—Gracias por acompañar a Alisson en todo este proceso mientras yo estaba en mi pequeño mundo pretendiendo que nada más que yo importaba. —Le di otro apretón a su hombro—. Ella es una chica fuerte, pero sin duda el apoyo que ustedes le han brindado ha sido un impulso para continuar y no rendirse tan fácil.

—No tienes que agradecer, es nuestra hermana pequeña después de todo. Tuviste que ver la ferocidad con la que James actuó cuando descubrimos este lugar y la protección que mostró cuando creyó que Alisson estaba en peligro. —Negó un par de veces, como si no pudiese creerlo aun—. Casi se vuelve un poco loco, hasta que ella nos explicó y las aguas se calmaron. Aunque eso no evitó que le exigiera a Alisson estar al tanto de cada una de sus presentaciones para venir aquí con ella.

—Puedo entenderlo —admití—. Hace unos meses yo hubiese actuado igual o peor. Aunque lo que me tiene tranquilo ahora es el saber que ustedes la estuvieron acompañando en todo este proceso. Estoy realmente feliz de que la apoyaran.

Jared asintió luciendo un poco avergonzado, antes de que el bullicio se detuviese y la gente comenzase a trasladarse por una puerta. El gemelo me hizo señas con la cabeza y comenzamos a caminar al mismo lugar que los demás.

—¿Estás listo?

Cuando Jared preguntó aquello con un brillo misterioso en sus ojos color miel, no supe qué esperar, hasta que estuve sentado, las luces se apagaron y el show comenzó.

Me quedé pasmado en mi lugar mientras mis ojos se negaban a apartarse de los gráciles movimientos que Alisson realizaba sobre el escenario mientras interpretaba la historia de una chica que había perdido sus recuerdos a causa de un accidente, olvidando en el proceso a su pareja.

La cuestión fue que el chico no quiso decirle que era su pareja porque no quería presionarla a estar con él cuando no recordaba sus sentimientos, por lo que permaneció a su lado como su amigo con la intención de conquistarla, pero ella se enamoró de otro y no tuvo más opción que verla feliz... aunque no fuese con él.

Lágrimas se acumularon en las esquinas de mis ojos al mismo tiempo que una presión se instaló en mi pecho, y no se esfumó ni cuando la obra terminó y todos nos levantamos para aplaudir, ni cuando salimos del teatro para comenzar a ordenar todo.

Me sentía entumecido mientras veía a los organizadores ir de un lado a otro para asegurarse de que cada cosa estuviese en su lugar. No sabía qué estaba esperando cuando acepté acompañarla, pero sin duda no era esto.

Estaba tan conmocionado que no terminaba de asimilar que lo mis ojos habían presenciado.

Una Alisson con las manos escondidas en su espalda baja se acercó con timidez y se detuvo a mi lado, analizando mi expresión. Los gemelos venían detrás de ella, James con las manos en los bolsillos y Jared con los brazos cruzados sobre su pecho; ambos atentos al intercambio entre la pequeña y yo.

—¿Que te pareció?

Negué un par de veces y sin poder evitarlo, envolví mis brazos a su alrededor, para sorpresa de mi hermana, que se tensó en su lugar como si no pudiese creer lo que estaba ocurriendo. Apreté mi agarre y cerré mis ojos para transmitirle todo el cariño que sentía por ella y que era incapaz de mostrar tan a menudo como lo necesitaba.

—Estoy muy orgulloso de ti.

En mi voz se escuchó toda la emoción vibrante que sentía en ese momento tras ver a mi hermana menor sobre el escenario, deslumbrando a todos con su desbordante talento.

Me aparté de ella para encararla y cuando vi las lágrimas acumuladas en las esquinas de sus ojos, supe que ser honesto era lo correcto.

—No tengo palabras para describir lo que sentí cuando te vi allí arriba, pero no pude apartar los ojos de ti ni por un segundo mientras te movías por el escenario. Fue tan mágico que dudo haber parpadeando en algún momento.

Alisson exhaló una pequeña risa mientras limpiaba las lágrimas que comenzaron a caer por sus mejillas debido a la felicidad que sentía.

