C A P I T U L O 9
Un nuevo día empezaba, lo que ocasiono que aquel adolescente abriera los ojos al sentir como el sol quemaba sus parpados; estirándose un poco recordó que era su primer día de secundaria en 4to año, a lo cual, termino maldiciendo por lo bajo debido al simple hecho de que estará en clases la mayoría del tiempo, con tareas y evaluaciones que lo mantendrán ocupado y estresado ¡Bienvenido devuelta Estrés! Suspiro. Se levanto de la cama refunfuñando mientras se rascaba la nuca. Miro el reloj en la mesita de noche dándose cuenta de que, a pesar de no haber puesto alarma, se levantó temprano, así que, como todos los días, realizo la rutina de siempre, iniciando con darse un baño, cepillarse los dientes y cambiarse, para luego, esta vez, arreglar sus útiles. Reviso su cuarto y su apariencia para ver si faltaba algo, al terminar solamente salió de su cuarto y bajo las escaleras hasta la cocina, esperaba que su hermano ya estuviera listo, pero parecía que aquel milagro jamás iba a pasar, por lo tanto, se dedicó a saludar a su madre, quien estaba cocinando.
— Buenos días, madre.
— Buenos días, Shadow ¿Cómo amaneciste? — Pregunto volteando a ver a su hijo por unos segundos, para así, continuar con el guisado que estaba realizando.
— Mas o menos. — Respondió mientras cruzaba los brazos y daba un largo suspiro.
— jeje, ya veo. Bueno, ve y despierta a tu hermano, a lo mejor y está en el quinto sueño.
— Esta bien.
Con aquello dicho, dejo su bolso en el sofá de la sala y subió dirigiéndose a la habitación de su hermano menor, que al entrar lo encontró aun dormido, tenía una pierna elevada en el aire y baba escurría de sus labios llegando hasta en mentón y hasta por la mejilla, una escena digna de ser un meme en Facebook, pero no era momento de tomar fotos, la escuela se interponía en eso.
— Dios, que muchacho. — Murmuro entre dientes mientras se acercaba al chico dormido, para así empezar a sacudirlo intentando que se despierte, lo que conseguía poco a poco. — Vamos, Meph. Mama dijo que te apures.
— Si, si, ya me levanto. — Dijo soñoliento mientras se pasaba su mano derecha por su cara y bostezaba con fatiga.
Shadow suspiro con una leve sonrisa, le daba gracia como era su hermano. Sin más que hacer solo volvió a la cocina con su madre, ayudándola a terminar el desayuno, que justo cuando se sirvió en la mesa, Mephiles bajo listo y bello, con todo arreglado, esto fue algo sorpresivo para ambos mayores, aunque aún así continuaron lo que hacían y empezaron comer, claro que el desayuno no duro como otros días, pues la hora avanzo muy rápido y si no salían de una vez, llegarían tarde, por lo que terminaron rápido y salieron corriendo, por suerte, vivían cerca.
Mientras, Amy se encontraba con sus amigas, estaban en el patio de la institución Everest hablando de cosas random o, bueno, de lo normal que hablarían un grupo de amigas, pero en un momento, Amy volteo, juraba que había escuchado su nombre, pero al hacerlo, su vista inmediatamente se encontró con un chico recién llegado, era un erizo azabache de betas carmesí y estaba con otro igual, solo que en vez de rojo era un azul grisáceo, ambos eran muy parecidos debía admitir y por alguna extraña razón, había algo curioso en ellos ¿Qué era? No lo sabía, de repente, el erizo de menor estatura se fue corriendo alejándose del mayor, no podía apartar la vista de aquel chico de mirada cual sangre, aquellos ojos se le hacían ¿familiar? Sus pies empezaron a moverse por si solo, veía a aquel desconocido fijamente, intentando leerlo por así decirlo ¿Por qué su corazón esta tan agitado? Con cada paso sentía como si se saldría. Sentía nostalgia, nerviosismo y emoción, una combinación extraña y que no entendía. En el momento justo que estuvo solo a unos cinco pasos de él, el timbre sonó, aquel chico sin más solo camino adentrándose a al instituto y desapareciendo de la vista de Amy, quien salió de aquel singular trance en el que estaba.
