Querido diario

No sé que pensar al respecto. No sé que pasará a partir de ahora. No sé nada y no quiero pensar en nada.

Han ganado, los alemanes nos han ganado. Técnicamente ya no existimos, nos han partido en dos.

El locutor lo dijo, los periódicos lo anuncian: Polonia se ha rendido.

Hubo un gran desfile cerca de la calle, soldados que agitaban con euforia su bandera roja, tan roja como la sangre de los polacos que han muerto por su culpa.

No sé cómo sentirme. Desde ayer no puedo prestarle atención a nada, es como si alguien manejara mi cabeza pero no soy yo, como si todo fuera lejano a mi y soy incapaz de entenderlo. Ya no tengo miedo, pero tampoco me siento mejor.

Papá dijo que no debemos preocuparnos, que hay cosas mejores en qué ocuparnos como conseguir un trabajo, creo que yo también empezaré a trabajar con él. La abuela dice que confía en la corona inglesa, que ellos son muy poderosos, podrán hacerle frente a Alemania y los Soviéticos y estaremos bien pronto. Quiero creerle.

No sé si pueda seguir escribiéndote, espero que si.

Buenas noches.
Atte. J.K