4.
KILIAN POV
La hora de descanso se puede utilizar para muchas cosas, comer, ir al baño, chismear, pelearse, declararse a tu crush de la infancia, etc, pero yo lo estoy usando para quejarme a diestra y siniestra de la castaña que me ha tocado de pareja.
-Se atrevió a regalarles cosas, ¿para que hace eso?, no es nada de nosotros ni mucho menos navidad o los cumpleaños de mi hermanos.
-Cálmate ansioso, tal vez solo se quiso ganar su confianza, no sé, cualquier cosa.
-¿Para qué quisiera ella ganarse la confianza de ellos?, ni siquiera va a volver a convivir con ellos, es estúpido.
-Kilian, creo que estás siendo paranoico, Havzel solo es una chica dulce, sintió un lazo y quiso obsequiarles algo.
-Lazo-resoplo-ni siquiera yo tengo un lazo fuerte con Oliver, el niño es difícil, seguro solo quiere molestarme, ¿pero sabes que?, yo soy más rápido que ella, no sabrá jugar este juego.
-No seas esquizofrénico, ¿hizo feliz al disparar con sus regalos?
Asiento sin poder mentir, sus sonrisas eran muy tiernas, no había visto emoción en los ojos de Oliver hace algunos meses, no hasta ahora que tuvo en sus manos uno de los tantos libros que lleva deseando desde que vio aquella película en la televisión.
-Entonces solo quédate con eso y ya, no es tan malo, tampoco te hagas enemigos imaginarios ni te pelees con el aire. Solo fue amable.
-No necesitamos caridad de nadie.
-Pero qué cabezota eres, no me refería a eso. Olvídalo, sé que no te gusta que nadie les regale cosas a tus hermanos pero por una vez no pasa nada, hasta deberías agradecerle o algo.
-Ah no, nadie la obligó a hacer su mini acto de amabilidad para andarle agradeciendo.
Suspira con frustración y niega.
-¿Te han dicho que eres odioso?
-Demasiado, no es algo nuevo-sonrío como si de un cumplido se tratase. El timbre de entrada suena indicando el comienzo de la próxima clase, clase donde tengo que exponer con Havzel, solo espero que lo sepa hacer muy bien porque de esto depende parte de mi calificación, y no soportare sacar un ocho por su culpa, porque obviamente nunca es mi culpa cuando se trata de algo escolar.
Al entrar al salón la encuentro acomodando la computadora cerca del escritorio para poder presentar el trabajo, por suerte se lo está tomando en serio.
-Espero no hayas borrado el trabajo.
-No soy tonta Kilian, ¿cómo están tus hermanos?
-No te importa.
-Uy, solo estoy siendo amable.
-No tienes que ser amable con nosotros, no nos conoces.
-Ahora entiendo todo, solo eres amable con quienes conoces bien, eso no está bien, menos enseñárselo a tus hermanos.
-Tu no tienes idea de cómo se educan mis hermanos, así que no te metas Hazel.
-Es Havzel.
-Lo que sea. Expongamos y quitémonos de encima vernos y hablarnos por un buen tiempo-saco mis notas del bolsillo y me aparto un poco para estudiar los últimos detalles.
¿De qué manera cree Havzel Relish cómo funciona el mundo?, es estresante su forma de ser, tan feliz y positiva como si el mundo estuviera libre de errores, como si no tuviera ningún problema que la hiciera estar a la defensiva, nada, parece estar encerrada en una burbuja de privilegio que la ha hecho no tener su golpe de realidad.
No todo es amabilidad, menos con personas que no se conocen, nunca se sabe que tantos problemas puede tener esa persona para estar trastornada. No quiero que mis hermanos estén cerca de esas personas.
A los pocos minutos la profesora llega haciendo que todos se sienten y nosotros tengamos que empezar nuestra exposición, para ser sincero me ha impresionado su facilidad para hablar sobre el tema, se nota que estudio mucho, además que ha tomado el control en muchas cosas, hace ademanes y tiene facilidad para conectar con el público. No es que esté muy sorprendido que una chica de diecisiete años pueda lograr este tipo de cosas pero conozco bien los talentos de las personas a mi alrededor y en ella la concentración no es uno de ellos.
