C A P I T U L O 6
El sol volvía a salir en el horizonte, todo era poco a poco iluminado por el sol. Amy y Emili empezaban a despertarse al igual que Shadow y Mephiles, estaban felices pero ¿Porque justo tenían que recordar todo lo que pasó ayer? Esa pequeña sonrisa inmediatamente cambio a una mueca de tristeza, no volverían a ver a sus amigos ¿verdad? Además, otra de las cosas era el asunto de sus padres, ellos querían saber si estaban bien, ya que el día anterior no volvían, estaban tan confundidos y preguntarles a sus madres no era efectivo, ya que ellas solo evadían él tema.
Ese mismo día a las 12 de la tarde —Mediodía— los dos pequeños, pero hermanos mayores, Amy y Shadow se acercaron a sus madres, ambos preocupados y confundidos decidieron preguntarles otra duda que tenían y, aunque se imaginaban la respuesta, querían confirmarlo.
— ¿Mami, Cuando vamos a volver a ver a nuestros amigos?
— hij@, mira, nos mudaremos pronto, y vamos a estar muy lejos de ellos, por favor Olvidalos ¿Entendiste? — Respondieron ambas madres, todo esto era algo raro, dos situaciones iguales pasaban al mismo tiempo pero en diferentes lugares, que extraño. Y a pesar de eso, la reacción de ambos fue diferente.
— ¿Porque? — Pregunto la peli-rosa frunciendo algo él ceño.
— Yo aprendí a que no debes confiar en algunas personas y menos a la familia The hedgehog ¿Me entendiste? — Hablo la mayor, en un tono muy diferente al usual, llegando a asustar a su hija.
— Si, mami. — Respondió algo triste pero molesta, quería llorar aunque no lo haría en frente de su madre.
Ya con Shadow fue un poco diferente.
— ¡pero...! — Exclamo, iba a reclamar pero su madre se adelanto.
— ningún pero, jovensito ¿entendiste? — Hablo la mayor, Shadow solo se quedo callado y trago saliva, la mirada de su madre podía ser escalofriante al igual que su actitud.
— S-Si. — Tartamudeo algo triste y temeroso, pues digamos que Shadow tiene a ese tipo de madre que en ocasiones no es bueno ni acercarsele.
Y con todo esto, lamentablemente, las dos familias se separaron. Los niños no pudieron hacer más que seguir las ordenes de sus madres, era algo estúpido, todo era algo estúpido, pero él orgullo de todas las personas es tan grande y nadie puede escapar de él, que decepción. Con los pocos años que pasaron era obvio que esos niños jamas se olvidarían mutuamente y eso tenia preocupadas a sus madres, no querían volver a ver la familia contraria, pero tampoco querían ver a sus hijos en depresión, no tuvieron de otra que hablar por teléfono y planificar un día para verse, pero ellas tenían algo bajo la manga.
Justo ese día era hoy, ambas familias ya estaban en Ciudad Esmeralda, su antiguo hogar. Ya estaban en ese lugar acordado y desconocido para los niños y hasta para Laura, estaban extrañados y desconcertados, pues ¿Quien no estaría así si lo llevaran a un callejón apartado de todo y en un área secreta?
— Hola ¿Como has estado, Amelia? — Empezó a hablar Laura, su tono era serio, en realidad la respuesta no le importaba en lo absoluto pero no quería que sus hijos tuvieran incomodidad.
— Bien ¿y tu? — hablo de igual manera la de ojos esmeralda.
— Bien.
— ¡Shadow/Amy! — Ambos mencionados de 13 años se abrazaron, tanto tiempo sin verse, por supuesto que se extrañaban.
— ¡Emili/Mephiles! — Por supuesto tampoco pudo faltar él reencuentro de estos dos niños de ahora 12 años.
— Los extrañamos. — Esta vez hablaron los cuatro haciendo un de esos abrazos familiares con más de dos personas.
— Bueno ya. — Interrumpió Laura, ya quería acabar con todo e irse.
