Querido Diario# 8
Si Nyarai se entera que estoy escribiendo mismos días en diferentes hojas, me mata. Pero la vida es un riesgo.
En fin, yo había pensado que al fin pude hacer un cambio positivo en la vida de un animal, pero ya veo que me equivoque. Ni aunque Jesús venga por segunda vez podría hacer cambiar el pensamiento de un tarado como Ian Busher.
Después de semejante golpe que me dio en la cara, perdí la conciencia, no sabía que pasó o algo así. Luego desperté en la oficina del director. Una enfermera de ojos amables me curaba la herida que tenía en mi frente. Estaba y me sentía confundida.
A mi lado se encontraba Sherlock, tomaba mi mano con la bondad de siempre, sonreí al verlo cerca de mí...
—Debería pensarlo dos veces antes de decir las frases de Tumblr—dije con risa.
—Eso fue maravilloso, te juro que iba a matar a Ian, pero afortunadamente el maestro llegó—sus palabras me hacían tener tranquilidad.
—No gastes tus pobres nudillos en semejante mierda—le aseguré.
Permití que la enfermera siguiera curándome, me puso una vendita en mi frente, la sentía con ardor y picazón. Pronto llegó mi padre y el profesor bendito que no dejó que Sherlock peleará con Ian.
—Señorita McCarthy—me llamó—, solo quiero decirle que Ian Busher ya ha sido expulsado de la escuela.
— ¿En serio?—mis ojos se iluminaron— Pensé que como tenía buena posición.
—Cuando golpean a una mujer, es tolerancia cero. Además sus actos de bullyng ya eran bien sabido por el comité. No podíamos dejarlo aquí.
—Eso es una buenísima y excelente noticia—dije alegre y miré a Sherlock con cariño.
—Qué bueno que lo expulsaron—dijo mi papá—, ya iba a demandarlo. Este es el colmo.
—Sí—asentí—, lo único que hice fue defender lo correcto.
—Y por eso tendrá el día libre. Sus clases serán justificadas— ¡El profesor Gerald Barona era realmente comprensible!
—Gracias, la verdad es que me siento muy mal.
—Ya he hablado con el director. Puedes irte Carolyn.
Me levante de la silla, ayude a Sherlock a hacerlo también (con esfuerzos podía caminar debido a su pie y ese yeso que a todos les pesaría.
—Te veo mañana, querida.
—Ven con nosotros—le había propuesto—, mamá hizo una comida deliciosa.
—Me gustaría, pero no puedo salirme de la escuela así como si nada.
—Claro que puedes.
Ambos volteamos, era la directora Alicia Álvarez, una mujer buena, bondadosa y muy de fiar. Casi no se presentaba en la escuela, pero cada vez que lo hacía era algo maravilloso.
—Directora—decíamos al mismo tiempo.
—Puedes ir, se ve que los dos ya tuvieron un día horrendo.
Suspiramos ante esta última afirmación.
—Déjame llamar a tu padre.
—Oh, no es necesario—mi padre es tan genial—, es mi vecino. Puedo llevarlo a su casa, a su padre no le incomodará.
—Bueno entonces ¡Pueden irse!
Nos fuimos de la escuela, él tenía miedo y era lógico. Si su padre lo veía bajar de nuestro automóvil y dirigirse a nuestra casa... tal vez no la pasaba de hoy.
Entramos a mi hogar, miró totalmente sorprendido la sala. No es que yo quisiera ser una presumida pero tengo que admitir que en una parte mi residencia es una de las "mejorcitas" de la calle. Me cambie de ropa, me puse una falda, una blusa acogedora y unos zapatos cómodos. Lo bueno de esta relación es que podía vestirme libremente sin temor a que mi novio me viera en fachas.
—Luces hermosa—lo amo, en serio.
Nos sentamos en la mesa, era tan amable, a pesar de estar cojo y caminar con pasitos, siempre era servicial, era tan educado, no sé cómo su padre tenía semejante imagen de él.
—Hola—era mi madre.
—Buenas tardes, señora McCarthy.
—Oh Sherlock ¿Qué te...?
—Accidente—dije, ella ya sabía perfectamente lo que pasaba.
