C A P I T U L O 8

Sonó la alarma del reloj, dando la señal de que eran las 6:00, con flojera y de manera lenta dirigió su mano hacia aquel objeto ruidoso y apago la alarma, claro, no sin antes tener dificultades de búsqueda. Acto seguido empezó a abrir los ojos siendo atacada por los rayos solares, pero se acostumbró rápido, luego levanto su torso para sentarse y así estirar un poco, sin embargo, cuando se iba a levantar, por estar semi-sonámbula, termino tropezándose y cayendo de cara al piso.

— Auch. — Se quejó y rápidamente se levantó mientras se sobaba la cabeza.

Acto seguido, se dirigió al baño con la misión de bañarse, pero en el camino a la ducha se topó con el espejo y su aspecto parecido al de una chica recién despierta, que se había emborrachado la noche anterior, hizo que se detuviera a observarse con disgusto e hizo que se le subieran las ganas de bañarse, así rápidamente entro a la ducha para hacer lo obvio que se hace ahí ¿En la ducha se come? No ¿En la ducha uno maneja bicicleta? No ¿En la ducha uno toma un vuelo a Japón? No ¿En la ducha uno ve televisión? No ¿Qué se hace en ducha? Pos bañarse, así que eso hizo. Cuando salió inmediatamente fue hacia su armario y sacó una camisa de mangas largas color rojo con una franja blanca como detalle, unos jeans de suela de elefante y por últimos unos converse morados, para luego colocarse lo que eligió. Después sencillamente se peinó acomodando su cabello y colocando su típico cintillo de color rojo. Luego salió de su habitación, con su bolso ya preparado, lista para una nuevo día y una nueva escuela; se dirigió hacia la cocina encontrándose con Amelia, su madre, quien estaba colocando los utensilios y platos en la pequeña mesa de madera, con tres sillas y decorada con un hermoso mantel cosido a mano de color beige, aunque aún faltaba el desayuno.

— Buenos días, Mamá. — Saludo con obvia alegría la joven de cabellos cortos y rosados.

— Buenos días, querida ¿y tu hermana? — Pregunto la mayor al no notar la mecionada en la habitación.

— De seguro se está arreglando. — Respondió.

— Bueno anda y dile que se apure, si está dormida la despiertas le dices que baje, comes y si no viene te puedes ir tu sola y ella después, recuerda hoy es su primer día en la escuela. — Ordeno Amelia mientras se daba la vuelta hacia la tostadora y ver que solo faltaba unos minutos para que el pan este listo.

— Okey.

Sin perder tiempo, subio a la habitación de su hermana menor pensando que a lo mejor estaba lista, pero elimino ese pensamiento al verla dormida boca arriba, una pierna elevada, con baba saliendo de su boca y roncando, se notaba que estaba en el quinto sueño, pero eso no le impidió a Amy agarrar el colchón y levantarlo, haciendo que su hermana ruede y caiga al piso, lo que logro despertarla, por suerte.

— ¿Qué paso? — hablo somnolienta la chica que se encontraba en el piso, mientras se quitaba las sabanas mostrando su abominable aspecto.

— Nada. — Respondió la contraria haciendo todo lo posible por no reír.

— A la próxima déjame dormir. — Ordeno enojada.

— ¿Se te olvido? — Pregunto alzando la ceja izquierda. — ¿Esa loca nunca va a cambiar? — Pensó.

— ¿Qué cosa? — dijo confundida inclinando un poco la cabeza hacia el lado derecho.

— Hoy es el primer día de instituto. — Respondió después de dar un suspiro.

— Ah sí cierto. — Murmuro alargando la "Ah", pero rápidamente reacciono ante aquellas palabras y se levantó de un salto y corrió directo al baño sin importarle el hecho de que se le había olvidado la toalla. Amy solo negaba la cabeza lentamente con una dulce sonrisa, era divertido como actuaba la hermana.

Con pasos tranquilos volvió a la cocina y sin más empezó a devorar su desayuno, junto con su madre, claro que la última era más decente. Al terminar se quedó unos minutos para esperar a su hermana, pero al ver que faltaba poco para que el instituto abriera y la muy lacra no bajaba, y apostaba que ni siquiera estaba vestida, decidió irse.

— Bueno anda a la escuela tu sola, yo llevare a tu hermana cuando esté lista. — Dijo la mayor de las dos al notar la hora.

