→La búsqueda←


Namjoon respiro profundamente y luego exhalo. Observó sus temblorosas manos y golpeó una suavemente contra su muslo, quitando el exceso de sudor en ellas producto del nerviosismo.

Pero no lo podían culpar. Hoy era el gran día para este joven universitario, un día el cual admitía que tal vez no tenía mucha preparación más que unos simples globos con helio en forma de corazón, pero si no lo hacía así, tal vez nunca se animaría a exponer sus sentimientos y abrir su corazón para conseguir una felicidad inigualable... O tal vez una tristeza infinita.

No. Namjoon sacudió su cabeza. Él creía firmemente que si tenía pensamientos negativos, cosas negativas pasarían y él realmente no quería que eso sucediera ahora.

No cuando finalmente daría el paso y le diría a Jin sobre sus sentimientos.

Síp. Así es.

Namjoon ya no podía ver a su amigo salir en citas arregladas por Taehyung o Hoseok, solo para terminar con un día lleno de desastres y decepciones.

"¿Por qué por salir en una cita creen que inmediatamente pueden tocarme el culo y babosear mi boca?" le preguntó un borracho castaño de lindos ojos grises.

Ohh, cuando Namjoon había escuchado esa pregunta aquella noche, había deseado que Jin le diera el nombre y número del estúpido con el cual había sido su cita para ir a reventarle la cara a golpes.

Lastima que el castaño había decidido justo ese momento para quedarse dormido aferrado su brazo, recargando su frente en su hombro.

Era entendible que aquellos idiotas no pudieran guardar sus manos para ellos mismos al tener una belleza como Kim SeokJin ante ellos, incluso a él mismo le costaba mantener sus manos quietas.

Pero a veces deseaba y anhelaba tanto el tacto del mayor que no podía evitar pequeñas acciones como rodear sus hombros con su brazo o atrapar su muñeca con la excusa de arrastrarlo a algún lugar.

El infalible "estoy triste" o "echo de menos a mi familia" siempre le ganaba un abrazo por el dulce Jin.

Si le preguntaran cuándo fue el momento exacto en que se enamoró de Jin... Namjoon no tendría una respuesta, solo había sucedido, como el primer día que se conocieron, por casualidad.

Ambos habían conectado al tener varios temas en común, luego las situaciones se dieron uniéndolos más y en un punto, Namjoon se dio cuenta del maravilloso hombre que tenía frente a él.

El día que entendió lo que sentía, fue sorprendente. Namjoon quería decirle a Jin pero... Se supone que eran amigos, y romper esa barrera era lo que temía.

¿Y si por no poder conformarse con ser amigos lo perdía todo?

No. Namjoon sacudió su cabeza y apretó sus manos en puños.

"No tengo que tener miedo"

Este era el último día antes de salir de vacaciones, si no lo hacía ahora, tendría que esperar a que el castaño no se encontrara una pareja en sus vacaciones para confesarse al encontrarse otra vez.

—Bien Namjoon, vamos por tu hombre —se animo en un susurro, asintiendo con su cabeza.

Primero que todo, tenía que encontrar a Jin.

Sacando su teléfono móvil, el alto buscó entre sus contactos y presionó sobre el nombre de Jinnie.

¡Namjoonie! —saludó la cantarina voz del mayor.

—Hola hyung —respondió ya con una sonrisa.

¿Sucede algo? ¿Dónde estás?

—¿A-aún —aclara su garganta— aún estás en la Universidad? —preguntó Namjoon volviendo a limpiarse el sudor de una mano contra su muslo, teniendo cuidado con el cordelito de los globos.

"Maldición, malditos nervios" pensó al ver que perdía un de los cuatro corazones flotantes.

—¿Sucede algo, Nam? —pregunto Jin y por su tono, ya podía verlo frunciendo el ceño.

—Respóndeme, Jin hyung —pidió más firme esta vez.

—... Sí, aún estoy por aquí, de hecho...

—¿De hecho qué? —pregunto ahora ansioso. Frunció el ceño al no recibir respuesta—. ¿Hyung? —llamo.

Al no recibir respuesta alejó el teléfono de su oreja y maldijo hasta su bisabuela cuando observó que ya no le quedaba batería.

"¿En serio? ¿Justo hoy?" se preguntó con incredulidad.

