C11: Un secreto de dos.


—Faltaste a todas las clases, Isabella—reprochó Zabdiel apenas la vio atravesar la puerta de la casa.

—Me sentía un poco mal—respondió lanzándole una pequeña sonrisa a modo de disculpa.

—¿Qué? ¿En dónde estuviste todo el día?—cuestionó poniéndose de pie mientras Sam se barnizaba las uñas. Los ojos azules de la chica se posaron un segundo en ella y luego volvió a su labor restándole importancia.

—Primero fui con la enfermera para que me diera un analgésico o algo parecido que terminara con el dolor de cabeza y me dijo que necesitaba reposo, vine, reposé y después fui a caminar por ahí ¿Por qué tanta pregunta?—musitó la chica sin dejar de observarlo fijamente.

—Era sólo curiosidad...por cierto, el día de hoy conocí a Christopher—anunció—parece una buena persona...—comentó casualmente.

Isabella lo miró entrecerrando los ojos y pestañeó un par de veces.

—¿Te acercaste a él sólo para ver si es una buena persona o no para mí, Zabdiel?—cuestionó la chica y automáticamente las mejillas del muchacho se sonrojaron.

—No...

—Como sea, ella ya está aquí y eso es lo que cuenta ¿no?—se entrometió la rubia clavando su mirada en Isabella. La pelinegra de inmediato le lanzó una mirada reprobatoria y una sonrisa completamente falsa.

—Voy a mi habitación...—anunció.

—Espera, Isabella...—la llamó Sam—Es cierto que nosotros no tenemos tan buena relación pero... ¿podemos al menos intentar llevarnos bien, no lo crees? Después de todo, vamos a vivir juntas y no tiene mucho sentido estar siempre en una batalla campal que no nos va a llevar a ningún lado...—explicó sonriéndole falsamente.

—No lo creo...—respondió Isabella comenzando a caminar.

—Para que veas que estoy hablando en serio puedes venir con nosotros a la cena con Richard—la chica dejó de caminar de inmediato. Se giró lentamente y la miró llena de curiosidad.

—¿Cena con Richard?—cuestionó.—¿De qué supone que estás hablando...?

—Hace unos minutos lo llamé para decirle que si íbamos a cenar por ahí. Él dijo que si así que...

—¿Él dijo que si?—preguntó débilmente.

—Pues obvio, prima ¿Quién me diría a mí que no?—masculló sonriéndole victoriosamente—Lastimosamente dijo que le dijera a Zabdiel que si nos quería acompañar y él dijo que si así que... ¿vienes?—Zabdiel soltó un largo suspiro e Isabella frunció el ceño.—La verdad es que creo que le gusté ayer cuando nos reencontramos en el salón...tal vez es algo tímido y le cuesta un poco aceptar lo que siente...pero estoy completamente segura que será sólo cuestión de tiempo para que me pida ser su novia. ¿No es una estupenda idea? Tal vez si se vuelve parte de la familia ustedes pueden comenzar a llevarse un poco mejor...—explicó y la pelinegra la miró mal.

—¿Por qué no te callas?—soltó—Me mareas con tanta palabrería.—le espetó entornando los ojos.

—¡Isabella!—advirtió Zabdiel tratando de no soltar una carcajada.—Y Sam, creo que estás un poco equivocada. Joel es el tímido, Richard tiene de tímido lo que...

—Lo que tú de buena persona, Sam—completó Isabella para fastidiarla. Los ojos de la rubia se abrieron con sorpresa y Zabdiel rio.

—¡Isabella!—la retó Zabdiel de nueva cuenta.

—Quiero ir a esa cena—decidió la chica.—Así que si no les molesta, iré a darme una ducha...—inquirió retomando su camino.

—¿De verdad crees que no soy una buena persona, Zab?—escuchó a Sam preguntarle a su hermano mientras subía las escaleras. Se rio en voz baja y negó.

—Esto va a ser muy divertido...

(...)

—¿Estás loca? Ni siquiera estamos invitados—se quejó Joel a través de la línea telefónica.

—Veamos...Sammirya invitó a Richard, Richard invite a Zabdiel indirectamente, después Sammirya y Zabdiel me invitaron a mí, yo te estoy invitando a ti así que si, si estás invitado—explicó la pelinegra admirando el techo de su habitación.

Joel se echó a reír—De verdad que a veces estás bien loca—se burló el chico.

Vamos, Joey...es sólo para fastidiarla...—comentó con diversión.

—¿No crees que tu prima realmente quiere hacer las paces contigo?—cuestionó el muchacho en voz baja.

—Voy a hacer como que no dijiste eso—musitó la pelinegra.