— Bueno. — Contesto Amy, para luego agarrar su bolso.

Camino hacia la puerta de entrada, obviamente la abrió, salió y la cerro, así continuo su camino hacia su instituto de manera relajada, pero como siempre tiene que aparecer algo que interrumpa eso, ósea esto es cliché, si o si tiene que aparecer algo ¿no? Sintiendo una fuerte presión en su brazo volteo a ver quién, o que, provocaba eso y se encontró con un androide, de aproximadamente 6 metros de alto, y a una persona regordeta con un llamativo y gran bigote.

— jojo, Ya te tengo chiquilla Rose. — Dijo el hombre de barba llamativa.

— ¿Cómo sabes mi nombre? ¿y quién es usted? — Pregunto Amy viendo desafiante a aquel hombre y al robot, que aún no la soltaba.

— ¡Jojo, 103!

En cuanto dijo eso el robot inmediatamente sostuvo el cuello de Amy, haciendo mucha presión, claro que por el tamaño de su mano robótica lograba apretar los brazos, torso y hasta llegaba a las rodillas; estuvo a punto de romperle un hueso y dejarla sin respiración de no haber sido por un erizo de pelaje azul marino de gran velocidad, que rescato a amy y destruyo fácilmente al robot de nombre 103.

— Que lindo. — Penso la chica de mirada esmeralda sin dejar de ver al azulado anónimo.

— Esto es solo el comienzo. — Dijo amenazante el hombre de gran bigote para luego, en una peque;a nave, marcharte por el cielo, así como Goku en la nube.

— Sí, claro. — Dijo sarcástico aquel erizo de, ya mencionado, pelaje azul y ojos esmeralda, para luego darse la vuelta y acercarse a su contraria de mismo color de ojos. — ¿Estas bien?

— Sí, gracias. — Agradeció dándole una gran sonrisa, logrando cautivarlo un poco.

— Que bien, jeje, ¿y cómo te llamas? — Pregunto curioso.

— Amy, Amy Rose ¿y tú? — Respondió alzando la mano para estrecharla.

— Sonic the Hedgehod. — Se presentó aceptando la mano de la chica. — ¿y dime a donde ibas?

— A la escuela, por suerte aun es algo temprano. — Respondió mientras revisaba su reloj que llevaba en la mano.

— ¿Se puede saber como se llama tu escuela o instituto?

— Mmm... a ver... Everest, Instituto Everest. — Dijo algo dudosa, pues ese era el nombre que creía que sonaba mas a lo que recordaba.

— ¡Yo estoy en ese! — Exclamo emocionado.

— ¿En serio?

— Si, si quieres vamos juntos. — Ofreció mientras sonreía mostrando su dientes, debía admitir que su sonrisa era muy hermosa y por ella se sonrojo levemente, aunque se notaba.

— Bueno, vamos.

Mientras caminaban hablaban de cosas triviales, se reían, se divertían, y claro que se conocían más; pobre de Amy que por un momento paso por su cabeza estar enamorada. Cuando llegaron al instituto la chica de cabello rosa no tarde en sentirse apenada y una idiota, vaya que necesitaba a su hermana; no conocía a nadie y por ello no se separaba de Sonic, digamos que parecía un chicle en la suela de un zapato... Jajaja ¿Entendieron? Sonic es la suela del zapato... y la suela del zapato siempre está sucio jajajaja, okey no alv :'v... Pero en cuanto vio a uno de sus amigos, el chico rápidamente se dirigió a él dejando a Amy sola y rodeada de desconocidos, aunque una curiosa coneja de pequeña estatura se le acerco.

— Hola, ¿cómo te llamas? — Dijo aquella coneja de una manera dulce y con una voz delicada.

— Amy Rose, ¿y tú?

— Cream The Rabbit, ¿eres nueva? — Se presentó dando una cálida sonrisa, la cual fue devuelta por la eriza rosa.

— Sí, estoy un poco nerviosa. — Confeso con cierta pena.

— Tranquila, ven te voy a presentar a mis amigas.

— Okey. — Murmuro mientras empezaba a seguir a Cream hacia un lugar, al parecer cerca de la cafetería, donde un grupo de chicas estaban presentes.

— ¡Chicas! — Gritó la coneja, llamando la atención de aquellas chicas.