— ¿Amy? ¿Qué sucede? Hay que ir a clases, vamos. — Hablo Blaze acercándose a Amy y empujándola en dirección a los salones.
— Si. — Tartamudeo regresando a si, empezando a caminar con normalidad entrando junto con Cream a su aula correspondiente, donde ya la profesora Vainilla esperaba a sus estudiantes y así iniciar con la clase.
— Buenos días, alumnos hoy tenemos dos nuevos estudiantes, pasen por favor. — Comento dando una dulce sonrisa a los dos chicos que se levantaron de sus asientos y se dirigieron a al frente de la pizarra. — Presentense.
— Buenos días, mi nombre es Shadow The Hedgehog. — Se presento aquel desconocido chico, lo que hizo que Amy prestara su total atención a aquel par. La voz de él era gruesa y seria, igualmente sonaba fría, algo que por alguna razón le era familiar a la eriza rosada, lo mismo pasaba con el nombre, algo ya harta del raro comportamiento de sus emociones, curveo sus labios en forma de disgusto ¿Qué pasaba?
— Buenos días, yo soy Melphis The Hedgehog. — Esta vez, hablo el otro erizo que también vio hace unos minutos. Su voz a pesar de que era gruesa, sonaba feliz y parecía un niño pequeño ¿Por qué esos dos erizos se les hacía tan conocidos en todo? Sus voces, sus nombres y, hasta incluso, sus aspectos físicos. Tomo aire calmándose un poco, debía relajarse o si no podría gritar y preguntar si se conocían o no.
— ¿Señorita, Amy? —Llamo la profesora, a lo que Amy poso su atención en ella.
— ¿Si, profesora?
— ¿Te puedes sentar con Shadow? así quedan, chica y chico ¿sí?
— Okey. — Respondió con una suave voz, acto continuo agarro su bolso y se levantó de su puesto, para luego dirigirse al asiento que estaba cerca de Shadow ¿Esto era una broma del destino, ¿verdad? Cuando se acomodó en la silla, algo nervioso volteo a ver a su compañero. — Hola, soy Amy Rose.
— Hola. — Saludo, la voz de ese chico la hizo temblar un poco, era muy egoísta, eso era seguro.
— ¿Eres familia de Sonic The Hedgehod? — Pregunto intentando ser amable, admitía que le gustaba la voz de Shadow, pero el tono con la que la utilizaba no era el correcto. Algo curioso que noto es que su apellido era igual al de su amigo y posible amor platónico.
— ¿Quién es él? — Esta vez la volteo a ver, en serio había un chico que se parecía a él, aparte de su hermano.
— Te lo presentare en la hora de comer. — Menciono Amy sonriendo levemente, algo que desconcertó al chico, a él no le interesaba en lo absoluto conocer a un tipo desconocido, pero con solo mirar los ojos de aquella chica, sus pensamientos cambiaban.
— Como sea. — Dijo apartando su vista a la mesa que se encontraba frente a él, evadiendo la mirada de Amy.
— ¿Y tienes hermano? — Pregunto nuevamente, esta vez inclinando un poco su cabeza, intentando captar los ojos del chico.
— Si, el loco que está ahí. — Respondió apuntando a Mephiles con su dedo índice, mirando como hablaba con aquella coneja pequeña. — ¿Y tú?
— Si, una Hermana, pero está en otro grupo.
— Chicos, por favor, hagan silencio. — Dijo la señorita Vainilla al notar que su salón se encontraba repleto de charla y charla.
Después de aquello, la clase fue silenciosa y logro acabarse sin ningún tipo de molestias, al menos para la profesora.
En la hora de almorzar, Amy algo emocionada saco a arrastras a Shadow, llevándolo a la cafetería, aunque en el camino tuvieron que detenerse al escuchar llamados hacia el azabache de parte de Mephiles, pues este noto que su hermano no estaba y se preocupó que tendría que ir solo a comer, aunque a lo mejor era que se iba a perder al no saber nada sobre el lugar.
— ¿Cómo te atreves a dejar a tu hermano solo? — Reclamo algo molesto, acercándose a Shadow y viéndolo con un semblante enojado, golpeándolo en el pecho con su puño, claro que no fue tan duro. Suspiro y luego miro a la eriza rosada, le dio curiosidad pues algo en ella se le hacía familiar. — ¿Quién es ella?
