Un nuevo comienzo (parte 1).
Seis meses después.
Gravesfield, Connecticut.
Narrador omnisciente.
Dicen que sí hay algo más difícil que ganar una guerra, y es mantener la paz. ¿Pero qué pasa si todos trabajan juntos para lograr mantener esa paz?
Por los siguientes días, los humanos y sus nuevos aliados de otros reinos esperaron. Esperaron que surgiera otra amenaza, que quizás Belos o alguno de sus aliados tenía algún plan de contingencia.
No lo tenían.
La derrota de Belos marcó el fin de la guerra por el multiverso y el inicio de una era de paz y prosperidad largamente esperada.
Tras la fusión de los cuatro reinos, el antiguo pueblo de Luz en el mundo humano se convirtió además en el lugar de residencia de los habitantes de las Islas Hirvientes. Acostumbrarse a este cambio no fue sencillo. Algunos habitantes de Gravesfield no cooperaban, igual que algunos de las Islas. Pero poco a poco, ambas sociedades formaban una nueva, donde todos se apoyaban mutuamente y nadie era rechazado por ser diferente. Un sueño que hacia poco tiempo parecía imposible. Y aunque no era una realidad total, sin duda estaban avanzando.
Supongo que sobra decir que Ducard retomó su posición como rey de las Islas Hirvientes, junto a Camila y sus hijas. Era increíble pensar que una mujer tan sencilla como Camila Noceda ahora ejerciera un puesto tan importante. Pero si algo nos han enseñado nuestros protagonistas, es que lo imposible nunca lo es completamente.
Los cambios en la forma de gobierno de las Islas fueron pocos, pero importantes. El sistema de aquelarres ya era algo demasiado arraigado a esas alturas como para ser retirado, pero ahora todos podrían elegir el aquelarre o aquelarres de su preferencia y nadie sería perseguido por practicar varios tipos de magia al mismo tiempo. El Conformatorio dejó de ser una prisión para convertirse en un sanatorio, atendiendo humanos, brujas y demonios por igual. Muchos miembros del consejo real fueron destituidos y encarcelados en los calabozos más profundos y oscuros del castillo. Belos, en especial, fue encerrado en la celda más oscura y profunda del lugar. Después de su derrota ante Luz, no volvió a decir ni una palabra, pero en su mirada relucían el odio y el rencor, señal de que no había cambiado en absoluto, por lo que compartiría celda junto a Odalia Blight, cuyos bienes fueron confiscados y puestos en venta, con la intención de usar el dinero para apoyar las labores de reconstrucción. Solamente Alador y Kikimora conservaron sus puestos como ingeniero y consejera respectivamente, debido a sus respectivas formas de apoyo durante la guerra, pero bajo estricta vigilancia. Raine, Darius, Eberwolf, Lilith y Hunter también recuperaron sus respectivos puestos luego de ser condecorados junto a todos los miembros sobrevivientes del Aquelarre de la Chica Mala, el cual fue recibido dentro del nuevo gobierno con Eda como su líder.
Irónicamente, el Día de la Unidad, que Belos y sus aliados veían como un día donde se derramaría sangre, se convirtió en el inicio de una nueva era para los cuatro reinos que ahora eran uno.
En una cafetería, una chica de cabello lila estaba sentada en una de las mesas, esperando a que alguien llegara. Después de un rato, una chica de cabello corto y tez morena se acercó a ella.
-Hola, preciosa-dijo en tono meloso-. ¿Me puedo sentar contigo?
-Lo siento, pero ya tengo novia-respondió la pelilila.
Ambas se rieron y Luz se sentó frente a Amity.
-¿Y ese pelo?-preguntó Luz.
-Decidí que necesitaba un cambio de look-respondió Amity-. Me siento más cómoda así, y me desconecta aún más de Odalia. ¿Te gusta?
-Me encanta-dijo Luz-. Pareces un algodón de azúcar.
Ambas se volvieron a reír.
-¿Cómo te ha ido?-preguntó Luz-. Con todo esto de la reconstrucción apenas hemos tenido tiempo para vernos o hablar por teléfono.
-Todo bien, hasta ahora-dijo Amity-. Tu mundo es de verdad maravilloso, Luz, no sé cómo he podido vivir tantos años sin conocerlo.
-Tiene sus pros y sus contras, igual que las Islas-dijo Luz-. Ahora que son uno, creo que será mucho más divertido. ¿Qué te ha gustado más hasta ahora?