— ¿Que pasa Cream? ¿quién es ella? — Pregunto una chica, al parecer murciégalo, de mirada azul y de un cuerpo bien formado, parecía mayor que las otras.

— Ella es Amy Rose, es nueva. — Informo la más pequeña de todas las presentes, Cream.

— Hola. — Dijo tartamudeando Amy.

— Hola, querida. Yo soy Rouge. — Se presentó la misma chica, que antes había hablado, con una sonrisa que demostraba confianza.

— Yo soy Cosmo. — Se presentó otra, esta parecía de la especie de plantas debido a su cabello, vestido y piel. Su sonrisa demostraba inocencia al igual que Cream.

— Y yo soy Blaze. — Por último se presentó una gata de ojos amarillos, era seria pero si la conoces, es una persona muy dulce.

— Oye, Cream ¿ya dijeron los grupos? — Pregunto Cosmo, pues, si mal no recuerda, Cream fue hacia la entrada para averiguar sobre eso.

— No, se me olvido, lo siento, pero creo que escuche que ya los iban a dar, ¿Por qué no nos colocamos más cerca?

— Bueno vamos. — Dijo Blaze.

Ellas se dirigieron hacia la entrada del instituto, en donde se encontraba una tarima. Se colocaron cerca de uno de los bebederos e iniciaron una charla agradable con risas ocasionales, lo mejor, era que Amy empezaba a entrar en confianza y le empezaban a agradar mucho más cada una de sus nuevas amigas. Ya al pasar unos minutos, el director apareció subiendo a la tarima, ordenando guardar silencio.

— Buenos días, Alumnos. Soy el director Big the Cat, los grupos ya están organizados. — Informo para luego toser un poco y agarrar un papel, que al parecer tenía una impresión. — Bueno, primero empezare con los de secundaria estos son los grupos. — Pauso y asi empezó a leer lo que había dentro del papel. –— Grupo  A: Tails the fox, Wave the Swallow, Espió the Chameleon, María the Hedgehog, Sonia the Hedgehod, Silver the Hedgehog y Manic the Hedgehod. — Otra pausa. — Grupo B: Charmy Bee, Rouge the Bat, Knuckles the Echidna, Scourge the Hedgehod, Emili Rose, Blaze the Cat y Cosmo the Plant. — Otra pausa, aunque esta fue un poco mas corta. — Grupo C: Sally Acorn, Melphis the Hedgehog, Sonic the Hedgehod, Shadow the Hedgehog, Amy Rose y Cream the Rabbit. Ahora, por favor, vayan los nombrados a sus respectivos salones. — Dijo y siguió leyendo las escrituras en la hoja.

En el camino hacia sus respectivas salas, hubieron varias personas felices y tristes ¿Quieres saber cuáles son? Pos sigue leyendo.

— ¡Si voy con Sonic y Cream! ¿pero cuando llego mi hermana? ni siquiera la vi llegar. — Pensó Amy.

— ¡Oh sí! voy con Sally, aunque no con mis hermanos, bueno los podre ver en recreo. — Pensó Sonic.

— Bueno, al menos estoy con Rouge y Blaze — pensó Cosmo al triste, quería estar con Tails.

— Me sentare con mi Knucky. — Pensó Rouge.

— Al menos estoy con dos de mis amigas, espero y Silver no lo arruine, o si no tendré que matar a ese cabeza hueca. — Pensó Blaze.

Todos entraron en sus salones y tomaron asientos, Amy estaba ansiosa por sentarse junto a Sonic, pero una ardilla de vestimenta azul lo hizo primero, dejándole a Amy el puesto al lado de su nueva amiga, Cream; estaban sentadas casi al fondo, pero aun así podía ver el pizarrón perfectamente y tampoco le disgustaba estar con aquella primera amiga. En el momento en que se volteo para dejar su bolso en el espaldar de la silla noto que hacían falta dos puestos al final, pero no lo dio mucha importancia que digamos.

— ¿Cream?

— Sí, Amy.

— ¿Ella es tu madre? — Pregunto al notar que la profesora se parecía mucho a su companera de al lado.

— ¿Cómo lo sabes?

— Es lógico, te pareces mucho.

— ¿En serio?

— Si, super en serio.

