𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖔𝖘
❝—¿Es posible enamorarse de alguien que solo te ha demostrado indiferencia?❞
Asco, repugnancia y quién sabe qué otra cosa más. Esos eran los adjetivos que Chanyeol sentía cada vez que tenía a su futuro esposo frente a él.
La vida siempre ha sido una enorme interrogante de cómo va a seguir. El destino es el que escoge qué hacer con tus recuerdos y tu futuro, por lo que tienes que vivir de forma sincera si quieres que te vaya bien en la vida.
Pero el asco que el rey sentía al ver a su futuro consorte no era algo que el destino había planeado. A Chanyeol le repugna estar al lado del joven Byun, mirar a su futuro esposo le genera una sensación incómoda en el estómago, porque jamás pensó tener que casarse con alguien como Baekhyun.
Chanyeol tenía toda su vida planeada antes de ser rey. Como segundo hijo e hijo de una concubina pasó sus días fuera del palacio real, estudiando en el extranjero desde que tenía doce años. Su plan era simple, volver al reino una vez todos sus conocimientos estuvieran formados y trabajar a la par de su hermano mayor, convirtiéndose en la mano derecha del rey.
El problema inició cuando su hermano rechazó el puesto en el trono para dedicarse a la guardia real. El problema inició cuando la gran reina madre no le permitió casarse con su amor de la infancia y adolescencia debido a que era una simple chica de pueblo sin padres, sólo su tío que no utilizaba un buen puesto en la corte. El problema inició cuando el pueblo lo rechazó como su rey por ser hijo de una concubina.
El problema inició cuando su abuela, con el plan de mejorar su nombre en el pueblo, lo comprometió con el hijo de Byun Daehyun, hermano de una de las personas más corruptas del pueblo, Byun Daehe.
Y por eso mismo jamás sentiría otra cosa que no sea aversión hacia su futuro esposo. Porque Byun Baekhyun es el enemigo, jamás podría sentir algo por él.
—Chanyeol —todo sentimiento repulsivo salió de su cuerpo al escuchar la dulce voz de Haerin.
Jo Haerin, sobrina del antiguo ministro de cultura. La mujer más hermosa que sus ojos hayan visto y la persona que necesitaba cuando su vida estaba cubierta por la miseria que era el casarse con quién no debía.
—Haerin —llamó con alegría acercándose a la mujer para abrazarla.
Con solo rodearla en sus brazos su mundo volvía a girar con normalidad.
—¿Cuándo será la boda? —preguntó la mujer. Chanyeol estaba completamente seguro de que su voz había temblado.
Dios santo, esta era otra razón para odiar a Baekhyun. Hacía que su amada Jo Haerin sufriera por no poder tenerlo solo para ella.
—Será en dos semanas. Pero no te preocupes, mi amor te pertenece sin importar con quien esté casado —juntó su frente con la de la mujer. Ambos soltaron un sonoro suspiro al tener contacto piel con piel.
—¿Me amará solo a mi su majestad? —Susurro la chica, juntando su mirada con la del rey.
—Te amaré solo a tí hasta el final de mis días. —respondió con una sonrisa —Solo espera a que me casé, apenas firme te nombraré mi concubina.
—¿Abrirás un concubinato solo por mí?
—Solo con tus caricias y tus besos me basta. No será un concubinato, será un hogar para tí en el que me tendrás a todas horas.
Chanyeol ya había marcado su camino en la vida, debía casarse con Byun Baekhyun para hacer feliz a su abuela y al pueblo. Y después de eso, pasaría el resto de sus días junto a Haerin.
Baekhyun se miró al espejo después de que las doncellas terminaran de vestirlo. En su reflejo podrías notar el hermoso hanbok turquesa con detalles dorados, el traje perteneció a su madre, y ahora mismo lo utilizaba para su presentación frente a la reina madre y la gran reina madre.
Jieun terminaba de quitar las pelusas de su traje, mientras la Dama Lee arreglaba sus detalles en el cabello. Decorado con múltiples perlas que hacían que el color azabache de este destacara ante todo lo demás.
—La reina los está esperando en el salón de la gran reina madre—informó un trabajador.
Baekhyun suspiró profundamente cansado de todo el trabajo que tenía que hacer como próximo rey consorte. Aún así, sonrió como siempre lo hacía, caminando fuera del salón Seuljonbong que tenía como hogar.
Miró a sus espaldas, doncella y donceles caminaban en fila detrás de él, Jieun caminaba a su lado cubriendo su cuerpo con una sombrilla, y la Dama Lee le explicaba que decir y que no frente a las majestades.