Negando con su cabeza bloqueo el aparato ahora inservible y lo volvió a meter dentro del bolsillo de sus pantalones.

Bien. Solo se le había acabado la batería mientras hablaba, no era tan malo, no se iba a desanimar por ello.

Al menos sabía que Jin aún estaba en la Universidad, solo tenía que buscarlo.

—Todo va a salir bien —se alentó y decidió buscar primero en el aula de la última clase del mayor que había finalizado exactamente hace unos quince minutos, aún debería de estar ahí, conociéndolo.

Con un lugar en mente, se dispuso a caminar ingresando nuevamente a la Universidad. Tenía que cruzar el campus el cual estaba infestado de personas alegres por el termino de ese año.

—¡Hey! ¡Hyung! —saludo Jungkook deteniéndolo.

Muy a su pesar, Namjoon se detuvo y apreció al menor de quien sospechaba, estaba enamorado secretamente de Taehyung.

—Hola Kook —saludo, internamente apresurándolo de lo que sea que deseaba decirle.

—¿Has visto a TaeTae? —pregunto comiendo de sus galletas con chispitas de chocolate.

—No, no lo he visto —negó rápidamente—. ¿Has visto a Jin? —pregunto en cambio.

—Cuando pasé frente a su aula seguía ahí —se encoge de hombros—. Ten cuidado Hyung, parece que Hobi le estaba arreglando otra cita para mañana —informó conociendo de los sentimientos del contrario.

—Eso ya no será necesario —anuncio e inmediatamente sonrió.

Jungkook abrió de más sus ojos, sorprendido, luego rió con felicidad.

—¿Entonces esos globos son para él? —preguntó observándolos. Namjoon asintió—. No te detengo más entonces —sonrió alejándose.

Siguiendo su camino e ignorando el caos que se estaba produciendo a su alrededor, Namjoon finalmente llegó al aula de Jin.

Al ingresar, lo buscó con los ojos.

—Ah-ah hermano —negó Jackson al percatarse de su presencia—. Si buscas a Jin, llegaste tarde.

—¿Se fue? —pregunto decaído.

—Dijo que iba a buscarte, lo dejaste algo preocupado con tu llamada —respondió el rubio observando los globos.

—¿Hace cuanto se fue?

—Cinco minutos antes de que llegaras.

Maldición, fueron los cinco minutos que se detuvo hablando con Jungkook.

—¿Dijo a dónde me iría a buscar? —pregunto esperanzado.

—Nop. ¿Por qué no lo llamas?

—Me quedé sin batería —respondió.

—¿Y por qué no...? —Jackson ni siquiera había terminado la pregunta cuando Namjoon ya estaba fuera y lejos.

A esta hora Jin siempre tenía hambre, así que lo más seguro sería que pase por la cafetería antes de ir a buscarlo a su aula.

Un cuerpo se estrelló contra él, mandando a ambos al suelo.

"Mierda, ahí se va otro globo" gruño en su mente cuando se escuchó un fuerte sonido de reventar.

—Ay, maldición —se quejó una voz que reconoció.

—¿Jiminnie? —pronunció observando al chico frente a él, sentado sobre su trasero.

—¿Nam hyung? —respondió el rubio de mejillas regordetas.

—Lo siento, estaba algo apresurado y no te vi —se excusó levantándose al igual que el menor—. ¿Estás bien?

Jimin hizo una mueca, sabiendo que no le preguntaba sólo por la caída, si no por lo que había pasado el día anterior.

—Bueno, debí de suponer que no era buena idea confesarme a Yoongi hyung cuando todos nuestros amigos estaban alrededor —hizo una mueca triste.

Namjoon frunció el ceño al recordar aquel momento, como el rudo pelinegro que anunciaba "bad boy" en cada parte de su cuerpo se había quedado en silencio luego de que Jimin le preguntara si quería salir con él.

—¿Realmente no te respondió luego de que les dejamos solos? —pregunto enojado con Min.

Jimin negó con su cabeza y suspiro.

—Él jugó por un momento con el piercing de su labio, yo sé que hace eso cuando está nervioso pero no me dijo ni sí ni no —hizo un puchero—. Incluso me había estado ignorando hasta ahora, que me llamó y pidió que nos encontráramos.