-Todo, absolutamente todo-dijo Amity-. Los libros, las películas, el internet... bueno, con esa última hago algunas excepciones.
-Jeje, creo saber a lo que te refieres-dijo Luz-. También tengo mis reservas sobre algunas cosas de las Islas.
-¿Quién hubiera imaginado que pertenecías tanto a mi reino como a este?-dijo Amity-. Osea que eres el doble de rara, Noceda.
-Pues ahora lo somos ambas, Blight-dijo Luz entre risitas.
-Ahh, es extraño que pasemos tanto tiempo juntas sin que nuestras vidas estén en peligro-dijo Amity-. ¿Es extraño que diga que una parte de mí extraña esos días a pesar de lo caóticos y violentos que fueron?
-No creo, una parte de mí también lo hace-dijo Luz-. Papá dice que es bastante normal, que dentro de todos nosotros yace esa pequeña necesidad de conflicto. La guerra puede ser horrible, pero la paz a veces se vuelve tediosa.
-¿Qué deberíamos hacer al respecto?
-Supongo... que descubrir nuevas formas de emocionarnos, de vivir cada día como si fuera el último-dijo Luz tomando su mano-. Sin poner nuestras vidas en peligro, claro está.
Amity sonrió.
-Sí, la rutina es aburrida-dijo Amity-. Es decir, todo terminó, y podemos vivir vidas normales, cierto... pero no hay nada divertido en lo normal.
Ambas sonrieron.
-Por cierto, ¿cómo han estado tus viejas amigas?-preguntó Luz.
-¿Boscha y su camarilla? Bastante bien, de hecho me dijeron que iban a presentarse a las pruebas para pertenecer a la nueva guardia real que tus padres están formando-dijo Amity-. Y las chicas siguen viviendo en casa de Boscha.
-Es increíble que Boscha les haya dado asilo-dijo Luz-. Debo admitir que no creí que Boscha fuera capaz de cambiar tanto.
-Nah, sigue siendo la Boscha de siempre-dijo Amity-. Sólo se ha vuelto más agradable. Y sí, aunque salíamos mucho reconozco que nunca fuimos tan cercanas, sólo la veía como alguien a quien admirar, pero no seguir. Ahora, en cambio, aunque no sea tan amiga de ella como lo soy con Willow o con Gus, creo que puedo decir que somos amigas de verdad.
-Me alegra, creo que ella es el ejemplo de que las personas pueden cambiar-dijo Luz-. Excepto Odalia y mi abuelo, claro. Sin ofender.
-No, está bien-dijo Amity sonriendo con nostalgia-. ¿Te digo algo muy raro? Creo que le debo demasiado a Odalia.
Luz la miró confundida.
-Estás bromeando.
-No, de verdad-dijo Amity-. Es decir, ella es una persona horrible, una pésima madre, es todo lo que está mal en el mundo, cierto. Pero de alguna forma ella me enseñó demasiado. Me enseñó todo aquello que no quiero ser, todo en lo que no me quiero convertir. Lilith me enseñó como hacer las cosas, por eso siempre la consideraré mi verdadera madre. Pero Odalia me enseñó como no hacer las cosas, y siempre estaré agradecida con ella por eso.
Luz se quedó en silencio por unos momentos.
-Creo que, me siento igual acerca de Belos-dijo Luz-. Viéndolo desde todas las perspectivas posibles, nada de esto habría sido posible de no ser por él. A pesar de todo el dolor y sufrimiento que trajo a las Islas, a mis amigos y familia, a nosotras, también siento que le debo mucho. Él también me enseñó todo aquello que nunca quiero llegar a ser, si no hubiera visto lo que la oscuridad le puede hacer a las personas, no sé si sería la persona que ahora soy, y la que pretendo ser.
-Irónico, le debemos mucho a las personas que nos odian tanto como a las que nos aman-dijo Amity.
-La vida está llena de ironías-dijo Luz-. Es muy rara la forma en la que funciona. Pero a mí, me encanta lo raro.
-Y a mí también-dijo Amity.
Luz sacó su celular.
-¿Qué dices si nos tomamos una foto para recordar nuestra primera cita por siempre?-propuso Luz.
-Me parece perfecto.
Con la cámara en modo selfie, ambas chicas se dieron un suave y delicado beso en los labios mientras Luz tomaba la foto. No se separaron aún después de que se hubiera tomado la foto, se quedaron así varios segundos. La gente las miraba, pero no le daban mucha importancia y otros hasta sonreían al verlas, en señal de aprobación.