Tenía tantas ganas de correr y escapar, podría ir hacía el lago, aspirar el aroma de las flores golpeando el agua era lo único que le recordaba a su vida fuera del palacio. Aunque todo sentimiento de huida se esfumó cuando su vista se fijó en el rey, que estaba en el lago tomando el té junto a sus eunucos. Con una sonrisa saludo haciendo una pequeña reverencia, pero esta no fue respondida ni con un movimiento de cabeza.
Otra vez ese sentimiento dantesco se apoderó de su ser. Se sentía intranquilo, el rey solamente lo ignoraba, desde que llegó estaba siendo ignorado por el que se convertiría en su esposo, ¿Cómo podía hacer para que lo mirara?
Recordó que estaba utilizando el vestido más lindo de su madre. Su padre siempre dijo que se vería hermoso en él, porque era su destino ser tan hermoso como su madre. Justo ahora, podría utilizar su belleza frente al rey, ¡Claro! Eso haría, se posará ante el rey con una sonrisa y utilizará sus encantos de doncel sobre el rey.
Quizás así su futuro esposo lo vea de otra forma que no sea una mirada seria.
Comenzó a caminar hacia el lago, listo para conversar un poco con el rey. Escuchando las quejas de la Dama Lee por desviarse de su camino.
—Su majestad —el jefe eunuco del rey hizo una reverencia al verlo subir las escaleras hacia el balcón cerca del lago.
El rey dejó de lado su libro y fijó su vista en el joven que acababa de llegar. Como siempre su rostro no se inmuta, simplemente saludó con su cabeza y siguió en su trabajo. Baekhyun negó, quizás simplemente debía sentarse junto a él, pero cuando intentó acercarse fue detenido por la mano del rey, que al levantarla detuvo sus movimientos.
—¿Por qué vistes así?
Baekhyun sonrió, quizás el vestido de su madre estaba haciendo el efecto que su padre había dicho.
—Tengo una reunión con la reina madre y la gran reina madre. —respondió con su adorable sonrisa —¿Le gusta mi vestido?
—Está bien.
¿Sólo eso? ¿Ni siquiera un cumplido? Baekhyun hizo un pequeño puchero, pero no se iba a rendir.
—En realidad es uno de los hanbok más preciados que poseo. Perteneció a mi madre cuando tenía mi edad, si algo le sucediera siento que moriría. —explicó tocando la sedosa tela de la falda. Miro de reojo al rey, este soltó una pequeña risa pero parecía más un bufido, ¿Es que acaso ninguno de sus intentos funcionaría?
—No pensaba que el futuro rey consorte era tan materialista.
Baekhyun se sintió ofendido.
—No es materialismo. —Replicó, sintiéndose profundamente ultrajado—Dígame señor, ¿Usted no guarda posesiones preciadas de su padre que si pierde moriría? ¿Es que acaso los recuerdos que compartes con una persona no son tan importantes como para cuidar las pocas cosas que quedan de ella?
El rey asintió, tomando un poco de su té.
—Lamento si mi comentario le ofendió. Mi intención no era ofender la memoria de su difunta madre. —El rey se levantó de su asiento, quedando frente a Baekhyun.
—Pues así lo ha hecho. Puede decirme materialista si desea, pero la memoria de mi madre no es un juego.
Las piernas de Baekhyun temblaron al tener al rey tan cerca. Así pudo ver mejor sus facciones, las cejas oscuras y ceñudas que siempre se mantenían abajo por la seriedad del hombre, su nariz perfilada y perfecta, y sus labios… ¡Dios santo! Estaba observando los labios del rey incluso antes de que hubiera algún contacto marital, estaba siendo un completo impúdico.
Un carraspeo lo sacó de su ensoñación, sintiendo como su mano era tomada por la del rey. Ese contacto, ese roce de pieles hizo que Baekhyun sintiera su mundo dar vueltas.
Lástima que el rey no se sentía igual.
—Sinceramente, pienso que su majestad se ve hermoso en los ropajes que está utilizando hoy. —Fue lo único que dijo, y con eso se despidió haciendo un gesto con la cabeza.
Tras decir eso se fue, sin más. Baekhyun quedó ahí con sus mejillas teñidas de un rojo carmesí y las miradas de sus doncellas sobre él.
Miró cómo el hombre se iba de ahí, justo después de haber dicho unas palabras que revolotean su corazón.
—¿Su majestad? — Jieun se paró a su lado, tomando su mano al ver que no se movía.
—Dime Jieun, ¿Es posible enamorarse de alguien que solo te ha mostrado indiferencia?
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