Capítulo 7. Derrota y más aliados
La mano me estaba doliendo una barbaridad, pero quería centrarme ante mi enemigo. El rostro de Nosbern presentaba sorpresa con las cejas arqueadas y con un toque de enfado porque apretaba sus dientes. Ese tipo parecía que no le gustara que nadie entorpeciera sus planes. Sí los chicos no podían hacer nada, yo era la única. El otro hombre estaba temblando como gelatina. Sí, estaba sintiendo el aura que yo emanaba. El miedo lo inundó tanto que corrió hacia a mí con la espada alzada a punto de atacarme. Menku aún estaba paralizada por el poder de ese tipo y no podía defenderme, y no hizo falta porque con mi puño ensangrentado rompí de cuajo el arma blanca.
El tipo llamado Nut se quedó de piedra. ¿Qué pasa? ¿Nunca habías visto a una mujer con los cojones bien puestos? Aproveché esa oportunidad para darle una patada en su entrepierna dejándolo inmovilizado y adolorido. ¡Dios! Juraba que me sentí complacida al hacerle eso, pero no estaba satisfecha. Miré a Nosbern quien aún seguía con su postura. Era raro porque él podía manipular mi mente gracias a su habilidad de la fruta del diablo y no notaba ningún efecto. ¿Era una ventaja? Yo sé que él intentaba todo lo posible, incluso alzó la mano para que parase. Pero no me iba a quedar de brazos cruzados. Di mi primer paso a modo intimidatorio y él caminó hacia atrás.
—¡No puede ser! ¡Yo tengo el poder de controlar sus mentes! ¡¿Por qué a ti no te afecta?!
—No lo sé, no soy adivina —confesé. Encogí mis brazos no queriendo buscar lógica alguna.
—¡No importa! Hay mil maneras de manipular a una mujer sin necesidad de mi poder —dice. Nosbern sacó de su cintura un látigo con espinas, que no me gustaba para nada.
Obviamente no me iba a doblegar por un hombre asqueroso como ese tipo. Ya estaba bien alejada de Menku para que no la hiciera daño y el tipo comenzó a lanzarme latigazos que yo los esquivaba, pero había alguna que otra que me daba. ¡Dios! Escocía mucho. Y esas espinas si se clavaban en mi piel, me dejaría unas heridas graves. Debía tener mucho cuidado. Él seguía y seguía, y yo luchaba con todas mis fuerzas. Nosbern era el tipo que nunca se rendiría porque se le veía en sus ojos. Sin darme cuenta, el látigo se enganchó en mi brazo izquierdo y me quejé de dolor, pero eso no era comparado con el de mi puño.
—¿Vas a ser una chica buena y te doblegarás ante mí? —Esa pregunta provocó que mis entrañas se removieran. Era un tipo asqueroso.
Me arriesgué en hacer una locura. Con el propio brazo sujetado, agarré el látigo con la mano buena y más heridas provocaba en mi cuerpo. Iba a realizar ese movimiento que hizo Sakura Haruno al enfrentarse con Sasori. Tiré con mucha fuerza y los pies del hombre, más alto que yo, estaban levantados e iba a dirección mía. Todo fue a cámara lenta ante mis ojos. Ahí vi mi oportunidad de alzar mi mano a modo de puño y golpearlo con todas mis fuerzas. Nosbern salió volando chocando con su gran asiento y una de las columnas que había detrás suya. El látigo se rompió milagrosamente. Caí de rodillas con la respiración agitada y no paraba de sangrar.
No sabía si al derrotarlo, sus poderes se desvanecerían, pero escuché pasos aproximarse hacia mi posición y que me agarraba con fuerza mi brazo. Musité de dolor.
—Perdón —se disculpó. La voz de Menku me tranquilizó, eso significaba que ya era libre—. Me tienes sorprendida. Y yo que creía que eras una cobarde.
—Oh, vamos, no iba a permitir que ese tipo se burlara delante de mí —me sinceré, no dejando de sonreír un poco.
—Todas las mujeres harían lo mismo que tú —dice—. ¿Se acabó? —preguntó, mientras miraba el cuerpo de Nosbern noqueado.
—No lo sé, la única manera de saberlo es encerrarlo.