—Tal vez te dé el sí, todos sabemos que aunque no lo diga, te quiere —le animo.

Jimin le brindó una sonrisa y luego abrió de más sus ojos asustado, agarrando del antebrazo a Namjoon para correrlo hasta la pared junto a él.

Antes de que el mayor pudiera preguntar, un chico con un extintor corrió a través del pasillo echándole a quien sea que se le atravesara.

—Ten cuidado Hyung, los chicos ya comenzaron a hacer sus maldades a fin de año como dice la tradición —advirtió el menor.

—¿Vas a participar este año, otra vez? —preguntó arqueando una ceja.

El rubio se encogió de hombros y sonrió—. Supongo que depende de la respuesta de Yoongi y si él quiere hacerlo otra vez, fue divertido escapar en su motocicleta cuando el director decidió ponerle un alto a las travesuras y atrapar a quien sea para que ayude con el desastre... Nunca pensé en entrar a una Universidad tan extraña —rio.

—Yo tampoco. ¿Viste a Jinnie? —pregunto recordando que estaba apresurado.

Jimin observó los dos globos restantes y sonrió.

—Estaba haciendo fila en la cafetería —respondió alejándose—. Te veo después Hyung, te aviso cómo me fue con Yoonie —prometió alejándose, esquivando a las personas que se amontonaban para sumarse a las travesuras.

Sin esperar un segundo más, Namjoon también comenzó a correr y esquivar. Cuando llegó a la cafetería, fue como si abriera las puertas del inframundo.

No solo comida volaba por los aires y en todas las direcciones, sino que también líquido como zumo o gaseosas... Puede que incluso también café, esperaba que frío.

Namjoon se agachó para esquivar lo que sea que iba directo a su rostro. Entre la multitud de personas en plena guerra, distinguió a Jin oculto bajo la mesa pasar desapercibido mientras se acercaba y salía a través de la puerta.

Mierda, otra vez había llegado tarde.

Un plato de espaguetis con salsa cayó sobre el hombro de Namjoon. Luego una cosa verde se estrelló contra su abdomen cuando se alzó.

Cruzar en plena guerra era más rápido para alcanzar a SeokJin pero terminaría lleno de comida, tampoco podía hacer lo mismo que Jin y arrastrarse por el suelo ya que este estaba lleno de comida y líquido.

Recibiendo un último golpe de comida, esta vez una pizza, Namjoon dio media vuelta y salió sacudiendo el espagueti que permanecía aún es su hombro.

"Está bien Namjoon, aún no es tan malo, solo es una pequeña mancha, todavía puedes hacerlo" se alentó mientras volvía a correr por los pasillos, intentó rodear la cafetería e ir por donde había escapado Jin.

—¡Taehyung! —detuvo cuando le vio—. ¿Viste a Jin?

—Wow, ¿qué te pasó Hyung? —pregunto observando el desastre de ropa del contrario—. ¿Estás participando este año y no me avisaste para unirme? —se quejó.

—Concéntrate Tae, ¿viste a Jin?

—Sí, lo vi saliendo de la cafetería.

—¿Por dónde se fue?

—Hobi lo arrastró al tercer piso, creo que le iba a presentar al chico con quien tendría la cita mañana —recordó.

—Bien, ¿dijo que sala? —Taehyung negó—. Gracias, Jungkook te estaba buscando.

—Yo igual hyung, ¿dónde lo viste? —preguntó con seriedad.

—En el campus —aviso antes de correr nuevamente hacia las escaleras.

Deteniéndose a último segundo, observo las puertas del elevador abrirse y quedar vacío en cuanto las personas en el interior bajaron con pistolas de agua.

Demonios. Las cosas iban a empeorar y él ya tenía su ropa manchada con comida.

—Aún puedo —murmuró subiéndose al ascensor.

Cuando las puertas se cerraron y este comenzó a subir, agua fue lo que cayó sobre Namjoon y por la sorpresa soltó el cordelito de sus globos.

Inmediatamente saltó alcanzando a agarrar uno antes de que el otro escapara por la abertura del techo.

—Pero que mierda... —gritó y observó que una especie de rejilla en el techo estaba abierta y evidencia de un globo explotado estaba ahí—. ¿Es en serio?

