Grimmauld Place I - Julio
23 de julio
Son las 10 de la noche y recién ahora puedo escribir aquí tranquila. No sé por dónde empezar.
Papá y yo salimos de la Calle de la Hilandera hoy después de almorzar y con un traslador que estaba a dos cuadras llegamos a un parque en Londres, en pleno día. Creo que alguien hizo mal su trabajo porque casi nos ven llegar los muggles, papá maldecía a alguien llamado Mundungus. En el parque encontramos el siguiente traslador, que era una taza con el rostro de la reina muggle (el primer traslador era un cepillo de dientes azul, yo no entiendo por qué usamos cosas tan sucias). En fin, luego del segundo viaje llegamos a una callecita de un barrio de los alrededores y llegamos hasta la calle G. P. No creo que nadie pueda leer este diario, pero me advirtieron que era mejor no escribir la dirección, no entiendo si pasa algo malo si lo hago. ¿O era que no podía escribirlo? ¿Si intento se me atarán los dedos? Me da miedo probar.
Entre un viaje y otro en traslador le pregunté a papá si estábamos yendo a La Madriguera, él no contestó nada. Ahora me resulta ridícula la idea de él yendo a casa de los Weasley, esquivando gallinas para entrar.
En fin, la gran gracia es que no íbamos a casa de los Weasley, sino a casa de LOS BLACK. Sí, ¡estoy en la casa Black! No es la casa de la abuela Druella, esta es la que tenía la tía abuela Walburga. No sabía que vivían en un barrio muggle, quizás la abuela Druella también y no me acordaba. Ahora entiendo mejor por qué papá también vive en un barrio muggle. De todas formas, me resulta gracioso que una familia como la mía, tan pura y siempre tan Slytherin, viva oculta entre los muggles. Draco-
Tuve que cortar porque oía pasos en el pasillo, era el elfo doméstico, Kreacher. Sigue buscando a tía Walburga por los pasillos y hace como que le habla mientras nos fulmina con su mirada de desprecio. Se parece tanto a Dobby como yo a Filch. Vaya, realmente es una especie de Filch.
Como decía, Draco vive con tío Lucius y tía Cissy en una mansión enorme lejos de todos, y los Blair-Black vivíamos en una especie de campo, pero tal vez era por el trabajo de papá -bueno, de Joseph- con las criaturas; a decir verdad, no sé dónde queda la casa nueva a la que se mudaron, porque -para sorpresa de nadie- nunca fui. Y los Weasley viven también en espacios abiertos lejos de los muggles, en el campo. Los Diggory también...
No me siento muy bien, es mejor que me vaya a dormir y mañana cuento sin falta lo más importante.
24 de julio
Querido diario:
No sé qué hora es, pero debe ser bastante temprano. Aún no he bajado a desayunar, no quiero distraerme antes de terminar de contar todo. Entra suficiente luz por la ventana para escribir desde mi cama sin despertar a nadie aquí.
Decía que ayer llegamos a G. P. Éramos papá y yo, estábamos parados delante de una casa muggle como cualquier otra. Él me extendió un papel escrito por Dumbledore con la dirección de la casa, entonces le dije que era muy buena la idea de anotarla pero que ya no hacía falta porque habíamos llegado. Fue un poco extraña su reacción, me preguntó si ya veía la casa desde antes, yo le pregunté "¿Antes de qué?". No dijo nada, subimos las escaleras hasta la puerta y él sacó su varita para abrirla, porque no tiene manija. Pasamos la puerta y entramos a un pasillo oscuro y con olor a humedad, con una decoración muy sombría y una horrible pata de troll que hace de paragüero.
La casa estaba llena de gente, pero el primero en llegar fue Sirius (que estuvo viviendo oculto aquí) y se rio al vernos, dijo algo como "¡Quejicus! ¡Y Quejicus junior! Qué festín". Papá no parecía nada contento, como de costumbre, y entre ellos parecía haber una batalla de chispas que salían de sus ojos, solo que Sirius no dejaba de sonreír, mientras que papá tenía... bueno, su cara habitual. Claro, ahora que lo pienso, tiene sentido que Sirius estuviera aquí, es hijo de tía Walburga. Creo que tenía un hermano también.
Por suerte no había nadie más en ese momento; Sirius no volvió a decir nada cuando llegaron muchos otros a vernos y nadie pregunto ni quién era Quejicus, ni quién era Junior. Por la escalera que está a un costado bajaron Hermione, Ginny, Ron, Fred y George, todos muy sorprendidos de vernos, y de un cuarto al fondo salieron como en un desfile mamá, Joseph, Karen y Natalie, la señora Weasley... Ya no recuerdo exactamente cuántos eran, ni quiénes, pero allí estábamos papá y yo recién llegados y no sé qué habrán pensado todos.
Papá rompió el silencio pidiendo hablar con quien estuviera primero bajo las órdenes del Guardián del Secreto. Sirius dijo algo como que él era el actual dueño de la casa y que por consiguiente todas las comunicaciones debían pasar por él. Papá dijo algo de que era una lástima que la comunicación no estuviera lo suficientemente afilada si tenía que pasar por él... Es inútil recuperar todo, básicamente hubo más chispas entre ellos y finalmente vino mamá a decir que ella se iba a encargar del asunto y nos llevó a los recién llegados a otra habitación, lejos de los curiosos. Antes de que la puerta se cerrara detrás de nosotros, miré a Joseph y parecía bastante confundido. Me pregunto qué sabe de todo este asunto de papá. (De Snape).
