17 de noviembre de 1939

Querido diario

¿Debería escribir menos? Me preocupa un poco que las hojas se me acaben porque no es una necesidad y, comprar más, sería difícil. Hace unos meses mamá me regañó por “coleccionar’’ tantos cuadernos y ahora es difícil conseguir uno nuevo.  Todo esto está pasando muy rápido, a veces pienso que no siquiera es real.

Anoche papá fue a revisar el correo, no me dijo de qué se trataba, pero sospecho que no son buenas noticias. Abrió mucho los ojos y buscó rápido a mamá. Ambos hablaron durante un momento en la habitación, con la puerta cerrada, susurrando. No pude oír lo que decían, la abuela me distraía a cada rato y estoy seguro que lo hacía a propósito.

Estaba ayudando a la abuela a doblar la ropa cuando salieron. No dijeron nada durante un buen rato y cenamos en silencio. Me pregunto qué sucede ahora. Es molesto que no me diga las cosas, quiero decir, ya no soy un niño, puedo entender lo que está pasando si ellos me explican. Se que esto es horrible, pero dejarme fuera no hará ninguna diferencia. Soy lo suficientemente mayor para entender ¿Por qué no me cuentan?

Siempre que les pregunto al respecto, cambian de tema o tratan de desviarlo con algo, no entiendo por qué lo hacen.
Supongo que es todo. Estos días estamos muy ocupados, la comida escasea, el dinero también y los alemanes no dejan de llegar.

Atte. JK

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