Luego de explicar, dar ejemplos, reír y todo tipo de cosas terminamos nuestra exposición con éxito, ganándonos una gran sonrisa por parte de la profesora.
-Quiero felicitarlos chicos- se dirige la maestra a nosotros; acabamos de terminar nuestra exposición-fue una exposición muy completa y elaborada, se nota que son buena pareja al trabajar, estoy ansiosa por ver sus próximos proyectos juntos.
-Muchas gracias.
-Les daré un punto extra, espero que los próximos trabajos sean igual de buenos-apunta a todos en el salón como advertencia. Adoro ser la persona a abatir.
Sin tener nada que rechistar cada uno se dirige a su asiento con nuestras respectivas parejas de banco.
-Que suerte, un punto y los mejores hasta el momento, aunque son los primeros- dice Ian.
-Ya sabes como soy, me gusta ser el mejor.
-Sí, sí, todo un cerebrito de closet.
-Shhh- pongo mi dedo en mis labios-no quiero que nadie lo sepa.
Obviamente no quiero que nadie lo sepa, no quiero que sepan que soy un cerebrito y que mi calificación más baja es un 9.7, tampoco que soy el promedio más alto en toda mi generación y probablemente en la escuela, prefiero quedarme con su visión de mí: él chico guapo de último año que es capitán del equipo de hockey y una gran promesa en todos los aspectos
Si, esa visión me gusta mas.
-No entiendo porqué no te gusta.
-Es vergonzoso para mí.
-¿Por qué?, ¿por qué también eres becado por tus calificaciones y no solo por el hockey como todos piensan? - pregunta de manera normal mientras mira la pizarra.
-Así es, todos se portan diferente cuando se dan cuenta que eres un cerebrito, no quiero eso.
-¿Tu crees que les importaría cuando ya eres uno de los más populares de esta escuela?
-Aun así no quiero que lo sepan, que se queden con que tengo un IQ promedio y no uno más alto que el promedio.
-Uy perdón señor Albert, pero está bien, sabes que apoyo tus decisiones.
Soy becado por ambas cosas, las calificaciones me ayudaron a entrar en esta escuela de prestigio y alto rango académico, pero solo me dieron la mitad de los gastos escolares y mi familia no es pobre pero tampoco puede solventar los gastos que exige esta escuela, la mitad de la colegiatura era algo que no podría pagar cada mes, así que decidí entrar al equipo de hockey aun sin saber absolutamente nada del deporte, aprendí a jugar gracias a Ian, con el tiempo me hice muy bueno y me dieron la beca deportiva, la cual pagaría la otra mitad de mis estudios, todo lo hice por continuar mi sueño de ser un gran cirujano, de poder entrar a Harvard algún día como vi en aquella serie que mamá ama, poder comprarle una casa más grande a mi madre y poder comprarle cosas a mis hermanos cada vez que quieran algo cuando los ven a través de la ventana de una tienda. Todo esto tiene un solo propósito y es tener la completa felicidad.
Al terminar las clases Ian y yo hemos ido con mis hermanos a la escuela primaria para luego ir a la gran casa Allen donde la señora Alice Allen madre de mi amigo me hará el favor de cuidar a mis hermanos por un rato.
Ahora mismo tengo a un perico y medio haciendo un millón de preguntas sobre por qué hemos venido aquí, por que no comemos en casa, por que me voy y los dejo, cuanto tiempo me tardaré y un millón de preguntas más.
Típico de niños.
-Ya nos tenemos que ir, pórtense bien y hagan caso a Alice.
-¿Pero a dónde van? -pregunta la chillona voz de Via por cuarta vez.
Suspiro, me pongo de rodilla frente a ellos tomando sus manos delicadamente.
-Iremos a visitar a mamá.
-¿Por qué no podemos ir también?, queremos ver a mamá- dice Oli acomodando sus gafitas para que no se caigan.
-Pronto los llevaré, por ahora se quedarán a jugar con la señora Allen, la pasaran bien y volveré antes de que me extrañen muchísimo.