Primero su teléfono, luego Jungkook, seguido la comida y ahora el globo con agua.

Ya hasta había perdido la mayoría de sus globos.

¿Qué más le faltaba ahora? ¿Que le rechazaran?

"No, no pienses en cosas malas Namjoon" se recordó bajando del ascensor, dejando un rastro de agua.

—¡Hey! ¡Tú! —detuvo y corrió hacía Hoseok.

—Mierda... Estas del asco Hyung. ¿Esta cosa de las travesuras ya empezó? —exclamó al contemplar a Namjoon.

Su cabello y ropa estaba mojada, y en sus prendas había manchas de... ¿Comida? Asco.

—¿Dónde está Jin? —cuestionó ignorándolo.

—No lo sé.

—¿Cómo que no lo sabes? —pregunto ya irritado.

Hoseok retrocedió un paso, adentrándose a una sala—. No lo sé, intenté traerlo hasta aquí para presentarle a mi amigo pero escapó a mitad de camino —explicó.

Namjoon blanqueó sus ojos y observó a Hoseok.

—¿Tienes que hacer algo hoy? —pregunto acercándose, el contrario volvió a retroceder.

—Eh... ¿Por qué? —sonrió nervioso.

—¿Me haces un favor?

—Por qué siento que lo haré, quiera o no —preguntó en un susurro, Namjoon sonrió.

—Dame tu camiseta —pidió ya sacándose la suya con una mano, estaba firme a no perder el último globo que le quedaba.

—Hyuuung, la tuya está del asco, no la puedo usar —se quejó con un puchero.

—Conociéndote sé que tienes más en tu auto —le tendió su camiseta—. Si no te la sacas tú lo haré yo —amenazó.

Luego de esa amenaza, el menor hizo una mueca y rápidamente se sacó su camiseta. No se colocó la de Namjoon, sino que decidió usar de la camisa a cuadros que rodeaba su cintura.

Namjoon suspiro más tranquilo, al menos había arreglado un problema. Cuando observó a Hoseok, se dio cuenta de que este se había ido en silencio.

Recargándose frente a la ventana para tomar un pequeño descanso, Namjoon comenzó a pensar si realmente tenía que declararse hoy.

Las cosas realmente no habían empezado bien, seguían mal e incluso aún no podía encontrarse con SeokJin.

Tal vez debería dejar su declaración para otro día... O año.

—No. —sacude su cabeza—. Si no es ahora, no es nunca.

Renovando su convicción, Nam se dio vuelta y contempló a través de la ventana el caos lleno de diversión en el campus.

Camino a los baños, Jin conversaba con Ken.

"Ken es algo lindo, ¿no?" recordó el pensamiento de Jin.

—Mierda. No. Jin es mío. —pronunció agitado, volviendo a iniciar su carrera para cruzar el infierno de guerra en la cual se había transformado la Universidad.

Bajando las escaleras, se alcanzó a detener antes de que un cuerpo se estrellara con él.

—¿Jimin? —murmuró apreciando al rubio chico de carácter dulce y travieso detenerse por algo de aire.

—Me fue mal, Hyung —susurró al verlo, sus ojos brillosos por lágrimas retenidas.

Antes de que pudiera preguntarle al respecto, Jimin ya se encontraba corriendo nuevamente.

Prometiéndose a sí mismo buscar a Jimin después y preguntarle al respecto, reinició su carrera. Yoongi pasó corriendo por su lado como alma que lleva al diablo, sin importarle los cuerpos que pasaba a llevar por su rapidez.

Sacudiendo su cabeza, Namjoon siguió corriendo, esquivando no muy bien bombas de pintura y agua, Dios... Esperaba que fueran de agua. En el centro del campus, una especie de círculo estaba presente al cual no le dio más atención, pero alcanzó a distinguir el grito de Jungkook entre esas personas.

Casi al final del pasillo, Namjoon se detuvo y respiró agitadamente. Más adelante, Jin estaba presente.

Los nervios le golpearon nuevamente en la boca de su estómago, observó su ropa. Algo de pintura y agua había alcanzado parte de sus pantalones y camiseta.

No era su mejor apariencia, pero al menos no era comida.

Namjoon respiro profundamente antes de decidir acercarse, esquivando a las personas que se le cruzaban en los escasos metros que le separaban.

