6
-Vayanse.- Gulf le sisea ahora a los cocineros. Estos ya estaban temblando así que con la gruñona voz del ser maligno no se hicieron esperar de tirar los platos al suelo y correr desesperadamente hasta salir de esa casa.
-Así que..., estamos solos. Tú y yo.- Gulf relame sus labios dándole un toquecito a la nariz del pelinegro burlonamente. Ríe y coloca su mentón sobre el pecho de este. Mew arduamente manteniendole la mirada encima mientras que el diablo lo miraba con curiosidad. Unos ojos que no daban miedo por más psicópata que se haya mostrado hacen minutos.
Una bonita sonrisa se cuela en su boca. Él alza su cabeza y comienza a besarle el cuello a Mew. El de abajo abre su boca un poco. Mirando al techo débilmente. Sintiendo el húmedo cosquilleo de aquellos besos en su cuello. La boca del herido se abre afligidamente emitiendo unos gemidos pequeños.
Gulf pasa su lengua hasta su oído y mordisca sensualmente el lóbulo de su oreja. Robándole un gemido al pelinegro. El moreno retrocede su cabeza para acercarse a su rostro. Se miran y la garganta del pelinegro traga toda nerviosa. Su mentón se acerca y retrocede nerviosamente a por un beso.
Pero el moreno solo lo hizo por jugar y se mueve a besarle el otro lado del cuello. Robándole más gemidos al pelinegro que se exalta sin poder moverse.
-Sueltame.- Mew susurra.
-¿Por qué haría eso?
-Si vamos a tener sexo..., quiero tocarte.
Gulf vuelve a retroceder su rostro para mirarlo a los ojos.
-¿Cómo puedo confiar en ti?
-Solo hazlo y verás.
El brujo le promete. Gulf se le queda viendo a por sinceridad. Vuelve a acercar sus rostros a por un beso.
Pero vuelve a alejarse de su rostro con pequeñas risitas. -Te gusta jugar mucho, ¿no?- Mew pregunta débilmente.
Gulf va bajando todo su cuerpo hasta quedar frente a aquellas piernas y abrirle el pantalón. Baja el cierre y con ello, los boxers.
-Me gusta jugar con mi presa. Es mía después de todo.- Comanda el malvado ser antes de bajar su cabeza al área íntima del brujo. Comienza a dar unas mamadas así que el brujo arquea su espalda, tratando de mover sus muñecas.
-Oh. Dios...- Mew gime.
El otro sigue haciendo lo suyo. Y cuando Mew mueve sus manos, nota que el otro ha eliminado la magia de retención. Ahora podía moverse. El otro sigue con la mamada así que Mew le agarra el cabello fuertemente. Cerrando sus ojos.
-Lo haces muy bien, bastardo...- Dice el pelinegro en un gruñido placentero.
El otro deja de hacer la mamada para alzar su cabeza con una sonrisa ladina. -Sé que soy muy bueno en eso.
El pelinegro lo toma de los cachetes para alzarlo a su rostro. Lo besa a la boca repetidas veces. Con una lujuria desesperada. Pero Gulf no corresponde los besos. Sino que se le queda mirando en cada beso. Lo mira serio. Totalmente serio. Sin emociones.
Mew le entra la lengua en cada beso, pero aún así el otro no corresponde nada. Eso hace que Mew retroceda su cabeza para verlo con el ceño fruncido.
-¿No era esto lo que querías?- Pregunta el brujo.
-Sin duda alguna sí, pero tus besos me parecen falsos.
-¿Falsos?
-Muy exagerados.- Menciona el otro. -¿Crees que nací ayer?
El brujo se le queda viendo serio y se lo quita de encima al empujarlo de los hombros para correr arriba las escaleras. Gulf ha caído al suelo, pero se levanta con risas lúnaticas. Riendo y riendo. Él se da la vuelta viendo a las escaleras con una risa lunática. Nada hace gracia así que está riéndose forzadamente.
Sus altas risas resuenan por toda la casa.
El brujo solo corre a cualquier habitación y ahí se encierra. Con la cerradura puesta. Se encerró en una habitación de libros que tenían a la antigua. Caminó hacia uno de los estantes para tomar un libro de hechizos a ver cómo deshacia el hechizo de anulación de poderes que Gulf le pusó.
