1 de Septiembre, 1942.

Querido Diario, son las 4 de la mañana y ya estamos partiendo hacía el barco, Annie parece estar nerviosa y Lázano a estado todo el día atrás de ella, para poder calmarla.

Los vecinos ahora están durmiendo, y nadie en mi familia me habla por lo irrespetuosa e irresponsable que eh sido. Antes de marchar me eh levantado un poco antes que mi familia y fugazmente eh ido a la casa de Asiel, donde pude ver a unos hombres con uniforme forcejeando la puerta. Además de que me tuve que esconder en unos matorrales ya que, a esta hora, no esta permitido que salgamos.

No les pude entender el dialecto, pero, con mi curiosidad eh aprendido un poco de su idioma y pude traducir un par de párrafos para ti.

"- ¡¡Familia Rosher habrá la puerta!!"

"- ¡¡Son ordenes del Fhurer!!"

Las voces de aquellos hombres me hacían temblar en mi escondite, voces cargadas de odio y con un imponente rugido que asustaba a cualquiera que los escuchará, antes de salir de allí para volver a mi casa los ojos de ella se posaron en mí, y yo levante la vista, y yo quise que esto solo fuera un sueño. Despegue su vista de la mía para poder ver como aquellos hombres se subían a la camioneta sin éxito y se ponían en marcha. A lo lejos pude apreciar como en sus diminutos labios mi nombre se hacía presente "Areli..." y yo seguía sin creerlo, despegué mi vista de ella y la volví a mirar... Seguía pronunciando mi nombre, segada con las lagrimas que empapaban sus mejillas.

Luego de correr hacía mi casa, lo había entendido... Ellos se llevaron a mi amiga. Ellos buscaban a los judíos. Ellos fueron a buscar a Asiel. Ellos me querían quitar todo...

Cuando llegue a casa, mi familia me esperaba enojada, mientras papá recostado en el marco de la puerta me miraba con cierta rudeza. No lo miré, simplemente me largue a llorar, esos llantos llenos de tristeza... 

- Areli ¿qué viste?- me preguntó Annie, agarrándome de los hombros con delicadeza. Pero no le respondí, quería olvidarme que aquellos hombres con aspecto salvaje habían estado "cazando" a la gente que quería, a la gente que mas apreciaba. Y que, si no nos apurábamos a salir, ellos también nos "cazarían" a nosotros.

Ya hemos llegado al barco, y puedo decir que es la primera vez que veo uno. Nunca eh salido de mi ciudad, por lo cuál todo esto es desconocido y nuevo para mi. Un sentimiento inquietante se removió en mis adentros. Aún con mis ojos nublosos de tanto llorar miré a Lázano que, agarrándolo de la mano, me la apretó dándome fuerzas para poder caminar.

- ¡Adelante!- sentenció un hombre, y la gente, alborotada comenzó a subir, justamente aquellos hombres también tenían uniforme, eran dos, uno en cada lado y la gente comenzó a subir, algunos judíos tratando de ignorar a los soldados para que, no les vieran las estrellas que relucíamos con tanto orgullo.

Papá esa misma mañana nos había avisado que, lo mejor para pasar entre aquellos dos soldados era pasar por el medio, justo cuando ellos estaban revisando quien era judío y quién no. Con éxito logramos colarnos, pero, sentí pronto como Annie desesperada comenzaba a gritar "¡¡No!!" No sabía lo que había pasado, solo, pude ver a papá siendo investigado por uno de aquellos hombres. Y no pude visualizar más porque mi hermano me empujo hacía el barco.

Ya cuando todo se había calmado, pude visualizar a mi padre en la orilla, miré a mi alrededor, mamá estaba a salvo, Lázano y Annie también.

- ¡Papá! ¡¡Papá!!- gritó eufórica mi hermana, quien era agarrada por mi madre, no vaya a ser que hiciera alguna tontería.

- Tranquilízate Annie.- Trato de calmarla mamá mostrando su tristeza en el rostro.

Yo, con algo de esperanza me estiré tratando de acariciar su mejilla, el barco comenzaba a moverse y mi hermano me sostenía poniendo una de sus manos en mi hombro.

- ¿Por qué, papá?- susurré, tocando sus mejillas cumpliendo con mi cometido.

 Mis manos comenzaban a alejarse de su cara, mientras Lázano me abrazaba por la espalda, comprendiendo mi dolor en silencio.

- Lo siento, Areli.- pude escuchar, cuando ya el barco estaba lo suficientemente lejos para que yo alcanzará a escuchar algo más.

 Y sin más, su silueta se fue alejando de mi vista, hasta que ya no pude ver más de él, no pude saber si estaba o no ahí o que camino había tomado. Solo pude ver aquella bandera de color rojo revoloteando en el aire y yo aún no entendía lo que significaba.

- Chicos...- susurró bajo mamá, y todos nos giramos a verla.- Será mejor que se saquen la estrella.

- ¿Debemos?- preguntó Annie mirando intrigada.

- Si, háganlo, ahora.- Claro que, todos le obedecimos y, yo tiempo después me di cuenta porque insistía, allí habían alemanes y entre esos alemanes estaban los judíos escondidos, disfrazados y con temor. No me pongo en su esquema, porque todavía tengo en mente lo que papá me dijo.

- Si amas la vida, no temas.- me susurré a mi misma.

La verdad diario mío, no sé a que país iremos, no sé con quien nos encontraremos y tampoco sé si Hitler invadió allí. Pero yo creo en papá, el me prometió que iríamos a un lugar seguro. Un lugar donde no importa de donde venimos... Espero realmente, ver a mis amigos y sobre todas las cosas, espero que todos los judíos estén a salvo.

Sé que no es posible, pero, con mi inocencia lo deseo.

Te quiere, Areli.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: