C26: Confesiones y amenazas.
—No es el momento—anunció Richard apenas vio a la chica entrar en el restaurante.
—De verdad siento todo lo que está pasando contigo y con Isabella...—susurró Leslie.
—Dime de una vez que es lo que quieres, Leslie—le exigió.
—Richard...
— ¡Habla de una vez!
—Sammirya trató de convencerme para que la ayudara a separarlos a Isabella y a ti...ella tenía una plan maniático para que Zabdiel estuviese enfadado con su hermana por mucho tiempo...—le explicó.—Al principio, cuando no sabía que era todo lo que estaba planeando acepté ayudarla porque creí que era una buena manera para de vengarme de Isabella por el simple hecho de que tú siempre pensaste en ella y en realidad nunca me amaste pero cuando comprendí que de verdad esa chica estaba tan loca como parecía decidí dejarlo...
—¿Por qué estás contándome todo esto? No sirve de mucho, de hecho; no sirve de nada—le espetó.
—Lo sé...y no es que esté tratando de redimirme es...de verdad lo lamento...—hizo una pausa—ayer volví después de ustedes del campamento...traté de hablar con Joel pero su celular parece ser que no funciona...
—Donde quiera que Sammirya los haya llevado no tienen buena recepción o se deshizo de sus celulares—Leslie suspiró.—Zabdiel creyó que los había llevado a la cabaña de sus padres pero esta mañana Erick y yo los fuimos a buscar y no hay rastro de ellos...es como si la Tierra se hubiese abierto y se los hubiese tragado...—le explicó completamente afligido.
—Sammirya planeaba hacerlos pelear a Christopher y a ti para que tú la hicieses elegir entre ambos...y hacerle ver a Zabdiel que en realidad ustedes no podían estar juntos porque todo se iba ir a la mierda...—murmuró.—Pero el hecho de que Isabella descifrara primero todo lo que ella planeaba sólo hizo que los planes de Sammirya se fueran por el caño y que todo se alterara ...
—¡Soy un imbécil!—susurró Richard.—Por qué no me di cuenta antes que ella estaba detrás de todo esto...por Dios, ¡que tonto soy!
—Christopher lo sabía...
—¿Qué?
—Él la escuchó hablando con Zabdiel, dándole malos consejos para que siguiera enfadado con su hermana...—le explicó en voz baja.
—¡Y Christopher no dijo nada!—exclamó.
—No ibas a creerle, Richard...ella sabía que tú detestabas la presencia de Christopher cerca de Isabella y lo supo aprovechar para hacer que todo saliese a su conveniencia...—masculló.
—¡Tengo que encontrar a Isabella ahora más que nunca!—anunció poniéndose de pie.
—¿A dónde vas?
—¡A buscar a Isabella incluso por debajo de las piedras!
(...)
—¡No puedo más!—se quejó Christopher dejándose caer con la espalda apoyada en una gran roca.—No puedo terminar de creer que en esta estúpida carretera no pase nadie—replicó con molestia.
—Vamos, chicos...
—¡Mis piernas no dan para más!—anunció Joel en medio de un jadeo.—y este estúpido celular se quedó sin batería...—añadió golpeando su celular en la palma de su mano.—¿No estás cansada...?
—Sí, pero no pienso darme por vencido...ahora más que nunca quiero llegar a casa y darme el gusto de sacar a patadas a esa arribista...—proclamó sentándose junto a Christopher.
—Dios, me muero de hambre...—replicó él castaño. Joel negó un poco.
—No entiendo porque tus padres tenía que comprar una cabaña tan lejos de la ciudad y en una maldita carretera desierta—se quejó Joel en medio de un largo suspiro.
—Funciona por favor...—susurró Christopher hablándole a su celular.—Vamos, al menos una barrita de señal, por favor...si funcionas te prometo que nunca más en la vida te dejaré caer...pero por favor funciona...—siguió. Isabella lo observó un momento y rio en voz baja.
—¿Funciona ahora?—cuestionó Joel en dirección a Christopher.
El muchacho frunció las cejas y negó arrugando la nariz.—Recuérdame comprar un celular que si funcione cuando se le necesita...—replicó con molestia.—¡Joder, me muero por un vaso de agua fría!
Isabella llevó sus ojos hasta sus amigos y negó un poco. ¿En qué momento habían terminado inmiscuidos en todo aquello? Era impresionante la manera en la que esos dos muchachos la habían seguido sin pensárselo un solo momento. Esos eran sus amigos y por su culpa estaban a punto de morir deshidratados tratando de llegar a la ciudad.
Apartó la mirada un momento y pensó en Richard.
Seguramente él se sentiría completamente decepcionado de ella pero estaba en todo su derecho al final de cuentas. Isabella se había comportado como una cobarde y había hecho exactamente lo que la loca de Sammirya le había pedido ¿entonces qué caso tenía pensar que entre ellos las cosas se iban a arreglar? Por todas las cartas que había leído se había dado cuenta que el amor que Richard le profesaba era el más puro y el más sincero que había tenido alguna vez.
Era el tipo de amor de niños que con el paso del tiempo –y aún a pesar de la distancia que tenían de por medio- nunca había dejado de estar. Era el tipo de amor que te hacía sentir protegido y que te hacía sentir que todo estaría bien. Porque Richard era así y él no se merecía que nadie en la vida –incluida ella- lo hicieran sufrir.
Ella no se podía permitir hacerlo y no quería seguirlo haciendo.
—¿Isabella...?—la llamó Christopher.
—¿Si...?