Gulf truena los huesos de su cuello para dejar de reír con un suspiro. -Te gusta verme jugar ¿Mm?- Él pregunta ahora subiendo los escalones. -Sabes, no deberías de prolongar esto demasiado... Yo solo quería darte algo de pasión antes de tu partida.
El monstruoso moreno sigue subiendo las escaleras con una sonrisa macabra. Llega a las habitaciones y pasando cada puerta, las puede abrir de una en una con su magia.
Azotando estas a abrirse.
Dos puertas.
Tres puertas.
Se esta acercando a la habitación en la que está Mew. Cuánto más se acerca, él sonríe el doble.
Detiene sus pasos frente a esa puerta. Seguro de que estará ahí. Va a abrir esa puerta pero unas voces suenan desde la puerta de la casa:
—¡Policía! ¡No se mueva!
Ahí es cuando el moreno suspira rendido. Sabe que hay dos policías apuntándole con pistolas allá en la puerta. —Esto sucede cuando eres un monstruo y le das oportunidad de vida: llaman a los inútiles policías.— Se queja el moreno alzando sus manos a los lados de su cabeza.
Entonces puso su mejor rostro de inocente y aterrado. Fingiendo tener miedo. Temblando sus labios. —¡Policía!— Él grita fingiendo estar atemorizado. —¡Justo a tiempo! Hay-- Hay un asesino dentro de esta habitación. Estaba a punto de cometer una locura y enfrentarlo.
Se justifica el moreno mientras baja los escalones. Temblando y con lágrimas falsas bajando de sus ojos.
—Si está ahí adentro ¿por qué usted no salió? La puerta estaba abierta.— La policía no le cree su pequeño acto y ambos le apuntan con sus armas.
—Como le dije: lo iba a enfrentar.— Sigue diciendo el joven fingiendo una voz débil.
—¡POLICÍA! ÉL ES EL QUE CAUSÓ TODO ESTO. ES EL ASESINO.— Mew sale de la biblioteca agarrándose de la baranda para gritarles. Los oficiales miran arriba para ver al brujo todo maltratado y ensangrentado.
Gulf relaja todas las facciones de su rostro para crear una expresión de aborrecido. Mira hacia arriba para ver al pelinegro.
—Tenías que salir tú.— Se queja el moreno.
Los oficiales voltean hacia el moreno entonces para dispararle. Todas las balas golpean los hombros de Gulf así que una sangre como espuma salta ante cada disparo. Evaporandose después de cada bala. El moreno se queda quieto mientras que sus hombros rebotan o saltan ante las balas. Cabizbajo. Sin ninguna expresión ni emoción.
—¿Qué carajos?— Dice un guardia al notar que nada le está sucediendo. Sigue sujetando el arma, pero ha dejado de disparar con el ceño fruncido. Al igual el otro. Ambos han dejado de disparar. —¿Por qué no reacciona?
Intercambian miradas y comienzan a escuchar risas. Risas de la figura de enfrente. Risas malignas utilizando la garganta para que suenen más roncas. Las risas van aumentando.
—Ay, carajo.— Mew dice en bajo ya presiente que algo malo va a suceder.
Gulf tira su cabeza hacia atrás con risas. La sangre ahora imprenta en su cuello.
—Tienen suerte de que yo no mato humanos. ¿Se creen tanto con sus armas? Son pequeñas hormigas para mí. ¿Y saben dónde están? Bajo mis zapatos.
El moreno suavemente restaura su cabeza para mirarlos. Y su sonrisa se ensancha como la de un psicópata. Arrugando su nariz como si los humanos le dieran ternura.
—¿Saben? Me gustan los disfraces. ¿Quieren ver mi verdadero rostro?— Pregunta el moreno con sus manos sobre los lados de su cuello para mirarlos con una bonita sonrisa de labios.
Las luces comienzan a parpadear.
Los hombres se exaltan. Mirándolo todo a su alrededor antes de voltear hacia la criatura inmortal que tienen enfrente.
Durante la transición del parpadeo de luces, con cada oscuridad el rostro hermoso del moreno parece estar demacrandose. Su piel humana despegandose como cuando alguien tira de una curita.