—¿Quieres salir conmigo y ser mi novio? —la pregunta incluso hizo eco dentro de su cabeza.

Namjoon exhaló lentamente, los nervios que en un momento lo habían golpeado con fuerza, desaparecieron de la nada misma.

Contempló el hermoso rostro sonriente de Jin, como sus ojos se achicaban y su nariz se arrugaba levemente debido a su dulce sonrisa.

Frío sudor como el hielo recorrió toda su columna vertebral.

Soltó su último globo.

Antes de que fuera consciente, Namjoon ya había dado media vuelta y desaparecido entre el mar de gente con un corazón roto.

Había llegado tarde.

En su mente, Jin declarándose a Ken se repetía una y otra vez, atormentándolo.

"Era obvio que no quería salir contigo Namjoon, Jin solo es tu amigo, él mismo lo había dicho" se regaño.

En vez de ser un golpe en su mejilla lo que le despertó de su sueño, fue uno cruel y con fuerza en su abdomen el que lo hizo. De pronto, dar un paso delante del otro estaba resultando muy difícil.

Debió de suponer que no era su día cuando su celular se quedó sin batería.

Debió de darse cuenta de que no era el momento al no poder encontrarlo.

Debió rendirse cuando comida, pintura y agua cayó sobre él.

El mundo le estaba dando una señal y él la ignoró completamente.

—Bueno, es hora de volver a casa —anunció con una pequeña sonrisa de labios que no llegaba a sus ojos.

El caos a su alrededor ya estaba comenzando a disminuir, lo que significaba que en cualquier momento el director aparecería junto a todos los profesores y trabajadores de la Universidad para cazar a los alumnos y que estos ayudaran a limpiar su desastre.

Extraña tradición, pero no impedía el disfrutar, participar y luego asumir su castigo si fue atrapado.

*Ahh... ¿Probando? —golpecito contra el micrófono—. ¿Esta mierda ya funciona? Ah-ah... Jimin, ahora me tendrás que escuchar... *

Namjoon siguió caminando al estacionamiento, ignorando la voz de Yoongi inundando cada rincón de la Universidad.

Negó con su cabeza, ese loco debía de haber invadido la oficina del director para poder usar el micrófono, si no escapaba antes de que el señor HeeChul volviera al darse cuenta, estaría atrapado en el castigo también.

Llegando a su auto, Namjoon se subió y se quedó contemplando en silencio el manubrio del auto.

—Mira el lado bueno, al menos no alcanzaste a declararte para arruinar la amistad entre los dos —intento alentarse inútilmente, nada ayudaría a su corazón roto.

Frunciendo el ceño se masajeó el pecho, tal parecía que el próximo año tendría que aguantar a Jin con su pareja.

Tal vez ni siquiera podría seguir siendo su amigo, no creía poder soportar ser de su psicólogo cuando peleara con Ken, no querría oír lo que pasó en la reconciliación después.

Un golpecito en la ventana le hizo salir de su ensoñación.

Mierda, había estado tan perdido en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que la mayoría ya se había ido.

Si era un profesor, estaba muerto. Sería la guinda del pastel, lo que faltaba a su día, tener que ayudar a pesar de que no hizo nada ese año.

Pero no era ningún profesor, era Jin.

Más peor aún.

Plantando una sonrisa que tal vez era una mueca más que nada, Namjoon bajo el vidrio.

—Hola Jin.

—Hola Nam —sonríe—. Supe que me estabas buscando.

—Oh, no... Ya no es nada, no importa —negó—. Sabes... Estoy un poco apresurado... —mintió.

—¿Puedes bajar por unos minutos del auto? —pidió con sus impresionantes ojos grises suplicándole—. Será rápido, lo prometo.

"Si me dice que está saliendo con Ken me termino de romper" pensó antes de asentir lentamente con su cabeza.

El mayor se alejó dándole el espacio para bajar del auto. Con pesar, Namjoon movió de pronto su cansado cuerpo.

—¿Qué te sucedió? —pregunto sorprendido el castaño, apreciando la ropa manchada y mojada del alto mientras se recargaba en el auto.

—Me vi envuelto en los juegos.

"Mientras te buscaba" añadió en su mente, pero no lo dijo en voz alta.

