C13: Richard Camacho está enamorado.
—De verdad, espero no haber interrumpido nada—susurró Christopher de nueva cuenta mientras esperaban a que el mesero apareciera con sus cafés.
—No te preocupes, en realidad estaba tratando de estudiar pero ni siquiera estaba concentrada...tenía...una gran distracción junto a mi...—inquirió la pelinegra frunciendo los labios.—¿en que se supone que necesitabas mi ayuda?
El chico le ofreció una pequeña sonrisa y soltó un pequeño suspiro.—Ah...oh, sí, claro. ¿Podrías ayudarme a ponerme al corriente con las clases? Es decir, soy el chico nuevo y es un poco complicado seguirles el paso tomando en cuenta que hace más de dos meses que comenzó el año escolar...—explicó lentamente. Isabella le ofreció una pequeña sonrisa y llevó su mirada hasta el servilletero en el centro de la mesa.
—Claro, no es para mí un problema ayudarte—respondió en voz baja.
—Gracias...te debo una. Realmente me has salvado de tener que pasar todo el día metido en la biblioteca tratando de encontrar y poner todo en orden—masculló arrugando la nariz.
—No te preocupes, para eso estamos los amigos...—decidió ella encogiéndose de hombros.
—Cuéntame más sobre ti...—pidió Christopher sonriéndole.
—¿Cómo que quieres que te cuente?—cuestionó ella sin apartar sus ojos color chocolate de los marrones claro del muchacho.
—Pues, no lo sé...que es lo que te gusta hacer en tu tiempo libre...sobre tu familia...—ella suspiró.
—Tengo un hermano, su nombre de Zabdiel...sobre mi familia no hay mucho que contar dado que viví varios años en el extranjero así que pasé mucho tiempo lejos de ellos...pero por lo poco que si te puedo decir es que mi padre es empresario y mi madre una diseñadora de modas que tiene su propia agencia de publicidad, pasan la mayor parte del tiempo fuera de casa así que...
—¡Que jodido!—resopló el castaño.
—Realmente no tienes idea de cuánto...—sonrió—pero cruentamente sobre ti...
—Bien...tengo un hermano mayor que es chef pero la verdad es que pasa mucho tiempo fuera de casa viajando que casi se podría considerar que soy hijo único...antes vivíamos en Nueva Jersey pero desde hace varios años hemos estado mudándonos de un lado al otro que ya somos más nómadas que personas normales—bromeó.—tengo que admitir que me encanta viajar pero en de este modo...es decir, es algo tedioso tener que empezar una vida nueva muchas veces en tan poco tiempo que...—Isabella suspiró.
—Realmente apesta—concluyó.
—Si...¿Te puedo hacer una pregunta sin que suene atrevimiento?—cuestionó él jugueteando con su bebida.
Ella asintió de inmediato.—¿Qué es lo que pasa?
—¿Entre Richard y tú hay algo?—soltó de repente.
—¿Lo conoces?—Christopher negó.
—Compartimos un par de clases pero sólo eso...además, tengo la sensación de que quiere partirme la cara y la verdad es que no entiendo por qué...—la chica rio en voz baja.
—Regularmente puede parecer todo un desgraciado pero al final del día es una buena persona y contestando a tu pregunta...no—susurró—no tenemos nada más que una enemistad si es que a eso se le puede llamar así...
—Lo conoces bien, eh...—comentó casualmente. Isabella se quedó estática observándole en silencio y asintió lentamente.
—Somos vecinos—anunció—pero antes, cuando éramos pequeños y justo antes de que yo me fuese a vivir a España éramos buenos amigos...—le contó.—Richard era el chico más dulce que hubieses podido imaginar y pasábamos cada tarde sentados en la acera de nuestras casas o con el trasero metido dentro de una casa del árbol...—Christopher sonrió.
—Eso definitivamente suena interesante—musitó encogiéndose de hombros.—¿Sabes lo que creo?—Isabella negó.—Yo realmente creo que él siente algo por ti...—anunció.
—¿Y cómo porque tú crees eso?—cuestionó ella apoyando sus codos encima de la mesa, justo como su abuela siempre solía decirle que no debería hacerlo.
"'Eso no es digno de una dama".
