El diario de Eddie

Me hallaba con la cabeza enfocada en cosas banales.
Así que se me ocurrió contar algo sobre mí, pero con rimas vocales.

Debo navegar por la escritura sin brújula,
para seguir rimando con mis rimas esdrújulas.

Escribiendo con inspiración y emoción.
Con mis rimas agudas, escribo lo que sale del corazón.

Todo parte de una idea principal, que es la clave.
Luego, le doy pinceladas con un par de rimas graves.

Despejo mi mente y dejo las cosas rimbombantes,
y empiezo a rimar con la rima consonante.

Después a rimar con la «a»,
me gusta apoltronarme en el sofá.

Me divierte ver comedias sentado en mi canapé
o escuchar música comiendo mi paté.

Me entristece que haya personas sin corazón, duros como un maniquí.
Su maldad se refleja en palabras agudas como un bisturí.

Me asombra la gente que ayuda a pesar de sentir dolor.
Con su altruismo trasmiten un mensaje de paz y amor.

Me enoja mucho cuando se cae el champú.
Al ver mi torpeza, me siento como un muñeco vudú.

Me encanta las papas fritas como un aperitivo.
Si no como uno al día, me pongo algo hiperactivo.

Me alegra que haya personas que irradian bondad y amor.
Luego te das cuenta de que no es difícil cambiar y ser mejor.