Se comenzó a reír con maldad y cuando todos los extremos de su rostro se estaban desgarrando, las luces se apagaron.
—No veo nada.
—Hermano ¿Qué está sucediendo?
—Qué carajos...
Ambos policías se exaltan. Y disparan a lo loco haber si mataban a la cosa que estaba frente a ellos. Pero no había ni gruñidos. Ni jadeos. No se escuchaba ninguna queja así que las balas estaban siendo inútiles. Las luces vuelven a su lugar y la criatura ahora tiene un rostro quemado muy rojo que solo resaltaban sus ojos saltones por la retina blanca.
—¡CARAJO! ¡MIERDA!
—¡MIERDA!
Los policías gritan. Yéndose. Se están dirigiendo a la puerta, pero solo uno de ellos logra salir porque Gulf llega a él más rápido que un rayo y lo agarra del hombro. Deteniendolo ahí con una sola mano. El hombre grita y todo, pero el moreno succiona todo el cuerpo del policía para que se desintegre dentro de su estómago y toda la ropa del policía queda puesta sobre el moreno.
Toda pero toda su ropa policiaca. Solo que con unos cuantos botones quitados para revelar un poco de sus clavículas.
El ser maligno alza la mirada y puede ver cómo el humano original aparece por arte de magia al lado del auto vistiendo boxers y cubriéndose el cuerpo mientras entraba al asiento de conductor.
Gulf sonríe. Despidiendolos con una mano. —¡Adiós!
—¡AHHH!— Los policías gritan y se van en el auto a toda prisa. Derrapando sus gomas. Dejando la marcha de sus gomas sobre la carretera hasta irse.
El moreno los ve marcharse y baja su manita con la que se despidió de ellos. Cerrando los dedos de esta. Su rostro aún siendo inhumano. Horrible. Grotesco. Era una aberración temible. Pues claro, de un angel no era. Detrás suyo bajo el pelinegro suavemente. Bajando los escalones de a poco.
—Tu rostro...
—Es feo. Lo sé.
—Sí es feo. Vamos que b--bonito no es. Lo sabes.
—No sé por qué espere un halago de ti.
—Que este a punto de morir no me hará decir mentiras bonitas.
—Pensé que te ocultarías o tratarías de matarme. Aunque no me he dado la vuelta para ver si inútilmente sostienes una hacha o cuchillo.
—Eres tan poderoso que derramaste en tinta negra como sangre hirviente todos los libros de mi biblioteca. Me quemaste las manos.— Mew añade ahora alzando sus manos con las palmas quemadas en rojo. El moreno sonríe con sus labios. Dándose la vuelta para exponer su horripilante rostro. —Pero no has matado a ningún humano. Así que sé que no eres malo y que solamente me quieres a mí. Porque yo soy tu cacería.
—Mi presa.
—No te irás hasta matarme. ¿No es así?
—Obtienes lo que pides.
—Muy literal.
El brujo camina suavemente hacia el diablo de rostro quemado en rojo. Viéndose como una criatura asquerosa a pesar de que todo su cuerpo seguía en la piel humana del moreno. Mew temerosamente posa frente a ese ser maligno. Viéndolo vestido de policía con el gorro de uno.
—Si voy a morir y me darás una noche de pasión,— El brujo le acaricia un cachete. Este sintiéndose áspero a su tacto. Áspero, grueso, con patrones más delgados que otros y un poco húmedo como sangre pegada. Los ojos del brujo recorrían aquella piel. —esta vez lo aceptaré en su totalidad.
—No te puedes retractar.
—No lo haré.
—De acuerdo.
El pelinegro se acerca a aquella boca inhumana. Se acerca suavemente. Bajo la mirada del inhumano.
Hasta que el pelinegro planta un beso en aquella boca que ni labios tenía. De lo maltratado que estaba. Empiezan suave, pero el moreno cierra sus ojos. Esta vez entrando en confianza.
¿Se dejaría aquel brujo matar como dijo?
*N/A: No sé pero me encantó la transición en cómo Gulf pudo mostrar su verdadera cara. Que ya leemos no es bonita e aún así, Mew lo besó 🙈❤ Espero les haya gustado ✨
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