—Porque lo he visto en varias ocasiones y la manera en la que te mira es...bueno, parece un chico enamorado...—inquirió Christopher.
Ella se quedó observándolo fijamente con el corazón hecho un puño. Pestañeó varias veces y luego soltó una gran carcajada haciendo que varios clientes los voltearan a ver. Christopher suspiró y negó un poco.—¿Qué Richard Camacho está enamorado de mí?—cuestionó bastante divertida.—¡No inventes, Christopher!
—¿Por qué no? Es decir, tú eres completamente lindísima, realmente no entiendo porque crees que él no se podría enamorar de ti... —indagó sin dejar de observarla a los ojos.
—Porque no nos llevamos bien ¿eso te parece una buena razón?—interrogó mirándole con una ceja enarcada.
—Vamos, Isabella...los dos sabemos que realmente esa no es una excusa valida...de hecho hay miles de películas clichés en las cuales se maneja la misma artimaña, el rudo popular del colegio se enamora de la chica que dice que lo odia cuando en realidad nunca lo odió y siempre estuvo volviéndose loca por él... ¿no te suena eso?—ella negó.
—Realmente cuando creces en un internado no tienes mucho tiempo libre para ver películas clichés—anunció ella. Christopher suspiró.
—Lo lamento, no quería que...—comenzó a decir el chico de manera atropellada. Isabella se echó a reír completamente divertida.
—No te preocupes, sólo te estaba tomando el pelo...
—¿Creciste en un internado sólo para niñas cuidada por mojas?—cuestionó. Ella rio encogiéndose de hombros.
—Era mixto y no, no era cuidada por monjas aunque tengo que decir que la directora era bastante...peculiar...—musitó. Él la miró.—De hecho...así fue como conocí a Joel, mi mejor amigo...
—¿Fue lindo? Es decir, vivir en el internado ¿fue lindo?—cuestionó. Isabella pestañeó un par de veces.
—Fue definitivamente la peor cosa que me ha pasado en la vida ¿sabes?—susurró.
—¿Y por qué tus padres te enviaron?—inquirió.—Es que, no lo entiendo...
—Pues bienvenido al club porque yo tampoco logro entenderlo...
(...)
—¿Entonces tú crees que será increíble?—cuestionó Zabdiel observando a su prima.
—Obvio—respondió la chica.—Los tíos no han estado en casa en mucho tiempo ¿no crees que estarían completamente encantados si ven que tienen una fiesta para ellos o algo así?—preguntó ofreciéndole una gran sonrisa.
—No lo sé...nosotros nunca hemos hecho una fiesta en todo el tiempo en el que hemos vivido juntos...—susurró apartando la mirada.
—¿En serio?—el muchacho asintió.—Es raro ¿sabes? Regularmente cuando los chicos vienen juntos siempre terminan haciendo fiestas... ¿Por qué ustedes no?—cuestionó sin pestañear
—No lo sé...supongo que es porque sabemos que los abuelos probablemente mueran de un infarto si se nos ocurre hacerlo pero...—ella rio.
—Bien, ¿podemos hablar con el abuelo, cierto?—preguntó.—Por dios, Zabdiel...es su hijo, supongo que después de todo el tiempo que ha pasado fuera hacerle una fiesta de bienvenida le va a parecer una idea increíble... ¿no lo crees?—Zabdiel suspiró.
—¿En verdad crees que es una buena idea? La verdad es que creo que tendríamos que consultarlo con Isabella, después de todo esto es su casa y ellos son sus padres—declaró.
Sammirya entornó los ojos y negó de inmediato.—Zabdiel...¿de verdad tenemos que pedirle permiso a Isabella para hacer cualquier cosa en esta casa?—cuestionó cruzándose de brazos.
—No es que le estemos pidiendo permiso o no pero si es su casa creo que eso es lo más prudente. No quiero que volvamos a tener algún problema o algo parecido ¿entiendes eso?—inquirió lentamente.
—Pues si de verdad pretendes que le pidamos permiso por cada paso que damos, adelante...
(...)
—Creo que le gustas a Christopher—soltó Joel mirándole fijamente.
