Querido Diario #14
Obviamente, todos escucharon mi horrible grito, incluso me hice hasta atrás de la puerta y choque contra la pared, cubría mis ojos, estaba peor que una chica que había visto un ente malvado, luego escuche un breve chirrido de la cama. Dios santo, iba a morirme, mi corazón latía a mil por hora.
Mark tenía razón, Sherlock me estaba engañando pero... ¿¿CON SU PRIMA DE 15?? N-no... no puedo creerlo ¡Es repugnante!
—Señorita McCarthy—Elissa Ivory llegó de pronto.
—Ay... no puede ser—me levante del suelo, si eso me causo tanto impacto que hasta me caí— ¡Ellos se están besando!
—. ¿Cómo? ¿Qué quiere decir?
—Se están besando, que va ¡Ya hasta están teniendo sexo! Sherlock y Sunny.
—Por dios, eso es una tontería ¿Cómo se atreve?
—Abra la puerta ¡Véalos!—señale con horror.
Elissa caminó lentamente, pero hizo la acción que le pedí, al instante entré al cuarto y...
Ahí estaban los dos.
Sentados del otro lado de la cama.
Con toda su ropa.
Como si no hubiera pasado nada malo.
— ¿Qué pasa aquí?—llegaron las tías Pauline y Barbara.
—La señorita McCarthy dice que Sherlock y Sunny estaban teniendo sexo ¿Es cierto?
—Oh, por supuesto que no—Sunny lo negó, pero escuchaba un tono fingido entre sus labios—, por dios, eso sería asqueroso.
—Carolyn ¿Qué dices?
Me había alterado por completo, no podía borrarme esas imágenes de mi mente, Sherlock tocando los pequeños senos de Sunny y haciendo que se recostará en su gran colchón, fue real, juro que fue real, lo vi todo con mis ojos, ellos no mienten como este par.
—Lo que observe—defendí mi posición—, los escuche, le dijiste a ella que la "amabas" y luego ¡Te montaste sobre su cuerpo!
—Eso es una locura, señorita McCarthy—Pauline quedó anonadada—, mi hija nunca sería capaz de hacer eso.
—Sherlock ¿Qué clase de droga se mete tu novia?—maldita niña loca.
—La droga llamada "la verdad"—respondí su insulto—, no pueden negarlo. Iba pasando y me quedé en la perilla ¡Escuche todo!
—Un momento—Elissa me interrumpió— ¿Acaso vas por las casas ajenas y escuchas por las perillas de las puertas? Que terrible falta de educación.
—N-no, bueno...
—Y más por la casa de tu novio, ¿No tienes vergüenza?
—. ¡ESCUCHENME!—grite desesperada— No estoy mintiendo, juro que no. Todo fue real, no puedes hacerme esto, Sherlock—lo mire con una furia ciega— ¡Es cierto! ¿Cómo te atreves a tener relaciones con tu prima?
Él siempre había sido sincero, ambos podíamos escucharnos mutuamente con la mayor calidad de verdad posible, pero con lo que dijo, logró tirar por la borda todo ese amor, confianza, respeto y cariño que sentía hacía él.
—N-no sé de qué hablas, Carolyn. Yo nunca he tenido sexo con mi prima.
—Además ellos están bien vestidos. Digo señorita McCarthy—esa Elissa no dejaba de hablar y hablar—. ¿Su mente es tan mal pensada que cree eso?
Movía mi cabeza en forma de negatividad, corrí por todo el pasillo y escuchaba como alguien me seguía, no sabía a donde ir. Necesitaba salir de esta casa de locos, huir de este espantoso escenario tétrico que ha llegado a mi vida.
Me escabullí al jardín, tenía una pequeña palapa en medio, así que me quede ahí, observando el sol del mediodía.
No podía, les juro que el estrés que sentía aquella vez, era el mismo que siento ahora, es horrible este dolor, no lo soportaba. Pero de pronto, llegó alguien a mí lado.
La persona que menos quería ver.
—Carolyn.
—Vete de aquí, incestuoso de mierda.
—Oye querida, nunca te había escuchado decir una mala palabra.
—Y yo nunca te había visto tener sexo con tu prima.
—Oh vamos—se sentó a mí lado, pero yo me deslice más lejos—, no digas locuras. Jamás tendría sexo con mi prima.
—Sherlock, yo te vi—dije con el tono más serio posible y lo miré a sus ojos—, le dijiste que la amabas, que era una locura, luego empezaste a besarla una y otra vez, sin parar—hasta apreté mis nudillos—. Para finalizar tocando sus pantorrillas.
—Carolyn—me miró con decepción—, no digas eso... Llevamos juntos casi cuatro años y ¿Eres capaz de desconfiar de mí de tan esa manera? No puedo creerlo.
—Es solo lo que pienso—dije con la cabeza baja—. Arruinaste todo, Sherlock. Nuestro amor, nuestra confianza, nuestras promesas, lo echaste a la borda por tu prima.
—Eso es mentira—tocó su frente—, he ido con mis especialistas. ¿Tú crees que sería capaz de eso?
—No lo sé—mis lágrimas empezaron a salir—, no puedo decirlo. Me has decepcionado.
—. ¿Qué quieres que haga para que me creas?—gateó hasta estar frente de mí— ¿Qué? Te puedo jurar y perjurar que es mentira, pero no puedo decirte embustera, eso no estaría bien.
—Entonces admítelo, admítelo ante mí, ante tu familia—lo reté— ¡Te besaste con tu prima! ¿Sí o no?
Vamos, él todavía tenía la oportunidad de ser sincero.
—No.
Pero lo arruinó de nuevo.
—De acuerdo—me levante del piso de concreto—, entonces me voy. Hasta nunca, Sherlock.
Él caminó detrás de mí, como si fuéramos juntos sin quererlo. Entre a mi habitación y comencé a empacar, esperando a que hubiera señal para hablarle a mi padre, pero de pronto, el piano empezó a sonar de una manera que no esperaba.
Era Moonlight Sonata de Beethoven.
—Es gracioso. ¿Recuerdas que te había dicho que mi más grande sueño era poder tocar el piano? Obviamente no podía, por mi condición, pero ahora escucha. ¿No te parece fenomenal esta melodía del gran Ludwig van Beethoven.
—Ah, vaya. Mira que interesante.
—Mmm... estoy segura que está te gustará.
Ay no, mi debilidad empezó a sonar.
Turkis March de mi gran amor... MOZART.
—Wow—mire al piano, para comprobar si era cierto lo que mis oídos escuchaban.
Y por supuesto que sí. Sherlock estaba tocando, se veía tan entretenido, como un pequeño niño con marimba, por dios, eso fue como un flechazo completo, me hacía tan feliz, incluso me senté a su lado para observar si era él en realidad quién tocaba las teclas. Sus manos se movían tan rápido y la canción tan bien que hasta parecía que la escuchaba del viejo disco de mi papá
—Es maravilloso—dije encantada.
—Dime, Carolyn—oh, me observaba y sus manos seguían tocando. Tal parecía que ya se sabía de memoria toda esa melodía—. ¿Te vas a ir?
—Sí—al instante, recordé todo lo que había pasado.
Entonces, se detuvo la canción y comenzó algo que siempre me hace llorar... Nocturne de Frédéric Chopin.
—Oh por favor—dije apenada.
—Es una de tus canciones favoritas, ¿No?—sonrió con malicia.
—Sí pero... no lo hagas.
—Carolyn—seguía tocando—, no puedo explicar lo que siento, ni lo que pasó hace unos momentos. No puedo decirte mentirosa, no mereces ese adjetivo, no puedo decirte que estás diciendo una calamidad, ni que yo soy el más sincero del mundo... pero...
¿Entonces, qué quiere decir?
—Tampoco voy a decir que tuve "sexo" con Sunny, ni mucho menos que la amó. Es muy difícil de explicar.
—Entonces solo dilo—quería saber la verdad—. ¿Qué pasó realmente? No puedes dejarme así.
—Es que... lo haría pero...—soltó un gran suspiro— lo único que puedo decir es que, puedes creer lo que quieras, no tengo nada que ver con Sunny, no quiero hacerte daño, no te lo mereces.
—Es cierto... ¿Verdad?
No me respondió, siguió tocando el final de Nocturne, hasta los más últimos detalles lo sabía, eso era impresionante. Su mirada seguía el dedo que tocaba la última nota musical, por lo tanto no podía verme.
Pero cuando acabó dicha canción...
—Bonita canción, ya sé porque la amas.
—Me alegra que hayas podido, hacer tú sueño, ser un pianista profesional.
—Oh claro que no—se apenó—, soy muy novato aún.
—Tocas Turkish March igual y... ¿Te dices novato?
—Aún no puedo tocar el tema principal de la película de Forrest Gump—dijo en broma.
Reímos encantadoramente, la verdad es que... bueno, soy una mujer, soy una adolescente, caigo en tentaciones fácilmente, no puedo negar que su sonrisa hacía temblar todo mi cuerpo, y definitivamente no voy a dejar de perdérmela por nada del mundo.
Tengo que aprender a confiar en él, si dice que no tiene nada con su prima, debe ser cierto ¿Verdad?
(...)