— Por favor hagan silencio, ya vamos a iniciar. — Dijo la profesora Vainilla, a lo que todos hicieron caso y así se inició la clase.

...

Sonó el timbre diciendo que ya era hora de la merienda, todos inmediatamente salieron de los salones, Amy y Cream fueron a la cafetería y pidieron su comida, luego se fueron a sentar con sus amigas, fue fácil encontrarlas ya que suelen ser muy preferenciales, o eso decía Cream.

— Hola, queridas. — Saludo alegre, Rouge.

— Hola. — devolvieron el saludo las dos.

— ¿Cómo les fue? — Preguntó Cosmo mientras le daba un mordisco a su Sándwich.

— Bien, la profesora es muy tierna y amable. — Elogió Amy a la mencionada con una sonrisa pequeña y sincera.

— Yo desearía estar con ustedes, el profesor Vector es muy gritón y lo único que pone son matemáticas. — Dijo Rouge con tono de fastidio mientras daba un frustrado suspiro.

— Hola chicas. — Saludo un zorro amarillo acompañado por un erizo azul, dos verdes, uno blanco y un Echidna rojo.

— Hola Tails. — Devolvieron el saludo todas excepto Amy, pues para ella el zorrito de tres colas es un desconocido.

— Hola... Eh... — Esta vez, se dirigió a Amy, pero no sabía su nombre y tampoco iba a adivinarlo.

— Amy. — Dijo la dueña del nombre.

— Ah, lo siento Amy, debí presentarte a mis amigos. — Se disculpó Sonic.

— No te preocupes. — Respondió con amabilidad, Amy.

— Bueno... yo soy knuckles. Hola. — Se presentó aquel Echidna de pelaje Rojo y ojos morados.

— Yo soy Manic, hermano de este. — Se presentó uno de los erizos verdes mientras señalaba a un Sonic indignado por ser llamado "Este".

— Mi nombre es Tails, Mucho gusto Amy. — Se presentó educadamente aquel zorro que ya había hablado.

— Yo soy Scourge, hermano de ellos. — hablo el otro erizo verde mientras apuntaba con su dedo índice a Sonic y Manic.

— Yo soy Silver, mucho gusta m... — Para en seco al darse cuenta y al ver las señas de Blaze. — Amy.

— El gusto es mío. — Dijo Amy un poco confundida por la forma en que actuó el erizo blanco.

Después de las presentaciones sencillamente siguieron comiendo todos juntos, claro que tuvieron que unir dos Mesas para que entrará en grupo completo, sin más iniciaron conversaciones, otras divertidas, otras sobre chismes, otras sobre cosas triviales o sobre ellos mismos, con cada palabra que uno decía todos podían reír o conocerse más; se hacían bromas entre ellos, lo que causaba un alboroto en el grupo. Sin embargo, un grupo de chicas, anónimas para nuestra protagonista, se acercaba, a paso firme y decidido, hacia el gran grupo que tuvo que ocupar dos Mesas.

— Sonic, Hola. — Saludo una Ardilla al mencionado mientras lo abrazaba por la espalda, aunque yo no entiendo como lo hace sin pincharse con las púas del chico, pero Bueno... Ay la vida. Continuando, Amy inmediatamente la reconoció, era la chica que se había sentado con Sonic en el salón.

— Hola Sally, mira ella es la nueva, Amy. — Hablo Sonic, digamos que a él no le agrada mucho Sally, pero no puede hacer mucho ya que ella fue su mejor amiga de la infancia.

— Mucho gusto, soy Sally y ellas son mis amigas: Sonia, María y Wave. — Dijo la ardilla mientras señalaba a cada quien correspondiente al nombre.

— El gusto es mío. — Dijo Amy.

— Bueno, hasta luego Sonic. — Se despidió, Sally, para así, irse junto a sus amigas.

— ¡Amy! ¡Amy! — Gritaba una chica de voz muy familiar para la mencionada, en realidad la reconoció rápidamente.

— Emili ¿Qué pasa? — Pregunto Amy cuando su hermana se encontraba ya cerca.

— ¡Al fin te encontré! — Rápidamente la abraza, pero se detiene cuando nota a todos los chicos sentados. — ¿Ellos son tus amigos?

— Si, ellas son Cosmo, Cream, Blaze y Rouge, ellos son Sonic, Knuckles, Manic, Scourge y Tails, chicos ella es mi Hermana Emili. — Presentó Amy señalando a cada uno por su nombre.