—Oh, vaya... —murmuró y estiró su mano para tocar el cabello rubio arena con pintura seca. Namjoon ni siquiera se había dado cuenta de ello hasta ese momento.

—¿Me querías decir algo? —le recordó tomando con suavidad la mano del mayor, tal vez sería la última vez que pudiera sostenerla de todos modos.

Cambiarse de Universidad tal vez sería una opción también, la carrera de Técnico en laboratorio no era tan larga como la de Jin que quiso estudiar enfermería.

—... ¿Me estás escuchando?

Namjoon sacudió su cabeza y soltó a regañadientes la mano del contrario.

—Disculpa, no lo estaba haciendo —confesó, pero no dijo que lo hizo a propósito, Jin ya tenía rastros de enojo en su rostro.

¿Por qué?

—¿Esa es tu respuesta? —exclamó con enojo, cruzando sus brazos sobre su pecho.

—... ¿Respuesta a qué? —pregunto a pesar de que sabía que solo empeoraría la visible furia en el contrario.

—¡Tú! ¡En serio! ¡Eish! —exclamó exaltado—. Si no quieres simplemente dime que no, no juegues a hacerte el desentendido —gritó señalándolo con el dedo.

—Jin, en serio... No sé de qué me estás hablando ¿puedes repetir la pregunta? —pidió tratando de tranquilizarlo.

—¡Tú! ¡Idiota! —gritó pisoteando el suelo—. ¡Te pregunté si querías salir conmigo, ser mi novio y tu respuesta es "no te escuche"! —repitió imitando su voz.

Jin estaba frustrado, enojado y... Dolido. Tanta preparación y preocupación para nada.

Ahora Namjoon estaba confundido.

—¿Por qué me preguntas eso si estás saliendo con Ken?

Jin le contempló y al ver la sinceridad en su rostro se calmó, aunque sea un poco.

—¿Quién está saliendo con Ken? —preguntó un poco más calmado y visiblemente confundido.

—Tú —murmura.

Jin frunció el ceño—. ¿Por qué piensas eso?

—Te busqué por todas partes Jin, me encontré con los chicos y fui a cada lugar en el que estuviste pero siempre llegaba tarde —respondió frunciendo el ceño—. Cuando finalmente te encuentro, te escucho esa misma pregunta dirigida hacia Ken y tú me dijiste que lo encontrabas lindo —señalo frustrado—. ¿Qué querías que pensara?

Namjoon también lo estaba buscando... Esa no se la esperaba...

—¿Por qué me buscabas? —susurró atrapando su labio inferior entre sus dientes. Tal vez...

—¿Por qué más? ¡Por fin había decidido declararme y pedirte salir conmigo! —gritó frustrado, pasando su mano por su cabello.

Hizo una mueca de dolor cuando sus dedos quedaron atrapados por la pintura seca, tendría que llegar a su departamento para una ducha profunda.

"Espera... ¿Acabo de declararme?" se preguntó asustado.

Sin atreverse a mirar a Jin, se movió para subirse a su auto y escapar, solo para ser detenido por el castaño.

—Sí, quiero —susurró abrazándolo por la espalda, ignorando la humedad por la pintura y agua.

A Jin realmente no le importaba eso, la felicidad que estaba sintiendo en ese momento era demasiado como para preocuparse por pequeñeces.

Namjoon lo amaba tanto como él lo hacía, nada podía superar aquello.

—¿Si quieres, qué? —murmuro en respuesta, con miedo.

Jin soltó una risita y dio vuelta a Namjoon hasta tenerlo de frente.

—Sí, quiero salir contigo y ser tu novio, tonto —respondió besando su nariz.

—Pero yo creí... Tú y Ken... Escuché... —balbuceó teniendo la apariencia de un cachorrito perdido.

Jin suspiro y se inclinó para recargar su cabeza en la curvatura de su cuello. Ah... Por fin sentía que estaba en casa.

—Lo que escuchaste fue yo practicando para declarar mis sentimientos hoy a ti —aclaró—. Me gustas tanto que ya no quería seguir siendo tu amigo. Había decidido dejar de lado mi miedo y decírtelo hoy pero no te podía encontrar y no respondías el teléfono —recordó.