— ¿Eh? Ella es Amy, Amy, él es mi hermano Mephiles. — Los presento después de suspirar levemente con fastidio.
— Mucho gusto, Amy. — Hablo amistoso Mephiles mientras estrechaba mi mano y las agitaba algo brusco, pero aun así me hizo reír un poco.
— El gusto el mío.
Luego de aquella presentación, siguieron el camino hacia la cafetería, acto seguido pidieron su comida después de hacer una fila no tan larga, después Amy termino guiándolos hacia la mesa, que Rouge le había dicho que siempre era donde se sentaban, encontrándose con todos los amigos que ella había hecho en día anterior.
— ¡Chicos, ellos son Shadow y Mephiles! — Presento animada la eriza de mirada color jade, sentándose en un espacio donde podía ver a todos sus amigos, diciéndoles con la mirada a los nuevos integrantes que se sentaran a su lado, a lo que le hicieron caso.
— Hola. — Saludaron todos los presentes, a lo que recibieron otro saludo con mismas palabras de parte de ambos hermanos.
— Shadow ¿tienes novia? — Pregunto Rouge apoyando sus codos en la mesa y su barbilla en sus manos, mirando al mencionado con malicia, recibiendo una respuesta negativa de una manera tan fría que no se imaginó que existía. Bufo. — ¿Y te gustaría tener una? — Pregunto nuevamente, a lo que obtuvo otra respuesta negativa. Bufo otra vez. Con esperanza miro al hermano. — ¿y tú, Mephiles?
— No tengo, pero estoy esperando a la indicada. — Respondió mientras intentaba que el queso no se saliera del sándwich que tenía.
— Awww~ — Exclamaron todas y únicas chicas presentes.
— Eres tierno. — Opinó Emili dando una sonrisa que le pareció tierna y que hizo ruborizar al azabache de betas grisáceas.
La charla, así, continuó, entre risas, anécdotas de todo tipo o loqueras que a se les ocurrían, claro que había una excepción y ese era Shadow, quien se mantenía comiendo en silencio, claro que estaba pendiente de la conversación, pero ¿Qué podía hacer? No era bueno conviviendo con gente con la cual no le tenía confianza. Pero Amy, al no saber eso, pensó que su nuevo amigo estaba enojado o que no le gustaba estar ahí, por lo que quiso preguntar que le pasaba, pero sencillamente fue interrumpida por una hermosa eriza rubia que se acercaba corriendo y gritando de la emoción.
— ¡Shadow! ¡Mephiles!
— ¿María? — Ambos hermanos volteándose para ver a la chica que le pertenecía esa voz tan conocida.
— Primos queridos ¿cómo están? — Pregunto mientras los abrazaba a ambos chicos, que se encontraban sentados, por el cuello, mientras daba una gran sonrisa.
— Bien. — Respondieron en unísono ambos erizos azabaches, mientras sonreían, claro y era obvio que la sonrisa de Mephiles era más grande y estaba llena de vida, en cambio, la de Shadow era leve, pero al menos el tipo sonreía ¿no?
— ¿y tú? ¿Cómo estás? — Esta vez pregunto el menor de los hermanos separando el cálido abrazo que se había formado, esta vez para dar espacio y así poder realizar una cómoda conversación, pero lamentablemente el timbre sonó en ese preciso momento ¿en serio es tan corto la hora de receso? Aunque debía admitir que la paso bien con sus nuevos amigos.
Todos los estudiantes regresaron a sus salones para continuar con las clases, claro que estas, al ser las ultimas, pasaron rápido, a lo cual el timbre sonó más temprano de lo que muchos se esperaban, llegando a subirles el animo a mil ¡Al fin a casa!
Amy con rapidez guardo sus cosas en su bolso de color turquesa y salió del aula, caminaba a paso rápido, esperando a encontrarse con su hermana en la puerta de la institución, pero al ver que no se encontraba ahí se dedicó a esperarla, sin embargo, Shadow se acercó con tranquilidad.
— ¿Te acompaño a casa? — Pregunto.
— ¿Y tu hermano?
— Acompaño a María, después de todo no se habían visto desde hace un año.
— jeje, está bien, yo creo que Emili se puede cuidar sola.
