Soy el río que fluye y la gota que cae,
son mis vestidos rosas que la primavera trae,
es mi frente la planicie en que galopan los caballos
y es mi cintura la montaña por la que el sol sale en verano.

Es mi cabello como ramas de un abeto en la mañana
y mis ojos como piedras de una cueva no excavada.
Son mis labios como nubes de un atardecer rosado
y mis dientes la caliza tras verse librado el barro.

Soy todo yo como un espejo,
como un reflejo incandescente.
Y en mis ojos universos.
Y todo el mundo en mi frente.