—Lo siento, se me acabó la batería... —con algo de miedo de estar soñando, lo rodeó con sus brazos, por fin sintiendo algo bueno después de horas.

Ah... Era tan bueno y perfecto, ambos estaban destinados a estar en los brazos del otro, lo podían sentir.

—Espera, ¿yo te gusto? —pregunto cómo si recién se diera cuenta.

Jin rió bajo—. Sip.

—Pero dijiste que encontrabas lindo a Ken —recordó—. ¿Y todas esas citas que tenías? ¿Si yo te gustaba por qué ibas? —casi parecía que estaba refunfuñando, pero Namjoon no lo admitiría si se lo preguntaran.

—Cuando lo dije, te estaba mirando a ti... Indirectamente te estaba diciendo que te encontraba lindo pero eres algo distraído, cariño —rió y salió de su escondite—. De las citas, siempre llamé para cancelar, esperé un par de horas y luego iba a tu departamento y fingía haber tenido una mala cita —confesó—. Era una perfecta excusa para que me cuidaras —se encoge de hombros para nada culpable.

Y era verdad, aunque le había dicho a sus amigos que no quería que le arreglaran citas, estos seguían insistiendo a pesar de que seguramente eran consciente de que Jin les cancelaba...

Tal vez sabían quién era la persona que ocupaba su corazón y decidieron ayudarle. Era una posibilidad, Jin les preguntaría cuando se entrara con ellos.

Namjoon proceso todo lo que escucho bajo los atentos y cariñosos ojos grises.

—Entonces... Te gusto —sonríe.

—Así como yo te gusto —sonríe.

—¿Y ahora estamos saliendo? —pregunto esperanzado Namjoon.

—Si eso es lo que quieres —alzando sus manos, Namjoon atrapó el hermoso rostro de su ahora pareja e hizo lo que tanto anhelo por mucho tiempo.

Le besó.

Fue algo tierno, dulce y para nada inocente, dejando claro tanto sus sentimientos como a quién pertenecían cada uno ahora. Jugaron y se conocieron, bebiendo del delicioso sabor del otro.

El aire para sus pulmones era lo último en sus mentes, en ella estaba solo el deseo de acariciar y seguir con el dulce baile de sus lenguas, pero aunque no quisieran romper su beso, el oxígeno les estaba haciendo falta.

Juntando sus frentes, Nam se inclinó para besar repetitiva y castamente aquellos deliciosos labios sin poder detenerse, contagiándose de la risita del mayor por su acción.

Ah... Se sentía tan bien, ambos estaban en el paraíso y no podían esperar cómo se sentiría cuando fueran más allá.

De pronto, Namjoon se detuvo y contempló aquellos ojos hermosos.

—Te amo —susurró sobre sus labios.

—Yo también te amo —murmuró en respuesta.

Ambos sonrieron, Jin alzó sus manos y las dejó sobre las de su ahora pareja que aún atrapaban su rostro.

—Sabes... Aunque era algo simple, tenía pensado darte unos globos con forma de corazón mientras te decía mis sentimientos —confesó el menor, tal vez con un leve rubor en sus mejillas.

—Me gustan las cosas simples, y aunque no tengas ahora los globos, no puedo pensar en otra forma más perfecta para estar juntos.

Namjoon alzó una ceja—. Tengo no solo pintura en mi cuerpo, sino que también agua y estoy seguro de que restos de comida nuevamente, no es mi mejor apariencia.

—Tal vez no haya sido el día perfecto —se encoge de hombros—, pero para mí lo es porque estamos juntos a pesar de todo.

—Entonces, también es mi día perfecto.

Solo se vieron interrumpidos cuando uno de los profesores se ubicó frente a ellos.

—Directo HeeChul, tengo a dos más —informó a través de su Walkie-talkie.

—Ponlo junto a los demás —respondieron a través del aparato negro.

—Vengan conmigo —pidió el profesor.

Ambos se observaron y luego rieron antes de separarse y juntar sus manos, entrelazando sus dedos mientras seguían al profesor.

Después de todo, no pensar en cosas malas le había resultado a Namjoon si consideraba el resultado.

—Fue un gran día después de todo —murmuró mostrando sus hermosos hoyuelos a su pareja.

—Definitivamente —asintió Jin, completamente de acuerdo mientras observaba a su pareja.



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