Al detallarle, recordé las palabras que Michael dijo en mi habitación, el cómo pensaba que capturar momentos era importante aun y cuando estos quedasen grabados en mi corazón.

Saqué mi teléfono, lo desbloqueé y entré en la aplicación de la cámara, antes de mostrar la pantalla a Alisson.

—Tomaré una foto de nosotros ahora, para que cuando seas famosa pueda presumir que te conocí desde tus comienzos.

Alisson soltó una risa nerviosa y se acercó hasta que envolví mi brazo alrededor de su cintura. Acomodé la cámara hasta que nos enfocó y capturé el momento en el que mi hermana más pequeña sonrió a la pantalla con emoción y un brillo de ilusión plasmado en sus ojos.

Levanté la mirada de la foto y la fijé en los gemelos que parecían emocionados con la escena.

—¿Ustedes se quedarán allí? —Cuando hablé parecieron salir del trance en el que estaban—. Dense prisa y pónganse frente a la cámara.

Los gemelos se instalaron de inmediato a nuestro lado y tomé un par de fotos, algunas con sonrisas a juego y otras menos normales, con muecas cómicas.

Los brazos de Alisson se envolvieron a mí alrededor y me apretaron a su cuerpo mientras apoyaba su cabeza en mi pecho.

—Gracias por venir —murmuró contra mi camisa—. Esto es muy importante para mí y que hagas parte de esto lo hace más especial.

Reforcé mi agarre alrededor de su cintura y la pegué a mi cuerpo cuando mi vista se nubló por las lágrimas contenidas que se agruparon por el sentimiento producido por sus palabras.

—Gracias a ti por permitirme ser parte de esto.

Luego de aquello, los chicos y yo salimos del lugar, tras asegurar que todo estaba en orden. Saqué el teléfono del bolsillo delantero de mi pantalón y escribí un mensaje antes de guardarlo con rapidez.

Conduje por las calles con cuidado, perdido en mis pensamientos, aprovechando que los chicos se encontraban en silencio, y una hora después me encontraba de camino a casa tras dejar a mis hermanos en la seguridad de su hogar, con la misma presión en el pecho tras presenciar la obra.

Di la vuelta en la esquina que daba a mi vecindario, cuando vi el auto de Michael estacionado frente a mi casa y a este apoyado a un costado mientras miraba el cielo estrellado que esa noche se apreciaba con mayor claridad.

A penas estacioné, bajé del auto y corrí a sus brazos, ocultando mi cara en el hueco entre su cuello y su hombro para perderme en la calidez que desprendía su cuerpo. Aspiré su aroma y exhalé con satisfacción cuando la tensión drenó de mí, dando paso a la tranquilidad.

Recordar la obra me hizo sentir un nudo en la garganta, por lo que me quedé allí, intentando llegar a un acuerdo con las confusas emociones que me embargaban.

Michael no preguntó nada, solo reforzó su agarre a mí alrededor y dejó caricias en mi espalda mientras frotaba su rostro contra mi cabello y apoyaba la mejilla en la cima de mi cabeza.

Me sentía tan seguro en sus brazos que por un segundo deseé no salir de allí jamás.

Pero lo que presencié aquella noche me hizo comprender que el arte y sus extensiones eran una cosa maravillosa. 


─────•☆•─────

No tengo excusas, simplemente pasé por un enorme bloqueo de escritura cuando se borraron dos capítulos completos de esta historia, incluyendo este que estoy publicando :)

Fue muy dificil volver a conectar con lo que quería transmitir, pero logré superar ese bache y aquí está el capítulo, que espero que les guste, porque a mi me encantó <3

Bueno, no hay mucho que decir, solo una recomendación importante: Comiencen a prestar atención, de ahora en adelante, a los detalles más mínimos, que ustedes crean son insignificantes o de relleno, porque más adelante van a quedar así :0

Preguntas aquí:

Sugerencias aquí:

Odio aquí:

No se olviden de votar y comentar si les está gustando. También pueden recomendar la historia a sus amigos para que conozcan a mis bebés.

Pueden seguirme en las redes sociales que ven aquí abajo:

Gracias por leerme, los amo un montón 

Nos leemos más pronto que tarde.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top