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Hoy a pasado algo muy... extraño, por no decir extraordinario, pero lo he conseguido!; un milagro!, parece que por fin sé como hacer que este experimento sea un rotundo éxito!.

Todo sucedió esta tarde mientras compraba unas provisiones, la noche me había alcanzado, tardé más de lo que pensaba, tuve dificultades para conseguir unas piezas, pero los problemas ya habían pasado, ya tenía todo, solo deseaba llegar al viejo taller, ese que ahora llamaba casa, no tenía otro lugar a donde ir y, el pasar allí la mayor parte del tiempo trabajando hizo que me acostumbrara fácilmente, de hecho, era único lugar donde yo me sentía cómodo y más tranquilo, ese era mi pequeño mundo.

Antes de ir a casa pasé a un pequeño mercado a conseguir algo de comer, con todas las prisas no había probado bocado alguno en todo el día y mi estómago ahora me lo reprochaba, por suerte mía estaba en el lugar indicado y con facilidad conseguí algo de alimento, ya era bastante tarde y muchos locales ya habían cerrado, debía darme prisa para llegar a casa, es peligroso estar afuera en esas horas.

 El taller estaba bastante lejos y debía esperar el transporte en una vieja parada no muy transitada, sin embargo contaba con alumbrado público para mantener a los ladrones lejos. Cuando llegué allí solo había un hombre sentado en la única banca con la que contaba aquel lugar, su aspecto era algo extraño, vestía completamente de negro y llevaba un gran abrigo del mismo color, también en su cabeza lucía uno de esos sombreros fedora que impedía ver por completo su rostro; tenía la cabeza agachada y parece que no había notado mi presencia. Mis pies estaban demasiado cansados por la larga caminata del día y mis brazos no podía seguir cargando las bolsas que contenían mis provisiones, así que no me quedó más remedio que sentarme en aquella banca junto a ese extraño, y como no me inspiraba confianza me senté justo en uno de los extremos, nunca hay que fiarse de las personas, nunca se sabe que podrían hacer. 

El silencio era incomodo, lo único que deseaba en ese momento era que pronto llegara mi autobús, pero mis súplicas no eran atendidas, los minutos parecían eternos; aquel hombre nunca se inmuto por mi presencia, parecía pensativo y no despegaba la vista del suelo, eso era lo único que me dio alivio. Pero de pronto, aquel sujeto dio una señal de vida, levantó la cabeza y volteo a verme; por alguna razón mi corazón comenzó a latir más rápido, quizás el miedo de lo que aquel extraño pudiera hacer, jamas debes juzgar a una persona por su apariencia, pero por su extraña forma de actuar creo que es suficiente para desconfiar de alguien así, traté de ignorarlo pero con lo poco que alcanzaba a observar mi vista lateral vi que aquel hombre tenía en su rostro una gran sonrisa, podía sentir su mirada, él no me quitaba la vista de encima, esto se había vuelto aún más incomodo.

- Disculpe la pregunta señor... ¿acaso usted no es Joey Drew? - Su voz, era una voz grave y tenía un tono extraño, aunque no dejaba de mostrar esa gran sonrisa, ¿como era que me conocía?, no me quedó de otra y tuve que responder.

-Así es, pero... ¿cómo es que usted sabe mi nombre? - Cuestioné con tono serio, esto era demasiado raro.

- Cualquiera que haya visto alguna vez su famosa caricatura Bendy el demonio bailarín sabe quien es usted... déjeme decirle que yo era un gran fanático, realmente tiene mucho talento, es un gran honor conocerlo al fin. - ¿Cómo que al fin?, ¿Que era lo que planeaba aquel hombre?.

-Pues no muchos me conocen por mi trabajo, por lo general todos conocen mis caricaturas pero jamás a quien fue su creador... bueno, sus creadores. - Henry, mi viejo colega de trabajo y también mi único amigo, ambos creamos a Bendy y Boris, esos fueron los mejores años, cuando nuestras caricaturas eran muy famosas; ahora solo quedan los recuerdos.

- Le aseguro que yo conozco muy bien su trabajo, el de usted y su amigo Henry. Como le digo yo soy un gran fanático. - Afirmó el hombre de la gran sonrisa. - Incluso sé de su famoso "proyecto" que está llevando a cabo. - Ahora si las cosas era bastante escalofriantes, jamás hice mi proyecto público, solo lo había mencionado una o dos veces en alguna entrevista y siempre fue tomado como algo sarcástico, un simple chiste. Sólo las personas a las que consulté sabían sobre ello. 

