Querido diario.

Hoy, cuando regresaba de la escuela, me topé con un perrito. Era café y con mucho pelo, parecía enojado, se veía muy tierno. Tenía tantas ganas de abrazarlo pero me contuve.

Me siguió hasta mi casa y quería adoptarlo, pero papá me dijo que no porque no sabemos si tiene dueño. Estuvo afuera de mi casa dormido y quería traerlo a escondidas a mi cuarto, pero cuando llegó el vecino (un señor gruñón que a todo le encuentra un defecto) lo corrió diciendo que haría un desastre en su jardín, incluso le arrojó piedras, por suerte el perrito está bien porque no le atinó ¡Que hombre! Y pobre animal.

A veces me gustaría empezar a trabajar para ayudar en la casa, tal vez así me dejen tener una mascota; pero no estoy seguro si me llegaran a contratar en algún lugar, después de todo no sé hacer muchas cosas.

Como sea. El día hoy es soleado pero no tan feliz. Tengo sueño y hambre.

Atte: J.K