—Estoy de acuerdo.
—¡Laura! —Me giré un poco al escuchar la voz de Zoro y como se acercaba apresuradamente—. Hay que llevarte ante Chopper. —Sus ojos me indicaban preocupación.
—¡Ja! El pringado voló. —Cracker miraba al enemigo con mucho orgullo—. Oye, me lo hubieras dejado un poco para matarlo con mis propias manos.
—Te aseguro que lo hubiera matado, Cracker —me sinceré.
—Voy a llevarte. —Zoro estuvo a punto de cogerme, pero su semblante se puso serio y estuvo a punto de sacar una de sus katanas.
Yo quería saber qué pasaba porque el ambiente se puso tenso. Al girarme, me encontré al hombre encapuchado que estaba encerrado en aquella vieja celda y lo liberé. ¿Qué hacía ahí? No estaba muy segura. Él se acercaba y creaba más tensión. Los chicos estaban muy atentos por si intentaba hacer algún movimiento en falso. Se mostraba tranquilo, me inquietaba saber quién era. Alzó sus brazos a modo de paz, que no quería causar ningún problema, pero sabía que ninguno de los chicos iba a calmarse. Rodeó a esos cinco hombres protegiéndome, incluso a Menku, para acercarse hacia a mí con meticulosidad.
Se agachó e iba a revisar mis heridas, como si fuera un médico experto en estos temas. Se levantó las mangas mostrando sus manos un tanto jóvenes para mis ojos e iba liberando una llama azul que, poco a poco, iba curando mis heridas. Se sentía genial. Ni con antibióticos me relajarían el dolor. Espera ¿llama azul y que pudiera sanar? Solo había una única persona que pudiera realizar eso. Alcé la cabeza para mirar al responsable y éste me imitó. Pude visualizar perfectamente el rostro del responsable. Y otra vez, mis mejillas se pusieron muy rojas y quería tomar una bolsa de papel para respirar, pero él me relajó con su mano aún cubierta de esas llamas.
—No te alteres. No es bueno para tu corazón —comentó. Se quitó la capucha para mostrar su rostro.
—¡Marco, el Fénix! —gritó exaltado Smoker, no creyendo que ese hombre estuviera aquí.
—¡¿Tú que demonios haces aquí?! —Y parece que a algunos no les sentó bien su presencia.
—Necesitaba un viaje de reflexión, llegué aquí y me raptaron por estar curando a mujeres. No les agradaba que lo haga como mi labor de médico.
¡Más razón para matar al gilipollas! Agradecí que él haya aparecido para curarme. Ya estaba mucho mejor que apreté mis puños con mucha alegría. Pero ahora mi prioridad era encontrar a Nami y a Robin. Vi a Smoker acercarse a Nosbern para encadenar sus manos con unas esposas que me suponía que estaba hecha de esa piedra del mar. Estaba clarísimo que ese desgraciado iba a estar en Impel Down por mucho tiempo. Y Lucci se encargó con el otro y menos mal que no lo mató. Menku me ayudó a levantarme, aunque no hizo falta. Debíamos dirigirnos hacia los otros chicos, tal vez a la otra torre.
Marco nos comentó que este gran edificio habían más celdas que las habíamos encontrado. Bien, habrá que investigar y encontrarlos. El principal problema era después. Qué ocurriría con todos nosotros. Tenía que pensar en un plan. Menos mal que teníamos al doctor guiarnos. Parecía que memorizó todo el gran edificio antes de encerrarlo. Teníamos al líder y al otro idiota. No teníamos que preocuparnos para nada. Genial dos chicas con seis hombre y que tenía la sensación de que los cinco restantes no dejaban de mirarme. ¡Que dejen de hacerlo, puñetas! Unos ruidos provenientes abajo nos alertó mucho por lo que tuvimos que correr en dirección ahí. Eran estruendos muy fuertes, seguramente que se estarán peleando con los matones de Nosbern.