— Mucho gusto. — dijeron todos en unísono.

Acto continuo, Emili se unió al grupo hablando y hablando como suele siempre ser, claro que los otros no se quedaban atrás, pero tuvieron que terminar su desayuno debido a que sonó la campana, mandando a los alumnos a volver a sus salones, donde pasaron sus últimas clases para luego irse a casa al sonar el último timbre.

— Bueno chicas, Hasta mañana. — Se despidió Amy.

— Hasta mañana. — Dijeron las chicas al mismo tiempo.

— Adiós Amy. — Se despidió Sonic al ver a su amiga ya saliendo de la escuela, pero se sorprendió al ver que la chica se acercaba corriendo a él.

— Adiós Sonic. — Dijo la de cabellos rosas para luego darle un abrazo. — Gracias por salvarme.

— D-De nada. — Tartamudeo.

Al separarse, se dirigió a la entrada de la escuela donde su hermana la esperaba, para así volver a casa juntas, pero esta vez había algo diferente entre las hermanas, había silencio, claro que no era incomodo, sino que era normal, aunque ellas nunca tuvieron un silencio así, pero Amy notó que su hermana se encontraba muy feliz.

— ¿Por qué tanta felicidad? — Pregunto la mayor algo intrigada.

— Conocí a un chico.

— ¿En serio? ¿Cómo se llama?

— Espio. — Dijo emocionada la chica de cabellos morados, en ese punto se encontraba sonrojada.

— ¿Cómo lo conociste? — Pregunto Amy parando la caminata y prestándole más atención a su hermana.

— Bueno, estaba entrando en la escuela muy distraída y tropecé con el, se me calleron los libros y el me ayudo... — En ese instante ella empezó a recordar la escena.

— L-Lo siento, soy muy torpe. — Se disculpó mientras guardaba sus libros en su bolso.

— Tranquila, yo soy el torpe, no te vi. — Dijo el chico de escamas color púrpura mostrando una leve sonrisa, algo le agradaba de la chica, era obvio.

— Soy Emili Rose ¿y tu? — Dijo con una gran sonrisa mientras extendía la mano hacia el chico.

— Espió the Chamaleon. — Se presentó correspondiendo el apretón de manos.

— ¿Cuantos Años tienes? — Pregunto al ver la diferencia de estatura, él era muy alto, se sentía una enana.

— Dieciséis ¿y tú? — Esta vez él era el extrañado, la chica era pequeña o es por su altura que la ve así.

— Quince, cumplidos hace dos días. — Respondió con orgullo.

— Bueno, pues feliz cumpleaños atrasado.

— Jeje, gracias.

— Buenos días, Alumnos. Soy el director Big the Cat...

— Y así lo conocí.

— Bueno, es amable así que tienes mi permiso.

— ¿De qué?

— Si quieres ser su novia. — Respondió a los que la menor no pudo evitar sonrojarse de sobremanera.

— G-Gracias, Hermana. — Dijo nerviosa mientras miraba hacia otro lado intentando ocultar su sonrojo.

— De nada.

Ya en lo que faltaba de la caminata la pasaron hablando sobre la escuela y sobre los chicos que les llamó la atención, hasta que llegaron a casa, donde lo primero que hicieron fue prepararse el almuerzo, debido a que su madre siempre trabaja ellas tienen que hacerlo por sí solas, aunque en ocasiones Amelia suele prepararlo y dejarlo en la nevera, y las hermanas solo deben calentarlo, pero son pocas veces. Luego pasaron la tarde entre tareas, juegos o programas en televisión, una tarde casual para ellas desde que se mudaron de Ciudad Esmeralda. Ya cuando llegó la noche igualmente llegó su madre, donde las tres juntas hicieron la cena, por supuesto, nunca hacía falta las preguntas de Amelia sobre su día a lo que ellas respondían sinceramente, una charla de madre e hijas como si fuera una de mejores amigas, eso era lo que le encantaba a las tres. Ya cuando era más de noche no tuvieron otra cosa que hacer que acostarse a dormir, claro que su cuerpo tampoco les iba a dejar a hacer algo con las energías bajas.

CONTINUARÁ...

Listo! Otro capítulo editado :3

Reescrito el 03/04/2017

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