❝—Has nacido para reinar. La esperanza de nuestro legado familiar reside en sus jóvenes y bellas manos, joven Byun.❞

Esas fueron las palabras que escuchó mientras se iba desarrollando como individuo.

Seuljon Byun gobernaba en el pasado, pero perdió su poder sobre la corona hace mucho tiempo atrás. Pero eso no evitaba que la gente del pueblo los siguiera. Desde el pueblo, su hogar, la servidumbre y los amigos, todos aquellos que poseían algún contacto con el joven doncel repetían esas palabras, todo el mundo le decía que era su momento de recuperar lo que hace años atrás le perteneció a su familia.

Su sueño y meta en la vida se convirtió en reinar sobre el pueblo que alguna vez lo vio crecer. Por eso mismo ahora veía como las puertas del salón del rey se abrían para recibirlo.

La belleza inmaculada del joven era cubierta por un pequeño velo. El único hijo de Byun Daehyun había nacido como doncel, y eso lo convirtió en la persona más hermosa que el mundo haya visto. Todo aquel que tuviera la presencia de Byun Baekhyun frente a él quedaba maravillado con su belleza y sabiduría. Quizás por eso mismo la mismísima reina madre había solicitado su presencia en el palacio como candidato a consorte real. Y quizás por eso también lo había aceptado como prometido del rey apenas lo vio entrar por la puerta.

Ahora tocaba la reunión con el rey. Park Chanyeol, el hombre conocido por su seria mirada y ningún tipo de sentimiento. Nombrado como el rey oculto, puesto que nunca salía del palacio y nadie en el reino conocía su rostro fuera de los retratos.

Pero no iba solo, jamás lo haría. No con tal belleza desbordando por sus poros. Su vida se basa en la compañía de la doncella Jieun, una niña que llegó a su vida apenas lo marcaron como doncel, y desde entonces lo ha acompañado desde que era un infante.

—No se ponga nervioso —la voz de la doncella lo hizo reír levemente.

Caminaba a su lado con tal gracia que su cuerpo casi ni se movía, era como si estuviera flotando. Su vida se basó en esto, impresionar lo suficientemente a la gran reina madre como para convertirse en el consorte real.

—La vida me ha preparado para este momento. Jamás estaré desasosegado —susurró detrás del velo.

El eunuco del rey anunció su llegada a los presentes dentro del salón y todos llevaron su mirada a la puerta. Tal como le dijo a su amada doncella, los nervios nunca estuvieron en sus sentimientos. Baekhyun caminó con tal gracia que muchos se sintieron sorprendidos, y al llegar al primer escalón del trono juntó sus manos frente a su pecho e hizo una reverencia quedando de rodillas frente al trono.

No alzó la mirada, jamás miraría al rey sin su permiso.

—Quítate el velo —la voz exigente del rey lo hizo levantar levemente la mirada, pero su vista solamente llegó hacía el cuello del jeokui con detalles dorados y rojos que demostraban poder.

Baekhyun levantó el velo que cubría su belleza, disimulando la sonrisa que obtuvo al escuchar los gritos silenciosos de sorpresa de los guardias reales. Ahora sí, con su belleza liberada y sus encantos listos para enamorar al rey, alzó la mirada.

Y dios santo. Baekhyun jamás olvidará la primera vez que vió el rostro del rey. Porque después de eso jamás volverá a ser el mismo.