La habitación donde nos encerramos los tres no olía mejor que el vestíbulo y estaba llena de telarañas. Mamá nos miró unos segundos en silencio y luego me abrazó, pero no me habló a mí. Le preguntó a papá directamente de qué quería hablar. Él dijo que, como había dejado claro, tenía que hablar con el Guardián del Secreto por una cuestión de encantamientos (el Guardián es una persona a la que se le confía la dirección de un lugar oculto por el encantamiento Fidelius y la gente solo puede ver el lugar si el Guardián les dice la dirección... ya es claro por qué no escribo la dirección). Mamá parecía decepcionada, tal vez creía que era un código para hablar con ella en privado. O quizá no estaba decepcionada, está tan sucio todo en esta casa que la mayor parte del tiempo estoy estornudando y cuando una estornuda, se pierde unos segundos de lo que sucede. Una y otra vez.
Estoy dando muchas vueltas. Lo que quería contar es que papá dijo que yo veía la casa como si no tuviera el encantamiento. Mamá dijo que seguro era porque era de la familia, pero papá le preguntó con su voz monótona si acaso ella o mis hermanas habían visto la casa sin necesidad de que Dumbledore les dijera la dirección. Creo que a mamá también le afectó la suciedad en la habitación. Yo pregunté por qué estaba todo tan sucio, mamá dijo que la casa estuvo diez años sin habitar desde que murió tía Walburga y que Kreacher había quedado solo hasta ahora, y que la casa ahora era de Sirius y que ya me imagino a Sirius usando un plumero para poner la casa decente antes de que llegue gente. Admito que ahí me reí bastante.
Papá volvió a insistir y mamá dijo que ahora que lo pensaba, ella también había visto la casa sin necesitar la dirección, y que debió haber sido por la sangre Black, y ahí comenzó una discusión entre ellos porque papá estaba indignado porque ella no había notado que era un gran inconveniente que justamente cualquier Black pudiera ver justamente esta casa, y la responsabilidad de informar, y demás cosas, y entonces mamá me dijo que me fuera a buscar a la señora Weasley para cenar.
Feliz de dejarlos solos, abrí la puerta y me topé con un montón de gente que casualmente estaba a pocos centímetros. Entre ellos se asomó Joseph, me sonrió con nervios y dijo algo como "Voy a hablar con tu madre" y se encerró con ellos dos. Eso fue muy extraño, pero no fue nada comparado con lo que pasó después.
(Ahora que cuento todo esto, noto que mi vida se puso más divertida desde que llegué aquí, siento que ya usé medio frasco de tinta).
Resulta que el golpe de la puerta que dio Joseph detrás de sí hizo temblar las paredes del vestíbulo, voló una fina capa de polvo, me dieron más estornudos y, por último, se cayó una gran sábana que cubría parte de la pared. Entonces comenzó a haber gritos de mujer, chillidos. "¡Traidores a la sangre! ¡Monstruos y engendros! ¡Ensuciando mi casa así! ¡Mestizos y mutantes que manchan la casa de la ancestral familia Black! ¡Inmundicias!" Cuando dejé de estornudar vi que era una anciana que debió ser tía Walburga, en un horrible, horrible cuadro tamaño real que había estado cubierto por la sábana hasta el golpe de la puerta. Sirius apareció nuevamente, con un movimiento de la varita devolvió la sábana sobre el cuadro de su madre y sacudió la cabeza murmurando cosas sobre su madre, extrañamente parecido a Kreacher en ese momento.
Karen y Natalie se fueron de la casa rápidamente y sin saludarme, aunque no saludaron a nadie, en realidad. Encontré nuevamente a la señora Weasley y me dio un gran abrazo y me ofreció té y un poco de pollo que había quedado. Mientras cenaba en la cocina, llegaron Hermione y Ron y me contaron que no podían escribirme mucho por carta porque era todo muy secreto, pero que estaban contentos de verme y que llevan aquí desde los primeros días de julio.
No pudimos hablar mucho porque comenzó a entrar mucha gente para una reunión, incluidos el profesor Lupin (o bueno, el exprofesor Lupin, me puso muy contenta verlo de vuelta), el verdadero Ojoloco Moody y otros hombres que no había visto nunca, y la señora Weasley nos mandó a nuestros cuartos. Seguí a Ron y a Hermione hasta el primer piso por una escalera llena de cuadros con las cabezas de los elfos anteriores (manías de la tía Walburga). No cabezas pintadas, las cabezas. Cortadas. Disecadas. Un horror.
En el primer piso me encontré a Maddeline, con el cabello verde brillante y Barbas de Merlín en las manos, y le di un gran abrazo. Ella me dio unas palmadas en la espalda, diciendo "Sabes que no debo recibir mucho amor o moriré. Vamos, te muestro nuestra habitación." Me despedí de mis amigos y nos fuimos las dos al final del pasillo. Me puso muy contenta verla y fue ella la que me pudo contar qué diablos sucede en esta casa: es el cuartel general de la Orden del Fénix. Sí, ¡la casa de tía Walburga! Me da risa de solo pensarlo.
La Orden del Fénix es algo así como un grupo que luchaba contra los Mortífagos, creado por Dumbledore cuando todo eso comenzó. Con el regreso de... V... parece que se volvió a formar.
Vaya... Tan solo ha pasado un mes desde aquel día. No entiendo cómo ha pasado el tiempo, se siente todo muy raro, no sé si ha sido rápido o lento. Debería bajar a desayunar, espero no perder el apetito otra vez.
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Espero que les haya gustado, gracias por seguir con Leyla. :)
¡No olviden dejar su voto y sus comentarios!
La idea es publicar semanalmente, pero les iré avisando en cada caso, ya que no puedo asegurar un día fijo por cómo están mis actividades.
Espero que estén muy bien y feliz primavera a mis lectores y lectoras del hemisferio sur. ❤
BMW (Besos, Madame Weasley)
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