—¿Puedo saber cómo porque tienes tanta felicidad acumulada si te acaban de decir que vas a ir a cenar con Sammirya y encima con Richard? ¿Qué mosquito te picó?—murmuró Joel. Una autentica sonrisa se instaló en los labios de la chica y dejó escapar el aire de sus pulmones de manera lenta.—¿Isabella...? ¿Estás bien...?

—Si...—respondió recuperando la compostura—Y no me tengo ningún exceso de felicidad y obvio que sé que en la cena también estarán ese par de personas antipáticas pero...estoy un poco cansada de luchas contra ellos ¿sabes? Creo que podría bajar la guardia un poco ¿no lo crees? Relajarme sólo un poco—explicó en voz baja.

¿Quién eres tú y que le hiciste a mi mejor amiga?—se burló Joel y luego ambos rieron.—Pero hablando en serio...creo que eso es lo mejor que puedes hacer por lo menos el día de hoy...lleva la fiesta en paz y tal vez muchas cosas buenas van a suceder...

—Sonaste como comercial barato de televisión—se carcajeó ella—¿Entonces vienes a la cena, Pimentel?—inquirió.

No puedo...tengo planes...—anunció él.

—¿Planes?

Te contaré después ¿sí? Te tengo que dejar, Isa...mi chica me espera—Isabella rio y negó un poco.

—Suerte, campeón—añadió. Escuchó una pequeña risita por parte de Joel y luego la llamada finalizó. Se quedó contemplando el techo y soltó un largo suspiro al mismo tiempo que la puerta corrediza de su alcoba se abría. Soltó un grito y le lanzó el celular al desconocido.

—¡Ay!—se quejó. Sólo que no era un desconocido. Richard se frotó el labio y la miró mal.—Si de verdad me vas a recibir de esta manera cada vez que venga prefiero no hacerlo o terminaré con el rostro desfigurado—comentó.

—¡Me asustaste!—se defendió Isabella poniéndose de pie para acercarse a él.—¿Te duele mucho?—cuestionó notando un hilillo de sangre que comenzaba a hacerse presente en el labio inferior del chico.

—¿Tú que crees...?

—Lo lamento...—susurró tomando un pequeño paquete de toallas desechables para las manos y tendiéndoselo.

—¿Isabella?—la llamó Zabdiel del otro lado de la puerta. De inmediato se miraron entre sí pero ella negó.—¿Estás bien? ¡Escuché un grito!

—Tiene seguro...—articuló moviendo los labios sin emitir un solo sonido. Richard se relajó y se sentaron en la cama lentamente—Si, Zab. Sólo...era una araña—miró a Richard son diversión—pero ya se fue, está todo bien...—agregó a gritos.

—¿Estás segura?—cuestionó de nuevo.

—¡Que sí!

De acuerdo, de acuerdo—respondió—Date prisa porque se está haciendo tarde para la cena—añadió.

—Sí, claro.—murmuró escuchando como los pasos de su hermano se iban alejando de a poco—¿Se puede saber qué demonios haces en mi habitación?—cuestionó ella mirándolo fijamente.

Richard inspiró profundamente y le sonrió un poco.—Quería verte...

—¿Se puede saber en qué momento se te ocurrió decirle que si a Sammirya para su absurda cena?—preguntó entornando los ojos. Richard rio en voz baja.

—¿Estás celosa?—cuestionó enarcando una ceja.

—No seas tonto, es obvio que no—musitó de mala gana—Pero quiero saber en qué demonios estabas pensando...

—Le dije que los invitara...¿de verdad estás celosa sólo porque dije que sí? Fue más por cortesía que por gusto—explicó tomando su mano lentamente.—Además, servirá para que pasemos más tiempo juntos ¿no?

—¿Si recuerdas que tenemos un trato? Ante el mundo entero tú y yo no nos soportamos...somos enemigos número uno y nos odiamos tanto como yo odio el brócoli—anunció ella y él rio en voz baja acercándose un poco para dejar un beso sobre sus labios.

—Auch—susurró apretando los ojos cuando una pequeña punzada se hizo presente.

—Lo lamento, de verdad...no quería romperte el labio...—inquirió y Richard negó un poco.—Creo que al menos podrías enviarme un mensaje para avisar que vas a entrar ¿no? En lugar de exponerte a que la siguiente vez termine con cualquier posibilidad de que tu mamá termine sin lindos nietecitos—expuso con media sonrisa.

Richard la miró mal y negó.—Un mensaje me parece perfecto—murmuró.

—¡Isabella!—la voz chillona de Sammirya se hizo presente y luego el pomo de la puerta comenzó a moverse un poco.—¿Te das prisa? Estoy por llamar a Richard para decirle que estamos listos—anunció la chica.