Las dos mayores caminaron hasta el final del callejón siendo seguidas por sus hijos, por supuesto. Se detuvieron y se llevaron la sorpresa de que había una puerta en él piso, está estaba sellada con cadenas y poseía un candado, daba la impresión de que había algo adentro de mucha importancia.
— ¿Como vamos a abrir esto? — Pregunto Laura agachándose para agarrar el candado y observarlo.
— Con Esto. — Respondió Amelia sacando de su bolso una llave, era algo antigua, se notaba por él color bronce y lo malgastada que estaba, también era de esas llaves grandes que se usaban en épocas atrás. Sin más la introdujo en él candado para luego darle unas vueltas y abrirlo en él acto, liberando algunas cadenas. — Si, lo sabia.
— ¿como? — Pregunto Laura.
— Encontré esta llave en el laboratorio de Eduardo. — Respondió seria apartando las cadenas y abriendo la puerta.
— Bueno a entrar. — Dijo Laura a lo que eso hicieron.
Cuando Amelia había abierto la puerta reveló unas escaleras, supuestamente, blancas pero se veían algo grises debido al polvo ocasionado por el tiempo. Todos empezaron a bajar cuidadosamente por los escalones, como todo era bajo tierra cada vez que avanzaban la luz se iba haciendo mas leve dejando en su lugar oscuridad, aunque, para la suerte de ellos, Laura había traído una linterna que ayudaba a alumbrar las escaleras. Cuando los escalones acabaron habían un pasillo algo ancho el cual no tardaron mucho en pasar y llegar al final, en donde una gran puerta de metal se encontraba cerrada, lo inusual de aquello es que la cerradura era un tanto extraña.
— Que raro, no tengo una llave así. — Hablo Amelía sin dejar de ver dicha cerradura.
— Yo... Creo que si la tengo. — Dijo Laura rebuscando en su bolso la dicha llave sacándola de inmediato para proceder a abrir la puerta, era algo sospechoso ¿no?
Él lugar estaba todo oscuro, pero después de unos segundos de que la puerta fuera abierta todas las luces se encendieron automáticamente revelando un laboratorio, todo estaba lleno de envases con líquidos de distintos colores colocados en diversos estantes, él lugar estaba lleno de polvo y con muchas telarañas, como si no hubiera sido usada por muchos años; lo que más destacaba y llamaba la atención fueron 4 máquinas, eran de la forma de un cilindro del tamaño perfecto para cualquier persona, echo por metales especiales, pero parecían viejas debido al dichoso polvo, cada una poseía una especie de computador, casi como una tablet.
Los chicos estaban asustados, no tenían ni la menor idea de que estaba pasando ¿Porque vinieron ahí? Estaban confundidos.
Amelia y Laura se acercaron a las maquinas, encendiéndolas; en cada una estaban Amy, Emili, Shadow y Mephiles, por supuesto que meterlos ahí fue a la fuerza, pues estaban aterrados y diganme ¿Quien no lo estaría en esa situación?
"¿Que quiere que sea borrado de su memoria?"
Se escucho una voz robótica proveniente de las maquinas, Amelía se acerco en la que estaba Amy donde en la pantalla del computador aparecía un teclado, dando una suposición de que era para escribir lo que había pedido la maquina. Sin más escribió los nombres de los dos hermanos Hedgehog en las dos maquinas de sus hijas, siendo así copiada por Laura, aunque ella escribió los nombre de las hermanas Rose. Así la maquina empezó, automáticamente, el proceso de borrado de memoria; era doloroso, bueno, obviamente, para los niños. En la habitación se escuchaban los gritos de aquellos infantes llenos de dolor y agonía. Mientras las maquinas brillaban en aquel proceso las señoras no pudieron ni abrir los ojos debido a la luz, estaban desesperadas y querían detener la maquina ya que les estaba haciendo daño a sus hijos.
La luz empezó a desvanecerse poco a poco, los gritos cesaron por completo, ya cuando aquella luz marchito las puertas de aquellas maquinas se abrieron dejando ver a los chicos inconscientes, las dos señoras se iban a acercar pero una pequeña gaveta metálica se abrió de repente cerca de cada computador de dichas máquinas mostrando, cada uno, una esmeralda unicolor —una era Rosa, otra era Morada, otra Roja y otra azul—. Amelía y Laura se miraron algo confundidas ¿Para que eran?
