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A la mañana siguiente Akiyama hacia su rutina de siempre, pero su cuerpo actuaba muy normal ya que llegando a las 7 de la tarde su cuerpo se agotaba, porque al poder moverse más su cuerpo aun no perdía el aturdimiento provocando que sus energías se agotara en una determinada hora más rápido de lo normal así que ahora aria sus cosas con más tranquilidad así podría durar un poco más.

Asia su trabajo igual de bien, pero evitaba un poco moverse tan rápido que era muy innecesario ya que había otras 3 empleadas y con ella eran 4 así que no necesita estar corriendo de un lado a otro como lo estaba haciendo.

Su turno termino y se iba a ir a su casa, sin saber que sus nuevos conocidos la vieron pero otro individuo también que la diferencia de este se fue corriendo en su dirección saltando a su espalda de la oji celeste.

Xxx: hola ____!! – dijo muy feliz estando en su espalda y la otra la miro por sobre su hombro –

Akiyama: hola maya – dijo tranquila y aun con la otra en su espalda –

Maya: ¡me alegra que pudiste salir de esa cárcel de pura vibra positiva! – dijo y la abrazo por el cuello sin apretar mucho –

Como verán maya también era una residente del santuario, tenía la misma edad que Akiyama, tenía el pelo corto de color negro teñido algunas partes de rojo, vestía ropas oscuras casi estilo rock e gótico mesclado pero no exagerando, ojos color gris y utilizaba anteojos rojos.

(así se ve maya) lo peculiar de ella es que se recuperó algo más lento ya que sufrió violaciones a una edad muy temprana por culpa de su madre que la vendía a hombres para ganar dinero fácil para comprarse sus tóxicos vicios que al final terminaron con su patética existencia.

Maya: wou, no te recordaba así de linda ¿Qué paso? – Le pregunto una vez que se bajó de su espalda para mirarla – demonios.....me pásate de altura – comento mirando que la pasaba por una cabeza ella le llegaba hasta los hombros de la oji celeste o un poco más –

Akiyama: ¿Qué esperabas? ¿Qué me quedara para siempre de ese tamaño?, yo también crezco maya – le respondió mirándola – pero no puedo decir lo mismo que tu cambiaste muchísimo por poco y no te reconozco, salvo por esa voz chillona tuya – comento tranquila y tomo un mechon rojo de su cabeza – vaya te lo teñiste como siempre quisiste – dijo y lo soltó – te queda lindo

Maya: gracias! – dijo feliz siempre le gusto la honestidad de la otra – y ¿Qué cuentas ___?

Amabas se pusieron hablar muy fluidamente se podía decir que eran amigas, mientras los nuevos conocidos de Akiyama se mostraban sorprendidos de que pusiera hablar mucho tiempo con alguien mas ya que con ellos apenas entablaba conversación que duraba apenas unos minutos.

Maya: ¡enserio ese animal me metió mano! – dijo muy avergonzada pero se reía –

Akiyama: y ¿Qué hiciste tú?

Maya: pues no es obvio ¡lo estampille en la pared! ¡A mí no me meten mano y menos en público!

Akiyama: me sorprende que no te llevaran a la policía por eso

Maya: pues si vino uno, pero me fui corriendo – respondió recordando el suceso – en fin bombona ¿alguna pareja?

Akiyama: no y no tengo tiempo para esas estupideces

Maya: ¡puta madre! ¡¿Qué fue lo que dijiste?!

Akiyama: que no y no tengo tiempo para esas estupideces

Maya: ¡¿y así descaradamente me lo repetiste en la cara?! – Dijo totalmente furiosa - ¡¿Cómo se te ocurre decirme eso?! ¡Y más así de manera relajada y tranquila!

Akiyama: ¿Qué tiene? Ya estuve interesada antes pero eso solo me causo problemas, así que ya lo descarte de lo que dure mi vida

Maya: esta chica me hará sacar canas – susurro mientras se sobaba los ojos con sus dedos – mira ___; se lo que paso, pero siempre puedes volver a intentar eres humana puedes equivocarte y si fallas pues lo vuelves a intentar

Akiyama: ya déjame quieres

Maya: bien te dejo en paz, solo intentaba hacerte reír – dijo sincera –

Akiyama: ¿aun sigues con eso? ¿Acaso no te cansas?

Maya: ¡nunca! ¡Ya verás te hare reír aunque me cuente la vida!

Akiyama: bien, trata de no cometer una locura como en el santuario ¿a qué loca se le ocurre jugar con fuego?

Maya: quería intentar un truco de circo y no me salió como esperaba, pero nadie salió herido por suerte

Akiyama: ¿Cómo que nadie salió herido? Te quemaste las manos

Maya: bueno yo Salí herida pero ya paso ¡mira! – dijo mostrando sus manos sanas otra vez – oye tengo que irme, pásame tu número así estamos en contacto y si te apetece salimos y damos algunas vueltas por ay

Akiyama: está bien – dijo y juntaron sus teléfonos agendados sus números – listo, yo también debo irme a casa nos vemos maya

Maya: ¡nos vemos _____; ! – dijo con pura felicidad y le daba un fuerte abrazo a su amiga robot y se marchó –

Ambas femeninas se marcharon por sus caminos,terminando así su día.

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