Habíamos llegado y me alivié demasiado al ver a las chicas a salvo. No les habían hecho nada. Los enemigos querían seguir luchando, pero se detuvieron al ver a su líder derrotado. Soltaron sus espadas rápidamente y estuvieron a punto de marcharse, pero cierto marine utilizó su fruta del diablo para atraparlos cómo era debido. ¿Qué esperabais? Era Smoker el “cazador blanco”. Y su compañera Tashigi se movió rápidamente para esposar a los individuos y que se estuvieran quietos en su sitio. Bueno, tema solucionado. La isla estaba a salvo de estos idiotas. No obstante, el ambiente se tensó, viendo a todos los hermanos Charlotte enfrente a los Mugiwara. Aún no les habían perdonado por lo sucedido en Totto Land.
Smoothie, una de las comandantes, iba a incrustar su espada en uno de los caídos para agrandar su cuerpo gracias al poder de su fruta del diablo. ¡Mierda! Iba haber un ataque. Y estaba muy segura que Cracker y Katakuri no se iban a interponer. Es más, el hombre galleta aún sentía ganas de vengarse de Luffy y de Nami por haber destruido sus guerreros de galleta. Y Smoker estaría dispuesto a capturarlos a todos por su orgullo de marine. Estuvieron a punto de atacar y yo, nuevamente, me interpuse en su camino.
—¡Un momento! —grité.
—¡Apártate, mocosa! —Smoothie no le agradaba mi presencia.
—No me apartaré porque, en primer lugar, os salvaron ante esos gilipollas machistas. —Iba a comentando con tranquilidad, pero con nervios—. Y segundo lugar, sé que tenéis un odio profundo hacia Luffy y pensáis que él tenga algo que ver con el secuestro de Big Mom, y no es así. ¡Miradle la cara, por favor! —Lo señalé para verlo. Éste me ignoraba completamente porque se estaba sacando un moco de la nariz como estúpido y adorable mono que era—. ¿Lo veis? Este tolete es incapaz de planear un plan de secuestrar a Big Mom ni siquiera a los demás Yōnkos o los Gorōsei.
—Tiene razón la joven Princess, hermanos —habló un momento Perospero para mirar uno a uno—. Es fuerte, pero no inteligente.
—Laura, ¿qué estás haciendo? —me susurró Nami para no alertar la situación. Yo la miré para que estuviera tranquila. Pensaba que lo tenía bajo control.
—¡Pero Peros-nii ellos tienen que pagar por lo que hicieron! —exaltó Mont'dor—. ¡Y más aún al derrotar a aniki! —Sabía perfectamente a que se refería a Katakuri.
—Y yo puedo capturaros perfectamente. —Smoker no ayudaba para nada.
Me estaba poniendo más nerviosa y no sabía que hacer. En mi mente pasaba una idea un poco alocada que lo hice con Lucci. Él era un poco diferente porque era un pervertido sexual que desearía morderme y probarme, pero con ellos era muy difícil. Pero tenía que hacerlo. Abrí la boca para decirlo:
—La única idea que se me ocurre es unirnos y encontrar la verdad.
—La única idea que se me ocurre es unirnos y encontrar la verdad —repetí lo mismo que dijo Katakuri. ¡Ah, leyó el futuro! Era tan lindo cuando hacía eso. Me estaba enamorando aún más.
—¡¿Qué?! —Y otra vez.
—¡¿Te volviste loca o qué?! —Nami me gritó al oído. No le hacía mucha gracia.
—¡A mí me parece genial! —A Luffy le encantaba, pero recibió un puñetazo agresivo por parte de la peli-naranja.
—Escúchame Princess. —Smoker se aproximó hacia a mí con mucha agresividad. Diría que me estaba dando miedo—. No pienso aliarme con piratas de nuevo —comentó. Ya estaba lo suficiente cerca como para agarrarme, pero me impresionó que cierta persona, unos centímetros más alto que él, se interpuso—. ¡Apártate, Rob Lucci!
—¿O qué harás? Sólo eres alguien inferior al Gobierno Mundial incluso al CP0.
—¡No me hagas perder los estribos, mocoso! —¡No! ¡No le llames así!
Mierda, demasiado tarde. Lucci se transformó en hombre leopardo a punto de atacarle, pero por instinto le agarré de la cola para que cayera con mucha facilidad. ¡Increíble! Aparte de que lo derrotase Luffy, lo derroté yo misma.
—Lo único que me molesta es que estés con ellos —acusó el marine expulsando una gran cantidad de humo.