Total, decidí quedarme con Sherlock. Le comunique a mi padre que todo estaba bien y pasamos un tiempo de calidad. Claro que después de la escenita de ayer... ya no soy aceptada por la familia de Sherlock, Elissa, Sunny y sus tías me ven con desprecio y parecen odiarme, de hecho, hasta creo que la abuela Melanie me mira con odio.
Lo que en verdad me pregunto es... ¿Dónde está el abuelo Charles? Digo, a él también lo conocí.
—Me odian—le dije a mi novio en cuanto salimos a pasear.
—Claro que no—tomó mi mano con tranquilidad—, es solo que son... ya sabes, celosas y especiales.
—Pero parece que lo hacen de mala fe.
—Bueno, no les hagas caso. Eres mi novia, no la de ellas.
—Ay—me daban tanta risa sus chistes—, quién iba a pensarlo. Mientras venía en el vuelo, tenía mucho miedo, ya te entendía cuando no querías visitar a mis padres.
—Sí, bueno, tú tienes puntos de ventaja. Eres una chica maravillosa, hermosa, educada y espectacular, yo era un niño traumado y con golpes en todos lados. Era claro y justificado que tu familia me rechazara.
—No lo hicieron... ¿Te acuerdas de qué paso?
—Sí—sonrió—, me trataron tan bien. Claro que yo no sabía que mi padre odia al tuyo, hasta que él me lo dijo. Ellos son maravillosos, unos padres maravillosos merecen tener a una chica maravillosa.
—Me halagas tanto—recosté mi cabeza sobre su hombro—, en serio. No podría vivir sin ti.
Luego, mi celular sonó, al parecer tenía notificaciones. Había decidido apagarlo para que no molestará nuestro momento, pero luego...
27 llamadas perdidas:
Mark Lawrence.
¡Diablos! Había olvidado mi cita con Mark, se supone que era hoy... me siento un poco molesta y apenada. Pero por favor, dios y él sabían que no iba a ir.
— ¿Qué es eso?—preguntó Sherlock con intriga.
—Nada, nada—apague mi celular de nuevo—, nada importante.
El resto del día fue muy bueno, platicamos, jugamos, lo escuche tocar el piano una vez más... vimos una película, dimos un paseo en bicicleta, y terminamos en la comodidad de la tarde viendo un programa de televisión.
—Sherlock, ya es muy tarde—era su abuela. A penas eran las 10:30—, ya sabes, ya es hora de...
—Oh ¡Sí! Vamos—me dio la mano—, te enseñaré el baño.
Me lave los dientes, cepille mi cabello y todavía seguía platicando con él. Hablábamos de cosas al azar, lo extraño de todo esto fue que ya no intento besarme o tener relaciones como hace unas horas.
—Sherlock—su abuela susurró.
—Es cierto, debo de irme—yo ya estaba acostada y él me dio el beso de las buenas noches—, mañana será otro día.
Acostumbrarme a dormir en esa habitación tan grande, de dioses y tan cómoda no era tarea sencilla. La cama era tan majestuosa, incluso mi cuerpo se derretía ante las sabanas. Pero pasaban las horas y no podía cerrar los ojos, aquella escena en donde Sunny y Sherlock se seguían mirando era simplemente perturbadora, no podía evitarlo, me daban tantos escalofríos que intentaba enmendar todo recordando su sonrisa. Ah... en verdad quería tener relaciones con él.
En fin, eran las 2 de la mañana, me levante de la cama. Mi cuarto estaba a lado del de mi novio, por lo tanto escuche unas ¿Risitas? No podía creerlo, en mi mente pasaron un montón de cosas, creí que Sunny de nuevo hacía de las suyas, pero al parecer estaban... ¿Jugando? Tenía mucho miedo, hasta que escuche pasos de ida.
De inmediato, me levante de la cama. Si era Sunny era mi momento perfecto para evidenciarla y hacer que Sherlock dijera la verdad, así que salí de mi habitación rápidamente.
El pasillo estaba oscuro, pero observe a alguien de una estatura mucho más alta, salía del cuarto de él, rápidamente prendí la luz. Por su figura en la oscuridad pensé que era Elissa Ivory y por eso los cubría tanto, o Pauline Smith... e incluso la misma Sunny con tacones, pero lo que vi... fue mucho más aterrador que eso.
Era Melanie Smith, su abuela...
Salía con pasos sospechosos, me miró con sorpresa y obviamente la había capturado.
Se supone que desde las 10:30 nos dijo que debíamos dormir pero...
¿QUÉ CARAJOS HACÍA EN EL CUARTO DE SHERLOCK EN TAN ALTAS HORAS DE LA MADRUGADA?
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