—Bueno—mi mamá se sentó en su respectivo lugar—, solamente quiero decir que conozco a una trabajadora social muy buena que puede ayudar con esa clase de "accidentes".
— ¿Qué insinúa?
—Ya sabes, no quiero ser indiscreta, pero sé a qué se refieren esos supuestos "accidentes".
—De hecho no—Sherlock se notaba enojado, pero siempre mantenía su temperamento—, no es lo que parece. Pero se equivoca, mi familia es perfectamente estable, no hay nada de qué dudar.
—Ya vamos a comer—papá es un héroe que interviene en los peores momentos.
Se sirvió la comida, yo estaba cortando mi pechuga asada y acomodé mi servilleta alrededor de mi cuello, di el primer bocado, un poco de mi ensalada, bebí de mi jugo de limón y limpie mi boca con otra servilleta. Solo miré a lado y... ¡Sherlock ya se había acabado todo! Mis padres y yo lo mirábamos sorprendidos, tenía mucha comida en su boca, comía como desesperado, incluso no uso sus cubiertos.
Luego de terminar ese enorme bocado, nos miró apenado.
—Lo siento.
—Oh no es nada—dijo mi mamá, cambiando su tono anterior— ¿Quisieras más?
—No, no para nada... lo que pasa es que—bajo su cabeza—, no comía desde hace... una semana.
— ¿Qué? Pero eso es inaudito—concuerdo contigo, má— ¿Cómo es posible?—fue a la cocina para servirle más.
—Tengo severos desordenes de alimentación—mientes de nuevo, mi amor—además no como cuando hay muchas tareas, proyectos—bebió del jugo—, usted entiende...
—No, no entiendo ¿Cómo puede ser que una semana? ¿Por lo menos comprabas algo en la escuela? ¿Hay comida en tu casa?
—Sí—abrió los ojos—, pero prefiero que mi hermana tenga sus tres comidas al día.
Eso nos hizo sentir terriblemente mal, mi madre no soportó tanto dolor así que se retiró de la mesa. Tuve que hacer un enorme sacrificio para no llorar, mi padre solamente siguió comiendo, incluso se me quitó el apetito de tan solo pensar cuantas personas no tenían nada que llevarse a sus labios durante las tardes.
El ambiente se volvió pacífico y agraciado, hablamos un poco, bromeamos y de más, como si ignoráramos el terrible hecho de tener un invitado con un pasado y presente tormentoso.
—Creo que es hora de irme—Sherlock se levantó con trabajo, yo lo ayudé—, gracias por todo, señor McCarthy.
—Ya sabes, me gustaría que vinieras más seguido, cada vez que desees está es tu casa.
—Le agradezco, pero no quisiera ser una carga.
—Para nada querido—le dio una palmada en el hombro—, desde ahora eres un miembro de la familia.
—Gracias, despídeme de tu madre Carolyn.
—Claro...—aseguré.
Estábamos fuera de la puerta de mi casa, el sol siempre daba sobre nuestros rostros. Sherlock tenía que pasar un pequeño terreno para cruzar a su hogar. Pero conforme caminaba yo... sentía algo terriblemente horrible, una sensación jodidamente espantosa, como si mi corazón no dejará de latir tan fuertemente. Era algo que me daba miedo, que sigue asustándome de tan solo recordarlo.
—Papá—dije—, llama a la policía en este mismo momento.
— ¿Qué? ¿Por qué?
—Haz que vayan a la casa de Sherlock ahora, créeme... algo malo va a pasar...
—No digas tonterías por favor—cerró la puerta—, me he dado cuenta que si no puedes hacer que alguien salga de su hoyo, lo mínimo que puedes hacer es que su estancia sea menos miserable.
—Eso suena tan deprimente, pero bueno yo no me quedaré así. Yo salvaré a Sherlock, yo soy su ángel.
—No seas exagerada Carolyn, ahora ve a tu cuarto. Supongo que debes tener sueño.
—Bien—bostecé—tal vez si tenga sueño...
Camine a mi habitación, observe la casa de Sherlock que era paralela a la mía. Me acosté en mí cama y tuve un sueño... esta vez sí era sueño porque yo estaba en la casa de mi novio, pero él no podía verme. Sin embargo yo sí podía verlo y todo lo que le pasaba.