—Lo hago por una razón —gruñó el moreno.
—Para ver las bragas de Laura-san.
—¡Cállate, Brook! —grité al esqueleto porque no ayudaba para nada, pero escuché a cierta persona muy molesta.
—¡¿Qué?! ¡Yo prefiero verlo primero antes que tú, mocoso! —¿En serio que Cracker acaba de decir eso?
—Yo estaba primero. —El moreno estaba realmente enfadado. Era un felino grande que defendía su territorio o, más bien, a su hembra. ¿Por qué me pasaban estas cosas a mí?
—Te has vuelto muy popular entre los chicos —me comentó Marco muy divertido de la situación.
Esto no ayudaba para nada. Peleas entre esos dos toletes, uno que quería capturarlos junto con su compañera, hermanos que querían matar a Luffy, los otros pues estaban peleándose entre sí… Me estaba desesperando, esto no iba bien. A lo mejor fue una mala decisión. Lo intenté. De verdad que lo intenté. Que el sueño se acabase ya. No me importaba. Quería llorar en una esquina de mi casa.
—La idea de Princess no es mala. —Entonces todos pararon al escuchar a Katakuri.
—Onii-chan. —Brûlée estaba impresionada.
—Esta vez debemos unirnos con el enemigo. —Su mirada se clavó en Luffy. Sé que todavía había una rivalidad entre ellos, pero luego se centró en mí. Dio dos pasos grandes y se inclinó para estar casi a mi altura. Debería estar intimidada, pero me mantuve tranquila mostrando mi seguridad ante él. Juraba que él estaba esbozando una sonrisa detrás de esa bufanda—. Tienes mucha determinación, Princess —susurró para que yo sea la única que lo escuchase—. Nos uniremos a la tripulación de Mugiwara —sentenció. Sus hermanos no dijeron nada. Ahí me di cuenta de que era el capitán sustituto y me alivié muchísimo. Entonces sentí unos brazos rodearme y alzarme para abrazarme.
—Eso significa que te estaré molestando. —Cracker estaba sonriendo.
—¡A mí me dejas tranquila! ¡Y déjame en el suelo!
Ninguno estuvo en contra de la decisión de Katakuri. Marco nos comentó de querer unirse temporalmente ya que le gustaría ayudar y resolver este gran problema. No sé porqué, pero presentía que inició su viaje para averiguar la desaparición de Shanks y llegó hasta aquí. Los únicos que faltaban era Tashigi y Smoker. La morena intentaba convencer a su superior de ir y así podrá vigilarnos, ese era el argumento que le daba. Noté sus ojos cafés estar clavados en mi cuerpo. No sabía si sentirme intimidada o no, pero me mantuve en mi posición normal. Poco a poco su rostro se volvió más relajado de lo normal y dejó escapar un suspiro de rendición.
Genial. Solo teníamos que volver a los barcos. La marine se encargará de llevarse a los machistas en otro navío. Siempre tenían uno reservado para estas cosas. Al salir del gran edificio, vimos que había mucha gente muy preocupada. Muchas mujeres se sorprendieron al ver a esos tipos esposados y comenzaron a aplaudir con mucha fuerza porque nunca creyeron que la pesadilla haya acabado. ¿Sabéis que? Me alegré mucho, sobre todo para Menku que no paraba de esbozar una gran sonrisa y con la espada alzada señal de victoria. Sentir a un pueblo libre de la esclavitud y del machismo era una de las cosas que más me satisfacían en todos los sentidos. Ojalá todos pudiéramos aprender de ello.
La pelirroja nos ofreció que, antes de marcharnos, deberíamos celebrarlo a lo grande porque su pueblo quería compensarlo. Bueno, yo no dije nada, fue Luffy que saltó de alegría agarrándome junto con Menku. Pero primero deberíamos avisar a Chopper y Usopp. Espero que éste último se encontrase bien porque recibió una gran paliza. No habíamos tardado para avisarles todo lo ocurrido y la reacción de los dos fue de miedo al escuchar que los hermanos Charlotte y el mismísimo vicealmirante Smoker formaran alianza. Sabía yo que le iban a desagradar la propuesta, pero sus caras cambiaron al oír la palabra “fiesta” por derrotar a Nosbern. Estos chicos nunca cambiarán y me gustaba mucho.