-Disculpe señor pero... no entiendo, ¿a que se refiere? - Traté de hacerme el desentendido. - Y por cierto usted aun no se ha presentado, sabe bastante sobre mí pero yo no sé nada de usted. 

- Señor Drew, mi nombre no es importante... lo único que importa ahora es su proyecto y lo que yo puedo hacer por usted. Sé que planea traer a la vida a sus queridos personajes de caricatura, también sé que nadie lo cree posible, nadie cree que usted sea capaz de tal azaña, pero... ¿qué diría si le contará que todo es posible?, usted puede hacer que su sueño se cumpla y yo tengo la respuesta a sus problemas - De su gran abrigo sacó lo que parecían ser viejas hojas que debieron haber pertenecido a algún libro y extendió su brazo hacia mi para que yo las tomara, aquel hombre llevaba puestos unos guantes blancos, al fin veía que usara algo que no era de color negro. Con algo de desconfianza y miles de dudas en mi cabeza tomé aquellas hojas antiguas - Pensaba ir a verlo a su taller para entregárselo personalmente, por eso es que estoy aquí... pero ya que me lo he topado antes, me ahorró la molestia de ir hasta allá - Dijo en tono sarcástico. 

- ¿Cómo se que usted no me está tomado el pelo? - Pregunté desconfiado, aún con todo lo que me había dicho no me inspiraba nada de confianza.

- Júzgelo usted mismo, lea eso, allí esta la solución, ahora esta en sus manos, yo he cumplido con mi trabajo, un amigo al que usted consultó buscando una opinión sobre su "proyecto" me contó lo que el gran Joey Drew planeaba hacer, sé que todos lo creen loco, pero le diré algo, yo no lo creo, los sueños se pueden volver realidad, solo hay que buscar las medidas necesarias... Claro, si está dispuesto a hacer cualquier cosa para obtener lo que desea... y que dice señor Drew, ¿realmente está dispuesto a hacer lo que sea? - Cuestionó el extraño hombre, esta vez había adquirido un semblante más serio, realmente estaba hablando de algo importante.

-Si - respondí un poco nervioso, "cualquier cosa", ¿qué estaba dispuesto a hacer para lograr mi cometido?, ¿qué tan lejos podría llegar?

-Muy bien, era lo que quería escuchar... Se que lo logrará señor Drew, todo está en cuanto se lo proponga, ya le he dado todo lo necesario para ello,  ahora depende de usted si hacerlo o no. - Aquel sujeto sonriente parecía estar satisfecho, en ese momento escuché el sonido de un motor acercarse y vislumbré dos luces aproximándose rápidamente a la parada, mi transporte había llegado - Adiós señor Drew, fue un gusto haberlo conocido - Escuché atrás de mi, pero cuando voltee para despedirme de aquel extraño no había absolutamente nadie y al preguntarle al chofer si había visto a ese hombre me dijo que yo estaba solo en aquel lugar, nadie lo había logrado ver. 

Todo el camino me fui muy pensativo mientras un gran escalofrío recorría mi cuerpo, pero de algo estaba seguro, no estaba volviéndome loco, ese hombre estuvo conmigo, tengo la prueba, en mis manos tengo las hojas que me entregó.

Al llegar a casa descargué mis provisiones y me dí un baño, había sido un largo y muy peculiar día, traté de despejar mi mente pero la presencia de aquel hombre en la parada de autobuses no salía de mi cabeza. Me armé de valor y cogí aquellos papeles, me senté en mi escritorio y me dispuse a leerlos, era bastante extraño, lleno de símbolos cuyo significado me era desconocido, conforme avanzaba mi lectura iba comprendiendo todo, esto contenía términos... "mágicos". Si, la tal llamada magia negra, brujería, etc. Al principio la idea me pareció bastante absurda, algo sacado de un cuento de hadas pero... ya había intentado todo lo posible, no tenia opciones, nadie me había dado bases para lo que planeaba hacer, solo ese extraño sujeto, entonces lo recordé... "¿realmente está dispuesto a hacer lo que sea?". Así que a esto se refería, si quería traer a la vida a mis personajes debía hacer una especie de "ritual", no era nada sencillo, involucraba muchas cosas que la verdad jamás creí que fuera capaz de hacer, pero ya no hay vuelta atrás, lo intentaré, mi desesperación es tan grande que esto dejó de ser algo loco. Todo lo posible ya había sido intentando, así que... ¿Por que no probar con lo imposible?

Necesito investigar más al respecto, pero eso será mañana, estoy demasiado cansado y el café ya no consigue quitarme el sueño, por el momento es mejor descansar, eso me ayudará a centrar mis ideas, porque... ¿hasta que extremo llegaré para cumplir mi objetivo?.

-Joey Drew

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