-¿Y si no regresas cuando ya te extrañe muchísimo? -pregunta Via.
-Los dejaré comer dulces después de las ocho. Les doy mi palabra.
No parecen convencidos pero saben que no hay de otra, la señora Allen les toma la mano y los mira feliz.
-¿Quieren hacer galletas de chispas? -les pregunta con una sonrisa.
-¡Sí!- grita Via con emoción.
-¿Y tú, Oliver?
-No, yo prefiero leer mi libro-suelta su mano y aprieta el libro contra su pecho, no ha soltado ese libro desde que se lo regalaron.
-Está bien, vayan con cuidado chicos y no te preocupes Kilian, los cuidaré como siempre.
-Muy bien- le completa Via sonriente.
Claro que si, Alice Allen ha sido una pieza fundamental en mi vida y en la de mis hermanos, sin duda muchas cosas estarían de cabeza si no fuera por ella e Ian.
-Andando entonces, nos vemos más tarde mamá.
Amos salimos de la casa y subimos al auto en dirección al hospital, el camino ha sido normal, hemos hablado de cualquier otra cosa menos de mi familia como es costumbre cada vez que hay algo malo o raro en mi vida familiar, siempre lo hablamos cuando pasa el problema, pasa lo mismo con el, pero siempre estamos el uno para el otro.
Al llegar al hospital yo he subido al ascensor e Ian se ha ido a comprar chucherías a las máquinas para esperar en la sala de estar.
Abro la puerta color blanco lentamente y asomo la cabeza, ahí está mi madre, acostada con todos esos cables conectados a ella, luciendo tan cansada pero fingiendo no estarlo...
-Kilian- dice débil. Me rompe escuchar su voz así de débil.
-Hola mamá, ¿cómo te sientes?-me siento en una silla junto a su camilla y tomo su mano para darle el calor que necesite.
-Ahora mucho mejor porque estás aquí.
Me rompe el corazón verla en ese estado, extraño verla jugar con el par, verla reír, en la cocina haciendo cena mientras nos cuenta su día, sentada en las gradas de cada uno de mis juegos con mi inicial pintada en las mejillas y vestida con los colores de la escuela. Extraño mucho esos días, pero estoy seguro de qué pronto volveré a vivir esos momentos porque es muy fuerte y... nunca dejaría solos a sus hijos.
Mi madre sufre de cáncer de mama, lo detectaron hace un año, esa fue la peor noticia de toda mi vida, aun recuerdo que durante una lluvia salió a jugar con nosotros e hizo una corta pausa para sentarse porque estaba cansada así que hice los mismo y fue cuando me dio la noticia, en ese momento solo pensaba "mamá va a morir", esa noche lloré mucho y me negué a entrar a casa por un buen tiempo, ella nos cubrió con una manta naranja y estuvo para mi. Los doctores dicen que el tratamiento es lento pero que mamá está respondiendo bien, eso me da esperanzas.
Mi vida a esta edad no es lo que pensaba, solo pensaba en que iría a jugar hockey y conseguir un trabajo de verano para ahorrar e ir a la universidad, aunque no es tan diferente a lo que vivo, no es necesariamente con el mismo sentimiento de libertad adolescente.
-¿Cómo te va en la escuela?
-Muy bien, la maestra me felicitó por una exposición, nos dieron punto extra.
-¿Nos?
-El trabajó era en equipo, mi compañera también obtuvo un punto extra.
-¿Quién cuidó a tus hermanos?
-Yo lo hice, trabajamos en casa.
-¿Cómo la trataron?, en especial Oli, mi pequeño no es muy social.
- Via la trató muy bien, Oliver fue indiferente como siempre.
-Espero verlos pronto, extraño mucho a mis pequeños, ya casi es su cumpleaños, espero que para ese tiempo los dejen entrar.
-Intentaré lo que pueda para que los veas crecer.
Sonrío y me acerco para abrazarla.
-Te quiero mucho, Kilian, no quiero que olvides nunca eso, agradezco todo lo que haces por mi y tus hermanos- acaricia mi cabello.
-Yo te quiero a ti mamá.
-Todo estará bien, te lo prometo.