La noche cayó tan rápido para mis ojos pardos que miraban con mucha ilusión a todos festejar, comer y bailar. Sobre todo comer porque Luffy no paraba y no dejaba nada a su paso. Era un tragón sin fondo. Era como un Saiyan que no se conformaba con solo comer un plato. Brook animaba más la fiesta tocando su violín y cantando, aunque su mirada no podía evitar a las mujeres rodearle. Eso me recordaba que Sanji estaba babeando sin control alguno. Mujeriego, pero lindo. A la lejanía observé a Zoro beber tranquilamente su cerveza. Lo estaba disfrutando el condenado. Yo estaba con Nami y Robin explicándome de lo sucedido, el como ocurrió de que fueron secuestradas. Esos tipos al verlas no dudaron en capturarlas, pero le dieron una paliza al tirador de la tripulación.
Usopp, Chopper, Luffy y Franky bailaban sin descaro alguno con los pueblerinos que hasta yo me reía por las estupideces que hacían. Nuestros “amigos de la alianza” estaban en sus sitios muy relajados. No parecía que eran de celebrar estas cosas. El único que parecía disfrutarlo era Marco porque tenía una sonrisa de oreja a oreja. Tuve la sensación de que estaba recordando esos momentos tan únicos con su capitán, su padre, y toda su tripulación. Fue muy triste ese momento en que todo haya desmoronado ante los ojos del rubio. Y no fue el único en sufrir. Todos sufrieron incluso Luffy. De repente, noté un leve tirón de mi brazo y la responsable fue Menku.
Era como si me estuviera invitando a unir al baile. ¡Ah, no! Me daba mucha vergüenza hacer el ridículo. Vale, admitía que estaba en una escuela de baile, ¡pero eso fue hace años! La pelirroja me dijo que la imitara y que me quitara la vergüenza. ¡Lo haría si no me estuviera viendo el amor de mi vida! No podía huir porque los chicos se unieron también para darme muchos ánimos. Me pregunté de nuevo: ¡¿por qué me pasan estas cosas a mí?! Empecé a copiar a Menku con mucha timidez. Yo sé que todo el mundo me estaba mirando. Esto era una tortura para mí. Quería llorar para mis adentros. No obstante, Luffy sujetó una de mis muñecas y al otro lado Usopp, y empezamos a dar vueltas junto con Chopper en forma humana y Menku.
Bueno, así si se me quitaba un poco la vergüenza y me estaba riendo mucho por las caras que estaban poniendo los chicos. Esto era mejor que verlos en la televisión haciéndose los payasos.
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—De verdad, debo daros las gracias por todo —agradecía Menku, sujetando mis manos.
—No hay que darlas, Menku. Nosotros haríamos todo lo posible para detener a los malos —contesté.
—No sois tan malvados.
—Eso es porque no viste lo terrible que somos —habló Usopp poniendo voz tétrica.
—Esa voz no te va bien, Usopp. —Nami golpeaba suavemente la cabeza del narizotas con su Clima Tact.
—Tengo que trabajarla bien entonces. —Y él seguía.
Esa sería la ultima vez que vería a Menku. Una pelirroja que me sentía orgullosa de haberla creado a través de mis libros, aunque no tan famosa como las otras. Todos estábamos en nuestros respectivos navíos. Marco iba con nosotros; Smoker y Tashigi en el barco de Lucci, y la familia Charlotte con el suyo propio. Sí, sé que esto era una locura. Nadie se lo creería. Era mi sueño y todo era posible. Nuestro navío era el cabecilla y los otros dos a cada lado. Yo no podía desviar mi mirada hacia la isla pensando en las cosas que habían sucedido, sobre todo cuando me enfrenté a Nosbern. ¿Por qué su poder no me afectaba? ¿Era inmune a ella por tener mucha determinación?
Habían ciertas frutas del diablo que tienen alguna debilidad, pero serían con otras de su mismo tipo o no. Giré un poco mi cabeza en dirección al norte preguntándome que más aventuras nos iban a deparar, pero lo más importante era quien secuestró a los Yōnkos y a los Gōrosei.
Y ojalá, pronto lo sepamos.
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