Isabella llevó su mirada hasta la bibliotecaria sentada detrás del mostrador y volvió a mirar a su mejor amigo.—Claro que no...
—¿Entonces como explicas que tenga mucho interés en conocerte?—preguntó sin dejar de observarla.
—Bueno, no lo sé...quiere conocer a la chica con la que chocó el primer día de clases y eso es todo...—él negó.
—Ningún chico se interesa tanto por una chica sino es porque quiere hacerla su novia—le espetó el castaño. Ella suspiró.
—¿Tú también quieres hacerme tu novia?—cuestionó. Joel rio.
—Al principio lo quería pero después comprendí que nunca iba a pasar así que decidí hacerte mi mejor amiga...—confesó.
—¿Qué? ¿Me enviaste a la Friendzone antes de si quiera intentarlo?—inquirió ofendida.—No puedo creerlo, Joel Pimentel...—se quejó.
Él rio.—Es broma...
—Ya lo sabía—respondió y ambos rieron.
—Quiero la verdad—pidió Joel acercándose un poco a ella. La sonrisa de Isabella se esfumó y lo observó un momento.
—¿La verdad? ¿Qué verdad?—él se cruzó de brazos y negó.
—Puedes mentirle a todo el mundo si quieres pero yo te conozco como la palma de mi mano y ese brillo que tienes en los ojos deja mucho que decir así que... ¿vas a contarme de una vez?—cuestionó.
Ella suspiró.—A veces te odio—replicó.
—Sabes que eso no es cierto, así que vamos...—pidió.
La chica volvió a llevar sus ojos hasta la bibliotecaria que permanecía con la mirada clavada en la pantalla de su ordenador frente a ella.—De acuerdo...—susurró simplemente antes de llenar de aire sus pulmones.—Estoy con Richard...—soltó de golpe.
Los ojos de Joel se abrieron con sorpresa y dejó escapar un pequeño gemido de sorpresa.—¿Qué?—preguntó en voz baja. O por lo menos esa era la idea porque fue inevitable que el resto de los chicos en las mesas vecinas no los miraran. El chico les dedicó una pequeña sonrisa a modo de disculpa antes de volver a llevar sus ojos hasta los de la chica que permanecía en silencio esperando por una respuesta de su mejor amigo.—¿En qué momento pasó...?
—Hace unos días...la verdad es que sigo creyendo que es una especie de sueño o algo parecido ¿sabes?—susurró.—Es complicado y u poco extraño...
—¿Complicado?—cuestionó él.—Creo que ya no entendí...
—Richard acaba de terminar con Leslie...y justo ahora está conmigo, es decir...no somos novios aún pero...no lo sé, Joel...cuando estoy con Richard ciento cosas que nunca antes había sentido ¿entiendes eso? Siento algo extraño pero a la vez es...lindo...—le explicó lentamente.
Joel suspiró.—¿Estás enamorada de Richard?—interrogó el muchacho conteniendo la respiración.
—No lo sé...
—Pues si me lo preguntas a mi creo que es un poco evidente...—anunció.
—¿Evidente?—él asintió.—¿Qué se supone que es evidente...?
—Que Richard Camacho está enamorado...
(...)
—¿Consiguieron lo que les pedí?—cuestionó la chica apretando con fuerza el celular.
—Lo que nos pediste no es tan fácil ¿sabes?—replicó el hombre—Estamos hablando de algo complicado, no es como si hubieses pedido un simple chicle...—se quejó.
—Nada puede salir mal ¿si entienden eso, cierto...?
—Tú sólo déjanoslo a nosotros...somos profesionales...—anunció él de nueva cuenta.
—Pues eso espero...manténganme informada de todo. Ya quiero ver la cara de mi linda primita...
—¡Estás loca!—se burló la voz masculina.
—Tal vez pero...al final de cuentas finalmente voy a ser sólo yo...
__ _ _ _
¿Ya le conté que está historia sólo tiene treinta capítulos? ¿No? Pues bueno, esta historia sólo tiene treinta capítulos. Pero yo sé que les van a gustar.
Esta semana espero que mi cerbero siga colaborando como el día de hoy para subirles más capítulos.
Les dejo un beso y nos leemos muy pronto.
Love, Gloria, xx.
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