Isabella entornó los ojos de nueva cuenta haciendo una mueca de asco. Richard rio en silencio y la besó dulcemente.—Largo de aquí, aun no termino de arreglarme—musitó separándose un poco del chico—Y más vale que me dejes en paz porque me tardaré más—agregó antes de besar al chico de nueva cuenta.

—¡A veces te odio!—se quejó Sam.

—Yo te odio siempre, así que largo—le espetó la chica. Un chillido brotó de los labios de la rubia y luego se marchó.

—¿Eso fue muy cruel, no crees?—cuestionó Richard mirándola a los ojos.

—No. Y si no quieres que te eche a patadas de mi cuarto más vale que cierres esa boca—demandó.

—Sé de algo mucho mejor que puedo hacer con esta boca—anunció orgullosamente.

—¿Ah, sí? ¿Qué cosa?—preguntó la pelinegra a modo de broma.

—Esto...—susurró antes de volver a besarla.

(...)

Le cena estaba siendo la cosa más aburrida del mundo. Isabella estaba sentada junto a Jimenna y Zabdiel que no dejaban de compartir muestras de afecto cada dos minutos más resbaloso que la mantequilla sobre una sartén caliente. Entornó los ojos cuando Richard le lanzó una sonrisa maliciosa y negó un poco provocando una pequeña risita de parte de Zabdiel.

Richard se sentía realmente culpable por mentirle a su mejor amigo de aquella manera pero también se sentía completamente feliz porque al final de cuentas Isabella estaba con él. Por lo menos cuando nadie los veía podían quererse libremente.

Claro estaba que no iban a pasarse la vida entera escondiéndose de todo el mundo pero por el momento era un secreto de dos y planeaba quedarse así hasta que él encontrase una buena forma de decírselo a Zabdiel sin que su mejor amigo se molestase con él.

—¡Richard!—lo llamó Sammirya tironeando de su brazo para llamar su atención. El muchacho apartó la mirada del centro de mesa y llevó sus ojos hasta los azul cielo de la chica ofreciéndole una sonrisa forzada a modo de disculpa que ella ni siquiera notó. Fue entonces que se dio cuenta que en la mesa sólo estaban las dos chicas y él.

—¿Si? —susurró.

—¿Qué te pasó en el labio, eh?—inquirió en voz baja. Richard soltó un largo suspiro y se encogió de hombros.

—Me golpe con la ventana esta tarde...mientras trataba de huir de una araña, no tiene importancia—comentó mientras los ojos marrones de Isabella lo observaban completamente llena de curiosidad.

—Ah...—murmuró Sam—¿Quieres bailar?—cuestionó sonriéndole ampliamente tratando de cambiar de tema.

—La verdad es que no bailo...—respondió él de inmediato.—Nunca he sido bueno bailando...

—Ni haciendo nada, de hecho—comentó la pelinegra atrayendo la atención de su prima—no es por ser chismosa o algo parecido pero Leslie dice que es malísimo en todo, hasta en la cama—anunció.

Richard entornó los ojos y Sammirya le lanzó una mirada fulminante.—Son rumores de una chica despechada...

—¿Tú crees?—cuestionó ella.—La verdad es que yo la escuché demasiado convencida...

—Creo...creo que tengo que ir al tocador—anunció la rubia poniéndose de pie. Isabella llevó su mirada hasta donde su hermano y su cuñada bailaban animadamente y rio cuando escuchó la risita divertida de Richard.

—Eres la peor no novia del mundo ¿sabías?—cuestionó con diversión.

—¿Se supone que nos odiamos, no? Tú tendrías que estar fingiendo que me odias tanto sea posible, es actuación—musitó ella encogiéndose de hombros.

—Pues actúas demasiado bien—se quejó él cruzándose de brazos.—¿Y sabes que es lo peor de todo esto?—interrogó enarcando una ceja.

—¿Qué?

—Que me muero por besarte y odio no poder hacerlo...

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Ahora sí, maratón finalizado.

Pensé que con el último capítulo de Opia había terminado y la verdad es que no me acordaba de este capítulo, jaja, más despistada y muere.

En fin, pues espero realmente que les hayan gustado todos los capítulos que preparé para ustedes, que hayan entrado en coma diabético con las parejitas, que uno que otro por ahí les haya sacado canas verdes pero sobre todo que se hayan divertido con las ocurrencias de los personajes, de verdad que a veces se las mandan...jajaja.

¡Gracias, chicas! Son lo más best del mundo.

Un enorme beso y un abrazo para ustedes y nos leemos muy prontito.

Love, Gloria, x.

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