Aún estoy de pie
Luego de una ardua mañana de estudios, llegué a casa. Mis abuelos no estaban como de costumbre. Yo creo que ya no les importo... No hay día en que no reciba reproches por todo.
Si supieran todo lo que pienso, no sé que sentirían: pena o rabia tal vez.
En ese instante, abrí las persianas y me quedé ahí observando y reflexionando sobre algunas cosas.
El diario de Eddie
No era otro día más porque bajo un cielo nublado,
nací en un hospital conocido que ahora está abandonado.
Había poco dinero y poca comida.
Mi padre sin trabajo se dio a la bebida.
Le dieron dinero, un auto y un trabajo de taxista.
Pero un día, el adúltero cogió el trago y se escapó a dárselas de turista.
Con poca vergüenza, volvió con la mano al pecho;
harapiento y con algunas monedas suplicando un techo.
Los regalos se quedan en la puerta junto a la alfombra.
No necesito eso, mi felicidad no se compra.
Mis padres se fueron y nos dejaron a mi hermana y a mí con mi abuelo.
Me volví autodidacta y comencé de nuevo.
Los parientes me juzgan de todo, como si quisieran cobrarse un favor.
El ser humano comete errores por algo se creó el borrador.
A ellos no les sienta bien mi actitud y mi forma de ser.
Allá ellos si viven pendientes de lo que haga o deje de hacer.
Yo acepto las buenas críticas, yo no señalo con el dedo.
Pero sus críticas no hacen eso, solo ponen más leña al fuego.
Mis ganas de sobresalir los pone tensos, los pone a la defensiva.
Porque en cualquier momento exploto y ellos sentirán la onda expansiva.
Aunque ignore las críticas por un momento.
En el fondo me afectan, pero trato de estar contento.
Sus ofensas revolotean cerca de mí.
Por suerte, a mi dignidad le puse un candado y la llave me la comí.
No soy el hijo ejemplar o brillante.
Por más que me esfuerce, no soy buen estudiante.
Las princesas y amores a primera vista,
se lo dejo para las series y películas.
Eso no significa que ya no me vuelva a enamorar.
Entregaré mi corazón a aquella persona que lo sepa cuidar.
A veces, suelo ponerle a mis sentimientos un cerrojo.
Pero cualquiera puede verme por dentro con solo mirarme a los ojos.
La gente que me quiere, me apoya y me estima,
tiene un lugar en mi corazón para toda la vida.
Creo en mi capacidad y en mis sueños.
Acepto los retos sin sentir ningún miedo.
Yo no voy a criticarlos; no es mi estilo.
Yo soy un tipo relajado y con nadie me he metido.
A fin de cuentas, que hablen lo que quieran, a mí ya no me ofende.
La vida es un boomerang porque en la vida todo vuelve.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top