A veces es mejor no hacer promesas porque termina haciendo que la situación duela más de lo que debería.
-Las promesas muchas veces se van con el aire.
-No en esta ocasión, están bien firmes, te prometo que todo mejorará en algún momento y serás tan feliz como quieras...
Al terminarse el tiempo de visitas bajo hasta con Ian, el cual está viendo una película en el celular mientras come frituras, el viene preparado, al verme se pone de pie y se quita los audífonos.
-¿Nos vamos?
Asiento.
-Nos vemos después-me despido de la enfermera en recepción y salgo hasta el auto con mi mejor amigo detrás.
-¿Cómo está?
-Bien, sigue débil pero el doctor dice que es por la quimioterapia, aunque dijo que no sabe cuánto tiempo puede prolongarse y que están en espera de que responda correctamente para descartar el cáncer... terminal.
-Eso no pasará, Onna es muy fuerte, va a salir de aquí ya lo verás, por el momento hay que ir a mi casa con tus hermanos porque Via me llamó dos veces del teléfono de mi madre, dijo que ya te extrañan muchísimo y tendrás que darles dulces.
-Es una tramposa.
-Suerte con la hora de dormir hoy-bromea. Pasa su brazo por mis hombros y me obliga a caminar hasta el auto.
Experto en hacerme sonreír en las situaciones que menos se me antoja, no por nada decide acompañarme cuando tiene oportunidad.
Cuando llegamos a casa de los Allen, Via me recibe con un abrazo y mostrando su galleta muy cerca de mi cara para que no pierda ni un solo detalle de ella, una galleta que... que digo galleta, parecen chispas con un poco de masa.
-¿Cómo está mamá? - pregunta Oliver.
-Muy bien.
-¿Cuándo la puedo ver?, ¿mañana?
-Pronto.
Él mira al piso y me acerco a él, revuelvo su cabello y me agacho para quedar cara a cara.
-¿Quieres ir a la cafetería por pastel?
-Sí- responde de forma natural. Seco.
-Gracias por cuidarlos- le agradezco a Alice cuando llega a nuestro lado, así que me pongo de pie sin dejar de acariciar el cabello de mi hermanito.
-Sabes que adoro a tus hermanos, qué más quisiera tener a un pequeño corriendo por la casa otra vez, pero no todo se puede- sonríe con delicadeza.
Sabemos por qué, él señor Allen nunca está en casa. Odio a ese hombre, lo detesto con todo mi corazón, simplemente quisiera que mi segunda madre no estuviera casada con ese detestable ser humano, si se le puede llamar de esa manera.
-Muchas gracias. Nos iremos ya, llevaré a los chicos a la cafetería donde trabajo. ¿Quieres ir, Ian?
-No, estoy bien, que sea tarde de hermanos.
Asiento y me despido de ambos, junto con mis hermanos salimos directo al auto, los ayudo con los cinturones y luego voy a la parte delantera para continuar mi camino.
-Kilian pon música, como princesa del reino champiñón te lo exijo.
-No, no pongas música- dice Oliver.
-Sí.
-No.
-¡Sí, Kilian!- grita Via.
-¡No, Kilian! -grita Oli.
Respiro profundo y luego suelto el aire lentamente para no perder la calma. Me detengo en un semáforo en rojo y me giro para poder mirarlos, ambos tienen el ceño fruncido y sus brazos cruzados como si fuera su pelea más fuerte.
-Basta. Olivia ten- le doy mi celular, saco unos audífonos de la guantera y se los doy.
-Gracias.
Lo de todos los días...
Unas cuantas calles llegamos a la cafetería, mis hermanos entran tomados de la mano luego de olvidar su tercera o décima guerra mundial del día, ellos eligen la mesa que los deja ver la tv con facilidad y esperamos a que uno de mis compañeros de trabajo venga a tomar nuestra orden.
-Hola, Kilian, hace mucho no te veía-saluda Lisa con una sonrisa coqueta. Aquella rubia con la que creo una vez me besé, así que no dudo en sonreír de la misma forma.
-He estado ocupado.
-Espero poder vernos algún día otra vez- sonríe y toma un mechón de su cabello enredando por uno de sus dedos.