Dejándose llevar por la maldad, Amy decidió ir con el (oknu). Ambos hablaban, bueno, la eriza era la que hablaba, el chico solo respondía con pocas palabras y eso comenzaba a molestarla un poco.
— ¿Shadow que te ocurre? ¿porque no hablas mucho? — Pregunto, pero no recibió ninguna respuesta, iniciando así un silencio incomodo, como deseaba que Mephiles o Emili estuviera ahí.
El resto del camino fue así, tanto era el silencio que Amy estaba metida en sus pensamientos con un millón de ideas o notas que ella misma se inventaba ¿Para que? Para muchas cosas en general, como, por ejemplo, "Hoy se podría preparar para cenar un pie de limón, la receta la tiene mama y los ingredientes están en la nevera, incluso..." Aunque, todo fue interrumpido por aquella gruesa voz.
— Aquí es. — Aviso deteniéndose de la caminata en frente de una casa pintoresca, con flores coloridas que decoraban el jardín.
— Tu casa es linda. — Alago al ver cómo era la casa por fuera, inclusive se imaginaba como podría ser por dentro, pero se dio cuenta de un detalle que dejo por fuera. — alto. — dio una media vuelta y se encontró con su casa al otro lado de la calle. - Eres mi vecino. — Comento volteando a verlo.
— ¿Qué?
— Si, yo vivo allá. — Dijo apuntando a su casa.
— jmp, da igual. — Comento desinteresado, sacando unas llaves de su bolsillo y acercándose a la puerta de su casa.
— ¿Como que da igual? — Pregunto frunciendo el ceño. Había tenido razón, él era muy grosero, pero no podía hacer nada contra eso. Bufo. Además, ahora que lo recuerda, su madre la mando a invitar a los vecinos a cenar. — Oye ¿Tú y tu familia pueden venir a cenar en mi casa? Casi se me olvidaba que mi mama me dio esa tarea.
— Creo que si, le informare a mi madre. — Respondió abriendo la puerta. — Hasta luego. — Se despidió e inmediatamente entro a su casa cerrando la puerta, dejando a la chica con la palabra en la boca.
— Si, hasta luego. — Dijo a la nada; algo enojada es desconcertada se dio la vuelta y con cuidado cruzo la calle, luego abrió la puerta con sus llaves y sin más entro a la linda morada en la que vivía. Inmediatamente camino a la habitación de su madre para decirle la noticia sobre lo vecinos, pero cuando su madre la vio, la cara de la mayor se frunció ocasionando un escalofrió en la adolescente.
— ¿Dónde estabas? ¿Porque no te llevaste a tu hermana? — Pregunto enojada cruzando sus brazos y moviendo su pie derecho de arriba abajo, esperando respuesta de su hija.
— Estaba acompañado al vecino nuevo, él y su hermano estudia con nosotras. — Respondió Amy explicando lo sucedido, a lo cual su madre suspiro y se relajó, no podía regañarla.
— Bueno, está bien, pero a la próxima te llevas a tu hermana ¿okey?
— Si.
— Bien, entonces ¿los invitaste? — Volvió a preguntar, aprovechando de que se acordaba e igualmente de que tenía tiempo para preparar la cena, recibiendo una respuesta positiva de parte de su hija. — ¡Okey! Entonces iré preparando la cena, el almuerzo ya está listo, así que puedes ir a decirle a tu hermana.
— Okey.
Inmediatamente se dirigió a la habitación de Emili, cuando entro hablo con ella y le conto sobre la invitación y el almuerzo, a lo que ambas decidieron bajar y comer, para luego, a lo mejor, ayudar a su mamá.
Cambiando de contexto, Shadow en el momento en que entro a su casa, pudo observar como su madre se hallaba en el sofá durmiendo mientras traía puesto su uniforme de trabajo, algo que el odia ver, pues no le gustaba notar todo el esfuerzo que realizaba su madre por ellos, lo hacía sentir miserable. Con calma se acercó a la mayor y empezó a despertarla por media de sacudidas leves.
— ¿Mamá? Despierta.
— ¿Mm? ¿Qué sucede? — Pregunto mientras se pasaba la palma de sus manos por la cara, frotándola, intentando despertar.
— La vecina nos invitó a cenar. — Conto en voz baja mientras veía como su madre se estiraba y se levantaba.