—Tenemos que seguir...
—Claro...
(...)
—¿Qué haces aquí?—cuestionó Zabdiel en cuanto abrió la puerta de la casa y se encontró con Sammirya.
—Esta también es mi casa—respondió la chica.—Los tíos dijeron que podía quedarme todo el tiempo que yo quisiera...—le recordó.
—Y lo dijeron porque realmente no te conocen...—masculló el chico de mala gana.—En este mismo momento me vas a decir en donde está mi hermana...
—Está donde tiene que estar y no debería decirte esto pero ella y sus estúpidos amiguitos están bien...—respondió.
—¿En dónde está mi hermana?—repitió Zabdiel.
—Leyendo sus espantosas cartas...
—De verdad que no puedo terminar de creer que todo este tiempo no hiciste más que engañarnos...—susurró Zabdiel sin dejar de mirarla.—Todo este tiempo fuiste una mala persona fingiendo ser buena...todo este tiempo no odiaste...
—¡A ti no te odio!
—Pero yo si te odio a ti—le dijo él lanzándole una mirada llena de reproche—Te detesto porque por tu maldita culpa todo está mal...todo este tiempo estuviste diciéndome que tenía que estar mal con mi hermana y con mi mejor amigo sólo porque la odias... ¿Qué clase de persona hace eso?—replicó.
—No te obligué para que me creyeras ¿o sí, querido primito...?—le sonrió—dime Zabdiel, te obligué para que creyeras en mi...estás enfadado porque todo este tiempo fuiste la persona más débil del mundo, tan crédulo y no te diste cuenta que por un gran estupidez le diste la espalda a tu hermana y a tu mejor amigo...decidiste confiar en mi pero lo que más te molesta es que sabes que todo fue por voluntad propia...no te pedí que confiaras en mí. Sin embargo, lo hiciste...—él negó.
—Yo fui más idiota por si quiera pensar en confiar en ti, tienes toda la razón...pero en este maldito momento me vas a decir en donde diablos está mi hermana, Joel y Christopher; y después vas a tomar todas tus cosas y te vas a ir de esta casa para no volver nunca más.. —le espetó el chico entre dientes completamente furioso.
Los ojos marrones de Sammirya se posaron en los de Zabdiel y negó un poco con una sonrisa petulante en el rostro.—No me puedes echar de esta casa...no es tuya...
—¿Ah, no...?—cuestionó él de mala gana.—Tienes razón en eso también...es la casa de mis padres pero la verdad, Sam...es que no creo que ellos quieran que alguien como tú siga bajo su mismo techo en el mismo momento en el que les diga que te llevaste a Isabella... ¿Qué crees que pensarían?—añadió ofreciéndole una irónica sonrisa.—Porque la verdad es conociendo a papá creo que pensaría que eres una desequilibrada mental que secuestró a su hija y a sus amigos...
—No te atreverías...—susurró la muchacha.
—¿Quieres apostar a que si...?—replicó Zabdiel.—Quiero que por un solo segundo pienses en quién de los dos perdería más porque ciertamente...yo no pierdo nada y ganamos todos...
—Eres un idiota—decidió la chica.
—Capaz que sí, pero soy un idiota con el poder de echarte de su casa con la mano en la cintura—se burló—así que déjame que te lo pregunte de nueva cuenta... ¿Qué prefieres...? ¿Irte muy lejos de aquí o esperar a que papá llame a la policía para que te acusen de secuestro y después te lleven a un hospital psiquiátrico por loca...?
—¡Eres un...!
—Se te está terminando el tiempo para pensar, Sammirya—canturreó cruzándose de brazo.—dime donde está Isabella y después te puedes ir sin preocupación alguna...
La chica le lanzó una mirada de desprecio, soltó un suspiro y finalmente apartó la mirada.—¡En la cabaña!—refutó mordazmente.
Zabdiel suspiró.—Ahora tienes diez minutos para que reúnas tus pertenencias y después te vas...
(...)
—¿Estás seguro, Zabdiel?—cuestionó Richard apretando con más fuerza el teléfono contra su oído.
—¡Sí!—respondió el castaño—Ella misma me lo dijo, los llevó a la cabaña... ¿Por qué...?
—Porque estuvimos ahí con Erick y no hay rastro de ellos...—anunció en medio de un largo suspiro. Los ojos de Zabdiel se abrieron con sorpresa y soltó un jadeo—Sin embargo, hay huellas...y por lo que se ve son algo recientes...pero tampoco podemos asegurar que son de ellos...
—¿Estás muy seguro de ello...?—Richard suspiró otra vez.
—Sí.
—Joder...—susurró escuchando en la distancia los pasos de su madre. Zabdiel apartó la mirada y jugueteó nerviosamente con los puños de su suéter.—Richard, tengo que dejarte...necesito hablar con mi mamá...
—De acuerdo...cualquier cosa que sepas por favor, dímela...
—Cuenta con ello...
—¿Zabdiel?—cuestionó la voz de la mujer—Ven acá en este momento porque tú y yo tenemos que hablar muy seriamente...
—Mamá...—la llamó Zabdiel.—Yo también necesito hablar contigo de algo muy serio...
_ _ _ _
¡Vieron que soy la mujer más despistada de México y subí el 27 por el 26! JAJAJJ, este es el verdadero C26.
Disfrútenlo y esperen el final de EDDUR, luego de ciento cincuenta años ggggg, AH.
Love u y nos seguimos leyendo en un ratito. Pd. Ya no dejaré notitas hasta la del final.
Un beso, Gloria, xx.
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