Estoy por contestarle pero Via me interrumpe.
-Oye, deja a mi hermano, ¿eres mesera o no?
La chica la mira y luego me mira a mí.
-Sí, pero volveré luego cuando decidan su orden.
La veo girar los ojos y alejarse hasta perderse por las puertas de la cocina.
-Via, eso no se hace, fue grosero.
Ella se encoge de hombros.
-Se comportaba raro, hablaba como las muñecas de mis caricaturas, ¿eso me pasará cuando me haga grande?
Al menos hasta que guste de algún chico, aunque ella es una Spinster, no tendrá que coquetear a nadie porque todos llegaran a sus pies por si solos. Nosotros no nos arrastramos por nadie.
-¿Qué quieren pedir?
-Yo quiero un pastel de chocolate y una malteada de fresa, y me dejaras comer todo porque te extrañe muchísimo y no llegaste.
Asiento y giro a ver a Oli.
-Un pastel de zanahoria y un café- responde el pequeño, pequeño niño de sesenta años.
-¿Estás loco?, tienes seis años y no vas a beber café.
-Está bien, un chocolate caliente.
Asiento aceptando su orden.
Saco mi celular en espera de la chica que nos atendería y que Via ahuyentó.
Todo en la cafetería está tranquilo, hay personas trabajando, otras estudiando y otras pocas simplemente vienen a probar los deliciosos postres. Como nosotros hacemos en este momento pasando nuestra tarde de hermanos...
-¡Havzel!- grita Via levantándose del lugar y corriendo a otro lugar.
Me levanto rápido para poder seguirla y no perderla de vista y perderla o darle la oportunidad a alguien malo para robarla.
-Andando, Oli o Via se perderá.
-Nunca me dejan terminar un capítulo, solo pido uno- me mira con enfado para luego cerrar el libro con fuerza.
-No te puedes quedar aquí porque te pueden robar a ti también.
-Que me roben, si me dejan leer no me importa.
-Okay que te vaya bien en tu nueva vida de niño robado- digo y me doy la vuelta, obviamente no lo dejaré ahí, solamente es estrategia la cual comienza en 3, 2, 1...
Siento como toma con fuerza la parte baja de mi playera y me sigue el paso hasta donde veo a Via brincotear sin parar, lamentablemente mi hermana al parecer crea lazos fuertes en corto tiempo y ahora está abrazando a Havzel como si fuera su mejor amiga desde el día de su nacimiento.
-Via, no puedes salir corriendo de esa manera- la tomo de la mano y la alejo de Havzel Relish.
-Lo siento.
-Andando, vamos a nuestra mesa.
-Quedémonos aquí con Havzel- dice mi pequeña hermana tomando la mano de dicha chica forzando a no poder moverme.
Miro a la castaña que se mantiene callada pero con una sonrisa microscópica. Ella es malvada, seguro que lo es, no puede existir una persona tan buena y amable, es imposible de creer, seguro que es ella la que me quiere robar a mis hermanos.
-No.
Hace ojos de cachorro y junta sus manos suplicando y moviendo constantemente sus largas pestañas como si eso me fuera a convencer, llevo siete años de mi vida practicando para no caer tan fácil, al principio no lo lograba muy bien pero con el tiempo ya puedo lograr decir que no.
-No me hagas esas caras- digo retirando la mirada y luego la vuelvo a poner en ella esperando que se haya echado para atrás pero sigue haciendo lo mismo.
Suspiro cansado y accedo a su petición, creo que en un año más lograré vencer esos ojos de cachorro con éxito.
-Okay, tu ganas.
Del otro lado de la mesa nos sentamos Oli y yo, él frente a Via y yo frente a Havzel, quien sigue callada ante nuestra presencia repentina, Oli sin esperar nada vuelve a abrir su libro y acurrucarse contra la silla para estar más cómodo. El tiene eso, siempre toma los lugares más incómodos y las poses mas raras para poder leer, a veces lee de cabeza sobre el sofá, el pediatra dijo que era algo normal en niños y aunque sean medio tranquilos tienen que hallar una forma de liberar energía.