— Okey. — Bosteza. — ¿Aceptaste, no? — Pregunto viendo como su hijo asentía con la cabeza. — Esta bien, iré a preparar el almuerzo y luego me bañare. Por cierto ¿Y tu hermano?
— Acompañó a María a su casa.
— ¿María? Wow ¿siguen aquí? Jeje tengo tiempo sin verlos, tal vez algún día los visite. — Murmuraba para si misma mientras caminaba a su cuarto, siendo seguida por Shadow, quien se devolvió a su habitación.
Mientras la tarde pasaba, Amelia cada vez terminaba un plato de comida, pues había preparado varias comidas y entre esas estaban un rico plato de espagueti a la boloñesa, acompañado con un pedazo de pan, también se encontraba un plato de milanesa, acompañado con arroz y ensalada, y, por último, como postre, un pie de limón, sugerido por Amy. Todo estaba rico tanto en sabor como en presentación y se sentía muy orgullosa por el resultado, tanto que aviso a sus hijas que se vistieran elegantes o por lo menos decentes, para así dar una buena impresión. Amy le resulto fácil elegir un vestido, pues ella no se complicaba tanto como su hermana, que necesito ayuda para saber que vestido le quedaba mejor, si el azul turqués o el blanco, si el negro o el rojo, etc.
Ya con todo listo y con todo decidido, vieron la hora, dándose cuenta de que temprano, por lo que las jóvenes aprovecharon para hacer sus tareas y Amelia para ver un capítulo de su novela de las 4:30.
Desde ahí, las horas pasaron más rápido y cuando se dieron cuenta faltaba, nada más y nada menos, que unos treinta minutos, por lo que rápidamente se cambiaron y empezaron a arreglar la mesa, para su suerte justo cuando ya todo estaba listo, el timbre de la casa sonó, dando a entender de que era la familia que vivía al otro lado de la calle.
— Yo abro, madre. — Informo Amy dirigiéndose a la puerta principal y abriéndola, mostrando a la familia azabache. — Buenas Noches, gracias por venir.
— Jejeje, más bien, gracias a ustedes por su amabilidad. — Contradijo de buena forma la adulta presente. — Mucho gusto, soy la madre de Shadow y Mephiles, mi nombre es Laura.
— Mucho gusto, Mi nombre es Amy Rose, por favor pasen. — Dijo con amabilidad mientras abría por completo la puerta y se apartaba, dejando espacio para que los invitados puedan entrar a la sala, donde todos se presentaron con un estrechamiento de manos y sonrisas de parte de todos, inclusive Shadow, sin embargo, había algo extraño cuando las dos mayores se miraron a los ojos.
— Lo siento, pero creo que te conozco. — Comento algo confundida Amelia mientras miraba más de cerca a la vecina.
— Comparto tu comentario. — Dijo la contraria de igual manera.
Por alguna razón, sentía que ya se conocían.
— ¿Ustedes se conocen? — Pregunto Emili acercándose un poco, estando confundida como los otros tres adolescentes.
— No lo sé. — Respondieron ambas aun mirándose con extrañeza.
— ¿Empezamos la cena? — Pregunto Amelia con una sonrisa de lado.
— Si, creo que estaría bien. — Respondió Laura. Ambas sentían una conexión que por alguna razón no sentía desconfianza de la otra, y les agradaba. Aunque a lo mejor solo era una confusión.
— Estas bien, pasen por aquí. — Hablo Amy dirigiendo a los presentes al comedor, donde todos se sentaron en las sillas que habían alrededor de la mesa, así iniciando una cena acompañada con anécdotas, frases, recuerdos y chistes, donde se escuchaban risas y las conversaciones se cambiaban de una manera fácil y esporádica, haciendo que por los temas variados era muy entretenida.
Pero, así como la conversación se alargaba, la hora avanzaba y en esos momentos ya era muy tarde, como las nueve de la noche; Ya se había terminado la comida y, sin embargo, seguían hablando hasta que la hora le dio por sorpresa, causando que tuvieran que irse para iniciar con la típica y última etapa del día, la siesta.
CONTINUARÁ...
Este si fue largo uff! Jaja, pero valió la pena en estos dos días :D
【Reescrito el 04/07/17】
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