-Bueno, sigamos con nuestra primera cita-dijo Amity cuando por fin se separaron-. ¿Qué me recomiendas de este lugar?
-Eh... la verdad no sé, es la primera vez que vengo-dijo Luz-. Al menos como clienta, la priemra fue cuando desaté una infestación de ratas mientras hacía mi primera maqueta para la representación de una de las batallas de Azura.
Amity se rio.
-Está bien, sólo tomemos la carta y ya-dijo Amity-. Tal vez deberíamos probar un poco de todo.
-¿No tienes que seguir entrenando con Lilith?
-No, me dio el resto de la tarde libre y me dijo que hablaría con tus papás para que también te dieran la tarde libre-dijo Amity-. Así que tenemos tiempo, Luz. Tenemos todo el tiempo del mundo para amarnos.
Luz sonrió. Miró hacia la ventana, viendo el cielo azul con las nubes pasando encima de la gente.
Era cierto.
Belos se había ido, y sus acólitos también.
No había nada de qué preocuparse.
Extra.
A las afueras del nuevo castillo del reino de los demonios, una chica de cabello rubio con puntas azules acompañada de une persone de aspecto gótico y un taliamigo con aspecto de ardilla llevaba flores a una lápida ubicada en medio del bosque. En ella, se leía:
Dedicada a la memoria de Amber.
Leal amiga y compañera.
Nunca te olvidaremos.
Vee depositó las flores y se quedó arrodillada frente a la lápida por un rato.
-¿Estás bien?-preguntó Masha.
-Sí, sólo un poco nostálgica-dijo Vee-. A veces no puedo dejar de pensar en lo que pudo haber sido, si las cosas hubieran ocurrido de forma diferente, si ella siguiera aquí.
-La amabas, ¿no es cierto?-dijo Masha.
Scrat se subió al hombro de Vee, quien le dio una nuez para que comiera.
-No como tú te lo imaginas, es decir, no como mis padres o como mi hermana y Amity-dijo Vee-. Pero sí, la amaba. Era como mi hermana, fue la luz que evitó que me perdiera por completo en la oscuridad mientras estuve en el castillo al lado de Belos. Incluso después de perderla, esa luz nunca se fue, porque mantuve su recuerdo conmigo, me aferré a él y nunca lo solté.
Vee se puso de pie.
-Pero ya estoy lista para hacerlo-dijo Vee-. Amber, amiga mía, si puedes escucharme, donde quiera que estés, sólo quiero que sepas que guardaré todos nuestros recuerdos juntas en mi mente y en mi corazón. Cuidaré de Scrat como tú lo hubieras hecho, y vendré cada mes a visitar tu lápida. Tú siempre vas a ser parte de mí... pero ya estoy lista para dejarte ir. Por fin, después de muchos años, he logrado encontrar la paz que perdí desde que te fuiste. Siempre voy a estar agradecida contigo por haber llegado a mi vida, gracias.
Para sorpresa de Vee, Masha dio unos pasos al frente y habló.
-Amber, ¿verdad? Mira, sé que tú y yo nunca nos conocimos, pero Vee se la pasa horas y horas hablando de ti, que siento como si lo hiciéramos. Mi nombre es Masha, y yo... no pretendo ser tu reemplazo ni nada por el estilo, pero quiero que sepas que cuidaré de Vee como tú lo hubieras hecho. Ojalá nos hubiéramos conocido, creo... sé que nos habríamos llevado bien. Y así como Vee nunca te olvidará, me aseguraré de preservar todo lo que ella me cuente sobre ti en mi mente y en mi corazón. Gracias por cuidar a Vee y darle esperanza en su momento más oscuro, Amber, estoy en deuda contigo. Gracias.
Vee y Masha se retiraron del lugar, tomadas de la mano.
-¿Cómo se sintió?-preguntó Masha.
-Como si con cada palabra me hubiera terminado de quitar lo que quedaba de ese enorme peso que había cargado conmigo durante tantos años-dijo Vee-. No hablé por hablar, realmente he hecho las paces con todo lo que pasó. Amber, el Día de la Unidad y...
-¿Y Belos?-preguntó Masha-. ¿Crees que también puedas hacer las paces con él, perdonarlo?
Vee sonrió y le dio un beso en la mejilla a Masha, sorprendiéndola.
-Claro que no-dijo tranquila-, no lo perdonaré... porque ya lo he perdonado.
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