—. ¿Dónde estabas?—su padre lo recibió en el comedor.
—En la escuela—acudió donde él, pero Sherlock quería ir a su habitación.
—Ven para acá—esas palabras me hicieron temblar.
Observaba como él caminaba a la dirección de su padre, tenía miedo. Yo no podía emular ni un movimiento o algo por el estilo, tal pareciera que era una televidente, sin poder hacer nada, solamente mirando la historia de horror.
— ¿Me quieres ver la cara de estúpido? Sé perfectamente donde estabas.
—Nunca dejaré a Carolyn, más vale que lo sepas—dijo Sherlock tan valiente como siempre.
—De acuerdo...
¿De acuerdo? Eso sonaba tranquilo incluso para el monstruo de su padre.
No podía ver mucho, solamente que ambos estaban sentados en el comedor, frente a frente. Los ojos de Brian Ravensdale—su padre— se notaban tan furiosos, tan ciegos internamente.
—Dame tu mano—oh no, por favor.
—Para qué...
—Dame la maldita mano ¡Ahora mismo!
Sherlock asintió de inmediato, su mano izquierda estaba en la mesa, extendía cada uno de sus dedos. Pude contemplar como su padre estaba serio, pero a la vez entretenido. Cuando de pronto... el horror empezó.
Brian sacó un cuchillo ¡Como si fuera uno de carnicero! Así que... sin más
¡LO CLAVO EN LA MUÑECA DE SHERLOCK! ¡AL PARECER QUERÍA REBANARLE LA MANO!
—AYYY... me duele papá, quítala, quítala...
—Prefiero verte muerto...
Lo último que pude ver de ese sueño era aquel artefacto asesino sobre la mano del padre más horrendo que he conocido en la historia, tomó impulso, los ojos de Sherlock quedaron abiertos, no hay duda ¡Lo quería matar!
—SHERLOCK—grite tan fuerte que me levante de la cama.
Pero no, estoy segura que aunque yo lo vi en sueño ¡Era una realidad!
Corrí hasta su casa, papá no estaba, pero afortunadamente se hallaban las patrullas ¡Oh! Mi padre me hizo caso...
Pero no fue solamente para determinar el caso legal de un padre golpeador, sino que...
Los policías llevaban arrestado a Brian, me dio tanto gusto pero... ¿¿SHERLOCK?? ¿¿DÓNDE ESTÁ ÉL?
Entré rápidamente, los trabajadores sociales llevaban a Cinthya con mucho cuidado de que no sé fracturará o algo así, ella estaba bien pero ¿MI NOVIO?
Repetí su nombre infinidad de veces, no fue necesario entrar, dos paramédicos lo llevaban, él no podía caminar.
—DIOS MÍO—di un grito aterrorizada, quería verlo, tocarlo...
—No puede señorita, lo siento, nos puede acompañar a la ambulancia, pero no lo toque en estos momentos.
— ¿QUÉ PASO? Ay dios santísimo—me persigne.
Él estaba inconsciente, entre cuatro personas tuvieron que llevárselo a la ambulancia, lo sostenían de los brazos, no podía ni siquiera caminar. Todo parecía ser un circo tan tétrico, bizarro e inimaginable, las sirenas de las patrullas hacían que me doliera la cabeza, había tantas personas alrededor de la casa Ravensdale, la ambulancia puso a mi novio en su camilla, observe su... MANO IZQUIERDA.
Sangraba sin parar, no puede ser posible ¡Como en mi sueño! Pero ¿Cómo pudo ser posible que yo supiera todo esto? Haber visto todo en tiempo real...
Subí de inmediato a la ambulancia, papá llegó corriendo y me acompañó. Siempre puedo contar con él.
El estado de Sherlock era crítico, no podía respirar, sus ojos estaban entrecerrados, los paramédicos intentaba reanimarlo pero no había respuesta. Lloraba sin cesar, necesitaba tocarlo, papá me controlaba para no verlo ni enloquecer. ¡Si él se muere, mis ganas de vivir se irán con él!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top