-¿Cuándo vuelves a casa? - pregunta Via.
-No lo sé, tal vez...
-No te acostumbres a ella Via, no tiene porque visitarte, además Havzel no es el tipo de gente con la que debas relacionarte.
-¿Por qué?
-Pues tú no eres el tipo de gente que quiero en mi vida- contesta Havzel mirándome por primera vez desde que me senté frente a ella.
-Hago como que te creo, soy Kilian Spinster, todos me quieren en sus vidas.
-Pues yo soy parte de ese 1% que no.
Antes de poder contestarle nuestro nuevo mesero quien ya estaba asignado a la mesa de Havzel llega interrumpiendo nuestra conversación.
-Veo que se integraron nuevas personas a la mesa.
Alex, mi buen amigo Alex quien se encarga de muchas cosas aquí en la cafetería, hace café muy rico, decora pasteles y tiene un excelente trato a los clientes, es un buen chico.
-Hola, Kilian- sonríe amable.
-Alex- saludo.
-Entonces... ¿que van a ordenar?
-Un pastel de chocolate, una malteada de fresa, un pastel de zanahoria, un chocolate caliente, un brownie y un café- le indico.
Él anota todo y luego se dirige a Havzel con una sonrisa... que no utilizo conmigo, mmm ya veo que pasa aquí.
-En un momento te traigo tu orden, Havz.
¿Havz?, creí que el único que le decía así era Townsend.
La castaña asiente con una sonrisa similar a la que él le ha dado y luego él chico se va para poder traer nuestras órdenes al pie de la letra.
-Le gustas a Alex.
-Claro que no, solo es amable.
-Lo sé pero le gustas.
-¿Te importa? - pregunta de mala gana.
-No realmente, solo que se nota mucho y parece que no te quieres dar cuenta.
Ella gira los ojos.
Alex es una buena persona, amable, es guapo y trabajador, su único defecto es que es muy cursi y empalagoso. De verdad, muy cursi y empalagoso, no se que tan parecido sea a Havzel, la vez congenian muy bien, ella parece ser igual, pero según muchas personas los polos opuestos se atraen mejor románticamente, así que no sé muy bien qué le depara el futuro a Hazel Relish, aunque tampoco me importa.
Luego de un rato en el que Oli sigue leyendo su libro, yo utilizo mi celular para leer algunos artículos sobre los polos opuestos y Havzel y Via juegan en el celular de ella, Alex se hace presente con todas nuestras órdenes. Entrega primero a Via, su malteada y su pastel de chocolate, después a mí el brownie y el café, luego a Havzel su café y un pastel de zanahoria y finalmente le deja el chocolate caliente a Oli.
-Esa- señala la rebanada de Havzel- es la última rebanada que quedaba, si gustan les puedo traer lo más pronto una de cualquier otro sabor.
Miro a mi hermano que tiene sus cejas ligeramente caídas pues se perfectamente que es tan quisquilloso que en pasteles solo le gusta el sabor de un pastel de zanahoria, y ahora no querrá nada mas porque ya tenía el antojo de eso.
Alex se retira sin antes decir que le llamaríamos si necesitábamos algo más.
-¿Quieres el pastel? - le pregunta Havzel a Oliver, el cual niega de inmediato ante su pregunta.
Sé que quiere, es su pastel favorito.
-Ay- se queja la castaña- se me ha quitado el hambre, creo que ya no me cabe el pastel-ahora comprendo - creo que dejaré el pastel por aquí por si alguien lo quiere comer- arrastra el pastel más cerca de Oliver.
Oliver me mira buscando algún tipo de aprobación para tomar un pastel que no es suyo, pero al saber lo que Havzel ha hecho asiento con firmeza para darle esa seguridad de que está haciendo algo bien, así que lentamente jala el plato hasta que está frente a él.
-Gracias... -susurro para ella.
Tengo que admitir que fue un lindo gesto de su parte, puede ser que Havzel no sea tan mala persona, pero aun así no será parte de la vida de mis hermanos, un par de trabajos en equipo no la hacen mi amiga ni de mis hermanos, así que ni se acomode.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top