"Al día siguiente, al despertar, no recordara nada de este día. Si se pregunta para que la esmeralda, es el contenedor de la memoria que usted decidió borrar. Por si quisiera recuperarla solo tiene que tocarlo el ser dueño del recuerdo"
Se escucho otra vez esa voz explicando y aclarando la duda de ambas mujeres, quienes sin más guardaron las esmeraldas en sus bolsos, por supuesto que cada quien guardo las correspondientes a sus hijos. Entre ambas se las arreglaron para salir de ahí sin problemas regresando por él mismo camino ¿Como? No lo se ¿O tal ves si? Jeje
— Bueno, ahora llevarlos a casa, este es el adiós. — Hablo Amelía volteando a ver a Laura tanto con una mirada y con un tono serio. — Adiós.
— Adiós.
Así cada una se fue por su camino, no tenían problemas con respecto a la vivienda, ya que, con Laura, ella había alquilado una casa solo por 5 días para luego regresar a Inglaterra. En cambio, Amelia, ella solo introdujo a sus hijas en el carro y se sentó en el asiento del piloto para tomar rumbo a Mobius, ya que dicho lugar no se encontraba lejos de Ciudad Esmeralda, aproximadamente unas 3 horas.
La noche empezaba a llegar, los niños aun seguían dormidos y las dos señoras aprovecharon eso para guardar las esmeraldas en un cofre, que no era tan grande ni tan pequeño, y cerrarlas con candado, por supuesto que eso no era suficiente y tuvieron que ocultar aquel cofre, Amelía lo oculto en su Armario debido a lo grande que es y que ninguna de sus hijas entra, Laura lo oculto temporalmente en él sótano, ya después se las vería para que sus hijos no lo encontraran cuando vayan a Inglaterra en Avión.
Al día siguiente
Los cuatro jóvenes se despertaron con un dolor de cabeza y no era de esos leves que suelen dar, era de esos agudos e insoportables, era horrible, era un calvario*. Con dificultad bajaban de las escaleras y se disponían a buscar a sus madres, las hermanas la encontraron en la cocina y los hermanos la encontraron en él comedor esperándolos.
Esto parecía como dos películas de igual situación pasándose al mismo tiempo ¿No?
— Buenos días. — Dijeron los cuatro niños en unísono hacia sus madres, quienes las voltearon a ver.
— Bue... — Justo iban a hablar pero se interrumpieron a si mismas al ver el extraño estado fatigado de sus hijos y el tono pálido de su piel, les preocupo. — ¿que les pasa?
— Nos despertamos con una jaqueca horrible. — Respondieron, Shadow y Mephiles se sentaban en unas sillas cerca de su madre, y Amy y Emili solo se acercaron a Amelía.
— Bueno, coman estas pastillas les bajara el Dolor. — Hablaron las mayores entregándoles un pote con ciertas pastillas rojas adentro.
— Okey. — Dijeron y junto con agua se tragaron las pastillas.
— ¿Se sienten mejor? — preguntaron las señoras para asegurarse.
— más o menos. — Respondieron pero en realidad aun tenían ese dolor insoportable, solo no querían preocupar a sus madres.
— ¿Mamá? — Hablaron los dos hermanos mayores.
— ¿Si, hij@?
— ¿Que paso ayer? — Era cierto, no se acordaban de nada, aunque ellos tenían un presentimiento raro sobre aquello olvidado. [rime prros \(>:v)/]
— Nada. — Respondieron inmediatamente para luego hacer una pausa. — Ahora vamos a Comer.
"Nada" una palabra que puede ocultar muchas más ¿no lo creen?
CONTINUARA...
* : Sufrimiento o aflicción continua y prolongada que sufre una persona.
Siempre es weno aprender cosas nuevas ;u [La sabiduría es poder :v]
Hola amigos, tal vez se confundan un poco con esto o no lo se, pero no encontré otra forma mejor para arreglar lo que hacia antes ^.^U
▶Reescrito el 06/01/2017◀
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